MODELO DE RESILIENCIA APLICADO AL SISTEMA DE ESTRÉS FAMILIAR

May 27, 2017 | Autor: Rita Velez | Categoria: Nursing Education
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MODELO DE RESILIENCIA APLICADO AL SISTEMA DE ESTRÉS FAMILIAR Autores: Myriam Torres Olivero, MSN Rita Vélez Alvarado, MSN, MBAHR Resumen Este articulo tiene el propósito de revisar el concepto de resiliencia en el sistema familiar. Incluye varios estudios sobre el concepto. Se integra el rol de los diferentes profesionales que han realizado investigaciones sobre conceptos de resiliencia. Se da énfasis a los recursos internos y externos que posee el sistema familiar para la recuperación ante las adversidades del diario venir. Los investigadores plantean que la familia tiene mecanismos de adaptación para ajustarse y resistir los eventos estresantes y las crisis de transición del ciclo de vida. Palabras claves: resiliencia familiar, rol de la enfermera de práctica avanzada En este artículo se presenta una revisión conceptual en torno a los modelos de resiliencia familiar, fundamentos psicológicos y el rol del profesional de enfermería ante situaciones de estrés y situaciones adversas. El concepto de Resiliencia Familiar plantea interrogantes, de acuerdo a Wash (2016), sobre la capacidad de resistir y tener éxito en el afrontamiento de los retos críticos de la vida, los cuales se han convertido en un tema de interés sobre la salud mental en las últimas décadas. Estos suponen un sistema de procesos dinámicos a favor de la sana adaptación en los cambios de los contextos sociales, económicos y políticos que generan adversidad a la familia y trastocan negativamente su entorno. La Resiliencia se conceptualiza como los mecanismos de adaptación positivos que el individuo que se ha experimentado factores de riesgo biológicos y psicosociales

tiene la capacidad de afrontarlos con éxito. También, se describe como un ajuste efectivo ante los sucesos de la vida extremadamente estresantes y acumulativos. Las exposiciones sobre Resiliencia que se han levantado se han catalogado en aquellas que relacionan el fenómeno con el mecanismo de adaptabilidad y las que incluyen la concepción de la capacidad o habilidad de afrontamiento. De igual modo, aquellas que resaltan en el enlace de factores internos y externos y las que definen la Resiliencia como un mecanismo de conciliación y como proceso (García Vesga, 2013). A principios de la década de los setenta, de acuerdo a García Vesga (2013), comienzan las primeras investigaciones en torno al concepto de resiliencia, cuyo interés fue descubrir aquellos factores protectores que están en la base de esta llamada adaptación positiva de las familias que viven



en condiciones de adversidad. Estas mostraron una tendencia de los niños que a pesar de vivir con padres alcohólicos y estar sometidos a distintas situaciones de estrés, lograron salir adelante y se construyeron como personas de bien para la sociedad. También, otras investigaciones que demostraron la presencia de factores protectores en infantes a pesar de la pobreza, considerada una de las situaciones generadoras de estrés y que bien puede traer como consecuencia mayor inestabilidad emocional, menor desempeño intelectual y peor ejecución académica. Por un lado, el deterioro potencial ocasionado por las situaciones que se relacionan con la pobreza no son irremediables ni irreversibles. Por otro lado, coexisten mecanismos protectores que disminuyen el impacto de los factores de riesgos estresantes a las que están expuestos la familia. El origen del termino resiliencia, de acuerdo a De Andrade Seidl y Da Cruz Benetti (2011), se fundamenta en tres perspectivas: la física, la médica y la psicológica. Desde la perspectiva física, la resiliencia es la calidad de resistencia de un material al choque, a la tensión y a la presión, calidad que le permite volver, siempre que es forzado o violado, su forma o posición inicial. La resiliencia desde la perspectiva médica, se refiere a la capacidad de la persona para resistir una enfermedad, una infección, una intervención, por sus propios medios o con la ayuda de medicinas. Por otro lado, en la perspectiva psicológica, la resiliencia es la medida en que los sujetos, individualmente o en grupo, resisten las situaciones adversas sin perder su equilibrio inicial, es decir, conservar la capacidad de adaptarse y mantener el equilibrio constantemente. Los modelos conceptuales de resiliencia básicamente, se establecen

