OIDO

June 30, 2017 | Autor: André Vásquez Soto | Categoria: Memes
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Descrição do Produto



SÉTIMA SEPARATA DE ANATOMÍA

CICLO: ANUAL – SAN MARCOS 2002


ÓRGANOS DE LOS SENTIDOS

SENSACIONES AUDITIVAS Y EQUILIBRIO
Además de los receptores de las ondas sonoras, el oído contiene también
los receptores del equilibrio. Anatómicamente, el oído está dividido en
tres regiones principales: oído externo, oído medio y oído interno.


Oído externo:
El oído externo recoge las ondas sonoras y las conduce hacia el interior.
Está formado por el pabellón auditivo, el conducto auditivo externo y el
tímpano. El pabellón auditivo (oreja) es un colgajo de cartílago elástico
de forma similar al extremo abocinado de una trompeta y cubierto por piel
gruesa. El borde del pabellón auditivo recibe el nombre de hélix; la
porción inferior es el lóbulo. La oreja está unida a la cabeza mediante
ligamentos y músculos. El conducto auditivo externo (audire = oír) es un
tubo curvo de unos 2,5 cm de longitud que descansa en el hueso temporal y
que transcurre desde la oreja hasta el tímpano. El tímpano
(tympano=tambor) es una fina capa de tejido conjuntivo fibroso
semitransparente situado entre el conducto auditivo externo y el oído
medio.
Cerca de su abertura externa, el conducto auditivo externo contiene
algunos pelos y glándulas sebáceas especializadas llamadas glándulas
ceruminosas que secretan cerumen (cera del oído). La combinación de pelos
y cerumen ayuda a evitar que penetren en el oído cuerpos extraños y
polvo. En general, el cerumen que se impacta y amortigua los sonidos. El
tratamiento del cerumen impactado consiste en un irrigación periódica del
oído o en la extracción de la cera realizada por personal médico experto
con un instrumento romo.


APLICACIÓN CLÍNICA


Perforación del tímpano:
La perforación del tímpano consiste en la aparición de un agujero en la
membrana timpánica. Este cuadro se caracteriza por un dolor agudo
inicial, ruido en el oído afectado, alteración de la audición y, a veces,
mareos. Las causas de la perforación del tímpano son el choque de las
ondas de aire comprimido (explosiones), la inmersión, o los traumatismos
(fracturas del cráneo o introducción de limpiadores de oídos) o las
infecciones agudas del oído medio.


Oído medio:
El oído medio (cavidad timpánica) es una pequeña cavidad llena de aire
situada en el hueso temporal y revestida por epitelio. Está separada del
oído externo por el tímpano y del oído interno por un fino tabique óseo
en el que existen dos pequeños orificios recubiertos por una membrana: la
ventana oval y la ventana redonda.


La pared posterior del oído medio comunica con las "celdillas" aéreas de
la apófisis mastoides del hueso temporal a través de una cámara
denominada antro timpánico. Esta característica anatómica explica que las
infecciones del oído medio puedan propagarse al hueso temporal,
(provocando mastoiditis), e incluso al encéfalo.


La pared anterior del oído medio tiene una abertura que conduce
directamente a la trompa auditiva (de Eustaquio). Esta trompa está
formada por hueso y cartílago hialino y comunica el oído medio con la
nasofaringe (porción superior de la garganta). La función de la trompa
consiste en igualar la presión del aire a ambos lados de la membrana
timpánica para garantizar que el tímpano vibre libremente cuando recibe
las ondas sonoras. Las infecciones también pueden propagarse por esta vía
desde la faringe o la nariz hasta el oído. Normalmente, la trompa
auditiva está cerrada en su extremo interno, aunque se abre durante la
deglución o los bostezos para permitir que el aire atmosférico de la
faringe penetre o salga del oído medio hasta que la presión interna
iguale a la externa. Si la presión no se iguala puede producirse un dolor
intenso, alteración de la audición, ruido de oídos y vértigo. Los cambios
bruscos de presión contra el tímpano pueden ser equilibrados con
bostezos, con la deglución o pellizcando la nariz tapada, cerrando la
boca y forzando suavemente el paso de aire de los pulmones hacia la
faringe.


