No se culpe a nadie

No se culpe a nadie

El cuento No se culpe a nadie escrita por el argentino Julio Cortázar, relata la escaramuza entre un hombre y su pulóver en el intento de usarlo para acompañar a su esposa a comprar un regalo de matrimonio en tiempos otoñales. Las manos llegan a ser relevantes personajes personificados, junto a su consciencia y pensamiento, los cuales pueden aclarar que el hombre padece de un trastorno esquizoide de personalidad. Esto se lo puede apreciar mediante la narración del autor la cual presenta un fuerte simbolismo de cada objeto presente y la metamorfosis de su propio cuerpo.

En el relato se cuenta que el hombre se enreda al intentar ponerse el pulóver, pues su mano izquierda se envuelve dentro de éste al igual que su cabeza sin encontrar una salida, mientras que la mano derecha permanece fuera pero sin control alguno del personaje. De manera simbólica, las manos llegan a ser personajes representativos para todo el transcurso del cuento, realizando una personificación protagonista y antagonista siendo la mano izquierda la buena y la mano derecha la mala. Esto es porque la mano derecha, la cual logró sacar de la manga, adoptó un estado siniestro de garra: "el dedo tiene un aire como de arrugado y metido para adentro, con una uña negra terminada en punta", así simbolizando un aspecto tenebroso y maligno que no obedece a la orden consciente del hombre y siendo la misma que lo lleva a la muerte. Por otro lado la mano izquierda es la prisionera, la que intenta pero se encuentra encerrada y con grandes limitaciones, incluso se llega a representarla con una metáfora: "como si la mano izquierda fuese una rata metida en una jaula".
Paralelamente, la ventana abierta también llega a ser un objeto el cual al principio del relato se anuncia con simpleza y al final del mismo se lo anuncia con miedo: "ahora alcanza a pensar que la ventana ha quedado abierta y que es peligroso seguir girando a ciegas" y sin embargo el objeto encargado de terminar el relato de manera trágica.
En términos generales el pulóver también puede llegar a ser calificado como una metáfora de un acontecimiento difícil, siendo una jaula que aprisiona las posibilidades de nuestros sentidos. La mano izquierda puede representar el pensamiento y voluntad de luchar mientras que la mano derecha son acontecimientos fuera del control propio.

Por otro lado, la metamorfosis de la mano derecha llega a ser un importante suceso que toma un relevante lugar en el cuento. La garra, la cual el hombre llega a ver más de una vez a lo largo del relato, es aquella encargada de la autodestrucción. El individuo, al encontrarse con esta temible garra se asusta y desaparece el reconocimiento de su propio cuerpo: "se mira la mano como si no fuese suya, pero ahora que está fuera del pulóver se ve que es su mano de siempre y él la deja caer al extremo del brazo flojo". De esa manera una grave metamorfosis toma lugar en el consciente del hombre, lo cual es particular del trastorno esquizoide de personalidad y cuestiona la existencia del yo.

Finalmente, por la existencia del simbolismo y la metamorfosis del escrito del maestro Cortázar, se aprecia que en el relato el personaje padece de un trastorno esquizoide de personalidad, personificando su cuerpo y percibiéndolo sin reconocimiento alguno.