Mercaderes de seda, “verlegers” y veinticuatros: Los Castellano de Marquina de Granada (1569-1644)

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Contiene los textos de las comunicaciones de la XIII Reunión Científica de la Fundación Española de Historia Moderna

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MERCADERES DE SEDA, “VERLEGERS” Y VEINTICUATROS: LOS CASTELLANO DE MARQUINA DE GRANADA (1569-1644) SILK “VERLEGERS” AND “VEINTICUATROS”: THE CASTELLANO DE MARQUINA OF GRANADA (1569-1644)

Rafael María Girón Pascual Universidad de GranadaVisiting Scholar University of Cambridge

Resumen: En esta comunicación trataré de presentar un colectivo de vital importancia para la economía de la ciudad de Granada y su reino en el siglo XVI: los mercaderes de seda. Para ello utilizaré el ejemplo de los Castellano de Marquina, mercaderes judeoconversos que, en situaciones de putting-out system, participaron en la producción y comercio de telas de seda granadinas (damascos, tafetanes, terciopelos, rasos) durante gran parte de la Edad Moderna. Como mercaderes-empresarios (verlegers), los Castellano adquirían los capullos de seda de productores rurales, contrataban a hiladores, torcedores, tejedores y tintoreros en la ciudad y finalmente distribuían el producto por un territorio muy amplio que no se limitaba al reino granadino y donde destacaba la ciudad de Sevilla, puerto de las Indias. Al mismo tiempo estos mercaderes adquirieron gran poder al ocupar oficios de jurados y veinticuatros, dirigiendo la ciudad en ambas facetas económica y política. No les fue difícil ennoblecerse y obtener mercedes de hábitos militares. Palabras clave: Seda, comercio, mercaderes, Granada, reino de Granada, Sevilla, Indias, ascenso social, regidores, jurados, verlegers, textiles, veinticuatros, Edad Moderna, nobles, elites urbanas, España. Abstract: In this paper I will present a study of a key and important group for the economy of the city of Granada and its kingdom: silk merchants. The Castellano de Marquina will be analysed in the role of production and trade, in putting-out system situations, of silk fabrics in Granada (damask, velvet, taffeta, satin and others) during the early modern period. As merchants-entrepreneurs (verlegers), the Castellano kin bought silk cocoons from rural producers, hired spinners, twisters, weavers and dyers in the city and finally traded the products in a very area that extended beyond the kingdom of Granada, and included the city of Seville, port of the Indies. At the same time acquired great power, holding

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municipal offices as “jurados” and “venticuatros”, and ruled the city in both economic and political aspects. It was particularly easy for the merchants to receive mercies of knight cavalry orders. Keywords: Silk, trade, merchants, Granada, kingdom of Granada, Seville, Indies, social ascent, “regidores”, “jurados”, verlegers, textile, early modern history, noble, elites, Spain.

INTRODUCCIÓN

A

finales del siglo XVI, la ciudad de Granada era una de las principales productoras de tejidos de seda a nivel internacional1. El reino nazarí de Granada había destacado en la producción de terciopelos, fustanes, tafetanes, rasos y damascos desde el siglo XIII y sus técnicas y estilos tenían una fuerte influencia de la sedería genovesa2. Tras la conquista del Reino por los Reyes Católicos la tradición sedera nazarí había continuado en las épocas mudéjar y morisca. En 1560 la producción del reino de Granada se concretaba en 135.000 libras de seda producidas por 40.000 criadores en 336 villas del territorio y en 1568 la producción alcanzó un máximo histórico al llegar a las 175.000 libras3. No toda ella era consumida en el reino de Granada, pues la ciudad de Toledo, la mayor productora de tejidos de seda de la península con sus 6.000 telares, demandaba mucha seda granadina, murciana y valenciana4. La producción sufrió un varapalo tremendo con la Guerra de las Alpujarras y la posterior expulsión de los moriscos granadinos a principios de la década de 15705. Pese a que los datos con los que contamos son incompletos, parece que la producción sedera cae en un 50% entre 1562 y 1582, seguramente llegando a paralizarse por completo en los años de la contienda y los siguientes. Ramón Carande afirma que en 1575 no había casi demanda de sedas granadinas y que el sector estaba totalmente en crisis6. No obstante, según López de Coca y atendiendo al arrendamiento de la renta de la seda, a partir de 1580-82 la tendencia fue alcista y hubo una recuperación de la producción de tejidos, si bien en momentos puntuales fue necesaria 1. Anna Muthesius, “Silk in the medieval world”, David Jenkins (ed.), The Cambridge History of Western Textiles, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, pp. 341 y 342. 2. Miguel Ángel Ladero Quesada, “La producción de seda en la España medieval. Siglos XIII-XVI” en La seta in Europa. Secc. XIII-XX, Florencia: Le Monnier, 1993, pp. 125-139. 3. Ramón Carande, Carlos V y sus banqueros, Madrid, 1965, pp. 196-208. 4. Julián Montemayor, “La seda de Toledo en la Época Moderna”, España y Portugal en las rutas de la seda: diez siglos de producción y comercio entre Oriente y Occidente, Barcelona, Universitat de Barcelona, 1996, p. 122. 5. Kenneth Garrad, “La industria sedera granadina en el siglo XVI y su conexión con el levantamiento de las Alpujarras (1568-1571)”, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos, V (1956), pp. 73-104. 6. R. Carande, Carlos V y sus banqueros…, pp. 196-208.

