Parentesco primigenio. Bernard Chapais

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Parentesco primigenio. Bernard Chapais Primatología del Parentesco. Prof. Juan Aranzadi Máster en Antropología de la UNED __________________________________________________________Nuria Moraga Yébenes DNI 70578016D

“Es peligroso mostrarle demasiado al hombre cuánto se asemeja a los animales, sin hacerle ver al mismo tiempo su grandeza”. Pascal.

En verdad el hombre occidental vive como si la muerte no fuese parte de su vida. Crecemos en discursos que engrandecen la naturaleza distintiva del ser humano, y nos posan como los dueños de la naturaleza y para nada parte de ésta. El alejamiento de nuestras raíces atraviesa el sentido de las relaciones creadas entre las personas, las culturas… una división ficticia de la especie que nos pondría en posición de entender de nuestra naturaleza tanto como el pez del agua. Esta asignatura no sorprende a quien la eligió. Pese a las novedades que trae la obra de Chapais, es una continuación del conocimiento aportado por la Antropología del Parentesco, aquella que fuera la primera asignatura de la Licenciatura de la UNED y que sacudió mi manera de entender las cosas. Desde sus primeras líneas despertaba la curiosidad por conocer, cuando me invitaba a olvidar mis concepciones sobre el parentesco, abrir las orejeras de las ideas recibidas por mi cultura para visualizar otros modos. Pero no deja de ser el intelecto la horma que nos limita dentro de la inmensidad de la naturaleza de la que formamos parte. Es absolutamente imposible que las lógicas del pensamiento humano enculturizado y sus ideas adultas alcancen a salirse de ellas mismas: al crearse ponen el límite. En un niño podemos verlo: cuanto más intensamente se le inculcan las lógicas de la cultura, más se le constriñe su imaginación. Chapais cuenta con un amplio conocimiento sobre los estudios en primates que, si bien son insuficientes para el desarrollo de sus propuestas, sí invalidan teorías y supuestos precedentes, y obligan a revisar las teorías e hipótesis en torno al parentesco, actividad que ocupa hoy día a un gran número de antropólogos. El hecho de que los datos sean insuficientes, a mí, como lectora, me impiden atreverme a la crítica. Y si a ello le añades mi desconocimiento absoluto de la primatología, entonces los argumentos huyen ante tan estimado lector. La organización social tan compleja en la que estamos inmersos, creo que es el campo que futuros estudiosos podrán analizar, pero no presentes. No hay antecedentes a las aglomeraciones urbanas recientes, sus productos se difunden a través de prototipos por las televisiones y medios de masas hasta el último rincón del planeta. El alcance de la tecnología de las telecomunicaciones y la diversidad de estrategias que ha desarrollado el ser humano en el contexto actual, es de tal 1

dimensión y ha llegado a tal velocidad, que hacen parecer inocentes a los estudios sobre nuestro parentesco primigenio. Las ciencias sociales se han desarrollado, junto a las leyes y la religión, dando respuestas e intentando establecer un orden determinado. Y se pisan unas a otras con una velocidad de vértigo en nuestras sociedades, desde las que pensamos como pensamos y en lo que pensamos. Considero, junto con Chapais, que las normas regularizadas/institucionalizadas en lo que al parentesco se refieren, procederían de hábitos o costumbres establecidas. Como proponía el profesor Aranzadi en la presentación de la asignatura, que no sea la historia humana la que legitime la voluntad de una. Las normas son el constructo, y una las puede vivir contra natura en muchas ocasiones. Ahí están, construyéndose unas sobre o a partir de otras, alejándose de su sentido vivido por las personas, interiorizado, enraizado en nuestros genes. Hoy podemos innovar en formas, contradecir las costumbres, imaginar un futuro distinto. Pero, en mi opinión, es de gran valor echar la vista atrás con estudios como el de Chapais. Las implicaciones ideológicas de la teoría del control de los machos en el mundo animal para los estudios sobre el hombre, han generado debates intensos entre las posturas que defienden los cambios en el rol de las mujeres en nuestras sociedades occidentales. Si hemos evolucionado a partir del reino de los primates, bienvenida sea la reflexión. Ello no ha de justificar las actitudes de control y abuso que una parte de nuestra sociedad, denominada “machista”, exhibe basándose en el “siempre fue así”. Y Chapais afina sus interpretaciones colocando el dominio del macho en etapas recientes de l He extraído las partes del libro que más me han llamado la atención, algunas veces por generarme dudas, otras veces por aportarme conocimiento. En algunas, mis reflexiones las acompañan. Extensas partes del texto que sigue son traducción literal de la obra de Chapais, tomadas para dar forma a mi comprensión de su exposición. En la traducción de algunos términos he tenido dudas, y he resuelto para pair-bonding usar “lazos de pareja” y para male, “macho” o “masculino”, éste último término tanto cuando se refiere al macho en los primates no humanos, como cuando a su homólogo en los humanos. Empiezo recurriendo a la conclusión que de su trabajo hace Chapais, en que ve a la sociedad humana como contingente. A partir de los grupos de parentesco masculino, junto a los lazos de pareja, pudo tener lugar la configuración de la exogamia. Para él, la clave de que la sociedad humana iniciase su proceso evolutivo independiente de los primates no humanos, está en la repercusión extensiva de los lazos de pareja. Dos principios evolutivos atraviesan el trabajo de Chapais: el ser un proceso de integración acumulativo, en el que nuevas combinaciones generaron sistemas con propiedades emergentes, y que éstas no tienen por qué ser el producto de presiones selectivas específicas; el otro principio evolutivo es que cualquier rasgo complejo, sea anatómico o del comportamiento, es el resultado de una secuencia filogenética cuyos pasos constituyentes nada tienen que ver, en principio, con el resultado final. En resumen, caracteriza a la evolución por su contingencia y oportunismo, este

