\"Misericordiae Vultus: Pistas para su lectura\" Revista Mensaje, Diciembre 2015 pp. 27-31

June 14, 2017 | Autor: J. Espinosa Arce | Categoria: Teologia, Misericórdias, Misericordiae Vultus
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Misericordiae Vultus: pistas para su lectura E

Juan Pablo Espinosa Arce Profesor de Religión y Filosofía, U. Católica del Maule

Se nos invita a asumir que la nuestra es una Iglesia de salida, misionera, que va a las periferias: es una comunidad de puertas abiertas, que denuncia proféticamente la indiferencia y la falta de compasión.

La bula que convoca al Año de la Misericordia, que se inicia este mes de diciembre, nos deja a la vista numerosos elementos del pensamiento del papa Francisco. DICIEMBRE 2015

l reciente martes 8 de diciembre ha comenzado el “Jubileo extraordinario de la Misericordia”, por iniciativa del papa Francisco. Se extenderá hasta la Festividad de Cristo Rey del domingo 20 de noviembre de 2016. El documento que lo convoca es la bula Misericordiae Vultus (El rostro de la misericordia), publicada en abril pasado, y resulta interesante buscar en ella claves que iluminen acerca del pensamiento del actual Pontífice. De hecho, existe coincidencia de que ese término es de gran importancia para su Magisterio, como lo ha destacado —entre otros— el cardenal Walter Kasper, al expresar que “misericordia” es una “palabra clave de este pontificado, que desde 27