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la importación de seda cruda en grandes cantidades de Murcia y Valencia7. Coincide con esto García Gámez, que da cifras de la producción de seda –en libras– de 55.000 (1582), 63.000 (1595) y 100.000 (1617), muy por debajo de las cifras de mediados de siglo pero que, sin duda, representan una mejoría tras la crisis de los años posteriores a la Guerra de las Alpujarras8. ¿Cómo afectó la crisis a la fabricación de telas de seda ciudad de Granada? Si nos centramos en el número de telares, Garzón Pareja da una cifra de 4.000 para 1575, poco después de la expulsión y en plena crisis, por lo que su número debería ser bastante superior en las décadas anteriores9. Pese a que en 1600 se habían perdido casi 1.000 telares –un 25%– los 3.000 en funcionamiento permitían una producción aún muy importante. ¿Podemos estudiar dicha producción y el comercio de tejidos de seda de Granada? ¿Qué sabemos de los principales agentes de esta actividad económica: los mercaderes? En este artículo vamos a analizar las actividades económicas y políticas de los mercaderes de seda de Granada. Para ello analizaremos la parentela de los Castellano de Marquina entre 1569 y 164810. Si bien en el comercio de la lana o del azúcar los que los mercaderes extranjeros –genoveses, flamencos, portugueses– tenían una importancia notable, casi monopolística para el caso de la lana, la fabricación y comercio de la seda estaba casi toda ella en manos de mercaderes locales, la mayoría de origen judeoconverso y toledano11, 7. José Enrique López de Coca Castañer, “La seda en el reino de Granada (siglos XVXVI)” España y Portugal en las rutas de la seda: diez siglos de producción y comercio entre Oriente y Occidente, Barcelona, Universitat de Barcelona, 1996, p. 33-57. 8. Félix García Gámez “Seda y repoblación en el Reino de Granada durante el tránsito de los siglos XVI y XVII”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 28 (2001), p. 241. 9. Manuel Garzón Pareja, El industria sedera en España: el arte de la seda de Granada, Granada, 1972. 10. Sobre mercaderes castellanos y moriscos en el reino de Granada contamos con los siguientes trabajos: Enrique Soria Mesa, “La asimilación de la élite morisca en la Granada cristiana: el ejemplo de la familia Hermes”, en Melanges Louis Cardaillac, II, pp. 649-658; Camilo Álvarez de Morales, “Lorenzo el Chapiz y el “negocio general” de 1559”, Qurtuba, 1 (1996), pp. 11-38; Javier Castillo Fernández, “Luis Enríquez Xoaida, el primo hermano morisco del rey católico (análisis del caso de falsificación histórica e integración social)” en Sharq Al-Andalus: Estudios mudejares y moriscos, 12 (1995) , pp. 235-253; Rafael M. Pérez García y Manuel Fernández Chaves, “Los hermanos Berrio: Capital morisco, mediación política y transformaciones comunitarias”, Sharq Al-Andalus: Estudios mudejares y moriscos (en prensa); José Policarpo Cruz Cabrera, y Encarnación Escañuela Cuenca, “Aproximación histórica a la figura de don Alonso de Contreras, un mecenas motrileño”. Guadalfeo. Revista de estudios de la Costa y Alpujarra granadinas, (2001), pp. 53-72 y últimamente Rafael M. Girón Pascual, “De apartar la lana a llevarse la fama: Mercaderes y ascenso social en el mundo rural durante la Edad Moderna: los Buendía y los Olivares de Huéscar” en Antonio Jiménez Estrella y cols. (eds.), Construyendo Historia: Estudios en torno a Juan Luis Castellano, Granada, Universidad de Granada, 2013, pp. 283-294. 11. Julián Montemayor nos narra el interés de los mercaderes toledanos por hacerse con las rentas y el control de la producción sedera granadina antes incluso de haber terminado aún la conquista del reino y la emigración masiva de tejedores toledanos a Granada. Julián Montemayor, “La seda en Toledo…”, op. cit., p. 121.