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último obligando a los investigadores a imaginar las circunstancias de nuestros antepasados más allá de las estructuras y principios que sean capaces de elaborar. Su definición del átomo del parentesco, separada de la estructura mental en la que se apoyaba Lévi-Strauss, es más que coherente, sobre todo si consideramos que la dualidad y la forma de conocimiento a través de opuestos, crean gran confusión y simplifica los hechos hasta extremos que los separan de la realidad. Creo que estas formas de comunicar realidades tan extendidas en nuestra cultura científica y social, no son sino una tergiversación que a su vez provoca diversidad de interpretaciones sobre el mismo hecho, favoreciendo el desacuerdo y el distanciamiento. Los procesos graduales que describe Chapais para su análisis comparativo desde el punto de vista evolutivo, permite una comprensión más profunda de la complejidad de la evolución y la transformación de la sociedad humana de lo que muchos antropólogos ofrecen. La respuesta facultativa de los humanos es, en mi opinión, motor de grandes cambios en sus sociedades y la cual ha hecho posible tal distanciamiento de su forma primigenia. Considero, junto con Chapais, que los elementos constituyentes del átomo del parentesco tienen un origen biológico, si bien los datos provenientes del estudio de primates no son aun suficientes, y quizá nunca lo sean, para demostrarlo. Ello no le quita importancia al valioso material que en su obra Chapais ha recopilado. En mi opinión, la unidad genealógica de la humanidad es indiscutible. Mientras que su átomo de la exogamia me aporta un conocimiento completamente nuevo, su afirmación de que todas las sociedades humanas están construidas en torno a esa misma estructura básica me parece que no está investigado lo suficiente o, al menos desde los estudios que nombra Chapais de Murdock y Álvarez, así me lo parecen. Chapais trata de descomponer la estructura de la exogamia enunciada por Lévi-Strauss para esclarecer algunos debates teóricos de las últimas décadas en los estudios del parentesco humano. Pretende explicar el origen y desarrollo evolutivo de la sociedad humana a partir del parentesco, y desde su relación con nuestros ancestros primates. Para ello, compara estructuras de parentesco y cualifica algunos rasgos de uno y otro lado. Si bien no tenemos una definición para la sociedad humana que sea válida transculturalmente, sí podemos buscarla a corriente con la tendencia a las investigaciones interdisciplinares que se está dando en los últimos años. Chapais nos coloca en el origen, otros tendrán que ser los que especifiquen la unicidad u originalidad de cada una de las variedades de la sociedad humana que, como Boas, se han planteado. Y, por qué no, ser el relativismo el que lleve al respeto y aprendizaje desde las distintas formas en que el hombre ha organizado la sociedad en la que vive. Dos desarrollos de Chapais han llamado mi atención poderosamente: las formas de parentesco que se desarrollaron antes del lenguaje, y la ausencia del intercambio de mujeres en las primeras alianzas entre grupos. El orden de exposición del autor es tan claro, tan sencillo, que una no puede más que adquirirlo como conocimiento nuevo, a menos que la Primatología y la profundidad de algunas obras como las de Lévi-Strauss llegasen a ser materia de estudio y trabajo en el desarrollo de mis conocimientos. 3

LAS RAÍCES FILOGENÉTICAS DE LA EXOGAMIA RECÍPROCA__________________ Chapais no considera un constructo cultural a la exogamia recíproca; esto es, para él, la obligación de casarse fuera del grupo y las obligaciones entre grupos a que ello da lugar, pueden descomponerse para ver desde qué formas pudo evolucionar y configurarse la exogamia. Lo que hasta hoy sabemos, es que las sociedades humanas son las únicas en que se observa integración de grupos locales mediante lazos de parentesco y afinidad. Pero, ¿por qué no retomar una visión diacrónica, alguna secuencia cronológica que atraviese las pautas de comportamiento que observamos en lo que comparamos? Este ejercicio lo ha llamado Chapais “el principio de descomposición filogenética”. La exposición de Chapais de los orígenes de la exogamia, diverge así de la visión de LéviStrauss. Para nuestro autor, la configuración de la exogamia parece ser el resultado de una concatenación específica de eventos que tuvieron lugar en el tiempo evolutivo; es el producto, dice, de una particular conjunción de un fenómeno típicamente primate, parecido a una versión primitiva de la configuración de la exogamia que prosperó como un conjunto de regularidades del comportamiento antes de que la cultura se apoderase de ella. Bajo mi punto de vista, las normas institucionalizadas por un grupo (linaje, clan o cualquiera que sea su extensión) o parte de éste, tenían que haber nacido en aquellos comienzos a partir de regularidades, quizá unas más funcionales que otras para el grupo, o quizá sólo para una parte de éste. EJERCICIO COMPARATIVO___________________________________________________ En mi experiencia, escoger los elementos que se comparan y desarrollar el análisis comparativo, es una de las tareas más complicadas y necesarias en la antropología social. Entender cómo se llega a algo, a una forma actual, habiendo olvidado el estudio de los orígenes, entiendo que nos deja en un callejón sin salida. De ahí que la diversidad de matices en las sociedades humanas lleven a los estudiosos a alejarse de lo que tienen estas en común, pues es ingente la cantidad de teorías e hipótesis que se suceden, la mayoría frágiles. Ello no les quita el valor de ser apasionantes viajes, laberínticas insinuaciones a la capacidad humana de relacionar fenómenos, y que es la esencia de la Antropología, en mi opinión. Pero algunos factores de nuestro comportamiento pueden ser filogenéticamente primitivos, y con trabajos como el que ahora se analiza, nos pueden ayudar a ver cómo afectan estos al comportamiento de los humanos contemporáneos, a los largo de factores y contextos hasta el día de hoy. Así justifica el autor su ejercicio de descomposición, considerado un aspecto general del ejercicio comparativo en sí: Uno empieza con la forma más compleja entre esas que va a comparar, la forma humana, y reconstruye su trayectoria evolutiva mediante la acumulativa integración de varios bloques percibidos en especies relacionadas. Para clasificar los componentes del fenómeno a estudiar, establece dos categorías: las que caracterizaron a los primeros especímenes del linaje humano cuando empezó su evolución independiente justo después de la separación Pan-Homo (aquí incluirá los rasgos que tenemos en común con los chimpancés y bonobos, para visualizar las homologías o similitudes entre especies 4