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el primer día la ha abordado en innumerables alocuciones”1. el rostro de la misericordia” (MV 4), “rostro misericordioso (de Misericordiae Vultus (MV) se compone de veinticinco núme- Jesús)” (MV 8), “redescubrir el rostro misericordioso del Padre” ros, sin secciones ni capítulos nombrados de alguna manera2. (MV 17), “verdadero rostro de Dios” (MV 21), “contemplar el Es por ello que procederemos a su presentación de acuerdo a rostro de la misericordia, su hijo Jesús” (MV 24) e “introducir nuestra personal apreciación. Para fines a todos en el misterio de la misericordia descriptivos, podemos delinear una posi- El papa Francisco sostiene que “la de Dios, contemplando el rostro de Crisble estructura, como manera de ubicarnos to” (MV 25). Las menciones se hacen tanto misericordia es la viga maestra en su texto. del Hijo como del Padre, pero, lejos de ser que sostiene la vida de la Iglesia”. un rostro distinto y siguiendo el Evange1. Introducción (1-2) 2. La convocatoria al Año Jubilar y el lio de san Juan, ambos son uno, el que ve sentido de su celebración (3-5) al Hijo ve al Padre, y el que recibe y escucha al enviado recibe 3. La misericordia en la Sagrada Escritura (6-9) y escucha a quien envía (Cf. Jn 10, 30; Jn 13, 20; Jn 14, 9). De 4. La eclesiología de la misericordia y el Magisterio (10-12) ese modo, la primera convicción de Francisco —que es cen5. Algunas prácticas propuestas para el Año Jubilar (13-19) tral para la fe cristiana— es sostener que la misericordia y el 6. La misericordia en la relación fe-justicia (20-22) amor, experiencia íntimamente ligada a la primera, no pueden 7. Misericordia, ecumenismo y diálogo interreligioso (23) comprenderse como una “palabra abstracta” (MV 9), sino que 8. María, Madre de la Misericordia (24) la misericordia tiene un rostro concreto, al que hemos visto y 9. Conclusión (25) del que hemos hecho experiencia al momento de saber cómo ha actuado y actúa con nosotros. “EL SEÑOR ME HA ENVIADO A ANUNCIAR UN AÑO DE Este rostro de la misericordia, que es Cristo (dimensión crisMISERICORDIA”: EL JUBILEO tológica de la misericordia) y, en Él, Dios, es al que se dirigen nuestra mirada (Cf. MV 2, 3, 8, 18) y nuestra contemplación La bula se escribe en un contexto de Jubileo. Para la tradición (Cf. MV 2, 4, 13, 24) y en el que nuestros ojos encuentran el ser bíblica, existe un año especial en el que se perdonan las deudas mismo de Dios (Cf. MV 2, 8, 24). Mirada, contemplación y ojos y se anuncia la liberación. En el texto de Levítico se habla de que buscan el rostro del amado, del Dios hecho carne, del Dios los años santos, los cuales se viven desde la perspectiva de la que en Jesús nos manifiesta su rostro misericordioso. El mundo Alianza pactada entre Dios e Israel3. Las acciones del pueblo en bíblico conoce bien esto del rostro de Dios. Sostiene Anneliese el Año Jubilar serán eminentemente misericordiosas: liberación Meis que “en la Biblia el rostro no queda solo esbozado, anhede esclavos, cancelación de deudas, recuperación de propie- lado, admirado, sino que consiste en la parte de Dios que se dades y vuelta de los extranjeros y desterrados a sus países vuelve hacia el hombre. El rostro de Dios, de hecho, designa la de origen. Este anuncio también es puesto en la boca de Isaías autocomunicación de Dios mismo”4. El deseo del hombre bíblico cuando el profeta dice que el Espíritu del Señor estaba sobre Él es que Dios lo mire con bondad con su panim, concepto hebreo y que había sido enviado a anunciar un “año de gracia de Yahvé” para designar el rostro. La tradición bíblica nos recuerda que (Is 61, 1-2). Jubileo es alegría, es un estado de renovadas espe- el rostro de Dios no es otra cosa que su presencia personal en ranzas, es el año de la indulgencia en la que comprendemos medio del pueblo, presencia que se articula en clave de liberacómo “en la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace evi- ción, salvación, renovación, promesa y Alianza. Gracias al rosdente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de tro acontece el diálogo del Creador con la creatura, un diálogo los hombres. Dejarse reconciliar con Dios es posible por medio que tiene características de “alegría, de serenidad y de paz. Es del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia” (MV 22). condición para nuestra salvación” (MV 2). Dios se muestra indulgente y compasivo, actitudes que quiere Este rostro que se muestra y oculta, que habla y que está en que el hombre aplique a su vida cotidiana. Este es el concepto silencio, se ha manifestado de manera radical en la persona de de Jubileo, de año Santo, del tiempo propicio de la misericordia. Jesucristo. Siguiendo con la teología del Evangelio de Juan, en su prólogo se lee que la Palabra que se hace carne y vive entre LA MISERICORDIA “TIENE UN ROSTRO” nosotros (Cf. Jn 1, 14) ha manifestado su gloria, la cual ha sido contemplada por los hombres. El rostro del Hijo es un rostro El rostro de la misericordia: el concepto de “rostro” tiene un de gloria, gloria que recibe del Padre. Es el rostro de la miserilugar preponderante en el documento. Encontramos: “Jesucristo cordia que es siempre nuevo, es la “paradoja de la revelación es el rostro de la misericordia del Padre” (MV 1), “contemplar bíblica (…) en que el inexpresable como tal se ha vertido en la W. Kasper, El papa Francisco: revolución de la ternura y el amor. Raíces teológicas y perspectivas pastorales. Santander, Sal Terrae, 2015, p. 53. Versión oficial en español://w2.vatican.va/content/francesco/es/bulls/documents/papa-francesco_bolla_20150411_misericordiae-vultus.html 3 Así se lee: “Contarás siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que el tiempo de las siete semanas de años vendrá a sumar cuarenta y nueve años. Entonces, en el séptimo mes, el diez del mes, harás resonar clamor de trompetas; en el día de la Expiación haréis resonar el cuerno por toda vuestra tierra. Declararéis santo el año cincuenta y proclamaréis en la tierra liberación para todos sus habitantes. Será para vosotros un jubileo; cada uno recobrará su propiedad y cada cual regresará a su familia (…) en este año jubilar recobraréis cada uno vuestra propiedad. Si vendéis algo a vuestro prójimo o le compráis algo, ved que nadie dañe a su hermano (…) ninguno de vosotros dañe a su prójimo” (Lev 25, 8-17). 4 A. Meis, Antropología teológica: acercamientos a la paradoja del hombre. Santiago, Ediciones UC, 2001, p. 117. 1

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Palabra”5 y en una Palabra llena de misericordia. En palabras de Francisco: “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV 2).