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aunque, es cierto que los poderosos mercaderes genoveses también entraron en la trata de la seda cuando la coyuntura les fue favorable12. La historiografía sobre la sericicultura granadina hasta la fecha se ha centrado sobretodo en materias institucionales y fiscales13 y no tanto en los agentes productivos, es decir, los “criadores y cultivadores de la seda”, los artesanos y, especialmente, los mercaderes14. En este trabajo veremos como unas pocas decenas de individuos que a la manera de los mercaderes-empresarios o verlegers de ciudades como Segovia15, para el caso de los paños, estuvieron involucrados en la producción y distribución de los tejidos de seda en procesos que, espero poder demostrar, clasificaremos dentro de lo que se conoce como putting-out system. Las fuentes utilizadas para la realización de este estudio son variadas. Puesto que vamos a reconstruir una familia de mercaderes de seda y su actividad económica, van a ser los protocolos notariales los que nos den el impuso inicial para su estudio y nos permitirán, asimismo, conocer sus actividades económicas. Una vez localizados los verlegers la reconstrucción familiar se llevará a cabo por medio de testamentos y dotes en los citados protocolos, 12. Sobre la participación de los mercaderes genoveses en el comercio de la seda de Granada ver Rafael M. Girón Pascual, Las indias de Génova. Mercaderes genoveses en el reino de Granada durante la Edad Moderna, Tesis doctoral, pp. 180 y ss. 13. Sobre la seda de Granada ver el ya clásico estudio de Manuel Garzón Pareja, El industria sedera en España: el arte de la seda de Granada, Granada, 1972; Félix García Gámez, “La seda del Reino de Granada durante el segundo proceso repoblador (1570-1630)”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 25 (1998), pp. 249-273; ID., “Seda y repoblación en el Reino de Granada durante el tránsito de los siglos XVI y XVII”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 28, 2001, pp. 221-255; ID., “Asaltar la renta: caos y conflicto en la administración de la renta de la seda del Reino de Granada a inicios del siglo XVII (1600-1608)”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 30 (2003-2004), pp. 103-155; David Alonso, “Entre Granada y Castilla: la familia Fuente y la hacienda real a comienzos de la Edad Moderna”, Investigaciones históricas: Época moderna y contemporánea, 25 (2005), pp. 11-30; Adela Fábregas García, “Aprovisionamiento de la seda en el reino nazarí de Granada. Vías de intervención directa practicadas por la comunidad mercantil genovesa”, En la España medieval, 27 ( 2004), pp. 53-75; Germán Navarro Espinach, “La seda entre Génova, Valencia y Granada en época de los Reyes Católicos” en Pedro Segura Artero (coord.), Actas del Congreso la Frontera Oriental Nazarí como Sujeto Histórico (S.XIII-XVI): Lorca-Vera, 22 a 24 de noviembre de 1994, 1997, pp. 477-484; Ágata Ortega Cera, “Rentas mayores y menores de la ciudad de Granada (1495-1504)”, Chronica nova: Revista de historia moderna de la Universidad de Granada, 31 (2005), pp. 237-303. 14. Las excepciones se limitan a James Casey, Family and community in early modern Spain. The Citizens of Granada, 1570-1739, Cambridge, 2007; y las referencias a mercaderes de sedas granadinos operando en Sevilla a principios del XVI en Enrique Otte, Sevilla y sus mercaderes a fines de la Edad Media, 1996, pp. 77-80; y algunos mercaderes en la primera mitad del siglo en Ramón Carande, Carlos V y sus banqueros, Madrid, 1965, p. 204. 15. Un buen ejemplo de los anteriores en Rafael Ródenas Vilar, Vida cotidiana y negocio en la Segovia del Siglo de Oro. El mercader Juan de Cuéllar, Valladolid, 1990.

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expedientes de Órdenes Militares y pleitos conservados en la Real Chancillería de Granada por sus mayorazgos, deudas o quiebras. Para reconstruir sus redes comerciales que implican, por ejemplo, el comercio de sedas con Indias, nos serviremos de la documentación del Archivo General de Indias. LOS CASTELLANO DE MARQUINA EN EL COMERCIO DE LA SEDA DE GRANADA Vamos a ejemplificar con la familia Castellano las estrategias económicas, políticas y familiares de los mercaderes de seda granadinos. Como otras familias de verlegers como los Valer, Díaz de Bobadilla, Ruiz Canales o López Navarro, los Castellano detentarán oficios concejiles como juradurías y venticuatrías, paso previo a su ennoblecimiento o la obtención de hábitos militares, plasmando lo permeables que eran los supuestos estamentos en la Edad Moderna y, por tanto, mostrando el extraordinario (pero nada inusual) ascenso social que se produjo en el seno de las élites castellanas ligadas a la producción y comercio de la seda16. Los Castellano o Castellanos de Marquina se originan del matrimonio entre Alonso Castellano, tejedor, mercader y jurado granadino “muy rico” según los testigos en los expedientes de Órdenes Militares de sus descendientes, y su mujer Francisca de Marquina17. Ambos eran originarios de Toledo, concretamente del pueblo de Ajofrín –a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad del Greco– y llegarían como otros tantos judeoconversos toledanos atraídos por las posibilidades del reino de Granada, el reino de la seda, recién conquistado. Tenemos algunas pistas de la actividad económica de Alonso, que adivinamos exitosa ya que le permitió adquirir el oficio de jurado, casas principales en el barrio de Santa Ana y ciertas tierras en la vega de Granada, así como numerosos censos18. Alonso aparece en 1569 como mercader de sedas “dando a tejer” sedas a tejedores granadinos y contratando, junto con el jurado Juan Alonso de Monforte, seguramente socio de Alonso, los servicios por adelantado del tintorero morisco Miguel Hernández “el mudéjar” que se obligó a teñirles sedas a 10.000 maravedíes por libra19. Castellano también vende un par de telares a tejedores de terciopelo por 14 y 19 ducados, aunque

