Museo Arqueológico de Vaste (ISBN 9791220004046)

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Descrição do Produto

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5 - 20

DIPARTIMENTO DI BENI CULTURALI uNIVERSITÁ DEL sALENTO

Uni-Salento prossimo venturo. Rifondare il patto Università-Territorio

UNIONE EUROPEA

Fondo europeo di sviluppo regionale

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DIPARTIMENTO DI BENI CULTURALI

Città di Poggiardo

5 - 20

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Ministero dei beni delle attività culturali e del turismo

Regione Puglia

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UNIONE EUROPEA

Fondo europeo di sviluppo regionale

uNIVERSITÁ DEL sALENTO Uni-Salento prossimo venturo. Rifondare il patto Università-Territorio

cea

Museo Arqueológico de Vaste Coordinación: Giovanni Mastronuzzi y Valeria Melissano

Sistema Museale di Vaste - Poggiardo Finanziamento P.O. FESR 2007-2013, Asse IV, Linea IV.2, Azione IV.2.1, lettera D, Riqualificazione e valorizzazione del sistema museale.

Sistema Museale di Vaste - Poggiardo Finanziamento P.O. FESR 2007-2013, Asse IV, Linea IV.2, Azione IV.2.1, lettera D, Riqualificazione e valorizzazione del sistema museale.

Museo Arqueológico de Vaste Proyecto Francesco Baratti, Francesco D’Andria Comité Científico Francesco D’Andria, Luigi La Rocca, Mario Lombardo, Giovanni Mastronuzzi, Valeria Melissano, Grazia Semeraro Comité Técnico-Organizador Luigi Contino Circolone, Giuseppe Luciano Colafati, Fabrizio Ghio, Antonio Mangia, Laura Masiello Instalación Meridies scrl Restauraciones Gianluigi Mancino (Dipartimento di Beni Culturali - Università del Salento) Carla De Maglio, Luigi De Turris (Màthema Restauri Soc. Coop.) Proyecto gráfico (paneles) Antonio Mangia Paneles, textos e investigaciones Patricia Caprino, Fabrizio Ghio, Paolo Güll, Max Limongelli, Giovanni Mastronuzzi, Valeria Melissano Traducción al inglés (paneles) George Metcalf Modelos y dioramas Francesco D’Andria (idea), Fabrizio Ghio, Francesco Narracci (realización) Ilustraciones Francesco D’Andria (idea), InkLink - Firenze (realización) Cartografía y dibujos Fabrizio Ghio, Fabiola Malinconico R.U.P. Lucio Ricciardi Proyecto y dirección de obras Luigi Antonazzo, Gianluca Pede Obra Morello srl - Caprarica di Lecce

Museo Arqueológico de Vaste

Coordinación: Giovanni Mastronuzzi y Valeria Melissano Textos Patricia Caprino (P.C.), Katia Mannino (K.M.), Giovanni Mastronuzzi (G.M.), Valeria Melissano (V.M.), Grazia Semeraro (G.S.), Adriana Travaglini (A.T.) (Dipartimento di Beni Culturali - Università del Salento) Traducción al castellano Fabia Del Giudice y Diego Símini Proyecto gráfico Fabio Leone, Antonio Mangia Comité de redacción Fabrizio Ghio, Fabiola Malinconico, Antonio Mangia, Valeria Melissano Secretaría de redacción Renato Caldarola, Chiara Francone, Ottavia Motolese, Annalucia Spagnolo

Agradecimientos: El Museo de Vaste es el resultado de una larga serie de excavaciones y pesquisas arqueológicas, realizadas de forma sistemática y dirigidas por el profesor Francesco D’Andria, en el marco de un convenio con la Superintendencia de Patrimonio Arqueológico de Apulia, el Ayuntamiento de Poggiardo, l’École Française de Rome, la Scuola Normale Superiore de Pisa y con el apoyo de la población. En la portada: cabeza femenina de piedra caliza de la Piazza Dante; crátera roja-figurada del Fondo Melliche (foto A. Mangia).

Museo Arqueológico

Poggiardo y Vaste 4

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oficina

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planta 1

Sala 2 Sala 3 Sala 1

entrada y bookshop

a la planta 1

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Piazza Dante 5

Entrada al Museo

El Museo Arqueológico de Vaste se halla en el antiguo Palacio Baronal, conjunto arquitectónico realizado entre el siglo XIV y el siglo XVIII. Se accede a las salas de exposición por la entrada que da a la Plaza Dante. Lo primero que se ve es una reproducción de gran tamaño – idea de Francesco D’Andria, realización del estudio InkLink de Florencia – de uno de los elementos que más caracterizan el paisaje de la antigua Mesapia, las murallas de Vaste, en el sector adyacente a la puerta Este, en el momento en que un sisma, documentado históricamente y por investigaciones arqueo-sismológicas, causó su derrumbe en la primera mitad del siglo III a.C. Enseguida, a mano izquierda, se pueden admirar dos vasijas que proceden de la necrópolis de la ciudad mesápica del siglo IV a.C.: una crátera con figuras rojas y una trozzella. La crátera es el recipiente que antiguamente se usaba para mezclar el vino con agua. En las poblaciones indígenas de Apulia se utilizaba como elemento principal del ajuar de los hombres adultos: solo ellos podían consumir la preciosa bebida. El ejemplar expuesto es la obra por la que recibe su nombre el Pintor de Vaste. La pintura de la crátera representa a un hombre entre dos mujeres, persiguiendo a una de ellas, y es quizás símbolo del matrimonio. 6

La trozzella es la vasija típica de la civilización mesápica; habitualmente se deponía en los sepulcros femeninos. Se usaba para contener agua y indicaba la importancia de la mujer como responsable de las actividades domésticas y de los bienes de la familia. El ejemplar expuesto presenta una rica decoración con elementos vegetales y geométricos. G.M.

