Prologo a REALISMO PERIFÉRICO de 1992.pdf

May 22, 2017 | Autor: Carlos Escudé | Categoria: Argentina, Realism (Political Science), IR Theory, United States, Peripheral Realism
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Pfififfifimltm Fr¡ndantentos Para la tttrerra ¡eolltica exterior ar.gentina

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Por¡ncn v Socl¡ono

El "realismo periférico" que describe Carlos Escudé es una estrategia

de política exterior centrada en el desarrollo económico, principal

objetivo de los "Estados vulnerables", única fuente de poder en las postr¡merías del siglo )X y primordial interés nacional desde I j-

siempre. ,asícomo las grandes potencias organizan su realpolitik, los países dependientes constituyen un realismo periferico. Este libro, inspirado en el placer de pensar, investigar y descubril

dota de un fundamento científico a la política exter¡or argentina actual. Esta basado en investigaciones realizadas por

elautor a Io largo

de más de una década, con independencia de toda filiaciÓn política,

y se entronca con un estimulante debate actual de nuestra sociedad. Según Escudé, la política exterior adoptada desde la asunciÓn

alpoder de Carlos Menem es realismo periférico, porque intenta eliminar los obstáculos políticos que la Argentina tradicionalmente ha puesto en el camino de sus relaciones comerciales y financieras con los países de los cuales depende, para así lograr

concentrarse en su propio desarrollo interno

y

dejar de boicotearse

a sí misma a través de confrontaciones costosas y estér¡les

con las grandes potencias. lmplica el reconocimiento de que un país como la Argentina debe limitar sus confrontaciones exteriores

alámbito de lo que

se vincula con su desarrollo econÓmico, a sabiendas

de que todo exceso de confrontaciones genera costos que resultan contraproducentes para ese desarrollo. Desde la óptica crítica de EscudÓ para un país que, como el nuestro, está empobrecido y endeudado, que es dependiente y vulnerable, el realismo periférico es la única política moral posible que puede detener Ia declinacióny guiar su desarrollo.

Purern Pormcr v Socr¡oro

Para Mónica

rT Advertencia

Aunque posteriormente se introdujeron todas las actualizaciones necesarias, el cuerpo central de este libro fue escrito entre diciembre de 1990 y junio de 1991, es decir, antes de que yo asumiera funciones como asesor del canciller Guido Di Tella. Este libro pretende dotar de una doctrina a una polÍtica exterior que, en sus lÍneas centrales, coincide totalmente con la prédica que he venido realizando desde hace aproximadamente una década. Mucho antes de comenzai a colaborar con el Gobierno, me he sentido en deuda personal con el presidente Carlos SaúI Menem y con sus cancilleres, Domingo Cavallo y Guido Di Tella, por el mero hecho de que hubieran adoptado una política que, más allá de cuál haya sido la fuente de su inspiración, Ia vivÍ como una reivindicación personal. La percibí como tal no por suponer arrogantemerrte que se habían basado en mis escritos, sino simplemente porque materializaba mi propuesta, una propuesta que durante varios años me acarreó considerables costos personales y profesionales al ser contraria a la cultura dominante. Sé por experiencia propia que se requería coraje político para tomar las decisiones gue Mcnem, Cavallo y Di Tella hicieron suyas, y por ello les estoy agradecido doblemente, como argentino y como precursor de un conjunto de ideas que ellos llevaron a la práctica. En tal sentido, vaya

un reconocimiento especial a Guido Di Tella, por cuanto aunque nuestras ideas coinciden en un 9A7o- el gesto de convocarme para asesorarlo no estuvo exento de riesgos, fue absolutamente gratuito y refleja una nobleza difícil de encontrar entre políticos argentinos. Hecha esta necesaria aclaración, debo agregar que, como el libro fue escrito antes de mi nombramiento, no hay en él ninguna de las precauciones y cálculos de riesgos y de conveniencias propias de un asesor del canciller. Esto no es grave en la medida en que mi doctrina coincide con la del Gobierno. Sin embargo, debo advertir que en el capítulo 3 me aparto de la doctrina oficial, Y Que las opiniones personales ailÍ vertidas me comprometen exclusivamente a mí. Cuando revisé el libro antes de entregarlo para su publicación debí enfrentar el dilema ético de cambiar su contenido en función de conveniencias polÍticas, o dejarlo sin modificaciones a pesar de los riesgos implÍcitos. Seguramente el contenido del capítulo 3 sería diferente si lo hubiera redactado después de asumir funciones (tal es la medida de mi "sensatez" y debilidad). No obstante, responde a convicciones profundas, y habiéndolo escrito cuando 1o escribÍ no podría modificar su contenido sin sentir que estoy traicionando mis ideas y sin destruir mi autoestima. Por 1o demás, esta manifestación de independencia intelectual refleja üambién fe en un paÍs nuevo, aggiornado, tolerante y abierto a ideas innovadoras.