debido a la herencia biológica dejada por el último ancestro común), y aquellas que evolucionaron después de eso. Como indica Chapais, una de las mayores complicaciones viene a la hora de clasificar los rasgos del comportamiento a comparar en homologías u homoplasias. Para él, estos dos procesos pueden operar concurrentemente, pero considero que su trabajo se fija más en que presiones selectivas similares actuasen sobre dos especies muy cercanas, dando el resultado de unos niveles elevados de similitud. Su análisis de la exogamia recíproca resulta de una amalgama de doce características en el curso de la evolución homínida. Para Chapais, las habilidades implicadas en el reconocimiento del pariente uterino (por la línea materna) fueron preadaptadas para el reconocimiento del parentesco agnaticio. Otras varias características de la configuración exogámica se originaron como consecuencias adicionales de otros elementos emergentes, por lo tanto como rasgos no adaptativos. Las doce características son: Una composición del grupo multimacho-multihembra, grupo endogámico de parientes, un sistema de emparejamiento basado en lazos duraderos de crianza, reconocimiento de parientes por la línea materna (parentesco uterino), reconocimiento de parientes por la línea paterna (parentesco agnaticio), evitación del incesto entre parientes cercanos que viven juntos, el complejo hermana-hermano, el reconocimiento de los afines, una pauta de residencia de doble fase, los prerrequisitos estructurales de la descendencia unilineal, las alianzas matrimoniales, y un nivel supragrupal (o tribal) de la estructura social Para él, el elemento nuevo más importante, y a través del que las viejas preadaptaciones pudieron encontrar una nueva vida y producir características originales, fue un sistema de emparejamiento basado en lazos de crianza duraderos entre machos y hembras, y la evolución de los lazos de pareja precederían la evolución de alianzas entre grupos locales (el nivel tribal de la organización). Así, uno por uno va desengranando el contenido de los doce bloques. En su presentación de dichas características, Chapais cuida el orden secuencial, mientras que no pone atención a su cronología absoluta. EL LEGADO DEL PARENTESCO UTERINO______________________________________ Las teorías primatológicas sobre el parentesco uterino o la evitación del incesto pueden ayudarnos a caracterizar el legado primate de la humanidad. Nos permiten delinear nuestra herencia biológica, afirma el autor. Entre el comportamiento animal y el humano está la capacidad simbólica y el reino de las normas, y aquí descansa la mayor parte de la controversia sobre el significado de nuestra herencia biológica. En su obra explica por qué es el parentesco uterino la forma más primitiva y extendida del parentesco, a partir de la comprobación de que es el componente más extendido del parentesco en primates no humanos. Mientras, el reconocimiento de parientes por línea paterna y materna (parentesco bilateral) es posiblemente un fenómeno únicamente humano. Al hablar de “reconocimiento de parientes”, Chapais se refiere meramente a que los individuos primates perciben determinada correlación del parentesco consanguíneo en los otros con quienes interactúa, 5

esto es, un pariente dado no es más que un familiar a largo plazo cuyo comportamiento en variadas situaciones llega a ser más o menos predictible. Los parientes genéticos son obviamente no los únicos individuos que son especiales para ego. En este capítulo, Chapais toma lo que califica de comportamiento altruista exclusivamente entre consanguíneos de los primates no humanos, como evidencia del reconocimiento de parientes. En este punto me pregunto por qué no añade la familiaridad que ha de darse entre ambos individuos, ya que considero que el mero hecho de ser consanguíneos no es suficiente impulso para este tipo de comportamientos. Veamos como describe el dominio del parentesco uterino en primates. La filopatría femenina -y dispersión masculina- es la pauta de residencia más común de las observadas en grupos de primates multimacho y multihembra. Un principio básico es que el reconocimiento de parientes entre hermanas está condicionado a ser familiares la una a la otra, lo cual parece depender -según Chapais- de la experiencia común compartida con la madre, y cuyos lazos sean de larga duración. Durante ese periodo, una hermana adquiere información acerca de la relación entre su madre y su hermana, siendo la madre el punto de referencia. Y es esa habilidad para aprender sobre las relaciones de otros la que provee unas bases cognitivas distintivas para la operación del reconocimiento de parientes. Para Chapais, el favoritismo maternal de por vida genera por sí mismo estructuras de parentesco del grupo extendido, revela una estructura genealógica silenciada. A partir de la descripción de los principios que subyacen la formación de las estructuras del parentesco uterino en primates no humanos, Chapais visualiza la emergencia de las estructuras del parentesco humano, ya sea uterino o agnaticio. Si asumimos que los lazos madre-hija son de larga duración, otras categorías del parentesco uterino pueden estar en posición de reconocerse uno al otro. En este punto, las fuerzas de la evolución encuentran nuevo material sobre el que operar. La implicación de abuela y hermanas en la adquisición del rango de nacimiento de la hembra nacida, constituye un desarrollo posterior que viene después de que la estructura dominante matrilineal se estableció siguiendo los cambios en el lazo madre-hija. Chapais toma las palabras de Fox sobre cómo podemos entender lo que es un consanguíneo. Para él es alguien que es definido por la sociedad como tal, sin tener necesariamente las relaciones de sangre, en un sentido genético, algo que ver con ello. La universalidad de la reproducción, junto a la observación de que todo el mundo tienen nombres para sus consanguíneos -que las terminologías del parentesco son universales- nos lleva a ver que el parentesco está universalmente basado en que la gente atribuye significados sociales y simbólicos a las relaciones basadas en la consanguineidad. En otras palabras, que el parentesco refleja relaciones genealógicas. En el parentesco clasificatorio vemos como el agrupamiento de personas pertenecientes a tipos de parientes diferentes, se clasifican en la misma categoría de parentesco. Este es un fenómeno universal en las sociedades humanas. Y se sabe que hay una correspondencia general 6

