Capitalismo Susana Rebon, Historiadora UCV
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El Capitalismo como sistema socio económico sui generis, se caracteriza por la generación y acumulación de riqueza. Las condiciones que favorecen el surgimiento y la consolidación del Capitalismo como formación socioeconómica, lo categorizan como un fenómeno nuevo que suplanta y destruye formaciones anteriores. La motivación social implícita y determinante de este desarrollo, es la acumulación de capital, tras la cual subyacen como catalizadores de esta acción, el afán sicológico del hombre de ejercer dominio y control sobre la naturaleza y sobre sus semejantes, y el placer asociado a la ostentación y ejercicio del poder como soporte de la personalidad y reafirmación de la individualidad, los cuales promueven directamente la continua expansión del capital. Siendo entonces un proceso social, la dinámica del sistema capitalista se desenvuelve tanto en el ámbito económico como en el ámbito político, los cuales se configuran como subsistemas que establecen relaciones, que hacen difícil concebir al Capitalismo como un sistema económico privado . Por su carácter político, el Capitalismo establece en su concepción, principios éticos que justifican y favorecen la legitimación de las acciones de dominación que ejerce sobre la mayoría de los actores sociales, configurándolo históricamente como el sistema económicosocial implantado mundialmente más justo y perfectible , susceptible de desarrollarse en unión de de diversos sistemas políticos. Está claro que la variable económica en exclusiva no es la única que conforma al Capitalismo como formación social. Las mentalidades de sus actores moldeadas por las ideas y las nociones políticas, además de las motivaciones íntimas y familiares, tienen un peso específico en el desarrollo histórico de los pueblos y de las sociedades. Esta variabilidad de factores hace especialmente difícil configurar y ceñir dentro de un modelo simplificado y abstracto, todo el fenómeno social real.
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Hablamos entonces de la naturaleza y de la lógica de una formación social, en un intento de describir y categorizar el fenómeno, considerando con visión holística el conjunto total de las relaciones. Por naturaleza se entiende todos aquellos factores que modelan la conducta de los actores sociales, lo cual incluye el entorno geográfico, la disponibilidad de recursos, las capacidades inherentes al ser humano, físicas, sicológicas y espirituales, su capacidad crítica y de socialización, y las instituciones que se generan para lograr la normalización de las conductas sociales. Por otra parte, la lógica de una formación social consiste en los movimientos y cambios, que son consecuencia y expresión de la naturaleza del sistema. Además de los aspectos económicos, existen fuerzas que motivan y promueven el desarrollo de las formaciones sociales. Estas fuerzas han sido explicadas por los grandes economistas a través de la historia del Capitalismo en cuanto a esta formación económicosocial en particular. La acumulación de capital como lógica del sistema capitalista, está sustentada por las motivaciones de orden personal e individual de sus actores, que promueven acciones específicas y ordenadas para la satisfacción de sus expectativas, las cuales se traducen en leyes que caracterizan al sistema. El impulso ordenador del capitalismo en nuestros días, es la obtención de riqueza material, sin más complicaciones. Sin embargo, este deseo de riqueza obedece a motivaciones específicas. La relación de dominación que se establece entre los diferentes actores del sistema capitalista gracias al poder del capital , es una expresión del sentido de importancia personal y el afán de control del ser humano sobre su entorno social. Es así como con el dinero podemos comprar placer material de todo tipo, con lo cual satisfacemos los deseos más íntimos y algunas veces inconfesados. Está el deseo de ser adulado y atendido, y se puede obtener atención a cambio de dinero, ya sea desde una simple conversación hasta la satisfacción de la líbido. También causa un gran placer en algunas psiques el ejercicio del poder; es muy agradable que con solo desearlo se cumpla nuestra voluntad, aún a costa de la estima de nuestros semejantes. Ya no es sólo la avaricia per se lo que mueve al ser
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humano actual. Sin embargo, cabría considerar si no es sólo ahora que obramos así, pienso que la naturaleza humana es la misma y ha sido la misma siempre, aún cuando genios como Adam Smith o Karl Marx, quisieran pensar respectivamente, en Dios o en un proceso dialéctico, como los impulsos ordenadores del Capitalismo. En otras épocas se buscaba ser principal a partir del honor, el cual se obtenía por hechos heroicos en la guerra. Luego por razones de Estado , se comenzó a vender el honor y los títulos que lo acreditan, el cual se tornó por lo tanto en una mercancía más. Así el interés por generar riqueza material en forma de dinero. “(Las ganancias) Son la representación concreta de la intangible estructura de poder, jerarquía, privilegio y creencia que surge de la naturaleza del sistema y que conforma su lógica”1 Luego, para satisfacer las necesidades de generar riqueza, el capitalista reinvierte una y otra vez su ganancia, para lo cual gestiona nuevos mercados, a la par que desarrolla los procesos de producción y los optimiza con la aplicación de nuevas tecnologías, promoviendo cada vez más la especialización del trabajo, lo cual es un factor que caracteriza al Capitalismo como formación social. Entonces podemos ver que la expansión del valor del capital, es una lógica que aparece como consecuencia de las expectativas de dominación y control del ser humano dentro de la estructura del sistema capitalista. Sobre la base de ser un sistema que nace y se desarrolla en libertad, el Capitalismo es ofrecido por los entes de dominación como el sistema económico más justo. Sin embargo, la realidad es que la fuerza de trabajo, que es lo único que posee el trabajador lo configura como mercancía, se vende a sí mismo, se desgasta con los años de esfuerzo, se envejece prematuramente aún a pesar de los desarrollos tecnológicos de los procesos productivos y de la medicina. Hay una suerte de cortina de humo que nos nubla el espectáculo de una vida sin sentido, de una adicción al trabajo que mina nuestra identidad humana y nos convierte en máquinas, en un engranaje más. La excusa es la familia, el bienestar, la buena vida,….pero siempre a costa de la vida misma. Ahí están los calmantes
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Robert Heilbroner, Naturaleza y lógica del Capitalismo , México,Siglo XXI Editores S.A. de C.V., 1989 p67
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para el dolor de cabeza, los sedantes para los nervios que se constituyen en una adicción sobre otra más, el stress, nuevo eufemismo del qué hago aquí . Pero con el fin de mantener ese estado de esclavitud espiritual y anímica , se configura todo un tinglado comunicacional, con tecnología electrónica y de la conducta, que te convence de que todo está bien así, que trata de liberar éticamente al trabajador por la vía de la sugestión de su condición de mercancía . No en vano son los países desarrollados los que ostentan el mayor índice de suicidios y de enfermedades mentales y físicas de origen desconocido. El mundo actual en su más amplio sentido, está inmerso en el ámbito de influencia del sistema capitalista. Es un reflejo de una mentalidad social y de unos valores que difieren de aquellos de épocas anteriores, el valor actual es el dinero, el valor de antaño era el honor. El dinero como vehículo de poder y de dominación. Todo este proceso se esconde tras una imagen de bonanza frente a sistemas pretéritos, pero si bien hay mejorías en ciertos aspectos materiales, el aspecto humano, la salud mental del recurso humano , representa un reto para los entes sociales que detentan el control del sistema. Quizás esa aleatoriedad en el comportamiento de las masas frente a las políticas económicas capitalistas, que tanto confunde a economistas, sociólogos e historiadores, no sea más que una reacción intuitiva, visceral, contra algo que sienten ajeno y contrario a sus intereses.