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[si6n¿miento hadl duos y aun los intelecñ estudiarse con autén6c tir que el conocimient¡ nacionales, nacionalilü intern acional que §e Im lo drr h. {,ig¡¡s una viga les, es mayor el autolü más débiles y vulnerrl libre pensamiento rcq mente si la crítica a h allá de lo coYuntural Y1 nacionales. Es mucho: Vietnam para nn norta de Malvinas Para ur I trabajo fue acusado f, c6rr.{

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Prólogo

No es casual que el estudio de las relaciones internacionales se encuentre entre los menos desarrollados de las ciencias soeiales, no sólo en América latina sino en el mundo entero. Pocas áreas del conocimiento están tan condicionadas por el poder político y por factores emocionales que potencian ese co..licionamiento hasta la impotencia. Pocos ion los individuos y aun los intelectuales que creen que esta materia deba estudiarse con auténtica'objetividad científica", sin permitir que el conocimiento sea contaminado por perspectivas nacionales, nacionalistas o influidas por Ia miima-polÍtica internacional que se pretende estudiar. En el Tercer Mundo lo drt L,r [,ig¡s una vigencia aún mayor: en términos generales, es mayor el autoritarismo ala vez que los Estaáos son más débiles y vulnerables, dificultándose enormemente el libre pensamiento respecto de temas urticantes, especialmente si la crítica a la polÍtica exterior del Es¿ado va más allá de lo coyuntural y penetra en las entrañas de los mitos nacionales. Es mucho más fácil la crÍtica de la guerra de lietnam para un norteamericano que la crítica de la guerra de Malvinas para un argentino. En 1984 el autor de este trabajo fue acusado formalmente ante los tribunales de "traición a la patria" por haber dicho en un programa televisivo que las islas del Beagle no son y nunca fueron

argentinas, mientras que, hoy por hoy, algo parecido nunca poárÍa ocurrirle a un académico norteamericano que criticaÁc, por ejemplo, el intervencionismo de su país en Anqérica latina, ei genocidio de indÍgenas en la conquista del Oeste, Ia guerra con México, la ocupación de Puerto Rico o el dominlo de la Zona del Canal en Panamá. Tal la diferencia entre uno y otro paÍs en el grado de tolerancia frente a todo lo que siembre una semilla de duda sobre los mitos nacionales. y dentro de todo, la Argentina es un país que en los últimos años ha avanzado mucho en el desarrollo de este tipo de tolerancia. Quizás no sea depasiario arries,gado decir qr-re, probablemente, la personalidad intelectual de quien esto áscribe no podrÍa sobrevivir en, por ejemplo, Ecuador, un país donde el único mapa de circulación legal incluye, deniro de ia jurisdicción ecuatoriana, un enorme pedazo de territorio amazónico (que abarca hasta la peruana ciudad de Iquitos): la crÍtica a este tipo de política (de realismo mágico) jamás puede llegar demasiado }ejos en el Ecuador, si es toleradá; no encuentra ecos ni medios de difusión. La situación no es muy diferente en muchas partes del interior argentino: sé positivamente que si me hubiera tocado nacer' vivir y actuar eq las beneméritas ciudades de Rosario, Mendoza o Paraná, mi obra no poseerÍa el contenido crítico que po§ee. En el Primer Mundo la cosa es diferente, pero esto no significa que el estudio de las relaeiones internacionales y la reflexión sobre ellas estén inmunes frente a condicionamientos que emergen del "virus de la nacionalidad". En el Primer Mundo, ese condicionamiento no §urge tanto de tabúes respecto de los mitos propios como de ia percibida necesidad de ser "diplomático" con los mitos ajenos, aun de parte de aquellos que no son profesionales de la diplomacia sino, por el contrario, estudiosos de las relaciones internacionales. Con demasiada frecuencia me he encontrado con académicos británicos venidos a la Argentina a intercambiar ideas sobre el terra de Nlalvinas, que callan muchas de sus opiniones y expresan otras de manera muy diferente a la que emplearían en su paÍs o entre ellos: caen en el juego (¿y la vanidad?) de la paradiplomacia. De igual modo, en ocasión de unas jornadas sobre Malvinas celebradas en la School of Advanced International Studies (SAIS) de Ia Johns Hopkins University, en Ia ciudad de Washington en el año 1985, un conocido académico británico, amigo mío, conocedor de mis 10