entre los términos del parentesco y las pautas del comportamiento. Así, las categorías culturales del parentesco son categorías sociales reales que con frecuencia transcienden la categorización genealógica. Los humanos demuestran que diferencian parientes no sólo por el sexo, la generación y la distancia genealógica, sino también en relación a si ellos están relacionados a través del pariente femenino o masculino. En sus malabares con las categorías, lo humanos han llegado a negar la existencia de conexiones genealógicas reales, incluso las más básicas. Por ejemplo, algunas culturas niegan a los padres biológicos tener algo que ver con la procreación. La forma prominente de este parentesco ficticio es probablemente la afinidad. Autores como Schneider llegaron a negar la existencia de categorías basadas en relaciones genealógicas, transculturalmente válidas. Es bastante probable, indica el autor, que algunas culturas tengan sistemas de parentesco carentes de relaciones basadas en lo genealógico. Y, mientras los sociobiólogos ven a las relaciones genealógicas y la relación genética en el mismo corazón de los estudios de parentesco, el debate sobre el contenido biológico en el parentesco humano continúa dentro de la antropología sociocultural. En verdad, el único hecho que permanece es que la maternidad crea parentesco genealógico. El embarazo, el parto, la lactancia y el cuidado materno se traducen en vínculos matrifiliales. Desde un punto de vista evolucionista, la característica más importante del parentesco consanguíneo en humanos es la bilateralidad. La idea de reconocer familiares por ambas líneas es el primer factor a tener en cuenta para la riqueza de las redes del parentesco humano. ¿Cómo se originó este reconocimiento, antes de su correlato: el parentesco bilateral? EL LEGADO DE LA EVITACIÓN DEL INCESTO__________________________________ Imanishi fue uno de los autores que propuso que antes de que el incesto del tabú fuese institucionalizado, tuvo que haber un estado donde la prohibión pre-institucional o la evitación fuera ya una práctica social. Muchos estudios han confirmado que el apareamiento entre parientes cercanos es evitado en los primates no humanos. Si afirmamos que hay una continuidad filogenética entre la evitación del incesto en animales y las prohibiciones del incesto en humanos, entonces implica que algunos procesos implicados en el comportamiento de la mera evitación en animales están también funcionando en la prohibición regularizada en los humanos. Para probar la hipótesis de la continuidad filogenética, uno debe primero establecer la cadena completa de afinidades entre los dos fenómenos. Para ello, Chapais nos aporta una teoría primatológica de la evitación del incesto, desde cuyos elementos destaco las siguientes cuestiones: 

Evitar la reproducción endogámica es adaptativo. En verdad me gustaría saber cómo podemos imaginar que la endogamia fue negativa, y que tuvieron que ser mecanismos favorecidos por la selección natural los que operaron.

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 

La dispersión en los grupos multimacho-multihembra funcionaron para reducir la competición por la comida, el territorio y los compañeros sexuales, así como para evitar la endogamia. Más adelante indica que dado que no todos los parientes son separados por las pautas de dispersión y que algún pariente sexualmente maduro puede coresidir en el mismo grupo por un tiempo antes de emigrar, las uniones incestuosas son teóricamente posibles. El incesto es evitado automáticamente sólo entre parientes que pueden reconocerse el uno al otro mediante asociación (en primates, entre ciertas categorías maternales) El efecto Westermarck explica que la intimidad entre individuos crecidos juntos desde la infancia, alimenta una ausencia remarcable de sentimientos eróticos entre ellos. Chapais lo llama familiaridad del desarrollo, una familiaridad de parentesco (ego la acumula con varios parientes maternos a través de la asociación a largo plazo con su madre) cuyo correlato es lo que cuenta para la evitación del incesto, y no el parentesco en sí.

En relación a este último punto, Chapais recalca que estas cuestiones no están profundamente investigadas. Sin embargo resultan ser altamente probables a los ojos de la que escribe, más aun cuando Chapais anuda el efecto Westermarck con las pautas de dispersión como aspectos del mismo proceso, explicando con ello la dispersión de las hembras en la patrilocalidad o la de los machos en la matrilocalidad. El hecho de que se observe en primates no humanos que los intentos incestuosos son casi siempre iniciados por jóvenes machos adolescentes, y que estos aparentemente tiene que ver sobre todo con la experimentación y el juego, junto a la consideración de las actividades homosexuales observadas en primates no humanos, sostiene fuertemente la teoría del desarrollo de la familiaridad en la evitación del incesto, pudiendo de este modo ser uno de los componentes más primitivos de la configuración de la exogamia. Chapais nos presenta, como indiqué más arriba, que tan pronto como los homínidos estuvieron en posición de etiquetar las “categorías naturales” de su ambiente físico y social (por ejemplo a sus parientes), meras recurrencias interaccionales entre parientes serían finalmente elevadas a normas de conducta reguladas. De este modo, parece que la evitación del incesto en primates no humanos y la prohibición del incesto en humanos están conectadas, pero para Chapais el efecto Westermarck no es un factor suficiente en la ecuación de la atracción sexual. La pregunta sería ¿si el evitar aparearse con un pariente cercano es un comportamiento natural, por qué entonces habría que crear una norma moral que condena el incesto? Ciertamente, como indica Chapais, el contenido moral de las normas no es un argumento a priori para rechazar la derivación del tabú del incesto de la evitación en primates no humanos, una evitación que en su estudio limita a la que se da dentro el grupo local, no a aquella resultado de la dispersión. La evitación del incesto entre parientes uterinos es quizá tan antigua como el parentesco uterino en sí.

