Pedofilia en México

Hasta que vi la foto no me había imaginado el aspecto de la mujer conocida
como "Mamá Rosy". El día que Hollywood haga una película abordando el crudo
tema de la pedofilia en México, quizás contrate a alguna de las actrices
súper cotizadas como cuando en su momento Julia Roberts interpretó el papel
de Erin Brockovich, para denunciar las enfermedades derivadas del agua
contaminada por acción de una empresa de gas.

Dos aretes largos que terminan en diminutas perlas, contrastan con los
armazones grandes y redondos, iguales que el rostro con papada. Ella es muy
blanca, robusta, luce tan chapeada que no creo perder la apuesta si me
atrevo a decir que viene de hacer esas largas caminatas en las que va y
viene recorriendo las calles de Acapulco. Ella sonríe, esa sonrisa la he
visto mil veces en la gente sencilla del balneario más famoso de México. La
mujer es descendiente de alemanes y algo debe tener para que no le de miedo
la red que describe Alejandro Almazán en su artículo "Los Acapulco Kids"
(1).

Acapulco se ha vuelto para mí un mil muy diferentes y muy extraños
Acapulcos, la mayoría incomprensibles a la primera; una sumatoria oscura,
todos prácticamente llenos de las diversiones que los espacios turísticos
ahora ofrecen, así como los que todos preferimos ignorar. Entre los
ejemplos, se enlista -de acuerdo al artículo de Almazán-, el que las
mujeres indígenas venden a sus hijos e hijas a los turistas extranjeros:
que los niños de cinco, ocho, diez años son drogados, vendidos, golpeados,
infectados, desaparecidos por hombres y mujeres nacionales y por
extranjeros; que México es un paraíso internacional para quienes gustan de
prostitutas que fueron violadas prácticamente desde bebés; que muchos niños
han sido mayates, que no usan condón porque a los nueve años simplemente se
les "zafa" el plástico. Almazán denuncia que es un negocio controlado por
tailandeses, que es una mafia que está avalada… (el lector adivinó)… por el
gobierno, la policía, los mismos familiares, los taxistas y respectivos
contactos -entre ellos, restauranteros, los que trabajan en los yates, las
cantinas de mala muerte, además de hoteles (los más baratos, al igual que
los más exclusivos) y hasta los que están vendiendo en el comercio
ambulante-. Un gran negocio que deja como dividendos a los niños,
diferentes enfermedades de transmisión sexual y también aquellas que
derivan de la intoxicación producida por las drogas.

Antes de seguir me pregunto si en México no tendríamos que cuestionarnos en
torno a los usos y costumbres que prevalecen en los innumerables pueblos y
rancherías donde la pedofilia, la zoofilia, el incesto, la violación,…, son
rostros derivados del antiquísimo fantasma del machismo, de la imposición
ante el débil. El artículo dice que las niñas son vendidas por sus padres
para pagar por ejemplo, las cervezas que han quedado a deber en la cantina.

Y tampoco es asunto sólo de los más pobres entre los pobres. El ejemplo por
definición para la clase media apunta a los sacerdotes y en cuanto a la
clase alta, la gente también disimula ante una sola palabra: Maciel. Cada
uno a su manera, ninguna menos infame, nos hace mirar al futuro. En tanto
que las antiguas prácticas buscan su acomodo y su reproducción perpetua.
Esto es, la vida erótico-sexual de los pueblos prehispánicos incluía la
pedofilia (2), así como la de los griegos o la de los japoneses o quizás
para acabar pronto, el mundo hasta hoy ha sido pedófilo, sin embargo, la
dignidad de la persona de los niños también hoy reclama ser atendida.

La pedofilia es un tabú ancestral que se ha convertido en un negocio de
miles de millones de dólares. Una manera turbia en la que el mundo vende a
quienes quieren y pueden pagar por tal o cual mercancía. La pederastia ha
tenido las facilidades para verse multiplicada al conectarse a la red de
redes –Internet-, la policía incluso ha creado a Sweetie, una niña virtual
creada para descubrir a pedófilos (3).

Ante la maquinaria que involucra la explotación sexual de niños, el
narcotráfico, la corrupción, los sistemas de comunicación, las políticas de
gobierno basados en la ignorancia de los pueblos, ante todos ellos aparece
la Mamá Rosy suave y fuerte ofreciendo un techo a los chiquillos de
Acapulco que no saben qué es una adicción, pero la viven; que ignoran lo
que es el VIH pero con él han crecido; que irónicamente por ser los más
débiles sustentan el poder de los más poderosos.

Por eso o a partir de eso, Google no dice mucho acerca de la Mamá Rosy; la
duda es si es para protegerla aunque lo más seguro es que sea para no
apuntalarla.

Así como es voluble el mundo, hoy aquellos que debieran ser puesto en un
nicho, mañana serán sentados en los banquillos de los acusados. Almazán y
la Mamá Rosy tienen desde ya a cientos de testigos a favor y diferentes
intereses en contra.



1) http://www.lasintesis.mx/2016/03/los-acapulco-kids.html

2) http://archivo.eluniversal.com.mx/cultura/63292.html

3) http://gaceta.es/rafael-miner/onu-vaticano-cifras-reales