Cruzando el oído medio y unidos a él por ligamentos se encuentran tres
pequeños huesos llamados osículos o huesecillos auditivos. Estos huesos,
cuyos nombres derivan de su forma, son el martillo, el yunque y el
estribo. Se relacionan unos con otros mediante articulaciones sinoviales.
El mango de martillo está unido a la superficie interna del tímpano y su
cabeza se articula con el cuerpo del yunque. El yunque es el hueso
intermedio de la serie y se articula con la cabeza del estribo. La base
del estribo se adapta a una abertura cubierta por una membrana existente
en el fino tabique óseo que separa el oído medio del interno. Esta
abertura se denomina ventana oval. Directamente por debajo de la ventana
oval se encuentra otra abertura, la ventana redonda, cerrada por una
membrana llamada membrana timpánica secundaria.


Además de los ligamentos, existen dos músculos esqueléticos que se
insertan en los huesecillos. El músculo tensor del tímpano limita los
movimientos y aumenta la tensión de la membrana timpánica para evitar que
los sonidos fuertes lesionen el oído interno frente a los ruidos fuertes
prolongados, no frente a los breves, como puede ser un disparo de arma de
fuego. El músculo del estribo es el más pequeño de todos los músculos
esqueléticos y también tiene una función protectora, ya que amortigua las
grandes vibraciones provocadas por los ruidos fuertes. Por esta razón la
parálisis del músculo del estribo se asocia a hiperacusia (sensibilidad
auditiva anormal).


Oído interno
El oído interno también recibe el nombre de laberinto debido a su
complicada serie de conductos. Estructuralmente está formado por dos
porciones principales: el laberinto óseo, más externo, que rodea al
laberinto membranoso interno. El laberinto óseo es una serie de cavidades
dentro de la porción petrosa del hueso temporal. Puede dividirse en tres
áreas:
1. Los conductos semicirculares óseos.
2. El vestíbulo, que contienen los receptores para el equilibrio.
3. La cóclea (caracol), que contiene los receptores de la audición.

El laberinto óseo está revestido por periostio y contiene un líquido
llamado perilinfa, químicamente similar al líquido cefalorraquídeo y que
rodea al laberinto membranoso, una serie de sacos y tubos situados en su
interior y que tienen la misma forma general que el laberinto óseo. El
laberinto membranoso está revestido por epitelio y contiene un líquido
llamado endolinfa, químicamente similar al líquido intracelular.


El vestíbulo es la porción oval central del laberinto óseo. El laberinto
membranoso del vestíbulo consiste en dos sacos llamados utrículo (bolsa
pequeña) y sáculo (saco pequeño). Estas estructuras están conectadas
entre sí por un pequeño conducto. Proyectándose hacia arriba y hacia
atrás a partir del vestíbulo se encuentran los tres conductos
semicirculares óseos, que forman ángulos aproximadamente rectos entre
ellos. Según sus posiciones, se denominan conducto anterior, posterior y
externo. Los conductos semicirculares anterior y posterior tienen una
orientación vertical. Uno de los extremos de cada conducto se ensancha en
una porción llamada ampolla (jarra pequeña). Las porciones del laberinto
membranoso que se encuentran en el interior de los conductos
semicirculares óseos reciben en nombre de conductos semicirculares
membranoso. Estas estructuras comunican con el utrículo del vestíbulo.