16. Sobre el ascenso social en la ciudad de Granada ver Enrique Soria Mesa , “Nobles advenedizos. La nobleza del reino de Granada en el siglo XVI”, en Enrique Belenguer Cebriá (ed.), Felipe II y el Mediterráneo, Madrid, vol. 2 Los grupos sociales, 1999, pp. 61-75 y ID., “Genealogía y Poder. Invención de la memoria y Ascenso Social en la España moderna”, Estudis, 30 (2004), pp. 21-55. 17. Citados por J. Casey, Family and community…, pp. 45 y 46. 18. Archivo Histórico de Protocolos de Granada [AHPG], G-382, ff. 1003-1017. Muchos de estos bienes los heredó su hijo Diego. 19. AHPG, G-168, ff. 149v; 197r; 666r y ss.

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seguramente se trate de préstamos a pagar con su trabajo como tejedores20; y emite cédula de cambio por valor de 200.000 maravedíes a su paisano, el ajofrinero Francisco Martín de Mazarambroz junto con el regidor toledano Pedro Alfonso de Valladolid21. Las actuaciones anteriores concuerdan con las de un verleger y pueden ser clasificadas de putting out system al uso22. Alonso y Francisca de Marquina tuvieron dos hijos que sepamos: Diego y Alonso; ambos fueron jurados y mercaderes de seda. Seguramente formaron compañías y los encontramos como titulares conjuntos de censos (préstamos hipotecarios) a miembros de la élite señorial granadina como los Altamirano23. De Diego Castellano, que falleció el 7 de enero de 160424, conservamos la partición de sus bienes, realizada una semana después, impresionante ejemplo de la maquinaria económica y social desarrollada por un mercader de seda de la época25. Encontramos en este documento deudas, clientes, una larguísima lista de piezas de telas de seda de todo tipo de formas y colores que se encontraban en su escritorio: varios miles de varas de tafetanes, que se nos antoja su especialidad, de colores muy variados: morados, blancos, leonados negros, tornasolados, amarillos, verdes, dorados, rosados, negros, dobletes “rosaseca” y turquí. Pero también aunque en mucha menor cantidad, terciopelos y damascos así como otros muchos objetos confeccionados con los tejidos anteriores. Pero lo más interesante es, a mi entender, la lista que los herederos de Diego aportaron de las sedas a medio tejer en poder de “oficiales” tejedores, el número de telares y la cantidad de seda asignada a cada uno de ellos. Esta aporta los nombres de 23 “tejedores” si bien algunos de ellos no llevaban este adjetivo y encontramos cuatro viudas entre ellos. Los tejedores confeccionaban tafetán en treinta telares, algunos de ellos –y ellas, pues dos viudas están al cuidado de dos telares cada una– en poder de dos o incluso tres de estos artefactos, lo que nos hace pensar en, al menos, otros siete tejedores “no 20. AHPG, G-168, ff. 274r y v. 21. AHPG, G-168, f. 317r. 22. Sobre el Verlagssystem ver Jacques Heers, L’Occident aux XIVe et XVe siècles. Aspects économiques et sociaux (Paris: P.U.F., 1963), pp. 141-144; Harry A. Miskimin, The Economy of Later Renaissance Europe 1460–1600, Cambridge, 1975; Herman Kellenbenz, Industries Rurales en Occident de la fin du Moyen Age au XVIIIe siècle, Annales-E.S.C., XVIII (1963), pp. 833-882; Franklin Mendels, “Proto-industrialization: the first phase of the industrialization process, Journal of Economic History, XXXII, I (1972), pp. 241-246; y últimamente Amélia Polónia, “A tecelagem de panos de treu em entre-Douro-e-Minho no século XVI. Contributos para a definiçao de un modelo de produçao”, Jorge Fernández Alves (coord.), A Indústria Portuense em Perspectiva Histórica: actas do colóquio, Porto, 1997, pp. 11-23. Agradezco la última referencia a la doctora Joana Sequeira. 23. AHPG, G-271, f. 48r (8-I-1588) 24. AHPG, G-382, s.f. (7-I-1604) Había testado tres días antes, pero por desgracia las primeras páginas del legajo están completamente destrozadas y poca información se puede obtener de ellas. 25. AHPG, G-382, ff. 1003r-1017v (14-I-1604)