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alrededor de la idea de que las situaciones de adversidad que ocurren en el proceso del desarrollo humano general cambios del equilibrio homeostático, es decir, en el equilibrio entre los factores internos y externos al individuo. De acuerdo con la intervención entre estos factores internos y externos, pueden ocurrir distintas formas de afrontamiento, como la reincorporación de la experiencia adversa con un proceso de crecimiento y modificación individual; el regreso al estado homeostático anterior; el volver a insertarse con el sentido de pérdidas y la integración a la disfuncionalidad (Pérez y Ruiz, 2015). El enfoque de la resiliencia familiar está relacionado con el desarrollo de estrategias de prevención e intervenciones orientados hacia familias en situaciones de riesgo por su énfasis en la forma en cómo los procesos internos y externos interactúan y afectan su capacidad de transformación ante los eventos estresantes de la vida (Walsh, 2016). Las familias en las que existe algún integrante con problemas de salud mental y emocional, se enfrentan a sentimientos de perdida, tristeza, culpa, frustración y mayor estrés. Por un lado, estos factores trastocan los roles de los miembros de la familia, promoviendo la desorganización de la estructura familiar, dado a las demandas estresantes que causan agotamiento emocional. Por otro lado, algunas familias no precisamente tienen que desarrollar trastornos mentales, ya que estudios en torno a la resiliencia han evidenciado que el núcleo familiar puede dar otros sentidos a los sucesos desfavorables, descubriendo nuevas formas de equilibrio familiar y resultar fortalecidas (Martínez, 2011). De acuerdo a Roy y Andrews (1999), la persona es un ser biopsicosocial, en constante interacción con el entorno



cambiante, que usa mecanismos innatos y adquiridos para afrontar los cambios y adaptarse a ellos en cuatro modos adaptativos: Fisiológicos, autoimagen, dominio del rol e interdependencia. Es el receptor de los cuidados de enfermería, desempeñando un papel activo en dichos cuidados. El medio ambiente como todas las condiciones, situaciones e influencias que rodean y afectan al desarrollo y a la conducta de las personas y los grupos. La salud como el proceso de ser y llegar a ser una persona integrada y total; es la meta de la conducta de una persona y la capacidad de ésta de ser un organismo adaptativo y considera la enfermería es requerida cuando una persona gasta más energía en el afrontamiento, dejando muy poca energía disponible para el logro de las metas de supervivencia, crecimiento, reproducción y dominio. La meta de la enfermería desde el punto de vista de Roy y Andrews (1999) es ayudar a la persona a adaptarse a los cuatro modos, ya sea en la salud o en la enfermedad. Los modos adaptativos son categorías de conductas para adaptarse a los estímulos de función fisiológica lo cual implica las necesidades básicas del organismo y las formas de adaptación; incluye los patrones de oxigenación, nutrición, eliminación, actividad y descanso, integridad de la piel, sentidos, líquidos y electrolitos y la función neurológica y endocrina; el autoconcepto el cual se refiere a las creencias y los sentimientos acerca de uno mismo, abarca la identidad física (incluye la sensación y la imagen corporal), la identidad personal (incluye la autocoherencia y el auto-ideal) y la identidad moral y ética (incluye la auto-observación y la autoevaluación). La función de rol implica conductas de razón de la posición de la persona en la

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sociedad depende de cómo una persona interactúa con otras en una situación concreta. Puede clasificarse en factores primarios, como la edad y el sexo, secundarios, como la pareja o esposo(a) y terciario, el cual implica el rol temporal de una persona que no pertenezca al núcleo familiar. Además, la interdependencia, la cual tiene que ver con las relaciones de la persona con sus amistades y los sistemas de apoyo y persigue el equilibrio entre las conductas dependientes las cuales incluyen búsqueda de ayuda, atención y afecto; y conductas independientes las cuales incluyen el tener iniciativa y obtener satisfacción en el trabajo. Satisface las necesidades de la persona de amor, educación y afecto (Roy & Andrews, 1999). Las estrategias de procesamiento de control que el individuo utiliza como sistema de adaptación y los efectores que hacen referencia a la función fisiológica, el autoconcepto y la función de rol incluidos en la adaptación, y la salida la cual se refiere a las conductas de las personas, y se dividen en respuestas adaptativas aquellas que promueven la integridad de la persona; logran las metas de la supervivencia, crecimiento, reproducción y dominio; y en respuestas ineficaces aquellas que no fomentan el logro de las metas. Las respuestas proporcionan la retroacción del sistema. De este modo, el nivel de adaptación es un punto en continua modificación, constituido por estímulos focales, contextuales y residuales que representan la entrada al sistema propia de cada persona con respecto a las respuestas adaptativas del sistema que son las salidas (Roy & Andrews, 1999). Según Alligood y Tomey (2006), Callista Roy define seis pasos en el proceso de enfermería: Valoración de las conductas; estímulos que afectan a esas conductas;