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Hipogeo de las Cariátides En la primera sala de la planta baja se halla una reconstrucción en madera, de tamaño natural, de la fachada del Hipogeo de las Cariátides, la monumental tumba helénica de cámara, ricamente esculpida en piedra caliza local y descubierta en 1869 por Luigi De Simone en la Hacienda Maura. Según el investigador salentino, se accedía a la sepultura – cavada en la tierra – por «una escalinata», a cuyos pies había un vestíbulo seguido por «dos celdas» contiguas; en la fachada del Hipogeo, esculpidas en los fustes de las puertas de acceso a las cámaras funerarias, resaltaban cuatro figuras femeninas de altorrelieve – las Cariátides – quienes, tomadas en perspectiva con un largo vestido con tirantes y pecho desnudo, levantaban los brazos con el palmo de las manos hacia arriba. Dos bajorrelieves con carros conducidos por erotes y tirados por tres felinos – probablemente hallados en el vestíbulo – se referían, según De Simone, a un supuesto friso colocado por encima de las Cariátides. La reconstrucción del Hipogeo se basa en la descripción de De Simone: la labor, realizada por el artesano Antonio Fiera y basada en un proyecto de 1997 del arquitecto Baratti, procede de una idea del profesor Francesco D’Andria y se inspira en las siluetas, esenciales y sugerentes, recortadas en madera bruta por el escultor Mario Ceroli. Una nueva reconstrucción de la fachada del monumento se llevó a cabo en 2011 en el Portal de entrada al Parque de los Guerreros utilizando las reproducciones en 3D de las esculturas del Hipogeo expuestas en el Museo Provincial de Lecce y en el Museo Nacional Arqueológico de Tarento. La reconstrucción del Hipogeo de las Cariátides que se halla en 8

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el Portal se basa en una propuesta de interpretación que los arqueólogos de la Universidad del Salento han avanzado recientemente, poniendo de relieve una comparación entre el monumento de Vaste y el Hipogeo Palmieri de Lecce, una tumba mesápica de cámara, bien conservada, caracterizada por esculturas. En la nueva reconstrucción los bajorrelieves son los elementos terminales de dos frisos con series de carros viajando hacia el Más Allá. Los frisos, simétricos y paralelos, coronan las paredes de un pasillo descubierto que lleva al vestíbulo de cielo abierto. se presenta La fachada de la tumba da hacia el vestíbulo. Se la supone con una trabeación con friso de triglifos y métopas, igual que en los hipogeos apulienses conservados. El friso está sostenido idealmente por las Cariátides, figuras majestuosas en que se identifican las Ménades, seguidoras de Dionisio, dios relacionado con los Infiernos. Estas figuras míticas tenían la tarea de custodiar la última prestigiosa mansión de una eminente familia aristocrática. K.M.

En 1985 las excavaciones realizadas por la Universidad de Lecce (hoy Universidad del Salento), dirigidas por el profesor Francesco D’Andria, sacaron a la luz un núcleo de necrópolis pertenecientes a la clase aristocrática de la ciudad mesápica. Se hallaron doce tumbas de sarcófago y varios depósitos funerarios. Dos sepulcros masculinos destacan por la especial riqueza de sus ajuares. Se reconstruyeron en una especie de cámara funeraria a la que se accede cruzando la puerta con las Cariátides. Se describen a continuación.

Sepulcro del atleta En el momento de la excavación la tumba se atribuyó a un atleta por la presencia de dos estrígiles de bronce, instrumentos que los jóvenes utilizaban para limpiar su cuerpo después de participar en las competiciones atléticas: evocaban, pues, la costumbre del deporte en que el hombre, muerto a sus 58 años aproxidamente, debía haber destacado en su juventud. Si los estrígiles simbolizan la actividad desempeñada en vida, el conjunto de los demás objetos del ajuar indica con claridad la pertenencia a un nivel alto de la sociedad: lo más significativo es la elegante crátera italiota con figuras rojas del pintor de Creusa, que procede de Metaponto. La crátera, en contexto mesápico, caracteriza las tumbas masculinas por su alusión al banquete y al simposio, eventos reservados a los hombres. A lo mismo remite el colador de bronce, destinado a la filtración del vino que habitualmente se mezclaba con agua y especias. La datación de la tumba se ubica en la segunda mitad

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Sepulcro del jinete Es sin duda una de las tumbas más importantes de la necrópolis de la Hacienda Melliche. El sarcófago monolítico, en pietra leccese (arenisca), está labrado con mucho cuidado y con atentas finiciones con buril. El difunto, un hombre de aproximadamente 52 años, lleva pocos objetos, de considerable valor artístico y simbólico: la crátera ática de figuras rojas, del pintor de la Centauromaquia del Louvre, remite directamente al banquete y al simposio, como el podanipter de bronce (vasija para el lavado de los pies), de fabricación etrusca. La espuela de bronce indica el papel social del difunto, evocado como poseedor de caballos, prerrogativa de la clase aristocrática. Aquí también, al igual que en la tumba del atleta, se observa la presencia de un objeto precioso de datación más antigua que los demás: la bacía de bronce perteneció a la familia durante aproximadamente un siglo, antes de acompañar al difunto en su viaje ultraterrenal. G.S.

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Sala 2

del siglo IV a.C. Tanto la crátera como el colador, frutos de una refinada manufactura y de datación más antigua, probablemente ya estaban en poder de la familia del difunto y se pusieron a su lado como señal de su elevado estatus social.

La arquitectura sagrada y los lugares de culto con mojones En el territorio de Mesapia hay varios testimonios de santuarios y sedes de cultos, que se caracterizan no por estructuras arquitectónicas monumentales, sino por edificios que consisten en recintos sin cobertura. Este tipo de estructuras se han encontrado en Vaste, Cavallino y Ugento. En Vaste, un recinto de culto de la segunda mitad del siglo VI a.C. volvió a la luz durante las excavaciones realizadas por la Universidad de Lecce en 1985, coordinadas por el profesor Francesco D’Andria. Ubicada al Norte de la zona urbana antigua y moderna, un área de más de 70 metros cuadrados se asoma a un camino Norte-Sur, y en el lado opuesto está delimitada por un muro de grandes bloques de piedra caliza. En el interior de dicho espacio se halla un pequeño recinto de forma cuadrada, realizado con bloques de piedra caliza, algunas bases de arenisca dispuestas a lo largo de un muro de delimitación y una losa de pietra leccese. Cerca de las bases se hallaron algunos mojones en pietra leccese. Se trata de elementos en forma de pilar, que proceden de un mismo bloque de piedra; tienen, en su mayoría, una altura entre 30 y 60 cm, aunque en algún caso rebasa un metro. Sus formas son paralelepípedas, en tronco de pirámide ligeramente redondeado, o también una estructura más completa con un remate definido «a cavetto» (en cable), una especie de capitel sobresaliente de manera variable y esculpido, que puede presentar una pareja de roquetes cilíndricos. Es importante observar que en la parte superior siempre hay algunos agujeros en proximidad de los vértices y por los lados mayores. Basándonos en las pinturas de las vasijas griegas, podemos afirmar que los agujeros servían para introducir varitas de madera a las que se anudaban vendas con función litúrgica y decorativa. En la sede de culto de la Hacienda Melliche se hallaban siete mojones. Además hay que contar algunas piedras irregulares, también clavadas en la tierra. Todos tenían la función de señalar el lugar exacto en que depositar las ofrendas destinadas a los antepasados y a las divinidades, en especial las subterráneas, protectoras de la fertilidad. En el área de Vaste las ofrendas consistían en vasijas que eran parte de los utensilios destinados al adecuado tratamiento del vino: las grandes cráteras, destinadas a mezclar el vino con agua, proceden de la zona de Esparta, mientras los skyphoi, los vasos para beber, vienen de Corinto y de Atenas. Las copitas y la jarra con asa decorada, coal igual que una pareja de trozze pertenecen en cambio a la producción local. Junto con las vasijas también se hallaron cráneos de chivos. Estos elementos permiten afirmar que el ritual celebrado en la sede de culto incluía el sacrificio de animales, destinados a satisfacer a hombres y dioses. Un papel igual de importante se reservaba al consumo de vino, también ofrendado en parte a los antepasados 12