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DESCOMPOSICIÓN DE LA CONFIGURACIÓN DE LA EXOGAMIA_________________ La función fundamental y universal de la exogamia es la vinculación de toda la comunidad por lazos de parentesco y afinidad. Sólo los humanos han formado un sistema de parentesco que incluya estos dos elementos: vínculos permanentes basados en relaciones y relaciones de apareamiento duraderas; esto es, la combinación de descendencia y matrimonio, o parentesco y emparejamiento. El matrimonio como alianza entre grupos que expuso Lévi-Strauss es tomado por Chapais para mostrar su convergencia con los datos de los primates no humanos, concluyendo que los matrimonios mixtos repetidos entre grupos de descendencia, generan un complejo entrelazado de lazos de parentesco entre ellos, tales que cualquier individuo termina teniendo varios familiares consanguíneos viviendo en unidades sociales distintas de la propia, incluyendo hijos, nietos, sobrinos y primos. Por lo tanto, las redes de parentesco supragrupales, y no los lazos maritales, fueron la principal fuerza para unificar grupos de descendencia. El matrimonio, indicó White, es la humanización, la institucionalización, la expresión sociocultural de la unión relativamente duradera entre los sexos en la sociedad subhumana primate. Para este autor, los lazos de pareja fueron una parte del legado primate de la humanidad. Percibió el origen filogenético del grupo que vive la territorialidad, el parentesco intrafamiliar, el matrimonio y la exogamia. La prohibición del incesto y la exogamia son las dos caras de la misma moneda, afirmación de Lévi-Strauss que Fox y otros autores han intentado rebatir. Para Chapais, a todos les faltaría integrar las pautas de dispersión en primates en la configuración de la exogamia. La norma es la dispersión y la crianza fuera del grupo, por lo que habría una relación evolutiva entre la transferencia intergrupal en primates y el casarse fuera del grupo de uno en los humanos. Para continuar con la descomposición propuesta por Chapais, destaco algunas de las cuestiones que desarrolla a lo largo de los doce bloques de construcción de la exogamia. En primer lugar, la descendencia unilineal. El reconocimiento de afines en primates no humanos es, en el mejor de los casos, unilateral, mientras que en humanos en bilateral. Rodseth y sus colegas argumentaron que ambos sexos permanecen incrustados en redes de parentesco consanguíneo, y que la adaptación que hizo esto posible es la habilidad de mantener relaciones sociales en ausencia de contacto físico, una capacidad que en última instancia depende del lenguaje. Resumieron que si bien la exogamia de grupos de parentesco no es únicamente humana, la exogamia recíproca sí lo es. Limitaron la parte creativa del lenguaje al intercambio de mujeres y sus correlatos: afinidad bilateral y las alianzas intergrupales. En su esfuerzo de descomposición, Chapais ve cada bloque de la configuración de la exogamia como una entidad autónoma, filogenéticamente hablando. Están entretejidos íntimamente, incluso algunos emergen de la combinación de otros. Algunos bloques derivan de observaciones en primates no humanos, otros son únicamente humanos, si bien algunos aspectos de sus propiedades se encuentran en el comportamiento de otros primates. Bloques que, a su vez, son una parte integral del intercambio matrimonial, pero juntos aun no completan el fenómeno. Lo

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que falta es la reciprocidad, o la dimensión comercial del intercambio de mujeres, lo que constituye un refinamiento de la exogamia en humanos y un bloque en sí mismo. Su desarrollo teórico parte de la obra de Lévi-Strauss, de la cual afirma que es contradicha por los datos de los primates en lo que a la configuración de la exogamia se refiere. Así, nuestro autor concluye que la exogamia es reductible y que no es un sistema que se explica a sí mismo. Todos sus componentes tienen su propia distribución taxonómica e historias evolutivas. La evitación del incesto precede a la evolución de los lazos de pareja. Igualmente, los datos de primates sugieren que la circulación de mujeres entre grupos locales precedió a la evolución de los lazos de pareja y el intercambio de mujeres entre grupos. A partir del análisis detallado de cada uno de los bloques de la exogamia, Chapais reconstruye la configuración de la exogamia, iniciando la secuencia evolutiva que le llevará hasta ella en la línea Homo, separada ya de la Pan. Para él, el empezar en esa división Pan-Homo nos da la posibilidad de describir las características generales del último ancestro común que compartimos con otras especies vivas, y todo punto de partida anterior no sería más que arbitrario. LA FILOPATRÍA MACHO EN LOS SIMIOS_______________________________________ El patrón de filopatria más común, con diferencia, encontrado en primates no humanos es la filopatria hembra. Este patrón caracteriza a los primates del Viejo Mundo. El patrón de residencia de nuestros parientes más cercanos, bonobos y chimpancés, parece verdaderamente inusual: ambos son la filopatria macho. Uno de los argumentos que se han desarrollado para apoyar este fenómeno es la función de este patrón en la cooperación de los machos: la defensa de los territorios en que se alimentan. Excluyendo otros competidores por el alimento, los machos ayudan a las hembras de su comunidad a reproducirse y a su descendencia a sobrevivir. La cooperación de los machos puede también ser una parte de un esfuerzo de los machos en la crianza. La hipótesis de que la filopatría macho en Pan y la patrilocalidad en los cazadoresrecolectores contemporáneos son homologías, ha sido adoptada por muchos teóricos. Pero, los datos de primates indican que la filopatria macho antecedió con mucho a la evolución de la caza sistemática en los homínidos y, además, que la filopatría macho en los simios no evolucionó en relación con la caza. Por ejemplo, los bonobos y los chimpancés son vegetarianos y son filopatria macho. Lo que estos datos sugieren es que los homínidos estaban ya localizados y formando grupos de parentesco macho mucho antes de que la caza sistemática evolucionase. Por lo tanto, ninguno de los argumentos sobre los nexos entre caza y cooperación explican el mismo origen de la patrilocalidad, y en este sentido los datos de primates contradicen el modelo de banda patrilocal original. La filopatría macho ancestral y su correlato, la cooperación de los machos, habría actuado como una preadaptación de la caza cooperativa. En conclusión, el hecho de que la filopatría macho caracteriza a nuestros tres parientes más cercanos hace que sea probable que nuestro último ancestro común con Pan fuera la filopatría macho y, por tanto, que la patrilocalidad evolucionó desde la filopatría macho. 10