Por delante del vestíbulo se encuentra la cóclea. Es una espiral ósea
similar a una concha de caracol que hace casi tres giros alrededor de un
núcleo óseo central llamado modiolo. Los cortes transversales realizados
a través de la cóclea muestran que se halla dividida en tres conductos.
En conjunto, los tabiques que separan estos conductos tienen una forma
parecida a la letra Y. El tallo de la Y es un tabique óseo que protruye
en el conducto; las alas de la Y están formadas fundamentalmente por
laberinto membranoso. El conducto superior al tabique óseo es la rampa
vestibular, que acaba en el ventana oval, y el conducto inferior es la
rampa timpánica, que termina en la ventana redonda.


La rampa vestibular y la rampa timpánica contienen perilinfa y están
completamente separadas, salvo por una abertura en el vértice de la
cóclea llamada helicotrema. La cócla se une a la pared del vestíbulo en
la que e abre la rampa vestibular. la perilinfa del vestíbulo se continúa
con la de la rampa vestibular. el tercer conducto (entre las alas de la
Y) es el conducto coclear (rampa media). La membrana vestibular separa el
conducto coclear de la rampa vestibular y la membrana basilar separa el
conducto coclear de la rampa timpánica.


Apoyado sobre la membrana basilar se encuentra el órgano espiral (de
Corti) u órgano de la audición. Es una capa helicoidal de células
epiteliales con células de sostén y unas 16.000 células ciliadas, que son
las receptoras de las sensaciones auditivas. Existen dos grupos de
células ciliadas. Las células ciliadas internas están situadas
medialmente formando una sola hilera y se extiende por toda la longitud
de la cóclea. Las células ciliadas externas se disponen en varias
hileras. Las células ciliada poseen en sus extremos apicales largas
proyecciones filiformes (microvellosidades especializadas) que se
extienden por las endolinfa del conducto coclear. Los extremos basales de
las células ciliadas establecen sinapsis con fibras de la rama coclear
del nervio auditivo (VIII para craneal). Proyectándose sobre las células
ciliadas y en contacto con ellas se encuentra la membrana tectoria
(tectum=cubierta), una membrana gelatinosa fina y delicada.


APLICACIÓN CLÍNICA


Sonidos de alto volumen y sordera:
Las células ciliadas del órgano espiral se lesionan fácilmente durante la
exposición a sonidos de gran volumen, como la música fuerte o los motores
de los aviones de reacción, motocicletas sin silenciador, martillos
neumáticos, cortadoras de césped o aspiradores. Como consecuencia de los
ruidos, las células ciliadas se disponen en patrones desorganizados o
pueden degenerar, tanto ellas como las células de sostén. La exposición
continua a ruidos de gran volumen provoca daños permanentes en las
células ciliadas. Generalmente, la sordera comienza con la pérdida de
sensibilidad para los sonidos agudos. Es posible que la deficiencia sólo
se aparece cuando la destrucción es ya importante, razón por la que las
personas expuestas a ruidos de gran intensidad deben llevar protectores
auditivos.


Ondas sonoras:
Las ondas sonoras se producen por la comprensión y descomprensión
alternativas de las moléculas del aire. Se originan en objetos que vibran
de forma muy parecida a las ondas que viajan por la superficie del agua
cuando se tira una piedra. Los sonidos que mejor percibe el oído humano
son los procedente de fuentes que vibran a frecuencia de entre 1.000 y
4.000 hertcios (Hz; 1 Hz = 1 ciclo por segundo). El rango audible se
extiende desde 20 a 20.000 Hz.


La frecuencia de la onda sonora es el tono. Cuanto mayor sea la
frecuencia de la vibración más agudo (alto) será el tono. Además, cuanto
mayor sea la intensidad (tamaño) de la vibración más fuerte será el
sonido. La intensidad del sonido se mide en unidades llamadas decibelios
(dB). El umbral de audición, es decir, el punto en el que un adulto joven
medio puede comenzar a diferenciar el sonido del silencio, se define como
0 dB. El sonido se hace molesto cuando alcanza 120 dB y doloroso a 140
dB. El susurro de las hojas tiene alrededor de 15 dB, una conversación
normal 45, el ruido de una multitud 60, un aspirador 75 y un martillo
neumático 90. Como la exposición prolongada al ruido provoca sordera, los
empresarios de Estados Unidos deben exigir a sus trabajadores que
utilicen protecciones auditivas cuando los niveles de ruido en el trabajo
superan los 90 dB.
Fisiología de la audición:
Los acontecimientos que intervienen en la audición son los siguientes:


1. El pabellón auditivo dirige las ondas sonoras hacia el conducto auditivo
externo.
2. Cuando las ondas sonoras chocan contra el tímpano, la comprensión y
descomprensión alternativas del aire hacen que el tímpano vibre de
delante hacia atrás. La distancia que recorre la membrana es siempre muy
pequeña y depende de la intensidad y frecuencia de la onda sonora. El
tímpano vibra lentamente cuando los sonidos son de baja frecuencia (tono
grave) y rápidamente cuando son de alta frecuencia (tono agudo).
3. El área central del tímpano conecta con el martillo, que también
comienza a vibrar. La vibración es conducida desde el martillo al yunque
y, por último, al estribo.
4. Cuando el estribo se mueve de delante a atrás empuja a la membrana de la
ventana oval.
5. El movimiento de la ventana oval provoca ondas de presión en la
perilinfa de la cóclea.
6. Cuando la ventana oval se proyecta hacia dentro, empuja a la perilinfa
de la rampa vestibular. las ondas de presión se transmiten desde la rampa
vestibular a la rampa timpánica y acaban en la ventana redonda, haciendo
que se proyecte hacia fuera en dirección al oído medio.
7. Como las ondas de presión deforman las paredes dela rampa vestibular y
de la rampa timpánica, también empujan a la membrana vestibular hacia
atrás y hacia delante. En consecuencia la presión de la endolinfa del
interior del conducto coclear aumenta o disminuye.
8. Las fluctuaciones de la presión en la endolinfa mueven ligeramente la
membrana basilar. Cuando ésta vibra, las células ciliadas del órgano
espiral se mueven contra la membrana tectoria. La inclinación de los
cilios produce potencias receptores que, en último término, dan lugar a
la generación de impulsos nerviosos en las fibras nerviosas cocleares.
9. Los cambios de presión en la rampa timpánica hacen que la ventana
redonda protruya hacia el oído medio.


Las ondas sonoras de distintas frecuencias hacen que determinadas
regiones de la membrana basilar vibren con mayor intensidad que otras. La
membrana es más estrecha y más rígida en la base de la cóclea (porción
más cercana a la ventana oval); los sonidos de alta frecuencia (tonos
agudos) inducen vibraciones máximas en esta región. Hacia el vértice de
la cóclea, la membrana basilar es más ancha y más flexible; los sonidos
de baja frecuencia (tonos graves) producen una máxima vibración en estas
zonas de la membrana basilar. La intensidad del ruido viene determinada
por la intensidad de las ondas sonoras. Las ondas sonoras de alta
intensidad producen una mayor vibración de la membrana basilar, lo que
hace que los impulsos nerviosos lleguen al encéfalo con mayor frecuencia.
Los sonidos fuertes también pueden estimular a un mayor número de células
ciliadas.


La función de las células ciliadas consiste en convertir una fuerza
mecánica (estímulo) en una señal eléctrica (potencial receptor). Cuando
los cilios del extremo de la célula se mueven en una dirección, el
potencial receptor es una despolarización. El movimiento en sentido
opuesto produce un potencial receptor hiperpolarizante. La
despolarización es consecuencia de la apertura de los canales de potasio
(K+) en las membranas de las células ciliadas. Ello permite una rápida
entrada de K+ desde la endolinfa, donde la concentración de este ión es
muy alta. La despolarización se propaga por la célula y hace que se abran
los canales de calcio (Ca2+) de la base de la célula ciliada. La entrada
de Ca2+ desencadena la exocitosis de las vesículas sinápticas que
almacenan el neurotransmisor. La tasa de descargas de impulsos nerviosos
en las fibras nerviosas sensitivas de la base de la células ciliadas
aumenta. La hiperpolarización reduce la liberación del neutrotransmisor
por parte de las células ciliadas y, por tanto, disminuye el asa de
impulsos en las fibras nerviosas sensitivas. El neurotransmisor parece se
el glutamato o el ácido gamma-aminobutírico (GABA).