Sala 3

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y a los dioses siguiendo dos ritos distintos: vertiendo una libación en la tierra o llenando copas para beber con el fondo horadado, por el que la bebida fluía lentamente hacia las profundidades de la tierra. La presencia de algunas inscripciones en los mojones de Vaste, al igual que en los de Cavallino, se refiere al nombre del dedicante, expresado con una fórmula al genitivo. En los ejemplares de la Hacienda Melliche se lee: baolihi kamannaΨihi , a[ṇ]aihino. Otra dato interesante es el hecho de que en Vaste, además de la sede de culto de la Hacienda Melliche, se ha detectado zonas de concentración de mojones en al menos cinco otras áreas dispuestas alrededor de la zona habitada. En estos casos, sin embargo, los objetos se reutilizaron en las murallas mesápicas de los siglos IV y III a.C. o se recuperaron en ocasión de las quitas de piedras modernas. Es significativa la correspondencia entre la ubicación de cinco de ellas y el trazado de las murallas. Se puede afirmar por lo tanto que los núcleos de culto con mojones formaban un anillo sagrado, que protegía la ciudad. Al mismo tiempo las sedes de culto definían los espacios destinados a la agricultura y al pastoreo mediante actividades de culto dirigidas a asegurar la abundancia de las cosechas y la prosperidad del ganado. Otra zona en que se han hallado mojones arcaicos es la Hacienda Giuliano, a 2 km. aproximadamente de la zona habitada. De este área proceden varios elementos que tienen referencia con sedes de culto, como el bloque decorado con friso vegetal, perteneciente sin duda a la parte superior de un recinto, y la columna dórica con capitel decorado con rosetas. En este caso es posible que la sede de culto tuviera relación con una zona habitada de tipo rural, ubicada en el camino hacia Otranto. G.M.

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Proceden de Vaste varios testimonios de la arquitectura de los siglos IV y III a.C., relacionados sobre todo con la construcción de edificios privados. En el transcurso de las indagaciones arqueológicas realizadas en el área de presencia mesápica, se han recuperado numerosos elementos que pertenecían a la decoración de las casas: marcos de puertas de las residencias aristocráticas, frisos que decoraban las fachadas, serie de capiteles de orden dórico que definían los pórticos. En particular, bloques architectónicos finamente labrados proceden del área del edificio en L, hallado en la Hacienda San Antonio, a pocos metros de la zona habitada antigua y moderna: se trata con seguridad de la residencia de un grupo aristócrata que incluía partes cubiertas, en una superficie de aproximadamente 750 metros cuadrados. De la Via Enrico Toti, procede un fragmento del marco de una puerta de otro importante edificio, con decoración en meandro. La distribución espacial de los hallazgos indica que las casas de los notables se concentraban en el área de la llamada «acrópolis», y que se distinguían de las de las zonas periféricas por cierto lujo en la decoración arquitectónica de las fachadas. En el Museo es visible la reconstrucción de una fachada con trabeación dórica: la estructura está realizada en madera incluyendo un pieza original en piedra delicadamente cincelada, decorada con triglifos; el esquema decorativo se ha reproducido en la madera, para ofrecer una imagen completa de cómo era. El bloque estaba reutilizado en la construcción del Palacio Baronal. En otro fragmento se conserva parte de un triglifo relativo a una trabeación dórica de dimensiones aun mayores. V.M.

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Construcciones particulares en la ciudad helénica

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El Grupo de trabajo de Informática aplicada a la Arqueología de la Universidad del Salento ha realizado el Web GIS de las instalaciones, un instrumento que permite disponer en línea de las informaciones territoriales relativas al Salento en época mesápica. Se ha hecho un censo de 237 sedes arqueológicas y a la vez se ha reunido toda la información relativa a los aspectos naturales y medioambientales de la región, con el fin de proponer la reconstrucción de los paisajes antiguos. El Web GIS utiliza dos bases de datos, una cartográfica y una descriptiva, incluyendo partes de texto y partes codificadas. El sistema puede aportar datos en relación con un tema específico. Se pueden realizar cartografías específicas por fases cronológicas, por áreas o según la distribución de determinadas categorías de objetos. Además, para los datos arqueológicos, están disponibles las informaciones sobre la flora y la fauna de la Antigüedad, las caraterísticas del suelo, la orografía y la hidrografía. El sistema contiene una bibliografía. G.S.

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Web GIS

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Aunque los rastros más antiguos de la ocupación del territorio de Vaste y Poggiardo se remonten a finales de la Edad de Bronce (siglos XI-X a.C.), solo a partir del siglo IX a.C. se distinguen las estructuras de edificación en chozas, protegidas por un terraplén fortificado. En las casas y en las sedes de culto, identificadas en la periferia norte de la aldea, se utilizaban las vasijas de producción local realizadas a mano, sin torno, en arcilla bruta (pasta) o depurada, con decoración geométrica pintada. También se ha documentado la presencia de cerámicas importadas de Grecia, en especial de Corinto, destinadas al consumo de vino (copas, bocales, jarras, cráteras). Un ejemplar magnífico de fíbula en forma de gafas (alfiler para vestido), realizado a partir de un cuerno de ciervo, procede también de una producción corincia.