LA HISTORIA EVOLUTIVA DE LOS LAZOS DE PAREJA__________________________ La riqueza de las consideraciones de Chapais en este bloque, apoya con especial fuerza el peso que da a los lazos de pareja estable en la configuración de la exogamia. Algunas de estas ideas son:    

Las unidades que llamamos familia son más que procreación y socialización; son producción, intercambio, poder, desigualdad y estatus. Los lazos de pareja son, básicamente, el opuesto a la promiscuidad sexual. Se Refiere a una propiedad específica de los acuerdos de apareamiento: su duración. La promiscuidad sexual de individuos casados está universalmente desaprobada. Se ha observado en humanos que no hay grupo o población en que todos los individuos practiquen la monogamia o la poliandria. La flexibilidad destacable en el sistema de emparejamiento humano es una cuestión de variación cultural.

Nuevamente, el autor nos recuerda que no tenemos datos sobre la fundación biológica de este fenómeno. Otro de los elementos extensamente tratados en el libro es el de la contribución del padre a la supervivencia de los hijos. A partir de los beneficios sociales que obtiene el cazador exitoso, Chapais dice que estos cazarían para incrementar su éxito reproductivo, pues la carne es una propiedad colectiva y, por tanto, su logro nada tiene que ver con el esfuerzo paternal. Todos los aspectos de la familia humana -sexual, parental y económico- están funcionalmente relacionados, y eso nos tienta a asumir que nacieron juntos como tal, asume Chapais. Pero al igual que cada totalidad de adaptación -anatómica o del comportamiento- la familia humana es más probable que sea el producto final de una secuencia evolutiva multietapas, antes que varias versiones más elaboradas que se van sucediendo. Sobre estas bases, el origen de la familia monogámica bien nada tendría nada que ver con los beneficios de la colaboración parental. MONOGAMIA COMO UN CASO ESPECIAL DE POLIGINIA________________________ En este punto, me ha resultado de gran valor el razonamiento de Chapais de cómo los costes de agresión habrían forzado a los machos a llevar formas de igualitarismo. De acuerdo a los argumentos que toma de otros autores, machos y hembras ya formaban asociaciones de crianza estables cuando ocurrió la expansión del cerebro y se retrasó la madurez, o cuando el salto a la caza tuvo lugar. Las familias, sea cual sea su composición exacta, habían prosperado como unidades de apareamiento durante años o miles, sino millones, de años antes de que llegaran a ser, además, unidades de crianza organizadas en torno a la división sexual del trabajo. Implica, entonces, que los lazos de pareja operaron como preadaptación para la evolución de la colaboración parental; es decir, los lazos de pareja ya estaban presentes cuando su dimensión parental fue incitada. 11

LA HISTORIA EVOLUTIVA DE LA DIVISION SEXUAL DEL TRABAJO_____________ Los lazos de pareja masculinos y femeninos se habrían implicado en el compartir de la comida a través del aprovisionamiento cooperativo mucho antes de que ellos se especializaran en diferentes actividades de subsistencia. Tan pronto como los homínidos liberaron sus manos, ellos podían colectar, es decir, recoger comida para comerla más tarde en un lugar distinto. Este solo hecho creó una situación favorable para el compartir pasivamente entre miembros de la familia. Pero ¿cuándo colectaron? Una explicación no antropomórfica y cognitivamente mucho menos exigente dice que es para evitar a los predadores. Colectar es lo que los primates bípedos habrían aprendido a hacer cuando querían comer lejos de los predadores. En este capítulo, Chapais dice que la división sexual del trabajo fue el resultado de una concatenación específica de eventos no relacionados. Ello implica que la división sexual del trabajo existió en varias formas mucho antes de someterse a presiones selectivas relacionadas a su función parental. Las familias humanas, tal y como las conocemos, son variantes del mismo modelo, dice. Todas las versiones de la familia homínida compartieron la misma característica fundamental: los lazos de crianza duraderos. Y su evolución marcó la transición desde la estructura de las sociedades Pan a las humanas. LA ECUACIÓN FUNDAMENTAL DE LA CONFIGURACIÓN DE LA EXOGAMIA_____ En su esfuerzo por encontrar respuestas a través del comportamiento de nuestros parientes más próximos, Chapais quita la capacidad simbólica para mostrar que antes de la evolución del lenguaje, la sociedad humana ya había alcanzado niveles de complejidad estructural inigualados en el orden primate, y que dejó a punto la profunda estructura moderna en un nivel no normativo, es decir, estrictamente de comportamiento. La evolución de los lazos de pareja fue el primer autor detrás de la drástica transformación de una sociedad “sin parentesco”, hasta el otro extremo del continuum: una sociedad donde el impacto del parentesco en las relaciones sociales es tan importante que no tiene paralelismo en el orden primate. LA CUESTIÓN DEL RECONOCIMIENTO DE LA PATERNINDAD___________________ El trabajo de Chapais asienta el entendimiento de la fuerza del parentesco en la organización de los asuntos humanos como algo que tiene que ver más con las relaciones que con la genética. En esa línea, ego podría haber reconocido a su padre como ese macho adulto que gasta una cantidad de tiempo considerable con su madre, la protege de otros machos, tiene interacciones sexuales con ella, etc. Como en la matrilinealidad, el reconocimiento no es directo, sino que es un proceso basado en la mediación de una tercera parte: la madre. Revelador es que en un gran número de sociedades humanas, la paternidad legal está determinada sobre las bases de la asociación madremarido. En las sociedades matrilineales no se elimina la paternidad y los lazos asociados; más bien, separan la paternidad entre el padre biológico y la tía materna, y ambos tipos de relaciones se 12