EL JUBILEO EN EL CONTEXTO DEL “CONCILIO DE LA MISERICORDIA” El papa Francisco sostiene en MV que ha escogido el 8 de diciembre como inicio del Jubileo de la Misericordia porque marca el 50 aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II (19652015). ¿Qué significó el acontecimiento conciliar para el peregrinar del Pueblo de Dios? El Pontífice nos responde: “Los Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más comprensible” (MV 4). Una de las características principales del evento conciliar fue la supresión de la condena a aquello que era contrario a la Iglesia y la búsqueda de soluciones y encuentros basados en el diálogo y la cercanía misericordiosa. En palabras de Casiano Floristan, “el propósito del Concilio fue situar a la Iglesia como oyente de la palabra de Dios y en diálogo con el mundo”6. Esta nueva actitud, este aggiornamento —palabra italiana que significa renovación— expresa cómo la misericordia que proviene desde las mismas fuentes de la fe debe ser puesta al servicio de todos los hombres (Cf. Gaudium et Spes 3). El servicio, sostiene Francisco, expresa además una “espiritualidad del Concilio” (MV 4), la cual estuvo orientada desde la imagen del Buen Samaritano, de aquel hombre que, siendo considerado impuro según la legalidad judía por ser de Samaria, es el único que presta auxilio al judío que cayó a orillas del camino. Es la experiencia concreta de ponerse a los pies del que sufre, es toda la riqueza de la doctrina cristiana que “se vuelca en una única dirección: servir al hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus necesidades” (MV 4). Y por ello es que hemos hablado ahora del “Concilio de la Misericordia”. Así como el Concilio fue un verdadero “soplo del Espíritu”, así como tuvo su propia espiritualidad —la cual aún nos impacta y exige una respuesta comprometida—, así este Año Jubilar debe provocar que los creyentes asumamos la misericordia, que no es otra cosa que la forma de ser de Dios.

LA MISERICORDIA: LA FORMA DE SER DE DIOS Uno de los temas centrales del documento es el que nos acerca a los fundamentos bíblicos de la misericordia, en los cuales llegamos a comprender que ella es la forma de actuar de Dios. El Papa, citando a Tomás de Aquino, nos dice que “es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su omnipotencia” (MV 6). Pero es interesante comprender también que dicha omnipotencia es signo de su radical

Este Año Jubilar debe provocar que los creyentes asumamos la misericordia, que no es otra cosa que la forma de ser de Dios. cercanía al mundo, del Dios amor del cual “estaremos lo más cerca posible donde él se encuentra lo más lejos posible: en cuanto Amor en-amorado del mundo”7. En ese amor hacia la creatura, Dios manifiesta la misericordia, ya que de Él se dice que es paciente y misericordioso, lo cual es “el binomio que a menudo aparece en el Antiguo Testamento para describir la naturaleza de Dios” (MV 6). El papa Francisco nos presenta algunas características de esta misericordia divina. En primer lugar, nos dice que “no es una idea abstracta” (MV 6), sino que es “una realidad concreta con la cual Él revela su amor” (MV 6). El Pontífice llega a hablar de un amor visceral. ¿A qué está haciendo referencia? En la literatura bíblica existe un concepto que es el rahamin, que significa misericordia, la cual “se expresa en hebreo con la raíz raHam, que evoca el seno materno, reHem, y, por consiguiente, el movimiento interior y las emociones que siente la mujer. Así, pues, el término es imaginario y recuerda el amor y el afecto que la mujer puede sentir por su hijo”8. No deja de ser interesante que el autor bíblico le aplique características femenino-maternales a Dios. Con esto viene a romperse un imaginario de la masculinidad que se le había aplicado a Dios. Dicho imaginario tendía más a características de venganza, de ira o lucha. En cambio, la aplicación del rahamin le asigna a Dios la ternura, la caridad, el amor visceral del que habla Francisco, inspirado por las fuentes bíblicas. Es el amor y la misericordia que “proviene desde lo más íntimo como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón” (MV 6). Desde nuestras vísceras, desde lo más profundo de nuestro ser, creyentes y no creyentes hemos de provocar una corriente de misericordia. Es necesario continuar engendrando la experiencia misericordiosa, el acercamiento a los que viven sin misericordia. Así fue la actitud de Dios, del que se presentó a Moisés como Yahvé (Cf. Ex 3, 14), es decir, del que estaría con el pueblo. Su presencia, su rostro, “hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación” (MV 7). Con esto, la misericordia es también la entrada que el Pueblo tiene al Misterio absoluto del Dios misericordioso. Es el trato amoroso hecho Alianza, herencia y promesa, conceptos articuladores de la experiencia de fe de Israel y de la Iglesia. MV nos presenta dos fuentes bíblicas desde las cuales podemos extraer el actuar de Dios. En primer lugar, los salmos. Estos, “en modo particular destacan esta grandeza del proceder divino” (MV 6), entre los que destacan los 103, 136, 146, 147 (MV 6, 7). Sería interesante que en este Año Jubilar pudiésemos, como Iglesia, pensar y vivir una espiritualidad de la misericordia