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censados” bajo la supervisión de los anteriores; podrían ser muchos más, si pensamos en trabajos por turnos. Tabla I. Tejedores, telares y cantidades de seda a costa de Diego Castellano en 160426 Nombre Viuda de Hurtado “ Andrés Juan, tejedor “ Viuda de F. Sánchez Martín Ruiz, tejedor Luis Hernández “el viejo” Pedro López, tejedor Catalina Núñez, viuda Luis de Plasencia, tejedor “ “ Viuda de Mena “ Luis Hernández “el mozo” Luis Marcial Alonso Suárez Diego de Santiago, tejedor Juan de la Torre, tejedor Juan de Ballesteros, tejedor Andrés de León, tejedor Micael de Lizana, tejedor “ Jerónimo Sánchez, tejedor Juan Pérez de Castilla Pero Díaz, tejedor Antonio de Cabrera, tejedor Pedro de León Juan Juárez, tejedor Alonso de Hermosilla “

Telar de tafetán Leonado Negro Leonado Verde Carmesí Frailesco Azul Verde Amarillo Leonado Morado Verde Pardo Morado Pardo Verde Turquí Verde Dorado Dorado Dorado Dorado Verde Leonado Tornasol Frailesco Azul Frailesco Dorado Carmesí Amarillo

Seda (onzas) 92 78 51 56 66 64 49 65 75 42 61 47 61 57 78 80 100 79 110 53 59 113.5 65 12 65 71 59 94 60 56 82

26. Fuente: AHPG, G-382, ff. 1003r-1017v (14-I-1604). Elaboración propia.

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Una interpretación de este documento nos llevaría a pensar que gran parte de los tejedores de seda granadinos, aún siéndolo, no aparecen en la documentación como tales, lo que arroja luz sobre los procesos productivos de textiles en la Edad Moderna. Así interpretaciones basadas en censos donde muy pocos tejedores aparecen como tales –baste como ejemplo el censo de 1561 publicado por Felipe Ruiz Martín sobre Granada, lo que llevó al autor a dudar sobre la capacidad productiva de la misma– deben ser matizadas y completadas por medio del cruce de fuentes27. Así mismo ¿cuál es la participación de los gremios en la producción de la seda? Tal vez no tan grande como se ha asumido siempre y a merced de los verlagers. La lista está incompleta, ya que el documento nos dice que “no se acabase el dicho inventario por estar muchas sedas en poder de los tejedores e oficiales y protestan de lo concluir” reanudándose el inventario el día después con la lista de la seda en las tramas, ya sin aportar, desgraciadamente, los nombres de los tejedores. ¿Cuántos tejedores trabajaban para Diego Castellano al momento de su muerte? ¿Un centenar, acaso más? ¿Qué ocurrió con los tejedores tras su fallecimiento? Dos de los tejedores anteriores, Juan Pérez de Castilla y Juan de la Torre hicieron contratos para tejer tafetán bajo las órdenes del mercader Gabriel García, otro poderoso verleger granadino, tan solo unas semanas después de perder a su patrón28. El mercado laboral de la seda se nos dibuja dinámico. El inventario también nos aporta información relativa a cientos de deudores y proveedores, algunos tan interesantes como el mercader sevillano Bartolomé de Carmona, familia de mercaderes de la que hablaremos más tarde, que había enviado 4 arrobas 16 libras y 10 onzas del tinte cochinilla, materia prima indispensable para el teñido de las sedas en tonos rojos, al jurado Diego Castellano 29. Años antes de su muerte, Castellano, exportaba sedas a Indias o al menos abastecía a mercaderes sevillanos que lo hacían, actividad que compartió– no es de extrañar que todos fueran una misma compañía– con su sobrino político Juan Álvarez Dávila, marido de su sobrina doña Ana de Marquina, hija de su hermano Alonso. Así, por ejemplo encontramos en 1596 a Diego enviando con Juan Rodríguez, carretero ordinario de Granada a Sevilla, sedas para el mercader Juan Pérez Lezcano30 y lo mismo hizo el año siguiente para los cargadores a Indias Antón de Armijo y Hernando Rodríguez31. 27. Felipe Ruiz Martín, “Movimientos demográficos y económicos en el Reino de Granada durante la segunda mitad del siglo XVI”, Anuario de Historia Económica y Social, I (1968), pp. 127-183. 28. AHPG, G-382, ff. 247r y 493r. 29. AHPG, G-382, ff. 1003r-1017v (14-I-1604) 30. AHPG, G-313, ff. 1473r y v. 31. AHPG, G-321, Pliego XI, s.f. y ff. 278r y 279r.

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Diego tuvo cuatro hijos con doña Ana López de Rojas: Hernando Castellano, Francisco Castellano de Marquina, Juan de Marquina Castellano y doña Luisa de Marquina de los que ignoramos si continuaron con la actividad mercantil32. Juan heredó el oficio de jurado y Francisco llegó a ser veinticuatro entre 1620-1640 y procurador a Cortes33. Este último frecuentemente se le encuentra entre los caballeros que participaban en los juegos de cañas retratados por Henríquez de Jorquera34 y fue padre de don Juan Castellano de Orozco, familiar del Santo Oficio de la Inquisición y caballero de Santiago en 164435. Su expediente presenta genealogías falsas sustituyendo a doña Ana López de Rojas por una tal doña Mencía López –acaso buscando una confusión con su cuñada– y olvida el origen mercantil y artesano haciendo del tejedor Alonso Castellano un soldado; algo que no escapó a algunos contemporáneos que escribieron cartas anónimas en contra la concesión de dicho hábito. En estas misivas se llega a leer “que por Castellanos se dice que vinieron de Ajofrín a Granada donde fueron tejedores y mercaderes” o “que don Francisco se quiere prohijar en Medina del Campo y para eso don Alonso de la Peña Santacruz, que es de allí mañoso y codiçioso, le ha cogido mucho dinero por reconocerle por pariente”36. Más difusos son los anónimos con la genealogía de doña Ana López de Rojas, mujer de Diego Castellano, que dicen descendía de Pedro Hernández de Jaén, natural de Alcalá la Real “judío tan notorio que le levantaron una copla que decía: Pedro Hernández de Jaén aquel de los muchos tratos que su abuelo y otros dos fueron a prender a Dios para entregarlo a Pilatos.