traducen en distintos tipos de lazos de larga duración con los niños. La razón de que la paternidad física sea todavía reconocida en sociedades que niegan el rol procreativo del padre biológico es que: la negación ideológica de la paternidad no elimina el lazo especial que vincula a la madre con el padre biológico. Estos lazos, por sí mismos, es suficiente para que un padre reconozca los hijos de su esposa entre todos los niños, y para que un niño reconozca a su padre entre todos los machos adultos. En resumen, la paternidad institucionalizada puede ser una creación de la sociedad, como argumentó Fortes, pero la paternidad institucionalizada en sí deriva de la paternidad biológica. Me pregunto qué diría Fortes de los niños-probeta o de los embarazos en que se desconoce al progenitor. De este modo, tan pronto como los homínidos pudieron reconocer a su padre, estuvieron en posición de reconocer a los parientes de su padre, lo cual se basa en el reconocimiento de ego de las relaciones de los otros, y sólo a través de lazos de por vida. Las evidencias en chimpancés, sugieren que los lazos duraderos padre-hijo han sido iniciados y mantenidos por los propios hijos, por lo tanto independientemente de y antes de la evolución de formas activas de cuidado paterno. Las hembras no siguen a los machos ni aprenden su comportamiento, mientras que los machos, desde una edad temprana (7-8 años) buscan su lugar e identidad lejos de la madre. A partir de estos datos, Chapais concluye que la evolución de las relaciones cooperativas entre padres e hijos produjo las primeras estructuras de parentesco en los grupos de parentesco macho. LA BIPARENTALIDAD Y LA TRANSFORMACIÓN DE LAS HERMANDADES________ Los lazos de pareja transformaron los lazos de hermanos en varias formas. Primero, las hermandades fortalecidas porque los hermanos estaban juntos a través de dos mediadores parentales, uno de ellos del mismo sexo para participar en varios tipos de actividades de cooperación. Segundo, los lazos de pareja incrementaron el número de fuertes hermandades porque todos los hermanos, independientemente de su orden de nacimiento o de si estaban relacionados por el padre sólo, o por ambos padres, pudo experimentar ampliamente el desarrollo de la familiaridad. Y tercero, los lazos de pareja alargaron el tamaño medio de fuertes hermandades. En resumen, los lazos de pareja generaron mayores y más cohesionadas unidades de parentesco macho primario o agnates primarios (un padre y sus hijos), así los grupos de parentesco macho ahora están comprendidos por unidades de agnates primarios. El parentesco bilateral, el reconocimiento de ambos lados, tendría que espere la evolución de las primeras entidades sociales distintas al grupo local: esto es, a la tribu primitiva. MÁS ALLÁ DEL GRUPO LOCAL: EL NACIMIENTO DE LA TRIBU_________________ A continuación, Chapais extiende las consecuencias de los lazos de pareja más allá del grupo local. Mientras Lévi-Strauss considera que a este nivel organizacional de la sociedad humana se llegó con la exogamia -o matrimonio fuera del grupo local-, Chapais considera que fue el precursor evolucionista del matrimonio (esto es, los lazos de pareja) un prerrequisito para la formación de alianzas sólidas y duraderas entre grupos locales homínidos.