A. Meis, Antropología teológica… p. 118. C. Floristan, Vaticano II un Concilio Pastoral. Salamanca, Sígueme, 1990, p. 35. 7 K. Rahner, “Eterna significación de la humanidad de Jesús para nuestra relación con Dios” en Escritos de Teología Tomo III. Madrid, Taurus, 1961, p. 55. 8 J. Prévost, Diccionario de los salmos. Navarra, Verbo Divino, 1992, p. 37. 5 6

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en los salmos. La poesía presente en ellos se mezcla perfecta- sufrimientos ni de las injusticias que padecen; experimentamos mente con la fe que Israel supo construir con este Dios que se una actitud egoísta y un malestar global; nos cerramos en nomanifestaba en favor de ellos. El segundo grupo de textos lo sotros mismos y hay dureza del corazón y vivencia del odio”11. constituyen las Parábolas de Misericordia, en las cuales “Jesús Frente a estas actitudes que dejan de lado la misericordia, revela la naturaleza de Dios” (MV 9). En ellas, sostiene el papa debe aparecer la Iglesia como comunidad contracultural que Francisco, “Dios es presentado siempre denuncia proféticamente la indiferencia lleno de alegría, sobre todo cuando pery la falta de misericordia, y que anuncia Uno de los temas centrales del dona. En ellas encontramos el núcleo aquello que constituye el núcleo mismo documento es el que nos acerca del Evangelio y de nuestra fe, porque la del Evangelio del rostro de la misericora los fundamentos bíblicos de la misericordia se muestra como la fuerza dia. El papa Francisco sostiene que “la que todo vence, que llena de amor el misericordia, en los cuales llegamos misericordia es la viga maestra que soscorazón y que consuela con el perdón” tiene la vida de la Iglesia” (MV 10). Y veíaa comprender que ella es la forma de (MV 9). Las parábolas que nos invita a mos que Cristo es el rostro de la misma actuar de Dios. meditar son las de la oveja perdida y la misericordia, con lo cual la Iglesia tiene moneda extraviada, y la del padre y los una clara índole cristocéntrica, es decir, dos hijos, más conocida como la del hijo pródigo (Cf. Lc 15, 1-32). mira a Cristo como su origen, centro y meta última. Esta IgleEntrar en un análisis de cada una de las parábolas escaparía sia, que quiere ser fiel a su Maestro, debe comprender que su de nuestro objetivo. Nos limitaremos a sostener, sencillamen- credibilidad, esa que hoy está puesta en duda y que es objeto te, que como método utilizado por Jesús para la enseñanza de de crítica constante, “pasa a través del camino del amor misecómo es Dios y qué es el Reinado del Padre, ellas constituyen ricordioso y compasivo” (MV 10). Es más, la tradición nos ha una fuente inagotable de inspiración eclesial y pastoral, ya que comunicado que la primera comunidad se caracterizaba por el desde la imaginería cotidiana podemos extraer pistas para vivir amor que existía entre sus miembros (Cf. Jn 13, 35; Hech 2, 44; mejor el Año Jubilar. 4, 32). En otras palabras, la Iglesia debe hacer patente ese amor con el que Dios nos ha amado. Por ello el papa Francisco sosUNA ECLESIOLOGÍA DE LA MISERICORDIA tiene que “Jesús afirma que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en Debe aparecer la Iglesia como Los números dedicados a la eclesioel criterio para saber quiénes son reallogía en MV (10-12), reflejan el pensar y mente sus hijos” (MV 9). comunidad contracultural que el obrar del papa Francisco en cuanto a Anteriormente habíamos hecho mendenuncia proféticamente la esta dimensión de la teología cristiana. ción de la eclesiología de la Iglesia de indiferencia y la falta de misericordia, salida, la cual es eminentemente una La reflexión reciente ha sostenido que con este pontificado acontece un y que anuncia aquello que constituye eclesiología de la misericordia. Esta “cambio de paradigma en la comprenexpresión la comprendemos a la luz de el núcleo mismo del Evangelio. sión de la Iglesia”9. La “Iglesia de salilas palabras del Papa, cuando nos dice da” o “en salida” es una comunidad misionera que va hacia las que “ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encarperiferias, una comunidad de puertas abiertas (Cf. Evangelii garse del anuncio alegre del perdón. El tiempo de retornar a lo Gaudium 46). Esta nueva comprensión de la Iglesia tiene las esencial para hacernos cargo de las debilidades y dificultades características de retornar a las fuentes del evangelio de la de nuestros hermanos” (MV 10). Es interesante este concepmisericordia, en el cual encontramos la práctica de Jesús, que to del tiempo. Pensemos en el inicio del ministerio público de “favorece la inclusión, la cercanía y el encuentro con el otro”10. Jesús relatado por Marcos. En el texto se nos narra que Jesús Estas actitudes vienen a condensar el cómo Dios actúa y se sostiene que el tiempo se ha cumplido y que el Reino de Dios manifiestan en su presencia más cercana, Jesucristo. Y se opo- ha llegado (Cf. Mc 1, 14-15). Este tiempo que se cumple es el nen proféticamente a la “indiferencia que humilla” (MV 15), la kairós, el tiempo propicio en el que se manifiesta la salvación, cual ha sido provocada principalmente por la “indiferencia de los tiempos del Mesías Cristo, los tiempos de la misericordia. los pueblos ricos” (MV 15) para con el Tercer Mundo, América La Iglesia es la enviada por Jesús a anunciar el Evangelio de la Latina y África, especialmente. No es primera vez que Francisco Misericordia a toda creatura (Cf. Mt 28, 19-20) y en ese envío denuncia la indiferencia y especialmente la “globalización de acontece un tiempo propicio nuevo en el que el Reino de Dios la indiferencia”. Del Mensaje para la Cuaresma del 2015 pro- está ya presente en medio de nuestra historia. La Iglesia que mulgado por el Papa se desprenden las siguientes caracterís- se mueve en misión debe poseer un “nuevo entusiasmo y una ticas de este fenómeno global: a saber, “nos olvidamos de los renovada acción pastoral” (MV 12). Esto, sostiene Francisco, demás, no nos interesan los problemas de los otros, ni de sus es determinante para la Iglesia y ella debe ser una comunidad J. P. Espinosa, “Aires de juventud entran en la Iglesia. Francisco, Evangelii Gaudium y la Iglesia ‘de salida’”, en Misión Joven n°453, 2014, pp. 51-55. J. P. Espinosa, “Aires de juventud…”, p. 52. 11 J. P. Espinosa, “Mensaje del papa Francisco para la Cuaresma 2015. Pistas para su lectura”. Nuestra Iglesia, Arzobispado de Concepción n° 385, 2015, pp. 5-6. 9