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. ,Por otra parte, más allá de estas peculiaridades del inte.lectua.l argentino y latinoamerican-o, universalmente ros rnvestrgadores necesitan fondos y no quieren ofender a quienes pueden proveerlos. Los estuáiosos recorru" mundo con invitaciones que provienen de fuentes a las"tque es

mejor no

irritar. Por el contrario, es mejor halaglrlas,

aunque sea innecesario. Además, es más agiadable tátagai a los amigos que nos invitan y agasajr, qo"" decir .or", qo" puedan ofenderlos, aunque no esté d" poi -"áio "" .árculo mezquino, y a pesar de que la mismá razón de ser de la reunión se vea traicionada por un harago que pervierte su sustancia intelectual. Ejeppto de ello fuerbn üs palabras del decano de una .onoóida-"scuela d" eipü;;;íl" or,, importante universidad de ra zona de washiú;; D.c., quien en la cena inaugurar de una reunión sobre raJrelaciones argentino-norteamericanas celebrada en Buenos Áir"" diciembre de l9g0 dijo dos veces en su discurso ante "r, eI presidente Menem que Ar_gentina es el octavo p"i, :la -e. grande del mundo', eüe Estad-os unidos l"r."io', y qou el te-rcero y el octavo país más grande del mundo "r "i d;L;; tener muchas cosas funcionándo a su-favor. rt or.¿or, *io¿io.o, eligió la dimensión más irrelevante de la Argentina "" para hacerle el juego a las veleidades aigentinas ruediante un,, comparación que, falsamente, inflaba al paÍs. ,i e"irer, alguien fuera a reprocharle áu respondería que todos los presentes eran "ro suficilntemente ".titrd, soñsticados, como para tomar-esas palabras por lo que valen. pero esa respuesta hipotética no se.oTp"du." con el fru.t o a" qoe foe precisamente ese tipo de audiiorio el que,.o"iu*i-ráio au errad.as percepciones, condujo a Ia Argentína a la guer.a de Malvinas en 1982. Estas cosas hacen daño, porque se alimentan con muchas otras malas percepcioná, gurr"r"das a u*á, lo, l, misma diplomacia.por ejempro, caso de -fuerras -uÁ.e"dum de 1g52 del Estado niuyor "Ita "r ónjunto de""ras armadas norteamericanas, oiiginatm""tu .tárln. iio top secret, que encontré en los Archivos Nacionales de wrsrri"gton D.c. se trata de una estimación d"r p;;;;i"r'.o"ieti.o en el área latinoamericana para el .".o d" g"u"r". Uf posee """ la peculia"idad-d" que parte su {gcupgntg central (titulada Apéndice) está dividida en s+ par"áror,-.ár, ,rrr" columna en el lado derecho de cada hoja en t" qo","-."tin., cada párrafo en función de si puede o ,ro da.s" á.orro.Li" lo" L2

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Estados latinoamericanos: en otras palabras, es un docunento secreto la mayor parte de cuyos párrafos no son secretos y del que se puede deducir el criterio con que se elegÍan los datos que sí debían ocultarse a los latinoamericrños. El párrafo 22 contiene una lista de las zonas de irrrportancia estratégica especial en la región latinoamericana. Su inciso (e) nombra el "estuario del Río de la Plata y sus accesos". Esta lista ¿o es secreta. Sin embargo, el párrafo 47 desarrolla el tema del inciso (e) del párrafo 22,y allí nos encontramos con que, en realidad, al estuario del Río de la Plata no se le adjudica importancia estratégica militar, y según los autores del documento las fuerzas armadas argenti¡as no están en condiciones de defenderlo, cosa que no'es percibida como grave. Este párrafo sf es secreto.t Al RÍo de la Plata se Io incluyó en la Iista del párrafo 22, no secreta, para hacer eI juego a la vanidad argentina, mientras la verdad quedaba registrada en eI párrafo 47, que se ocultaba a los argentinos. Y Ia vanidad argentina, ya sufrcientemente hinchada por los mitos de la "argentinidad" generados y proyectados por el sistema educativo del capÍtulo 4 -tema y mensaje, otra vez, no con una de este libro- tradujo este quien conoce su verdadera dimensión y la "sofisticación" de agradece una ficción amable, sino con inflada arrogancia, generando polÍticas exteriores que resultaron molestas para los norteamericanos y autodestructivas, por sus consecuencias, para los propios argentinos. Hay muchos otros ejemplos, que pueden documentarse puntillosamenüe en los archivos, de -alas percepciones generadas por una estrategia diplomática de ficción amable, en }os que no abundaré porque no es éste eI lugar para ello. Estas malas percepciones se ven alimentadas por las actitudes de los presuntos estudiosos de las relaciones internacionales, quienes en vez de dedicarse a desmitiñcar, alimentan los mitos con sus propios ejercieios paradiplomáticos y con su propia diplomacia académica, a veces mezquinamente interesada y otras veees tan sólo el producto de un falso concepto de la buena educación, que en este caso interfiere directamente con el objeto de estudio y con la forma en que es estudiado: altera el objeto mismo (generando falsas percepciones que tienen una incidencra sobre }as relaciones internacionales) e impone lÍmites sobre las facetas del objeto que se estudian (en tanto los estudiosos se autocensuran y evitan los temas más embarazosos). 13