La exposición comprende una amplia selección de cerámicas de mesa y ánforas comerciales procedentes de los desechos de la aldea en los siglos IV-III a.C. Este periodo es el que mejor conocemos de la historia de Vaste. La zona habitada se extendía sobre un área de casi 70 hectáreas y estaba rodeada de poderosas fortificaciones. Los barrios de residencia estaban alrededor de la zona de la actual Piazza Dante. Las cerámicas eran vasijas con barniz negro, en su mayoría copas y platos; las otras formas están documentadas en las producciones locales sin revestimiento o con decoración geométrica y vegetal. Es muy interesante una matriz de piedra destinata a reproducir figuras femeninas que llevan cestos, en estuco. En el fondo de la sala hay una reproducción en escala de una escena de sacrificio en ocasión de la partida de un contingente de guerreros: en el transcurso del siglo III a.C. algunos episodios bélicos afectaron sensiblemente el Salento. En 267-266 a.C., los Romanos finalizaron la conquista de Apulia; pocos años más tarde la región es uno de los principales escenarios de la guerra contra Haníbal. G.M. 19

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La ciudad

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En 1989 en el área de la Hacienda San Antonio se verificó un hallazgo de extraordinaria importancia: un tesoretto de 150 monedas. La zona coincide con un grupo de construcciones de los siglos IV y III a.C., dispuesto alrededor de un patio grande. El conjunto residencial más extenso (750 metros cuadrados) está compuesto por dos alas perpendiculares dispuestas en L por los lados norte y oeste del patio. Cada ala está comprende varias salas alineadas, cuya función se puede reconocer gracias al análisis de los objetos encontrados y al estudio de los elementos estructurales: hay una sala para banquetes, una despensa y una cocina. Las grandes dimensiones permiten calificar el edificio como residencia de un grupo aristocrático. Por el lado oeste, la estructura se prolonga en un pórtico largo que da a un área sin construcciones, donde están ubicadas las cisternas para acumular agua. Cerca de una de ellas, en un agujero en la tierra, se encontró una preciosa jarrita de bronce que contenía 150 monedas de plata, estateras, acuñadas en las casas de moneda magnogriegas de Tarento (142), Heraclea (7) y Turi (1), hacia mediados del siglo III a.C. El tesoretto fue enterrado en ocasión de los tremendos acontecimientos causados por la conquista romana del Salento, con la esperanza de que la situación volviese a la tranquilidad; su dueño no consiguió recuperarlo. Por las mismas razones se enterró otro tesoretto, compuesto de 59 monedas de entre mediados del siglo V y mediados del III a.C.; se halló en 1913 en la Hacienda Vigna. A.T.

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Sala 6

El tesoretto

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En Vaste, come en el resto de la Mesapia, no tenemos hasta la fecha testimonios de tumbas o informaciones seguras sobre la existenca de áreas funerarias de los primeros siglos de vida del asentamiento, cuando la zona habitada era una aldea de chozas (siglos IX-VII a.C.). Las únicas excepciones son los sepulcros de niños, dentro de pithoi en el interior mismo de las casas. A partir del siglo VI a C., en cambio, comienzan a realizarse en Vaste, como en el resto de la Mesapia, las inhumaciones de difuntos en posición fetal, en tumbas excavadas en la tierra; durante el siglo V a.C., se va difundiendo la deposición en posición de cúbito dorsal en tumbas construidas en bloques o en sarcófagos monolíticos. En la fase arcaica destaca la tumba hallada en la Hacienda Maura-Giardino Faccenna, en 1914, cuyo ajuar representa la composición típica de dicho periodo. La presencia de una crátera y de una jarra mesápica, acompañadas de copas y recipientes para ungüentos, indica la doble deposición, a unos veinte años de distancia, de un hombre y de una mujer, pertencientes a la clase media. A partir del siglo IV a.C., en la urbanización de Vaste, como en muchos otros centros mesápicos, la distribución de los espacios se ve influenciada por la edificación de las murallas. Mientras las casas de residencia y los lugares sagrados siempre están incluidos dentro del área fortificada, esto no ocurre para las áreas de sepultura, que se hallan tanto dentro como fuera. Son varias las zonas de la ciudad interesadas por la presencia de tumbas aisladas o de núcleos más o menos importantes de sepulturas. Ya que muchas de dichas zonas cementeriales están debajo de los edificios modernos de Vaste y Poggiardo, su exploración está limitada por la presencia de edificios y calles. Los núcleos de necrópolis hallados hasta la fecha se refieren globalmente a tres zonas: pertenecen a la primera las tumbas ubicadas extra moenia y entre estas resalta el conjunto de la Hacienda Aia, en Poggiardo, por la Via Alcide De Gasperi, y el grupo de sepulturas que se

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Salas 7-8

La necrópolis

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encuentran al sur de Vaste, por el antiguo camino a Castro; la segunda zona está constituida por las que están dentro del anillo fortificado o en el propio recorrido de las murallas, en áreas periféricas de la urbanización, como es el caso del núcleo de la Hacienda Melliche; la tercera, finalmente, incluye tumbas aisladas, o en pequeños grupos, ubicadas en el área central de la ciudad, en posición preminente, en las inmediaciones de la Piazza Dante. Se trata en estos casos de tumbas de cierto prestigio, en semicámara o cámara, entre las que destaca el Hipogeo de las Cariátides. A lo dicho, conviene añadir los muchos hallazgos que se verificaron entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del siglo pasado, con datos a veces imprecisos, que han restituido importantes conjuntos de restos arqueológicos, en su mayoría conservados en Tarento, en los depósitos de la Superintendencia de Patrimonio Arqueológico de Apulia. En la nueva exposición se proponen dos de los conjuntos más significativos hallados entre 1926 y 1928, en la Hacienda Aia La Corte. Caso a parte es la necrópolis de la Hacienda Melliche, estudiada en 1985 por el equipo de la Universidad de Lecce, bajo la dirección del profesor D’Andria. En la antigua zona habitada, el área representa una parte extensa, libre de construcciones, destinada a actividades agrícolas y sedes de culto hasta la época helénica. Alrededor de mediados del siglo V a.C., en la zona anteriormente destinada a sede de culto con mojones, se realizó una necrópolis con montículo. Presenta un grupo de doce tumbas con sarcófago, además de varios depósitos funerarios, distribuidos por el camino que del centro se dirige hacia la puerta norte de la ciudad. Es significativo el cambio en las formas de marcar el paisaje en el asentamiento antiguo. El área de culto se anuló con la realización de una colina artificial de tierra y piedras que cubría y señalaba los lugares destinados a la sepultura de individuos de rango aristocrático. También se puede suponer que estos pertenecían a una sola familia que con la construcción del túmulo pone de manifiesto su voluntad de ejercer el control sobre una parte del territorio de Vaste, crucial para la agricultura y la ganadería. El especial cuidado en la realización de los sarcófagos, en bloques monolíticos de pietra leccese labrados a buril y el valor considerable de los objetos del ajuar demuestran, sin lugar a dudas, que se trata de un conjunto que pertenecía a una o varias familias artistocráticas o en todo caso a personas con una posición social encumbrada. La exposición de restos arqueológicos en los escaparates se acompaña con un diorama en que se puede ver la reconstrucción del rito del sepelio. V.M.

