Realidades Invertidas - Estúpida tesis de quejas adolescentes

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s e d a d i l a Re s a d i t r e Inv Estúpida tesis de quejas adolescentes

o r i e r r e F o c i Feder

Realidades Invertidas

Realidades Invertidas Estúpida tesis de quejas adolescentes

Federico Ferreiro

Ferreiro, Federico Manuel Realidades invertidas : estúpida tesis de quejas adolescentes . - 1a ed. - Ramos Mejía : el autor, 2013. 64 p. ; 20x14 cm. ISBN 978-987-33-3688-1 1. Ensayo Sociológico. I. Título CDD 301 Fecha de catalogación: 06/08/2013

Título: Realidades invertidas. 1ª Edición. 2013 Autor: Federico Ferreiro. Blog: www.federicoferreiro.com.ar Diseño y Diagramación: www.estudioeditorial.com.ar Publicación impresa y digital: www.publicatulibro.com.ar Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitirse en forma alguna, ni tampoco por medio alguno, sea este electrónico, químico, mecánico, óptico de grabación o de fotocopia, sin previa autorización escrita por parte del autor. Su infracción está penada por las leyes 11.723 y 25.446 Impreso en Argentina. Printed in Argentina

a Sabrina Catalano al padre Abel por ser los primeros que creyeron en este proyecto.

[Yo escribo lo que me pasa, Yo creo que es una farsa esta comunidad; No creo en sus palabras No creo en esta “mierda” de sociedad; Que es tan egoísta y es tuya y es mía, Y no la quise así... No va a cambiarme, no a modificarme Y no me va a enseñar a no pensar.]

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Cinco años después1 Reencontrarme cinco años después con Realidades Invertidas me obliga a repensarme. Ese “yo mismo de antes” me interpela. Es evidente que he cambiado, pero ¿Qué hay de constante y qué de diferente cinco años después? Ya no tengo ese impulso psicótico-suicida que me inspiraba, que me forzó a escribir Angustia. Ni tengo tampoco la pretensión de cientificismo que me impuso Crisis, pues entonces apenas conocía lo que era la ciencia. Conservo la misma pasión, mas sin aires de grandeza. Lo que indudablemente permanece es la fuerza de mi discurso, o de las convicciones, aunque cambia la forma. Mi estúpida tesis era, por estúpida, también intolerante. En tal sentido hoy prefiero ser menos agresivo, porque elijo posicionarme en la vereda de en frente. Elijo, por ejemplo, comprender diferentes realidades socioculturales. Entiendo que, constantemente, las sociedades cambian y asumo que la “evolución negativa” no es posible. Creo que cuando hay cambio, hay evolución en algún sentido, y siempre la evolución es positiva. Tanto tiempo pasé avergonzado de lo que había escrito, que es imposible no sentirme repudiado por ese “yo mismo de antes”. Pues si por algo publico estos textos es para eso, 1

  Ciudad de Rosario, Santa Fe. Julio de 2013.

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para forzarme a reflexionar. Realidades Invertidas ya cumplió su objetivo más concreto. Pero, ¡Qué lindo sería contagiar a otros jóvenes, que como yo entonces, necesitan ser comprendidos! No recomiendo este libro más que a los que considero mis amigos. Esta obra comprueba la teoría de que hoy cualquiera puede publicar cualquier cosa. Al mismo tiempo es una evidencia de que con esfuerzo uno siempre puede alcanzar sus objetivos. ¿Quién iba a decirlo? Mi libro es en el fondo una declaracion de fe. Aun cuando me considere profundamente antirreligioso. Este “escrito” (como me gustaba llamar a mis textos entonces) no es una justificación de mis barbarismos. No es una defensa. No es un ensayo que prologa a otros ensayos, porque también carece de rigor académico cuando es absolutamente autoreferencial. Esta es una advertencia al lector: No lea este libro si busca algún rigor, fuentes, referencias bibliográficas, o si pretende saber más que antes acerca de algo. Este libro es más producto de la perseverancia que de la razón. Y al final, Si todo anda mal es la prueba escrita de que he podido sobrevivir.

