Que cultura tenemos en Argentina

¿Qué cultura tenemos en Argentina?
Artículo de opinión personal
Me permito hacer una reflexión, formulada como pregunta.
Qué pasaría si yo pensase desde la Palabra de Dios, algo teológico, y más que desde la ciencia teológica desde la mística espiritual; si yo pensase que solo existe el ser humano como varón o como mujer, y nada más, porque asi es mi creencia religiosa. El Estado Argentino, garantizaría que yo pudiese defender mis derechos de esa manera?. Me parece que si, porque si toda la Constitución Nacional debe ser cumplida, el Preámbulo de la misma también, y el Preámbulo cita a Dios como fuente de toda razón y justicia. Sin violar la Ley de identidad de género, y sin violar la Convención contra toda forma de discriminación a la mujer. Sin estar estereotipando, yo puedo hablar desde la creencia bíblica en que existimos como varones o como mujeres. Eso si, en ámbitos que no ofendan la sensibilidad de personas que no les interesa conocer mis creencias religiosas.
Parecería ser, que hay discriminación y violencia simbólica cuando se invade el espacio público, con figuras que no son comunes a todos. Pero, es que se puede vivir las libertades civiles y políticas, sin poder expresar y debatir en la opinión pública sobre que es lo que se considera que es cierto respecto de lo que no?. Me da la sensación de que hay una confusión en que significa ser un argentino común al resto sin discriminar, y que es ser un argentino común al resto buscando servir desde el campo del conocimiento a los demás.
Las redes sociales son un espacio privilegiado para poder expresarse, porque es lo más abierto, libre, plural e incondicionado que hay (dentro de ciertos límites que podrían atentar contra la salud de los demás).
Parecería ser, que de tanto buscar no ofender los símbolos de otros, nos hemos quedado sin cuidar los símbolos. Es que se puede pensar y diseñar un proyecto de vida, sin símbolos?. Es que hay que subordinarse dócil y reverentemente a símbolos de otros. Creo que acá juegan 3 cosas, 1 la libertad – que fue uno de los principios fundacionales de la Patria Argentina, 2 la tolerancia, 3 cultivar la cultura.
Hemos visto como las violaciones a la sensibilidad cultural de muchas personas en nuestro país, han destrozado vidas. Desde muchos grupos disimiles entre sí, pero muy comunes en esto, ya sea grupos religiosos, de defensa de derechos de personas discriminadas por la sociedad, de grupos de defensa de los derechos humanos, agrupaciones políticas…
Hay quien habla de que una de las orientaciones a seguir para solucionar el tema de la violencia es el definir los límites de la misma, ubicarla, cuidar la vida desde allí. Parece que la violencia en Argentina tiene una matriz que tiene que ver con lo ideológico. Dificil es ubicarse con límites en los términos filosóficos de los discursos ideológicos, y no confundir lo ideológico con lo cientifico.
Volviendo al tema del principio del artículo, la Biblia dice que Dios creo al hombre varón y mujer. Si mi creencia da lugar, no solo a mi discurso sino al discurso de otros, creo que estaría delimitando bien la ideología, para que tengan lugar los términos filosóficos de las ideologías de los demás.
Si yo digo que la humanidad es varón o mujer, pero que ese concepto viene desde la creencia teológica en la comunidad, y no desde algo que se impone como un molde a todos los demás, sobre todo teniendo en cuenta la dimensión existencial y social de otras personas de las cuales podría estar llegando a desconocer en muchas de sus costumbres, tradiciones y circunstancias.
Parecería ser que no hay ideologías enfrentadas, lo que hay son intenciones de confrontación. Se debería privilegiar los ámbitos científicos donde la población pudiese animarse a expresar que piensa superior a que, y por qué motivos, con naturalidad.

Hace falta alta política, un sano debate democrático en búsqueda de mejor consenso, de todos los ciudadanos. No debemos olvidar en este año del bicentenario que Nuestra Patria se fundó desde los Cabildos. No sé quién puede creer a alguien tan tonto como para buscar conseguir sobre el un objetivo cultural, que vulnere su propia identidad e intereses, como individuos por un lado, como argentino por el otro.