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En 1999 se realizó un programa de pesquisas arqueológicas urbanas en ocasión de obras de instalación de servicios subterráneos en Vaste. En el área del casco antiguo, en la vía pública, se llevaron a cabo indagaciones dentro de trincheras de exploración; en la Piazza Dante, en concreto en la parte sur, el hallazgo de una gran oquedad subterránea, cavada en un banco de roca, sugirió la oportunidad de realizar una excavación más extensa. El conjunto de datos arqueológicos recuperados durante las excavaciones y las informaciones recabadas en lo sucesivo gracias al estudio de los objetos de manufactura y de los hallazgos botánicos y fáunicos, permitieron identificar una importante sede de culto ubicada en el centro de la urbanización mesápica. Los mismos datos sirvieron para elaborar y proponer al público un diorama del área sacra, con la reconstrucción del contexto en que se desarrollaban las prácticas religiosas. Entre la segunda mitad del s. IV y a lo largo del s. III a.C., en ese lugar existía un gran edificio compuesto por dos ambientes adyacentes delimitados por bloques de piedra caliza; por el lado occidental las paredes de bloques se unían a una estructura realizada con una diferente técnica de construcción (piedras irregulares de gran tamaño), que se remontaba al siglo VI-V a.C. Como no hubo derrumbre de los tejados, se supone que los dos ambientes carecían de cobertura, comparables con los edificios destinados al culto en época arcaica; en el interior había hogares y fogones para cocinar. Frente al edificio se abría un gran espacio, donde ha sido posible detectar la presencia de otro hogar y, sobre todo, tres oquedades excavadas en el banco de roca. Los ambientes hipogeos son el elemento que mayormente caracteriza la sede de culto. Probablemente, la existencia de fisuras naturales, de origen cársico, en el banco de roca, sugiriera la posibilidad de un contacto con las divinidades subterráneas, protectoras de la fertilidad. Las tres cavidades presentan elementos en común, pero también profundas diferencias, que ponen de manifiesto los distintos usos durante la celebración del culto. Las tres presentan una sección en forma de campana y presentan el fondo ligeramente cóncavo con planta circular; en la superficie, la entrada estaba definida por bloques de piedra caliza, destinados a sustentar un sistema de cobertura con losas. Alrededor de la oquedad mayor estaba montada una estructura en gradas, cuyo fin era el de acoger a los fieles que asistían a las cerimonias. Este gran hueco alcanzaba 3 m. de profondidad y 3 m. de ancho en la base: se accedía para ofrecerle a la divinidad las primicias de la cosecha y los cochinillos sacrificados, de forma muy parecida a lo que ocurría, en el mundo griego, en el culto a Demetra. En la base de una hendidura de la roca, comunicante con el gran ambiente hipogeo, había un altar horadado en que se vertían las ofrendas. Es posible que hubiera cambios en los usos de estas instalaciones según las 27

Sala 9

La sede de culto de la Plaza Dante

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estaciones del año, ya que el acceso a la cavidad solo se permitía en determinados épocas, tanto a los sacerdotes como a los fieles. En los estratos de relleno del hipogeo se ha recuperado una parte del instrumentario utilizado en los ritos. Es particularmente significativo el hallazgo de una pequeña cabeza femenina en piedra caliza con restos de una decoración en amarillo, rosa y marrón: se trata sin duda de la imagen del culto de la diosa, que probablemente estaba colocada en la superficie, en una estructura en naiskos (templete). Es muy interesante la presencia de un gran caparazón de molusco, concha (Charonia tritonis), usada probablemente como instrumento musical durante las cerimonias. Entre las vasijas de cerámica se hallaron platos, tazas, jarras y trozzelle. Las dos cavidades menores alcanzaban una profundidad máxima de alrededor de 2 m, con también una entrada delimitada y cubierta por losas de piedra caliza. En el caso de la cavidad N° 1, entre los elementos de la cobertura, había uno con una hilera de agujeros de parte a parte dispuestos longitudinalmente, cuya función quizás fuera la de dejar fluir la sangre de los animales sacrificados en honor de la divinidad. Dos losas halladas cerca de la apertura de la cavidad N° 2 estaban marcadas con letras y palabras en alfabeto mesápico, difícilmente leíbles, y decoradas con motivos geométricos, parecidos a una gran esvástica. En el interior de ambas fosas se hallaron numerosas deposiciones votivas, caracterizadas por distintas mezclas de cerámicas y diferentes restos arqueo-zoológicos (huesos de animales) y arqueo- botánicos (semillas y carbones). En la cavidad N° 1 prevalece el conjunto compuesto por una taza, una holla y una copa de una sola asa; es frecuente la presencia de restos de legumbres y de huesos de ovinos, cabrunos y suinos, y también de perros. Dichos elementos pueden riferirse a la costumbre de la comida sacra, en la que hombres y dioses se reunían en el banquete; la consumición de sopas y comidas a base de legumbres se acompañaba con la preparación de manjares a base de carne. Las objetos depuestos en el interior de la cavidad N° 2 documentan una asociación de vasijas empleadas en el rito de la libación: oinochoe o jarrita, taza o skyphos, pequeña copa de una asa. A esto corresponde la ausencia casi total de semillas y fruta y una escasa presencia de huesos de animales, entre los que aparecen bovinos pero ningún perro. Otros objetos, utensilios y vasijas de cerámica documentan una variedad de ritos que se realizaban durante las cerimonias. Unos fragmentos de albercas, entre las que destaca un ejemplar de mármol griego, atestiguan la práctica de la purificación por agua que interesaba a todos los que estaban involucrados en los ritos, hombres y hasta animales que se iban a sacrificar. Los recipientes de óleos aromáticos, así como objetos relacionados con la seducción y el erotismo, se presentaban a la diosa para que sea propicia a la unión matrimonial. La ofrenda de fíbulas – alfileres para vestimenta –, se puede poner en relación con la donación de vestidos en los ritos relativos a eventos como el parto, el nacimiento o el primer menstruo. También se ofrendaban monedas a los dioses, a cambio de la atención que ellos facilitarían a la hora 29