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Si queremos explicar el salto a las relaciones intergrupales a partir de nuestros parientes primates más cercanos, entonces tenemos que encontrar el modo en que las relaciones se pacificaron, pues nuestros dos parientes más próximos las viven de manera hostil y mediante la evitación. A lo largo de su esquema, Chapais fortalece la teoría de que los lazos de pareja fueron el medio para pacificar a los machos, y que esto fue muy anterior a constituirse como medio para unirlos, tal y como afirmó Lévi-Strauss de las alianzas matrimoniales como fenómeno que diera lugar a las relaciones intergrupales. La pacificación intergrupal requiere la preexistencia de una estructura de lazos de afinidad vinculando a miembros de distintos grupos, correlato de los lazos de pareja. Lo crucial es que un gran número de puentes de parientes primarios estarían compuestos de un pariente masculino y femenino transferido. El hecho de que los machos fuesen una parte integral de estos puentes es lo más significativo, ya que en chimpancés son ellos los que inician y dirigen los conflictos intergrupales. De este modo, Chapais sugiere la emergencia de la tribu primitiva a partir de la combinación de tres fenómenos: nepotismo, que es la fuerza que empuja al establecimiento de lazos sociales duraderos; los lazos de pareja, que extienden el dominio del reconocimiento de parientes y el número de duales parientes enlazados, antes de que las mujeres salgan de su grupo de nacimiento; y, por último, la dispersión de las hembras, cuya aportación es repartir parientes enlazados a diferentes grupos, generando puentes pacificadores en el proceso. Chapais también coloca a las hembras como mediadoras en el parentesco por afinidad. Es sumamente atractiva la manera en que el autor lo explica a partir de este enunciado: La evolución del parentesco afín requirió solamente el surgimiento de parentesco consanguíneo con los lazos de pareja. Una vez que se lee la explicación, continuamos viendo como las capacidades cognitivas para relacionar a unos individuos con otros juegan un papel fundamental en las sociedades humanas. Y dice: el reconocimiento de los afines viene de la habilidad de reconocer los lazos preferenciales entre otros. Para Chapais, en la ruta consanguínea se formaron estos puentes pacificadores entre machos y hembras adultas, mientras que en la ruta de afines es entre machos (cuñados). LA EMERGENCIA DE LA DIVERSIDAD RESIDENCIAL___________________________ En los humanos, la diversidad residencial es la pauta. El autor expone que la evolución de los lazos de pareja y su integración en un patrón de filopatría macho como el de los chimpancés, transformó hacia un sistema que tenía una fase premarital pasada en el grupo natal, seguida de una fase marital, pasada en el grupo nuevo. La fusión generaría una forma de patrilocalidad embriónica y estrictamente no normativa. Para llegar a la bilocalidad, patrón en que los dos sexos se mueven entre grupos, hace falta de nuevo recurrir a la pacificación de los machos. La primatología aporta un principio general que ayuda a explicar parte de la variación en los patrones de residencia en humanos, notablemente la dirección de causalidad entre patrones de residencia y patrones de cooperación por división de sexos.

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Para llegar a otras formas de residencia, se requiere la corresidencia de las madres con sus hijas reproductivas, como por ejemplo aporta la hipótesis de la abuela: las mujeres en edad fértil se benefician de vivir cerca de sus madres y otras parientes para ayudarle a criar a su descendencia destetada. Esto solo sería posible, afirma Chapais, con la emergencia del nivel de organización tribal, tanto bajo la matrilocalidad como la bilocalidad. Chapais retoma lo que para Lévi-Strauss fue fundamental en la configuración de la exogamia: el intercambio de mujeres. En este punto me resulta altamente llamativo el argumento de Chapais que apoya parte de la teoría de Lévi: las mujeres son el bien más preciado. Me pregunto: si la competencia sexual entre hombres continúa muy viva ¿se refiere Chapais a un período premarital, o también a la que se da entre los hombres casados que gozan de alto estatus en la sociedad? El “átomo de parentesco”, o la unidad de parentesco irreductible de los homínidos y desde la que evolucionarían todas las formas que hoy existen, para Lévi-Strauss deriva de la presencia universal del tabú del incesto. Chapais ha propuesto que la unidad más elemental es la exogamia, un tipo de triada en que las relaciones entre tres partes unen dos unidades de intercrianza: La hermana (o hija) uniendo a su hermano (o padre) con su marido, o sea, uniendo cuñados; o una hijo uniendo a su suegro con su nieto. Esta unidad excluye al hijo del átomo del parentesco propuesto por Lévi-Strauss, en el que el hijo sería el objetivo central en el intercambio de mujeres. Y es que la formación de lazos entre cuñados a través de la mediación de la mujer -hermana para uno, esposa para el otro- no depende de las relaciones especiales que desarrollen los hombres con los hijos de sus hermanas. En cualquier caso, ambos átomos vienen a ser lo mismo: es único en humanos y marcó el comienzo de la estructura social profunda de la humanidad, el estado más sofisticado de organización social que los primates han alcanzado antes de la evolución de la capacidad simbólica. Chapais cierra su libro con el componente de la descendencia unilineal por, sobre todo, ser la descendencia una manifestación facultativa del parentesco en las sociedades humanas, y por lo tanto su tratamiento como un componente de la configuración de la exogamia que no es evidente a primera vista. Añade, que esta es una manifestación facultativa de los principios organizativos subyacentes, que tienen un carácter universal y que están biológicamente fundados. Si la descendencia unilineal de la sucesión y la propiedad fueron claros ejemplos de favoritismos sesgados por el sexo entre parientes, los grupos de descendencia unilineal proveen una ilustración incluso más llamativa del impacto inclusivo de todas las estructuras de parentesco sesgadas por el sexo sobre la vida social. De este capítulo también destaco el párrafo que me ha generado dudas. Según Chapais, la división de los grupos de parentesco hembra a lo largo de líneas genealógicas se da porque los parientes próximos comparten dos cosas que los no parientes no: intimidad y lazos sociales duraderos que implican cooperación, reciprocidad y altruismo; y un estatus social similar a nivel de grupo que afecta sus habilidades competitivas y el acceso a los recursos. Y pregunto ¿se refiere 15

a que se limitan las habilidades para conseguir comida al formar parte de una comunidad en que se reparten equitativamente recursos y estatus entre sus miembros? Y ¿repercute ello en una reducción de la capacidad grupal para alimentarse? Por último, me gustaría destacar el desarrollo de Chapais sobre la estructura multinivel de solidaridad. Dice: Las normas, las relaciones personales... todas representan un dimensión de la existencia social humana que es, seguramente, ausente en otras especies primates. La estructura de linaje representa la incorporación en la vida de la sociedad humana del sentido de su continuidad en el tiempo, o más exactamente, de tener un pasado y un futuro. Pero, continúa el autor, estos aspectos distintivos de los grupos de descendencia humanos son extensiones culturales de las propiedades de los grupos de parentesco primate, y por lo tanto justifican la fundación filogenética de los grupos de descendencia humanos.

__________________________________________________________Nuria Moraga Yébenes 13 febrero 2015

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