De este antepasado de doña Ana se decía que solía responder cuando le preguntaban quién era, contestaba, soy “judío desde la cabalgadura de la mula hasta la cabeza”. Estos mismos informantes achacan la concesión de familiaturas del Santo Oficio a los Castellano por la intercesión de Juan de Barahona, primo de doña Ana López de Rojas: “que un inquisidor que hubo en Granada que se llamaba Baraona que a todos los que eran sus deudos 32. AHPG, G-382, s.f. (7-I-1604) 33. Archivo Histórico Nacional [AHN], Órdenes Militares, Santiago, exp. 1720 Pruebas para la concesión del Título de Caballero de la Orden de Santiago de Juan Castellanos y de Orozco, natural de Granada. 34. Francisco Henríquez de Jorquera, Anales de Granada. Descripción del Reino y Ciudad de Ganada. Crónica de la Reconquista (1482-1492), Granada, Universidad de Granada, 1987, II, p. 634. 35. AHN, Órdenes Militares, Santiago, exp.1720 36. Ídem, páginas finales.

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aunque fuesen mas judíos que Cansino37 los hacia familiares”. Sea como fuera, con falsificaciones o testigos parciales, con nepotismo o no, los Castellano terminaron obteniendo familiaturas del Santo Oficio y el hábito de Santiago, un paso más en su vertiginoso ascenso social desde su origen popular como tejedores judeoconversos de Ajofrín. Hablemos ahora brevemente de Alonso Castellano, hermano de Diego y como él, jurado y mercader de sedas de Granada. Con una trayectoria similar a la del anterior lo encontramos, siendo ya jurado, “dando a tejer” damascos y tafetanes en 158238, pero fue en compañía de su yerno Juan Álvarez Dávila (marido de su hija doña Ana de Marquina) cuando tenemos mayor información. Al parecer ambos formaron una compañía junto con Pedro de Carmona, mercader sevillano y hermano de Bartolomé que citábamos antes comerciando con cochinilla, entre 1594 y 1597 dedicada a exportar sedas a Sevilla y comprar allí oro y plata, que veremos en un momento39. Fue padre de dos hijos con doña Mencía Álvarez: la citada doña Ana y don Alonso que casó con doña Ana Dávila, hermana de su cuñado Juan Álvarez Dávila. Cuñado, sobrino y yerno de los Castellanos fue el citado jurado Juan Álvarez Dávila, al que vamos a dedicar algunas líneas. Se trata de uno de los mercaderes más interesantes de la Granada de finales del siglo XVI, del que, poco a poco, empezamos a conocer su actividad económica extraordinaria. Juan fue hijo de mercader judeoconverso de origen toledano Baltasar Francés, asimismo jurado granadino y de Alfonsina Dávila, del clan judeoconverso de los Santofimia, tristemente asiduos en las persecuciones inquisitoriales de finales de siglo40. Su padre contaba con socios comerciales en Medina del Campo y Valladolid41 y nos ha llegado cierta documentación a contratos de alquiler de sus casas en Granada a tejedores y encargos a los mismos para tejerle sedas, algo muy común entre los mercaderes, como hemos visto42. Nacido en 1568 en Granada, Juan Álvarez Dávila casará en 1589 con la que seguramente era su prima hermana, doña Ana de Marquina, hija del ya citado Alonso Castellano43. Seguramente comenzó a operar dentro de esta red comercial, empezando a ser conocida su actuación a partir de 1591 cuando el veinticuatro granadino Gaspar de Mercado les da la considerable cantidad de 37.272 reales como inversión para su nueva compañía para tejer sedas lo que 37. Jacob Cansino, judío de Orán protegido del conde-duque de Olivares 38. AHPG, G-238, ff. 666r y ss. 39. AHPG, G-329, ff. 1867r y v. 40. Agradezco esta información a Enrique Soria. 41. AHPG, G-267, ff. 1169r y ss. Aparecen como deudores suyos los mercaderes Juan de Huéscar, Juan de Veguelina, Diego Martín de Henao y Alonso de Toro, los tres primeros eran medinenses y el último vallisoletano. 42. AHPG, G-238, ff. 1171r y v. 43. AHPG, G-291, ff. 1261r y ss.