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de cosechar. Finalmente conviene señalar la existencia de manufacturas con inscripciones: vasijas con nombres pintados o letras sueltas pintadas o grabadas (un nombre masculino, Oxxo, se repite en un ejemplar de taza y en un objeto de piedra). La escritura tendría valor mágico para anular la función habitual del objeto traspasando su propiedad a la divinidad; por otra parte, cabe recordar que dichos lugares eran sedes privilegiadas para la transmisión de los conocimientos, como lo atestigua el hallazgo de letrarios en el interior de las áreas santuarias; lo sugiere también la presencia de estilos para escribir en tabletas enceradas en la excavación de la Piazza Dante. En conclusión, todos los elementos que derivan del estudio de la zona de la Piazza Dante indican que allí había una sede de culto fundamental en el sistema de la ciudad mesápica: la población se dirigía a una diosa de la fertilidad, cuyas características eran similares a las de Demetra, pero, más en general, los ritos cumplían la función de garantizar la supervivencia de la comunidad. G.M.

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En las excavaciones realizadas en los años ’80 en la zona de la Hacienda Melliche, al norte de la actual Vaste, se detectaron algunas estructuras relacionadas con una pequeña sede de culto. Cerca de un camino procedente de la puerta oeste del asentamiento se ha rescatado un edificio formado por tres recintos adosados, construidos con bloques de piedra calcárea y sin cobertura. A su alrededor estaban depuestos objetos votivos: cráneos de cabritos, ánforas, pesas de telar, monedas y bañeras para ritos de purificación (louteria), relacionadas con la presencia de pequeños altares en piedra caliza y hogares; en las inmediaciones se ha encontrado también una cisterna grande. El conjunto presenta las características de un pequeño santuario “particular” en que la cisterna puede relacionarse con ritos de ablución documentados en especial en los louteria. La presencia de una tumba a breve distancia induce a atribuir el culto a grupos familiares que con este tipo de intervenciones marcaban las superficies agrícolas dentro del recinto murario con edificios destinados a la celebración del culto de los antepasados; dichas construcciones eran un símbolo de la posesión y control de las tierras de uso agrícola o pastoril, de modo análogo a lo que se verifica, para la época arcaica, en las sedes de culto con mojones. Las recientes excavaciones en este sector han demostrado la presencia de una amplia variedad de formas de culto, que se reparten en un marco cronológico entre la Edad de Hierro y el siglo III a.C.: en las épocas más antiguas es frecuente la presencia de huecos con el fin de guardar los objetos utilizados durante las cerimonias que propician la fertilidad. Durante las indagaciones efectuadas entre 2004 y 2012, se ha descubierto otro recinto en bloques con depósitos votivos, cisternas y pequeños pozos sagrados, algunas decenas de metros al sur del conjunto hallado en 1986. El relleno de una cisterna ha entregado, en este caso también, numerosos fragmentos de louteria, algunos mojones de piedra caliza local y recipientes para alimentos. Finalmente, un hueco cavado en la arcilla de base estaba completamente lleno de ceniza y, junto con una taza pintada de negro y una vasija con miniaturas, estaban depuestas algunas herramientas agrícolas de hierro – un hocino, una hoz y un cuchillo – y una espada. En este caso la asociación de utensilios y armas remite a la voluntad de afirmar la propiedad de la tierra y garantizar su inviolabilidad. Del conjunto analizado resalta, pues, una fuerte caracterización cultual de todo el sector ubicado en el límite entre el espacio habitado y las zonas destinadas a la agricultura y al pastoreo. En el transcurso de los siglos el área se marca con elementos cuya función es ponerla bajo la protección divina, con el fin de propiciar las cosechas y, por consiguiente, asegurar la supervivencia de la comunidad. Con dichos aspectos se relacionan de forma estrecha los pozos y las cisternas, necesarios para los ritos de ablución, aunque útiles también para extraer el agua de la falda y la recolección del agua pluvial. Desde la Edad 33

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La sede helénica de culto de la Hacienda Melliche

de Hierro hasta la época helénica persisten formas de culto, que contemplan el sacrificio de cabrunos y ovinos, las libaciones y las ofrendas en huecos cavados en el terreno. Andando el tiempo, aparecen formas de monumentalización, en la edad arcaica con el uso de mojones y luego con la construcción de recintos en la edad helénica. Entre el siglo IV y el siglo III a.C., además, el área debía tener una fuerte caracterización por la presencia de albercas lustrales y recipientes para alimentos, necesarios para la acumulación del surplus agrícola. G.M.

La escritura

Algunas inscripciones halladas en Vaste atestiguan un uso precoz de la escritura en el centro mesápico. Si por un lado hay cierta variedad en los soportes y las técnicas, desde el punto de vista funcional los textos, en su mayoría, están relacionados con el culto. El documento más antiguo se remonta al siglo VI a.C. Se trata de un fragmento de teja en que aparece el nombre antiguo del centro, Basta, forma similar a la que transmiten autores griegos y latinos como Plinio el Viejo o Tolomeo. Pertenece al mismo período una pequeña losa en que se lee el nombre de una mujer, Thaotorra, que dedica algo a un hombre llamado Idor. En el contexto de la sede de culto arcaica de la Hacienda Melliche, algunos mojones contienen una inscripción con el nombre del dedicante al genitivo según la fórmula “pertenece a …”. La losa hallada en 1930 en la Hacienda Lucernara cumplía la función de delimitar un área para ofrendas votivas. Se pueden leer dos textos, el uno al revés respecto al otro, y relativos a distintos momentos. El texto más antiguo (A), grabado de derecha a izquierda en la segunda mitad del siglo VI a.C., incluye el nombre Venas, una de las atribuciones de Zeus; el más reciente (B), de mediados del siglo V a.C., es una dedicatoria a Artami. En la sede de culto de la Piazza Dante algunos objetos llevan el nombre masculino Oxxo, probablemente una divinidad: se le encuentra, pintado antes de la cocción, en una taza, y grabado en un objeto manufacturado en piedra cuyo uso inicial es desconocido por su reutilización en época romana. Otras vasijas procedentes del mismo conjunto se caracterizan por letras sueltas pintadas antes de la cocción como por ejemplo la O y la 34

