¿Quién derrotó realmente al nazismo?

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¿QUIÉN REALMENTE DERROTÓ AL NAZISMO?
Mag. Guillermo Lafferriere
Con motivo de haberse conmemorado setenta años de la derrota del delirio nazi en 1945, y acompañando el enfriamiento de las relaciones entre Occidente y Rusia por la situación en Ucrania, hemos asistido al renacer del debate sobre quién de los países aliados realmente derrotó al nazismo. Esta columna pretende aportar algunas consideraciones que consideramos básicas para darle un poco de razonabilidad a un debate presente entre quienes participaron de la epopeya de liberar al mundo del flagelo que Hitler, sus acólitos y una dirigencia europea escasa de visión le proporcionaron al mundo tantas décadas atrás.
En términos de tratar un tema como el de la 2da Guerra Mundial, cabe recordar que al momento de iniciarse la misma en septiembre de 1939, con el ataque de la Alemania nazi a Polonia, esa acción en modo alguna fue desarrollada por Hitler solamente. Stalin atacó a Polonia casi en simultáneo con su socio del momento, Alemania. Pocos recuerdan el acuerdo que ambas naciones realizaron el 23 de agosto de 1939, firmado por los cancilleres Ribbentrop (colgado en 1946 por crímenes contra la humanidad) y Molotóv; el cual fijaba las zonas de interés de ambos países en relación a Europa Oriental.
Cuando Francia y el Reino Unido ante la invasión de Polonia, declaran el estado de guerra con Alemania, la Unión Soviética era cuanto menos un país en buenas relaciones con los nazis que se benefició de esa situación para hacerse de una porción no menor de Polonia.
Sabemos que Francia fue derrotada por el fulminante empleo de la blitzkrieg alemana y que a partir de su caída en junio de 1940, será el Reino Unido el que en absoluta soledad hizo frente a los nazis en todos los terrenos donde pudo hacerlo. En ese período La Unión Soviética nada hizo. Todo cambia el 22 de junio de 1941, cuando Hitler lanza su masiva invasión a la Unión Soviética. Hubo intentos de advertirle a Stalin que tal ataque era inminente, pero el autócrata soviético creía que era imposible que bajo el tratado de 1939 Alemania lo atacase. Se equivocó.
A partir del ataque a la Unión Soviética comienza un capítulo nuevo. Uno que tiene a nuestro juicio mucho más que ver con el patriotismo, espíritu de sacrificio y extremo coraje de las tropas soviéticas que con la aptitud de Stalin de conducir los acontecimientos. Y en ese momento en que la Unión Soviética era atacada, Winston Churchill, quien como expresáramos llevaba en casi soledad el peso de la defensa de las ideas de libertad, no dudó un momento en proporcionar cuanta ayuda pudiese a los soviéticos. Y lo hizo a costa de debilitar los recursos que sus propias tropas requerían.
La entrada en la guerra en diciembre de 1941 de Estados Unidos, hará que la ayuda a la Unión Soviética alcance niveles de mayor relevancia, aunque debemos destacar que la misma si bien fue significativa, especialmente en material de transporte, los soviéticos lograron reubicar sus industrias tras los Urales e iniciar un proceso sin precedentes de desarrollo de material militar. Ese material, en general de características sencillas, y era construido en cantidades masivas, acompañando la movilización total del potencial humano soviético para integrar las filas de sus Fuerzas Armadas.
Los nazis practicaron en sus distintas campañas en el territorio soviético una política despiadada tanto contra las tropas que enfrentaban como contra la población civil. Estas acciones están en la base de la explicación de los más de veinticinco millones de muertos que la Unión Soviética padeció durante la guerra. Ese número representa sin duda alguna, un tributo inmenso para detener al nazismo. Eso nadie lo puede negar. Pero se viene sosteniendo que los aliados occidentales demoraban de exprofeso la creación de un "segundo frente" en Europa Occidental, el cual Stalin demandaba a Churchill desde el inicio mismo de la campaña alemana en junio del año 1941, cuando debiera haber sabido con claridad que tal condición era imposible para el Reino Unido en el estado en que se encontraba. Asimismo, al momento de ingresar Estados Unidos a la guerra, este último país debió remontar un estado calamitoso de sus Fuerzas Armadas, producto de muchos años de negligencia en todo lo que tuviese relación con las mismas. Por otra parte no debemos olvidar que los aliados occidentales tenían que afrontar otra gigantesca empresa en el Pacífico contra Japón; aspecto este último que la Unión Soviética no tuvo que enfrentar sino luego de la derrota de Alemania.