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¿Objetivo? La mayoría de las veces me sucede que no se por qué causa escribo. Puede que sea mi impulso inconciente, el de las personas de sentirse trascendentes, importantes aunque sea por un instante, me pasa que tengo mucho que decir y poco para pensar de más. La sensación estúpida de tener todo analizado al detalle, el pasado, el presente y el futuro se conjugan en el mismo verbo, en la palabra justa que sale del interior del ego. Tantas cosas para expresar y tan pocas herramientas lingüísticas para hacerlo, considero que uno tiene que dar siempre lo mejor de sí, el máximo esfuerzo, sólo así los sueños podrán hacerse realidad. Las ideas dan batallas cotidianas entre sí, al punto de no tener en claro sobre qué escribir, podrán los temas agotarse en numero, pero jamás en complejidad. El nivel absoluto de verdad es imposible de alcanzar, me resignaré a contar las mías, que sé positivamente no son exclusivas, más bien el patrimonio de un grupo social reducido que tiende siempre a lo correcto. Los pequeños momentos son los más valiosos, por su escasez de tiempo, por eso las relaciones y las rutinas más largas son las que más desgaste generan, hay que permitirse valorarlo todo por más ilógico que suene. Por más chocante y doloroso que me resulte son el cielo y las estrellas quienes

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siempre estarán ahí, cual eternos compañeros, cautos, callados e inspiradores de sabiduría. (Que palabra tan pulida) Al fin y al cabo, nada nuevo bajo el sol, todo lo que ahora pueda decir ya fue dicho, creo que no pretendo ser un magnifico revolucionario, se que mi temperamento me lo permitiría pero el hostigamiento constante del mundo moderno no escucha y no da lugar si no es por el poder a las nuevas propuestas. Por mi parte lucharé siempre a capa y espada por las convicciones, por el bien, con la tristeza y la certeza de que es una batalla perdida, pero la templanza y la tranquilidad del que sabe que al menos lo intentó. Los ruidos, las canciones, los gritos y los lamentos no sólo pueden ser escuchados, la ventaja que da la pluma es que también puedan ser leídos. ¿El objetivo? Un panfleto de ideas a la manera del gran Martín Fierro, no es por compararme pero estoy dispuesto a soportar las críticas, los rencores y las envidias del total avasallante de ignorantes, ciegos y enfermos por la publicidad, esa política que lastima a multitudes. Ya sólo queda una cosa por decir, un último análisis que me invade la mente, el hecho de creer tener la capacidad de transmitir algún tipo de sabiduría, si esta existiera en mi ser, a algún trastornado que en una noche de insomnio este dispuesto a perder el tiempo conmigo.

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Improvisación La necesidad de gritar tal vez sea la peor y la más dura impotencia que pueda sentir una persona. Nadie sabe el porqué de todas las cosas, yo personalmente no entiendo qué es lo que mueve a un joven que se ahoga en música a escribir lo que parece una perfecta combinación de idealismo, poesía y desesperanza. Las noches más largas son las que nadie acompaña. Sólo la soledad sabe, si es que es tal, el dolor que causa a los hombres. Creo que uno es el artífice de su propia realidad, y como tal es quien debe dar cuenta de ella, hacerse cargo es lo más penoso en muchas ocasiones. Tengo un duelo interno y a muerte con la inconciencia, con la falta de compromiso, es posible que las palabras que me dijeron cuando niño sean las que hoy me sublevan, las que me encadenan a una realidad que duele, por sí misma, y por el rechazo popular que implica. No reniego de eso, aunque suene contradictorio, prefiero el dolor de la verdad y el honor a la felicidad falsa del común de la gente. Alguna vez un profesor, que también maestro, me enseñó que la felicidad es el fin último de todas las acciones del hombre. Yo solo me di cuenta que la gente que más tiene, materialmente hablando, no es la más feliz, una verdad muy conocida

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pero poco puesta en práctica ya que pareciera que las personas juzgan, se relacionan y se venden hoy y a lo largo de la historia por dinero, o el bienestar económico-material. Suena la música, que me distrae y me enseña la verdad de las cosas, el más allá de lo que se dice, y hasta de lo que se hace. Vale aclarar que esta serie de incoherencias no tienen un fin más que la expresión de sí mismas, ni yo que las escribo sé qué sucederá mañana cuando despierte, tampoco sé qué sucederá mañana conmigo, sólo me queda ahora esperar a que sea la hora de salir de acá y, más a futuro la hora de crecer, aunque la hora de crecer mejor dicho es siempre, mejor decir que esperaré la hora de ser feliz, de sentirme realizado solo por una etapa más de mi vida.