elaboración de un diagnóstico de enfermería sobre la situación adaptativa de la persona; establecimiento de objetivos que favorezcan la adaptación; intervenciones de enfermería como intentar manipular los estímulos para lograr la adaptación; y la evaluación mediante la manipulación de los estímulos del paciente. Desde la perspectiva de Roy, los aspectos que afectan a la persona se llaman estímulos y provocan una respuesta adaptativa o inefectiva, además representan el punto de interacción del sistema adaptativo humano con el ambiente (Alligood & Tomey, 2006). El rol de la practica avanzada de la especialista clínica (APN) en psiquiatría y salud mental, de acuerdo a Joel (2009), utiliza bases teóricos y experiencias clínicas avanzados con el fin de manejar problemas complejos de salud mental y psiquiatría. La APN se desempeña en diferentes roles los cuales coexisten en una relación las competencias del experto clínico, educador, investigación, liderazgo y administración y consultor. Es importante apuntar que el rol del experto clínico es el que predominan en las intervenciones de los problemas disfuncionales del sistema de familias residentes. Sin embargo, la ejecución de cada rol promueve similitud y contrastes con las competencias básicas que determinan las funciones de los roles. Estos roles de la APN se pueden fusionar en la práctica de este modelo de resiliencia en el sistema familiar para el logro de ejecución en el escenario académico y comunitario. La práctica de la APN es reconocida debido a su preparación académica avanzada y experiencias clínicas (Joel, 2013). Estas competencias del rol de garantizar al consumidor la credibilidad de las funciones de la APN. Esta hace la diferencia en la calidad de cuidado ofrecido al paciente, familia, grupos y comunidades. A raíz de su

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experiencia puede hacer intervenciones psicoterapéuticas utilizando esta conceptualización de resiliencia en el sistema familiar (Campell, 2000 como se citó en Joel, 2013). Referencias Alligood, M. R., & Tomey, A. M. (2006). Nursing theorists and their work (6th ed.). St. Louis, Missouri: Mosvy Elsevier. Boss, P. (2003). Family Stress: Classic and Contemporary Readings. California, Sages Publication Inc. De Andrade Seidl, M. L., & Da Cruz Benetti, S.P. (2011). Resiliencia familiar: nuevas perspectivas en la promoción y prevención en salud. Diversitas (17949998). 7(1), 43-55. Joel, L.A. (2013). Advance Practice Nursing: Essentrots for Role Development (3rd ed.). Philadelphia: F.A. Davis Company. García-Vesga, M.C. (2013). Desarrollo teórico de la resiliencia y su aplicación en situaciones adversas: Una revisión analítica. Revista Latinoamericana De Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 11(1), 63-77. Recuperado de http://ezproxy.pucpr.edu:2048/docvi ew/1371294925?accountid=40594 Martínez, V.H. (2011). Resiliencia familiar. Revista UIC- Foro Multidisciplinario De La Universidad Intercontinental, (21), 40-43. Pérez, J. & Ruiz, I. (2015). Resiliencia comunitaria: Propuesta de una escala y su relación con indicadores de violencia criminal 1/Community resilience: Proposal of a scale and its relationship with criminal violence indicators. Pensamiento Psicológico, 13(1), 119-135. Recuperado de



https://ezproxy.pucpr.edu:2048/docvi ew/1707542175?accountid=40594 Roy, Sr. C., & Andrews, H.A. (1999). The Roy adaptational model (2nd ed.). Stamford, CT: Appleton & Lange.

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Walsh, F. (2016). Resiliencia familiar: un marco de trabajo para la práctica clínica. Recuperado de http://www.juconicomparte.org/recur sos/Resiliencia-familiarSpan_optim_Uh

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