En general se recuerda como la apertura del segundo frente a las acciones que se inician en junio de 1944 con la invasión a Francia, olvidando que previamente en el año 1943 se había hecho pie en Italia, en una campaña que se transformó en una gigantesca guerra de desgaste, merced al eficiente aprovechamiento del terreno que hicieron los alemanes, particularmente en el norte del país. Si hiciéramos historia contra fáctica, podríamos inducir que en caso de haber sido menos hábiles los alemanes en Italia, los aliados podrían haberse acercado a la frontera alemana mucho antes y quizás terminar la guerra un año antes.
También debe decirse que a pesar de la masiva acción aliada en Francia, y del hecho que los alemanes desplazaran fuerzas de su frente oriental para reforzar sus operaciones en el oeste de Europa, esa situación no fue un motivo suficiente para que los soviéticos se vieran aliviados. Es que a nuestro juicio, hubo dos factores que jugaron en contra de la Unión Soviética en buena parte de la campaña. En primer lugar la extrema habilidad operativa y táctica de los comandantes alemanes. Estos demostraban una elevadísima aptitud para hacer frente a las más difíciles circunstancias, apelando a maniobras audaces, improvisando fuerzas con tropas que estaban en descanso o siendo reorganizadas luego de haber sufrido severas bajas. Y por otro lado, las tremendas purgas que Stalin hizo del cuerpo de oficiales previo a la guerra, motivado por razones políticas, hizo que muchos de los militares más capaces fueran removido de las Fuerzas Armadas, y se quedó con aquellos que juzgaba le eran leales. Estos en general demostraron poca valía militar cuando la guerra llegó al territorio soviético, y una nueva generación de comandantes, salidos de la tremenda y costosa escuela de enseñanza que la guerra proporciona, fue la que en su momento le diera a Stalin los líderes militares capaces de combatir a los alemanes con procedimientos tan audaces como los que ellos en su tiempo impusieron.
Nadie puede negar el esfuerzo que hubo que realizar para detener al bárbaro régimen nazi. Sin dudas hubo que derramar mucha sangre, sudor y lágrimas. Es cierto que los números en cuanto a las bajas sufridas por los soviéticos son abrumadoramente superiores en relación a las que sus aliados sufrieron en esa guerra. También es cierto que las circunstancias hicieron que los hechos ocurrieran de la forma en que se desarrollaron. Si la Unión Soviética no hubiera sido atacada en 1941, es muy poco razonable pensar que Stalin hubiera intentado de ayudar al Reino Unido a resistir. ¿Por qué hacerlo si eran socios en el reparto de Polonia?
Finalmente, un dato que creemos es importante de retener: Las tropas del Reino Unido, Estados Unidos, Francia y otras naciones, dejaron a las naciones que liberaron en Europa en condiciones de decidir en libertad su futuro. Por su parte, todo el coraje de las fuerzas Soviéticas, todo su sacrificio, sus millones de muertos, luego de la caída de Berlín dejaron caer sobre los países que liberaron una cortina de acero, tras la cual, la libertad y los derechos de los ciudadanos fueron guardados bajo llave durante décadas.
El recuerdo de la derrota del nazismo, debiera ser un buen momento para tener en cuenta que la barbarie está siempre atenta a aparecer y llevar al hombre a descender a los infiernos más profundos. Llegados a este punto ¿Tenemos una respuesta a quién derrotó al nazismo? Creemos que si: Lo hicieron todos los que combatieron a los nazis, de un lado y del otro del Elba. Cada uno en los tiempos en que lo pudo hacer, pero sin la acción de todos, esa empresa hubiera sido imposible de llevarse a cabo. Un buen recordatorio en estos tiempos de turbulencia en Europa.


Cuando se produjo el ataque nazi a la Unión Soviética, Stalin pensó que Japón haría lo propio desde el Oriente empleando el territorio chino que dominaba. Su servicio secreto le dio la información que ello no ocurriría, y de esa manera pudo movilizar masivamente tropas del extremo oriental del país para reforzar sus acciones contra Alemania.



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