MERCADERES DE SEDA, “VERLEGERS” Y VEINTICUATROS LOS CASTELLANO DE MARQUINA DE GRANADA (1569-1644)

equivalía a 432 libras de seda en mazo44. Esta forma de actuación debió usual entre los mercaderes de sedas granadinos, los cuales recolectaban cantidades de grandes y medianos inversores a los que posteriormente pagarían intereses a partir de los beneficios de las sedas fabricadas, exportadas y vendidas. Los protocolos están llenos de los incontables contratos con tejedores para “dar a tejer” sedas de todo tipo45 o contratos de compra de seda “en mazo” para abastecer a los anteriores que Álvarez Dávila llevó a cabo en estos años. Un buen ejemplo puede ser cuando en 1594 compró 466 libras 13.5 onzas de “seda en mazo” al mercader genovés y veinticuatro granadino Peri Juan Civo por poco más de 2.000 ducados46. Como otros mercaderes de seda, no se limitó a este producto; también actuó como factor de mercaderes flamencos y burgaleses avecindados en Sevilla, en este caso para comprar lana del Reino y al mismo tiempo vender él, en la ciudad de la Alhambra, anascotes y otros paños provenientes de Flandes47. Estos contactos con mercaderes sevillanos serán claves para la exportación de sedas a Indias, ocupación en la que lo encontramos en los años siguientes. Para ello va a formar la ya citada compañía con Pedro de Carmona y su suegro Alonso Castellano, entre 1594 y 1597 renovada este año de nuevo hasta 1600, con la inclusión del yerno de Carmona Alonso López de los Ríos que participaría con un 25%, mientras que Pedro de Carmona y Álvarez Dávila compartirían el resto (37.5% cada uno). Tenemos la fundación de la segunda de ellas, donde se deja claro las actividades de esta compañía48. “Pedro de Carmona ha de comprar en Sevilla oro y plata tanto de lo que trae S.M. como particulares, contado o fiado, hacer labrar en la casa de la moneda de Sevilla o enviarlas a Granada al jurado Juan Álvarez Dávila para que las haga labrar en la casa de la moneda de Granada; que también comprará mercadurías útiles para vender en Sevilla o envíen a Granada u otras partes. El jurado Juan Álvarez Dávila ha de comprar en Granada toda la cantidad de sedas en mazo, o en aparejos, tejidas o por tejer que me pareciera ser útil y necesario para la compañía y las sedas en mazo que comprare las tengo que hacer devanar, torcer y beneficiarlas hasta que estén tejidas y ellas las ha de enviar al dicho Pedro de Carmona las que me fuere pidiendo y dando aviso por sus cartas y las demás se han de vender en esta ciudad por cuenta de ella al contado o fiado”49.

44. 45. 46. 47. 48. 49.

Ibídem Por ejemplo ver Ibídem, ff. 1491 r y ss; 1604r y ss. AHPG, G-308, ff. 388r y v. R. M. Girón Pascual, Las indias de Génova…, pp. 159-161. AHPG, G-329, ff. 1869r y ss. Ídem.

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De la compañía anterior, que sería conocida en Sevilla como Pedro de Carmona y compañía y en Granada como Juan Álvarez Dávila y compañía, tenemos muy pocas referencias hasta la fecha, pero conocemos algo mejor el funcionamiento de la primera compañía (1594-1597), imagino que muy similar en sus actuaciones, de la que tenemos una larga serie de inventarios de envíos de sedas granadinas a Sevilla con carreteros de bueyes a nombre de Juan Álvarez Dávila entre el 28 de abril de 1595 y el 23 de diciembre de ese mismo año. En total se trata de portes por un total de 20.743 varas de tejidos de seda con un valor de 340.813 reales (unos 31.000 ducados) 50. Los receptores de las mismas son lo más granado de los cargadores a Indias y hemos comprobado que telas concretas enviadas a Sevilla pasaron a Indias en la flota de Juan Escalante de Mendoza. Por ejemplo, el mercader Diego García de Almonte cargó en el navío “La Magdalena” de la citada flota “una pieza de raso leonado de Granada con 61 varas 5/12 a 17 reales la vara”, “una pieza de tafetán tornasol de Granada con 67 varas a 6.5 reales la vara” y “una pieza de raso carmesí de Granada 67 varas 6/12 a 17 reales”51. Idénticas piezas fueron enviadas unos meses antes por Juan Álvarez Dávila, con el carretero Juan Rubio y únicamente había cambiado el precio de las mismas: 15 reales los rasos y 6 los tafetanes, imagino que por los costes de transporte y el propio deseo de beneficio del mercader52. En un breve espero poder concretar toda esta red comercial, pero de momento, solo puedo anticipar los nombres de muchos de los mercaderes sevillanos que participaron en ella en el siguiente esquema.

50. Sobre este particular preparo un artículo titulado “Sedas para el Nuevo Mundo: El jurado granadino Juan Álvarez Dávila y sus relaciones comerciales con mercaderes a Indias a finales del siglo XVI”. 51. AGI, Contratación,1117, N.3, f. 40r 52. AHPG, G-313, ff. 987r y v.