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que “viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre” (MV 12). Esta es, finalmente, la misión de la Iglesia, de aquella que el Papa llama “oasis de misericordia” (MV 12). El desafío, por tanto, es que, como creyentes, podamos volver a las fuentes, a la esencia misma del Evangelio y desde él, que ella sea servidora, misionera y contracultural.

FE Y JUSTICIA, COMO ESPIRITUALIDAD DE LA MISERICORDIA El papa Francisco sostiene que “no será inútil en este contexto recordar la relación existente entre justicia y misericordia” (MV 20). ¿De dónde vienen los planteamientos de este binomio? La Compañía de Jesús, especialmente en el generalato de Pedro Arrupe S.J. (1965-1983), asume una renovación que, desde la mano del Concilio Vaticano II, da espacio a una “explicitación contemporánea de la relación entre fe y justicia (…) los escritos de Pedro Arrupe reflejan este desafío de pensar la fe a partir de las situaciones de injusticia”12. Vale recordar que la espiritualidad ignaciana se sustenta en lo que se conoce como la contemplación en la acción: ver a Dios en todas las cosas buscando la justicia desde la luz que nos otorga la fe. Para Francisco, fe y justicia “no son dos momentos contrastantes entre sí, sino un solo momento que se desarrolla progresivamente hasta alcanzar su ápice en la plenitud del amor” (MV 20). Con esto podemos percibir cómo la influencia de la renovación de Arrupe impactó al jesuita Bergoglio y ha sido parte esencial de su programa pontificio. Para la búsqueda del binomio fe-justicia, hemos de remontarnos a la misma Escritura. En el Antiguo Testamento encontramos el verbo sapat, el cual se relaciona con los términos juicio, salvación, liberación de la injusticia. Otro concepto que encontramos es el de hesed, que se traduce por “misericordia” (Oseas 6,6), vinculando así justicia y misericordia. Este texto del profeta es presentado por el Papa cuando recuerda la mención que Jesús hace de este versículo: “Yo quiero amor (misericordia), no sacrificio. Jesús afirma que, de ahora en adelante, la regla de vida de sus discípulos deberá ser la que da el primado de la misericordia” (MV 21). Será en Cristo que la síntesis fejusticia adquiere la plenitud que presenta Misericordiae Vultus y que no es otra cosa que la centralidad en Cristo del amor a Dios y del amor al prójimo, que además es la gran síntesis de los mandamientos. Sostiene Ignacio Ellacuría que “el problema de la fe cristiana y de la justicia cristiana ha de verse desde el amor, como valor fundamental de la experiencia cristiana (…) es claro que la justicia cristiana no es cristiana sino, como una forma de amor redentivo ante un mundo de pecado, la forma actuante del amor en un mundo de opresión”13. Esta relación, que no es inútil para Francisco, debe además poseer una consecuente espiritualidad, entendiendo por ello