La rama coclear del nervio auditivo (VIII par) conduce los impulsos
auditivos hasta los núcleos cocleares del bulbo raquídeo, donde la mayor
parte de las fibras cruzan la lado opuesto y a continuación viajan hasta
el mesencléfalo para terminar finalmente en el tálamo.
APLICACIÓN CLÍNICA


Implantes cocleares:
Los implantes cocleares (oído artificiales) son aparatos que traducen los
sonidos en señales electrónicas que pueden ser interpretadas por el
encéfalo. Ocupan el lugar de las células ciliadas del órgano espiral (de
Corti), que normalmente convierten los sonidos en impulsos nerviosos. Los
implantes se utilizan en personas con sordera sensitivonerviosa, es
decir, sordera debida a enfermedades o lesiones que han destruido las
células ciliadas del órgano de Corti.


Las ondas sonoras llegan a un diminuto micrófono colocado en el oído y
viajan hasta un microprocesador, donde son convertidas en señales
eléctricas. Estas señales viajan hasta electrodos implantados en la
cóclea, donde desencadenan impulsos nerviosos en las fibras de la rama
coclear del nervio acústico. Estos impulsos nerviosos inducidos
artificialmente son conducidos pro las vías normales hasta el encéfalo.
Los sonidos percibidos son toscos en comparación con la audición normal,
pero proporcionan un sentido del ritmo y de la intensidad, así como
información sobre ruidos del tipo del teléfono, automóviles, el tono y
cadencia del lenguaje.


Fisiología del equilibrio:
Existen dos tipos de equilibrio. Uno, llamado equilibrio estático,
consiste en el mantenimiento de la postura del cuerpo (sobre todo de la
cabeza) en relación a la fuerza de la gravedad. El otro tipo, o
equilibrio dinámico, consiste en el mantenimiento de la posición del
cuerpo (sobre todo de la cabeza) en respuesta a movimientos bruscos como
rotación, aceleración o desaceleración. En conjunto, los órganos
receptores del equilibrio reciben el nombre de aparato vestibular,
formado por el sáculo, el utrículo y los conductos semicirculares
membranosos.


Órganos otolíticos: sáculo y utrículo:
Tanto las paredes del sáculo como las del utrículo contienen una pequeña
región engrosada llamada mácula. Las máculas son los receptores del
equilibrio estático y también contribuyen a ciertos aspectos del
equilibrio dinámico. En el que se refiere al equilibrio estático,
proporcionan información sensorial acerca de la posición de la cabeza en
el espacio y son esenciales para el mantenimiento de una postura y un
equilibrio adecuados. En cuanto al equilibrio o dinámico, detectan la
aceleración y desaceleración lineal, por ejemplo, las sensaciones que se
perciben en un ascensor o en un automóvil cuando están acelerando o
deteniéndose.


Las dos máculas son perpendiculares entre sí. Están formadas por dos
tipos de células: células ciliadas (receptores) y células de sostén. Las
células ciliadas tienen largas extensiones de la membrana celular que
forman 70 o más estereocilios (realmente son microvellosidades) y un
cinetocilio (cilio convencional) firmemente anclado en su cuerpo basal y
que se extiende más allá de las microvellosidades más largas. Dispersas
entre las células cliadas se encuentran las células cilíndricas de
sostén, que probablemente secretan una capa densa y gelatinosa de
glucoproteíans llamada membrana otolítica que se dispone sobre las
células ciliadas. Una capa de pesados cristales de carbonato cálcico,
llamados otolitos (oto = oído; lithos = piedra) u otoconias, se extiende
sobre la totalidad de la superficie de la membrana otolítica.