MERCADERES DE SEDA, “VERLEGERS” Y VEINTICUATROS LOS CASTELLANO DE MARQUINA DE GRANADA (1569-1644)

Esquema 1. Red comercial del jurado Álvarez Dávila con mercaderes a Indias de Sevilla (1595-1596)53

La compañía que continuó las actividades de la anterior (de la que aportábamos parte de sus escrituras fundacionales) y que supuestamente debía haber continuado hasta diciembre de 1600, parece que quebró en 1599 y Juan Álvarez Dávila, seguramente huyendo de sus deudas, se ausentó de Granada, vendiéndose el oficio de jurado que fue de su padre por 1.250 ducados en un concurso de acreedores. La documentación nos dice que Álvarez Dávila “se alzó con más de 200.000 ducados de muchos vecinos”54, una cifra extraordinaria. No tenemos más noticias de él y parece que no dejó posteridad. Confío poder seguir investigando a este mercader y esclarecer su actividad económica, que se me antoja de gran interés.

53. Fuente: AHPG, G-313. Elaboración propia. 54. Archivo General de Simancas [AGS], Cámara de Castilla, 1621, ff. 11r y ss. Agradezco esta referencia al profesor Enrique Soria.

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doña Ana Dávila

Alonso Castellano de Marquina

Alonso Castellano de Marquina (Jurado)

doña Ana de Marquina

doña Mencía Álvarez

Juan Álvarez Dávila Mercader (Jurado) Hernando Castellano

Alonso Castellano (Tejedor y Jurado de Granada)

don Juan Castellano de Orozco (Caballero de Santiago en 1644)

Francisco Castellano de Marquina (XXIV de Granada)

Diego Castellano de Marquina (Jurado)

Francisca de Marquina

doña Luisa de Orozco

doña Ana López de Rojas

Juan Castellano de Marquina

Árbol I. Los Castellano de Marquina y el jurado Álvarez Dávila. En burdeos los mercaderes de sedas.

doña Luisa de Marquina

MERCADERES DE SEDA, “VERLEGERS” Y VEINTICUATROS LOS CASTELLANO DE MARQUINA DE GRANADA (1569-1644)

CONCLUSIONES El ejemplo de los Castellano de Marquina ha puesto de manifiesto la capacidad de los mercaderes de seda de Granada como verlegers, lo que generaba no solamente un capital económico sino también social. Estamos lejos de reconstruir las redes clientelares de los mercaderes de seda pero podemos ver como fueron seguramente el referente para cientos de granadinos inmersos en la producción y el comercio de la seda y sin duda su cabeza política gracias a los oficios de jurado y veinticuatro que muchos de ellos ocuparon. Lejos queda la tradicional visión de los regidores como nobles rentistas totalmente desconectados de la sociedad a la que “servían” como representantes, especialmente cuando eran agraciados con una procuraduría a cortes. Creo que es necesario investigar pormenorizadamente los cabildos para tratar de encontrar elementos o individuos similares a los que aquí se han presentado, en teoría, ajenos a la nobleza y que, tal vez, representaban los intereses del artesanado y del comercio, siempre por detrás de los suyos propios, claro, si bien terminaban integrando las élites nobiliarias de las ciudades castellanas. Sería necesario estudiar pormenorizadamente el oficio de jurado, pues para el caso granadino, casi todos los que ocupan este oficio, si no todos, eran mercaderes, y su posesión fue un peldaño muy usado en el camino hacia las venticuatrías, como hemos visto, estadío previo a mercedes de hábitos de Órdenes Militares (especialmente si se conseguía ser procurador a Cortes), señoríos y títulos nobiliarios en las generaciones subsiguientes. Tanto las juradurías como las venticuatrías estaban sujetas a venalidad, siendo un bien codiciado por los mercaderes, que no dudaron en pagar cuantiosas sumas de dinero por ellas. El origen artesano, mercantil o judeoconverso de estos mercaderes no fue problema alguno para su ennoblecimiento posterior por medio de testimonios condicionados de testigos parciales o la falsificación genealógica. No en vano durante su época mercantil los mercaderes adquieren gran cantidad de bienes raíces, juros y censos que les permitirá adquirir un estatus nobiliario. La figura del mercader-empresario o verleger queda perfectamente ejemplificada en los Castellano de Marquina. Una vez que adquieren de sus proveedores, casi siempre por adelantado, la materia prima –los capullos de seda– controlan todo el proceso encargando tareas a los diferentes colectivos artesanales de la ciudad (devanadores, torcedores, hiladores, tejedores (en sus variados tipos), tintoreros, bordadores, etc.) para una vez terminadas las telas pasar a su comercio bien en la propia ciudad a pequeños mercaderes, o en otras localidades del espacio comercial granadino como a grandes mercaderes internacionales tanto genoveses como sevillanos con redes comerciales en Europa e Indias. Nos preguntamos, por último, cuál fue el grado de participación gremial en estos procesos, si es que la hubo.

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