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R, en las que se pueden reconocer las iniciales de nombres de donantes o de divinidades. La importancia de la escritura en el contexto de los santuarios se enfatiza aun más por el hallazgos de estilos destinados a enseñar y practicar la escritura en tabletas enceradas. G.M.

impostor borracho perjuro que padece almorranas maricón proxeneta sodomita estafador ladrón amante ávido bueno puro serio en salud feliz

rey

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En 1992, durante las excavaciones en la Hacienda San Antonio, se hallaron, dentro de una cisterna, diecisiete fichas de juego, que pertenecen a un conjunto coherente de objetos utilizados como pasatiempo. Se trata probablemente de una suerte de juego de sociedad. Todas las fichas presentan de un lado un numeral y del otro lado un epíteto en nominativo o vocativo, y en un caso una exclamación (benest). Se puede observar que a los números más bajos están asociadas atribuciones negativas, hasta despreciativas o injuriosas, en algún caso con connotación sexual, mientras que a medida que aumenta el valor del numeral, corresponden adjetivos o sustantivos positivos, hasta el título de Rex correspondiente con el número LX, que es la puntuación máxima. Se conocen distintos ejemplares de fichas, parecidos al grupo de Vaste, que hasta la fecha es el conjunto más consistente. Se puede imaginar que las fichas se utilizaran en una antigua versión del juego de la oca. Una serie de peones iría recorriendo una tabula lusoria, en la que se podían marcar casillas: al avanzar, a lo mejor con el uso de dados, se llegaba a una meta que otorgaba la victoria junto con el título de Rex. Según otra hipótesis, podría tratarse de una especie de lotería, en la que la atribución de las fichas ocurría por extracción de una urna, realizada por turnos por los jugadores con el fin de alcanzar la puntuación más alta, quizás pagando una fianza en caso de «pesca» negativa. El detalle del agujero de parte a parte sugiere que los participantes podían colgarlas del cuello, durante el juego mismo, o bien para recogerlas y guardarlas al final de la partida. V.M.

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Las tesserae lusoriae

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El conjunto arqueológico de la Hacienda Giuliano está ubicado a 2 km. aproximadamente al norte de Vaste, en las modestas alturas de las Serre de Poggiardo; se descubrió gracias a las excavaciones sistemáticas realizadas por la Universidad del Salento a partir de 1991. En el área se identifican tres edificios de culto, construidos en sucesión entre finales del siglo IV y corriendo el siglo X d.C., y una vasta necrópolis rupestre. La iglesia más antigua, de la que se expone una reproducción en escala, se ha identificado como martyrium. Presenta una planta cruciforme, con una pequeña ábside; mide 14,70 m. de largo y 14 m. de ancho. Solo se conservan los bloques de fundación y unos pocos fragmentos del suelo, mientras que el techo estaba compuesto de tejas colocadas sobre vigas de madera. El área del presbiterio estaba delimitada por una balaustrada en losas de piedra, labradas a buril y pintadas en rojo con motivos geométricos, floreales o cruciformes,: los objetos manufacturados, obra de artesanos locales que imitan pautas frecuentes en el área que rodea el Mar Adriático, recuerdan los tabiques de la basílica episcopal de Egnazia. Dos capiteles en hojas de acanto podrían pertenecer a las columnitas del ciborio o de la pérgola, una estructura típica de los edificos paleocristianos, compuesta por columnas en las que se apoya un arquitrabe de la que cuelgan las lámparas: la hipótesis se confirmaría por el hallazgo de numerosas copas de vidrio con función de lucerna. En el exterior de la iglesia, adosado a la pared norte de la nave, había un ambiente de servicio destinado a actividades litúrgicas y de asistencia, o bien a la preparación de las ceremonias fúnebres. Al sur, en cambio, se halla una pared cuya función era delimitar el área de la iglesia y de la necrópolis ubicada detrás. Basándose en los datos planimétricos y en los objetos hallados, como las monedas de Valentiniano II (383-392) y Constanzo II (351-361), la construcción de la iglesia se puede fechar en la segunda mitad del siglo IV, mientras su destrucción data de alrededor de mediados del siglo VI. Son varios los elementos que permiten asociar la iglesia de Vaste con los martyria, edificios que se erigían en el lugar en que se conservaban los restos o las reliquias de un santo; en primer lugar las afinidades planimétricas con varios martyria de Turquía y Dalmacia (Solona). Además, es muy significativa la vinculación de la iglesia con el área cementerial, que atestigua la tendencia a disponer la sepultura ad sanctos, o sea en las inmediaciones de las tumbas de los mártires. El hecho de que cerca de las tumbas se llevara a cabo el rito del refrigerium es un indicio ulterior de la existencia de un culto a las reliquias. La función martirológica del edificio 39

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El conjunto paleocristiano de la Hacienda Giuliano