En el caso latinoamericano esta dinámica perversa eg obvia. si algún estudioso se hubiera dedicado a desmitificar la cuestión?e Venezuela y el Esequibo, por ejemplo, y si el absurdo de un paÍs que se ha creado un problema a sí mismo reactivando en Ia década de 1960 un pleito que perdió a principios de siglo y que (con Guyana independiente) ya no puedeier ganado, fuera desnudado y ampliamente comentado por unós antropóIogos de las relaciones internacionales qoé auidamente bulcaran ejemplos dc este tipo de surrealismo polÍtico, es probable que Ia diplomacia venezolana se dedicara a cosas más serias. En tal caso, los auténticos intereses de Venezuela saldrían gananciosos, para provecho'de todos, los venezolanos, sus vecinos y la comu,riaa¿ internacional. Pero no es así. Sólo un Quijote podrÍa dedicarse a esa desmitificación que nadie va a financiar y que le granjeará muchos enemigos y pocos a''ligos. Y Io que vde pára Venezuela y el Esequibo es tan sóIo un ejemplo entre incontables otros, de los que no se salva uno solo de los paÍses de la Amériea del Sur. En consecuencia, la dis","plina se encuentra en un lamentable estado de subdesarrollo: en tanto conocimento cientÍfico es insignificante. El trabajo que aquí se presenta aspira modestamente a llenar una pequeñÍsima parte del vacío generado por, este estado de cósal. El clima de auténtica libeitad que, desde diciembre de 1983, se vive en la Argentina, lo ha hecho posible. Este libro se escribió bajo el auspicio del Centro de Estudios parh Politicas Públicas Aplicadas (CEPPA), al que extiendo ün sincero agradecimiento. Además, agradezco al Instituto Torcuato S. Di Tella y al Consejo Nacional de

Investigaciones CientÍficas y Técnicas (CONICET) su apoyo institucional y material, que fue conducente a la preparación de este trabajo. Por otra parte, antes de nombrar a quienes tuvieron un impacto directo sobre el resultado final que aquÍ se presenta quiero hacer una mención especial de dos leales y competenües funcionarios de la cancillerÍa argentina: Ricarrlo Lagorio y Rogelio Pfirter. Desde mediados de 1991 he aprendido lanto de ellos que considero que mis conocimientos sobre algunas dimensiones relevantes de esta materia han aumántado cualitativamente, y deseo expresarles mi agradecimiento más sincero. Asimismo, estoy muy agradecido a los niños Agustín, t4

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ilfilen¿ y Valeria Saguier que contribuyeron a mis investicon el préstamo de sus textos escolares. Las pacientes lecturas, las agudas crÍticas y comentarios y las largas horas de discusión que me dedicaron Marisa Gon¡ález de Oleaga, Matteo Goretti y mi mujer, Mónica Itr-rtrgré-La Madrid, enriquecieron enormemente esta obra y Güt¿in documentadas a lo largo de las páginas, en sucesivas ¡oü¿s" En una segunda ronda de comentarios, Cristóbal f,fffinms aportó algunas ideas brillantes que he tratado de iocerporar a este trabajo. Posteriormente, Enrique Vera Villalobos me regaló una imesperada y trabajosa revisión de estilo que puso al descuhierto el carácter primitivo de mi prosa. Gracias a é1, el trabajo quedó mucho más presentable, a pesar de que rehusé

lriones

¡ror 'paralogismo" y el término "emergencia" por "conmoción': mi lenguaje está ya demasiado corrompido por neologismos como para poder beneficiarse de esa terapia purificadora. La paciente lectura realizada por Vera Vi-Ualobos, por otra parte, fue mucho más que una revisión de estilo, en tanto implacablemente marcó omisiones y defectos en mis argumentos,lo cual en la mayoría de los casos condujo a mejoras significativas. Finalmente, Joseph S. T'ulchin ayudó, con su crÍtica, a slimias¡ cierta innecesaria beligerancia de mi parte hacia la política exterior de Caputo y AlfonsÍn. Me inclino ante su sabidurÍa, pero siento una íntima satisfacción al reconocer la incidencia de la pasión en éste y mis cinco libros anteriores. En 1989 la Argentina llevaba ya cinco décadas de declinación y de errores crónicos perpetrados por gobiernos de los más diversos signos, víctima (en lo que toca a la política exterior) de mitos y de diversas percepciones erróneas que se habían convertido en consensuales y hegemónicas. Sólo la pasión y cierta sana arrogancia podían desafiarlas. Los modestos, sensatos y prudentes se quedaron callados.

NOTA ¡CCS 381 Western Hemisphere (3-22-48), (Sec. 8), RG 218, rama militar, Archivos Nacionales de Washington D.C.

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