La pesada membrana otolítica asienta sobre la mácula como un disco sobre
una bandeja de galletas grasientas. Si se inclina la cabeza hacia
delante, la fuerza de la gravedad hace que la membrana otolítica y los
otolitos (el disco del ejemplo) se deslicen hacia abajo sobre las células
ciliadas en las dirección de la inclinación, con lo que estimulan a las
células ciliadas. De la misma forma, si uno está sentado derecho en un
coche que bruscamente comienza a rodar hacia delante, la membrana
otolítica, debido a la inercia, se desliza hacia atrás y estimula a las
células ciliadas. Cuando los otolitos se mueven atraen a la capa
gelatinosa que, a su vez, tracciona de los estereocilios y hace que se
inclinen. El movimiento de los esterocilios pone en marcha potenciales
receptores despolarizantes o hiperpolarizantes.


Cuando las células ciliadas se despolarizan o se hiperpolarizan liberan
neurotransmisores a velocidades mayores o menores. Las células ciliadas
establecen sinapsis con las fibras nerviosas sensitivas ciliadas
establecen sinapsis con las fibras nerviosas sensitivas (aferentes) de la
rama vestibular del VIII par craneal (auditivo). Estas neuronas emiten
impulsos a un ritmo más rápido o más lento, dependiendo de la cantidad de
neurotransmisor presente. Las fibras motoras (eferentes) también
establecen sinapsis con las células ciliadas y con las neuronas
vestibulares y regulan la sensibilidad tanto de unas como de otras.


Conductos semicirculares membranosos:
Los tres conductores semicirculares membranosos, junto con el sáculo y el
utrículo, mantienen el equilibrio dinámico. Los conductos forman entre sí
ángulos rectos en tres planos: los dos verticales son los conductos
semicirculares membranosos anterior y posterior y el horizontal es el
conducto semicircular membranoso externo. Esta disposición permite la
detección de la aceleración y desaceleración rotatoria. En la ampolla o
porción dilatada de cada conducto existe una pequeña elevación llamada
cresta. Cada cresta contiene un grupo de células ciliadas (receptores) y
células de sostén cubiertas por una masa de material gelatinoso llamada
cúpula. Cuando se mueve la cabeza, la endolinfa de los conductos
semicirculares membranosos se desplaza sobre los cilios y hace que éstos
se inclinen. Le movimiento de los cilios estimula a las neuronas
sensitivas y los impulsos nerviosos producidos por los potenciales
receptores resultantes pasas a lo largo de la rama vestibular del nervio
acústico (VIII par).


Vías del equilibrio:
La mayoría de las fibras de la rama vestibular del nervio auditivo (VIII
par) penetra en el tronco del encéfalo y termina en el complejo nuclear
vestibular de la protuberancia. El resto de fibras penetra en el cerebelo
a través de los pedúnculos cerebelosos inferiores. Vías bidireccionales
conectan los núcleos vestibulares con el cerebelo. Las fibras procedentes
de todos los núcleos vestibulares forman los fascículos longitudinales
mediales, que se extienden desde el tronco del encéfalo hasta la porción
cervical de la médula espinal. Los fascículos envían impulsos nerviosos a
los núcleos de los nervios craneales que controlan los movimientos
oculares: motor ocular común (III par), patético (IV par) y motor ocular
externo (VI par), y a los núcleos del nervio espinal (XI par), que ayuda
a controlar los movimientos de la cabeza y del cuello. Además, fibras
procedentes del núcleo vestibular lateral forman el fascículo vestíbulo
espinal, que traslada los impulsos a los músculos esqueléticos que
regulan el tono muscular en respuesta a los movimientos de la cabeza.
Varias vías existentes entre los núcleos vestibulares, el cerebelo
desempeña un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio tanto
estático como dinámico. El cerebelo está recibiendo continuamente
información procedente del utrículo y del sáculo. Con esta información,
el cerebelo monitoriza y establece los ajustes necesarios en las
actividades motoras que se originan en la corteza cerebral. En esencia,
el cerebelo envía continuos impulsos nerviosos hacia las áreas motoras
del cerebro en respuesta a los impulsos que recibe desde el utrículo, el
sáculo y los conductos semicirculares membranosos, haciendo que el
sistema motor aumente o disminuya los impulsos que envía a determinados
músculos esqueléticos para mantener el equilibrio.