un seguimiento específico de Jesucristo, una forma de ser que se viva a la luz de su praxis misericordiosa. La espiritualidad cristiana tiene características históricas, encarnadas, no abstractas. Se es cristiaSerá en Cristo no y se vive la fe en medio de las condique la síntesis ciones sociales, políticas y culturales de fe-justicia este tiempo. Esta espiritualidad de la fe adquiere la y la justicia es una que “supera la perspectiva legalista” e invita al creyente a plenitud que “abandonarse confiado en la voluntad de presenta Dios” (MV 20). La justicia de Dios a los Misericordiae ojos del mundo aparece como injusta, Vultus y que no ya que Él busca que todos se salven (Cf. 1 Tim 2, 4-5), especialmente los peca- es otra cosa que dores, a los cuales Jesús se acerca para la centralidad en “ofrecerles el perdón y la salvación (…) Cristo del amor compartiendo la mesa” (MV 20). La fe a Dios y del en el Dios de Jesús pasa finalmente por la verificación del amor compartido, de amor al prójimo, la justicia hecha a los que viven las inque además justicias de los poderosos, poniendo el es la gran esquema de la fe antes que el esquema síntesis de los de la ley.

UN JUBILEO QUE NO PUEDE AGOTARSE

mandamientos.

Podrían ser muchos los elementos a considerar en la lectura de Misericordiae Vultus, pero solo hemos presentado algunos que, a nuestro entender, se presentan como transversales al documento y al pensamiento del papa Francisco. La vivencia de un año de gracia (Cf. Lc 4, 16-21) implica que el Jubileo de la Misericordia no puede agotarse en un periodo determinado de tiempo. Por el contrario, ha de prolongarse como experiencia eclesial que se crea y recrea, que se piensa y se celebra día a día. La vivencia de la misericordia, del ser más íntimo del Dios de Israel y Padre de Jesús de Nazaret, es una que compromete al creyente a un proyecto determinado: el Reinado de Dios que ya está en medio de nosotros (Cf. Mc 1, 14-15), pero que se consumará definitivamente en la segunda venida de Jesús Mesías de la Misericordia. La comunidad creyente ha de propiciar que la práctica de la misericordia sea una que sobrepase los confines de la Iglesia, de manera de anunciar al mundo que “nadie puede limitar la misericordia divina, porque sus puertas están siempre abiertas” (MV 23). El año de la Misericordia al que se nos ha invitado a entrar por la Puerta Santa, que es Cristo, debe encontrarnos despiertos, con un oído que aprenda a escuchar el susurro del Dios que habla a las Iglesias (Cf. Ap 3, 13). Que María, “Madre de la misericordia” (MV 24) y “Arca de la Alianza” (MV 24) nos ayude a prolongar la presencia del Reino y de su Cristo en medio de nuestra cultura. MSJ

T. Mifsud, Una fe que busca la justicia. Homenaje al Padre Pedro Arrupe S.J. en el décimo aniversario de su muerte. Santiago de Chile, Santillana, 2001, p. 11. I. Ellacuría; J. Sobrino, Fe y justicia. Bilbao, Desclée de Brouwer, 1999, p. 168.

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