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se relaciona con la presencia del culto bizantino de San Esteban en la adyacente iglesia rupestre, atestiguado a partir del siglo XI: es fascinante pensar en la posibilidad de que señales del culto al protomártir, o incluso reliquias suyas, estuvieran presentes en la zona ya a finales del siglo IV, en una época seguramente muy importante para la cristianización de Salento, decidida y realizada por iniciativa de la sede episcopal de Otranto. El martyrium terminó derruido durante la guerra greco-gótica (535-553), pero a continuación se la construyó sobre sus ruinas una segunda iglesia, más grande (31,50 x 21 m), para acoger a más fieles. Una moneda de bronce de Justino II (575-576) constituye un elemento preciso para datar la construcción de la basílica en la segunda mitad del siglo VI. La nueva basílica presenta tres naves, separadas por dos filas de ocho pilares cada una, un ábside grande semicircular y el nártex. El suelo era de adobe mezcaldo con tufina y pedregullo; el techo a dos aguas, con vigas de madera cubiertas de tejas. La cavidad absidal estaba decorada con frescos de santos. También la pared de fondo del ábside estaba pintada: le pertenece un conjunto con la representación de la Virgen con Niño Jesús (Theotokos). El edificio se relaciona con la arquitettura cristiana de Terra d’Otranto y presenta varias analogías con numerosas iglesias paleocristianas de Salento y de la Apulia centro-norte, como la contemporánea iglesia de San Juan en Patú; de Santa Eufemia en Specchia Preti; la llamada Le Centoporte (Cien Puertas) cerca de Giurdignano; las basílicas de Tarento, Egnazia, Barletta, Trani, Siponto; y el conjunto de San Justo en las inmediaciones de Lucera. La destrucción de la segunda iglesia implicó la edificación de un nuevo edificio religioso en el transcurso del siglo IX. Recupera completamente la anterior estructura absidal y parte de la nave central, en la que se crean cuatro pequeñas capillas de cada lado. La cobertura era una bóveda en cañón. El tercer edificio de Vaste se relaciona con la iglesia de Santa Marina en Muro Leccese. La construcción del martyrium se relaciona con la implantación de una necrópolis rupestre, cuya extensión rebasa los 5.000 metros cuadrados. El núcleo principal, que presenta más de 100 tumbas excavadas en la roca viva, ocupa una cueva ubicada detrás de la iglesia. Las sepulturas colocadas a lo largo de las paredes de la cueva se instalan dentro de arcosolios y están cubiertas por losas en pietra leccese a dos aguas con acroterios angulares. Sobre estos últimos se hallan pequeñas “copas” de malta, que servían para realizar el refrigerium. Este rito del cristianismo antiguo, con raíces en cultos paganos, consistía en derramar en la tumba líquidos (agua, vino, leche o miel), con el objeto de darle al difunto alivio material y moral. A esta costumbre se sumaba la preparación y consumición de comidas fúnebres cerca de las tumbas, por parte de parientes y amigos de los extintos. En Vaste esto lo atestigua la presencia de un hogar con huesos de animales y de un plano de roca alisado que servía como mensa. El refrigerium, además de ocuparse de la necesidad espiritual del difunto, constituía una oportunidad para ejercer la caridad por los necesitados. El ajuar de las sepulturas comprende una amplia variedad de vasijas de vidrio, como jarras, vasos, copas, lucernas, píxides y ampollas para ungüentos o perfumes, de manufactura muy refinada, procedentes de Egipto o del área siro-palestina. En muchas tumbas se 41

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hallaron objetos para el ornamento personal, pulseras de vidrio y bronce, collares de pasta vítrea y piedras duras, pendientes de oro, plata o bronce, alfileres y agujas de hueso o plata, hebillas de bronce, y peines de hueso. La impedimenta de terracota – jarras, pequeñas ánforas y lucernas – aparece esporádicamente. En un ánfora está grabado el nombre del dueño: Sextus Proculus. En las sepulturas, se han encontrado a menudo cáscaras de huevo y sobras de pescado y aves y en veintitrés de ellas está documentado el uso de dejar monedas: se trata del «óbolo de Caronte», el precio exigido por el feroz transbordador de almas, recordado en el Infierno de Dante, para completar el viaje ultraterrenal. Detrás del ábside se ha hallado una tumba, aislada de las demás, con los restos de cinco individuos adultos, tres hombres y dos mujeres, de entre 35 y 65 años de edad: se trata de un osario construido para recibir los restos de difuntos anteriormente enterrados en otro lugar, quizá dentro del mismo martyrium. En el momento de la construcción de la segunda iglesia, dichos restos se debían trasladar y se les quiso preparar una nueva sepultura, posiblemente como señal de respeto. La necrópolis de la Hacienda Giuliano se refiere sin duda a personas de rango elevado: se trata probablemnte de propietarios fondiarios de la zona, quienes debían tener el privilegio de estar enterrados cerca de un importante lugar sagrado. La posición social preminente se desprende del hecho de que las sepulturas se realizan en arcosolios y por la riqueza de los ajuares. El planteamiento general presenta notables analogías con varios conjuntos cementeriales de época paleocristiana documentados en distintas zonas del Mediterráneo. En la Italia del sur, se pueden citar los cementerios hipogeos de Canosa y Venosa, del Gargano y de la zona de Matera, y algunas necrópolis rupestres del sureste de Sicilia, como las de Santa Lucía y de San Juan en Siracusa; fuera de Italia, situaciones similares están documentadas en hipogeos y catacumbas en la isla de Malta. V.M.

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Las pesquisas arqueológicas realizadas de forma contemporánea con las obras de acantilado en el centro urbano, permitieron descubrir algunos elementos interesantes relativos a la baja Edad Media y a la época posmedieval en Vaste. En la Via Enrico Toti se ha encontrado un vertedero de vasijas y sobras de comida con datación del siglo XIV. En su conjunto, los restos arqueológicos comprendían pignatte (ollas) de varias dimensiones, recipientes para agua pintados con decoraciones complejas en espiral y varios enseres pintados, útiles para las tareas domésticas. La parte más peculiar del «desecho» son los objetos vidriados: además de las escudillas vidriadas polícromas de producción salentina, destaca un grupo de platillos y platos con dos distintos escudos aráldicos. El escudo gótico representado en los platillos tiene en el centro una estrella estilizada de seis puntas, mientras que las escudillas ostentan un escudo gótico con banda acompañada por seis estrellas (o rosas) colocadas en fila. Ambos escudos se refieren a familias de origen francés (Del Balzo y Roger). Entre las vasijas vidriadas destaca, además, la presencia de tres biberones para la alimentación de niños o más bien, considerando el tamaño, de enfermos adultos en cama. El tipo de objetos hallados en el vertedero, y su ubicación en las inmediaciones del Palacio Baronal de la Piazza Dante, deja suponer que se trataba de un auténtico basural del «castillo». Durante las mismas obras en el centro urbano, en la Via Principe Umberto se localizó un silos, de una profundidad aproximada de 5 m. La estructura fue abandonada a comienzos del siglo XVII, cuando se utilizó como vertedero. Estaba llena de desechos fechables entre la segunda mitad del siglo XVI y el primer cuarto del XVII. Todos los objetos de cerámica recuperados son de producción local, como un ánfora de mesa, grafita y polícroma y una anforilla de mayólica en estilo compendiario, además de algunos recipientes de cocina vidriados y decorados con ingobbio (fina capa blanca aplicada en la arcilla seca, antes de la cocción). P.C.

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De la Edad Media a la época moderna

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