TRASTORNOS: DESEQUILIBRIOS DE LA HOMEOSTASIS
Muchos trastornos pueden alterar o lesionar los órganos de los sentidos
especiales. Las causas de estos trastornos varían desde las alteraciones
congénitas hasta las producidas por el envejecimiento. Trataremos aquí
algunas enfermedades frecuentes de los oídos.


GAUCOMA
La segunda causa de ceguera (la primera son las cataratas), sobre todo en
los ancianos, es el glaucoma. Se caracteriza por una presión intraocular
excesivamente alta debido a la acumulación de humor acuoso en el interior
de la cámara anterior. El líquido comprime al cristalino empujándolo
sobre el humor vítreo, los que aumenta la presión a que están sometidas
las neuronas de la retina. Si la presión se mantiene, se produce una
progresión desde una alteración visual leve a la destrucción irreversible
de las neuronas retinianas, degeneración del disco óptico y ceguera.


DEGENERACIÓN MACULAR SENIL (DMS)
En la degeneración macular senil (DMS) se produce un crecimiento nuevo de
vasos sanguíneos en la mácula lútea, cuyas consecuencias oscilan desde
la alteración de la visión a la ceguera. Las causas es desconocida, pero
afecta sobre todo a personas mayores de 65 años.


SORDERA
La sordera es una pérdida significativa de audición. La sordera
sensitivonerviosa se debe a una afectación de la cóclea o de la rama
coclear del nervio acústico (VIII par). La sordera de conducción se debe
a alteraciones de lso mecanismos del oído externo o medio que intervienen
en la transmisión de los sonidos hasta la cóclea. Entre los factores que
contribuye a la sordera se encuentran la aterosclerosis, que reduce la
irrigación de los oídos, la otosclerosis o depósito de hueso nuevo
alrededor de la ventana oval, la exposición repetida a ruidos que
destruyen las células ciliadas del órgano espiral (de Corti), algunos
fármacos como la estreptomicina, la impactación del cerumen, las lesiones
del tímpano y el envejecimiento, que produce un engrosamiento dela
membrana timpánica, rigidez de las articulaciones de los huesecillos
auditivos y reducción del número de células ciliadas por disminución de
la división celular.


SÍNDROME DE MÉNIERE
El síndrome de Méniere se caracteriza por un aumento de la cantidad de
endolinfa que provoca un agrandamiento del laberinto membranoso. Sus
síntomas consisten en pérdida fluctuante de la audición (debida a la
distorsión de la membrana basilar de la cóclea), ataques de vértigo y
ruido de oídos (tinnitus). A lo largo de los años puede producirse una
destrucción casi total de la audición.


OTITIS MEDIA
La otitis media es una infección aguda del oído medio, de causa
fundamentalmente bacteriana. Sus síntomas son dolor, malestar general,
fiebre y un enrojecimiento y protrusión hacia fuera del tímpano, que
puede romperse a menos que se instaure un rápido tratamiento (en el que
puede ser necesario drenar el pus del oído medio). Las bacterias dela
nasofaringe que pasan por la trompa auditiva (de Eustaquio) al oído medio
son las causas principal de las infecciones del oído medio. Los niños
resultan más susceptibles que los adultos a este tipo de infecciones
debido a que sus trompas son más cortas, más anchas y casi horizontales.


CINETOSIS
La cinetosis consiste en la aparición de náuseas y vómitos provocados por
un movimiento angular, lineal o vertical repetitivo. Su causa es la
estimulación excesiva del aparato vestibular por el movimiento. Los
impulsos nerviosos pasan desde el oído interno al centro del vómito del
bulbo. Los estímulos visuales y ciertos factores emocionales, como el
medio o la ansiedad, también pueden contribuir a este cuadro. Las
personas susceptibles deben tomar la medicación antes de iniciar el
viaje, ya que la prevención es más eficaz que el tratamiento una vez que
los síntomas han aparecido.


TERMINOLOGÍA MÉDICA


Acromatopsia (a=sin; chrom=color). Ceguera completa a los colores.


Ametropía (ametro=desproporconado; ops=ojo). Defecto de refracción del
ojo que produce incapacidad para enfocar adecuadamente la imagen en la
retina.


Anopsia (opsia=visión). Un defecto de la visión.


Blefaritis (blepharo=párpado; itis=inflamación). Inflamación del párpado.
Conjuntivitis. Inflamación de la conjuntiva causada por bacterias como
neumocosos, estafilococos o Haemophilus influenzae, que es muy contagiosa
y más frecuente en niños. La conjuntivitis también puede ser debida a
irratantes como el polvo , el humo o los contaminantes del aire, en cuyo
caos no es contagiosa.


Escotoma (scotoma=oscuridad). Área de reducción o pérdida de la visión en
el campo visual. También llamada mancha ciega (cualquier otra que no sea
la mancha ciega de la papila óptica).


Estrabismo. Desequilibrio de los músculos extrínsecos del ojo que produce
una bizquera . Ambliopía es el termino que se utiliza para describir la
pérdida de visión en un ojo, que por lo demás es normal, debida al
desequilibrio muscular y que no puede enfocar de manera sincrónica con el
otro ojo.
Eustaquistis. Inflamación o infección de la trompa auditiva (de
Eustaquio).


Exotropía (ex=fuera; tropia=giro). Giro hacia fuera de los ojos.


Fotofobia (photo=luz; fobia=miedo). Intolerancia visual anormal a la luz.


Laberintitis. Inflamación del laberinto (oído interno).


Midriasis. Pupilas dilatadas.


Miringitis (myringa=tímpano). Inflamación del tímpano; también llamada
timpanitis.


Nistagmo (nystazein=mover la cabeza). Movimiento rápido e involuntario de
los globos oculares, posiblemente causado por una enfermedad del sistema
nervioso central. Se asocia a cuadros que producen vértigo.


Otalgia (oto=oído; algia=dolor). Dolor de oídos.


Otosclerosis (oto= oído; sclerosis=endurecimiento). Proceso patológico
que puede ser hereditario en el que se deposita hueso nuevo alrededor de
la ventana oval. El resultado puede ser inmovilización del estribo, lo
que da lugar a una sordera de conducción.


Ptosis (ptosis=caída). Caída o cierre de los párpados. (Este término se
utiliza también para el deslizamiento de cualquier órgano por debajo de
su posición normal).


Queratitis (kerato=córnea). Inflamación o infección de la córnea.


Retinoblastoma (blast=yema; oma=tumor). Tumor que se origina en las
células retinianas inmadoras y que constituye el 2% de todos los tumores
malignos de los lactantes.


Tinnitus. Un ruido de timbre, estruendo o chasquido en los oídos.


Tracoma. Grave forma de conjuntivitis que es la principal causa de
ceguera en el mundo. Está causada por una bacteria llamada Chlamydia
trachomatis. La enfermedad se produce por el crecimiento excesivo del
tejido subconjuntival y por la invasión de la córnea por vasos
sanguíneos, que progresa hasta opacificar la totalidad de la córnea, lo
que provoca la ceguera.


Vértigo (vertex=remolino). Sensación de giro o movimiento en el que el
mundo gira alrededor dela persona o ésta gira en el espacio.




Lima, 06 de noviembre del 2001
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