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Crecer En esta tarde donde un inmenso vacío se apodera de mi razón y mi alma, caminaba por los pasillos fríos de mi hogar buscando algo que me llene. Dije: ¿Qué mejor momento para escribir? Quisiera dedicar estas palabras a la persona que amo y que el destino o quien fuera me enseño a dejar y con dolor a perdonar. Descubrí hace mucho, en mi corta existencia, que el dolor y el crecimiento no están relacionados sino por una línea imperceptible, una línea tan poderosa que uno no puede verla, sólo la siente cuando está en ella. Porque eso es lo que somos, parte de una línea de crecimiento. Las vivencias, las experiencias más duras se dan cuando las personas están solas, la sensación de soledad se contrapone ferozmente con la necesidad innata del ser humano social – la soledad es uno de los peores sentimientos que pueden sentirse -. Creo personalmente que las cosas por las que sufrí, lloré a más no poder y critiqué a nadie y a todos juntos al mismo tiempo son parte, por no decir el total de los pilares de mi vida.

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Esa energía restaurada tantas veces que nace tras cada golpe, tras cada muerte como el ave fénix es sin duda la más importante, al punto de ser de fondo la única que vale. El tiempo pasa y seguirá pasando, es infinito y aunque me lastime y no le crea estoy seguro que se encargara de sanar todas las heridas. Porque los hombres, en mi parecer, sólo podemos “tender a” - yo sostengo que nuestra única limitación es el “ser”, no creo en las divinidades por lo tanto no puedo explicar aún este fenómeno que seguro tiene una respuesta lógica. Tal vez algún griego ahora me diría que sólo la divinidad puede llegar al “ser” pero yo desconfío hasta de eso. Un noble y buen equipo de música pongo a sonar, con la ilusión como bandera de que hable ya, viejo y roto para hacerme bien, solo por este instante. Las palabras están más cómodas en mi cabeza, por eso se resisten a salir, y obligadas por la razón que no las soporta más se resignan a molestarme desde afuera, sabiendo que tienen el mismo poder, con la esperanza de que algún día mi persona logre entenderme. Tanto palabrerío me hizo olvidar del dolor, parece que mi estrategia de hoy resultó, ahora pienso en el dolor como un sustantivo, o mejor dicho eso intento hacer, minimizarlo a su condición tan fuerte (pues es la palabra) y tan mínima que se tarda sólo un segundo en pronunciarla. Una sensación retumba hace días en mí, la experiencia de que para crecer hay que sufrir, que crecer duele pero no por el hecho de sufrir los hombres crecen. Me queda ahora tratar de aprovechar para crecer y no ser uno más de los que sufren sin saber.

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Angustia Tal vez sea la falta de voluntad que me invade, o el hecho de estar frente a una computadora lo que me mueve esta noche agónica a escribir como si fuera un letrado de editorial las frases que retumban en mi mente día a día, sin la necesidad de la pluma y las hojas de mi cuaderno siempre compañero. Los días van pasando, el dolor va aumentando, los sentimientos se pelean entre ellos todo el tiempo, todo es desilusión. Uno tendría que ser lo suficientemente fuerte para aprender de los errores, de las experiencias. Creo que el problema más grave que tengo es mi falta de capacidad para detectar mis fallas, mis errores. ¿Cómo aprender de ellos si no los reconozco como tales sinceramente? Si siempre la realidad me muestra diferentes realidades contrapuestas. Los principios, los valores, son lo más importante que tengo, y en el punto en el que hoy triste me encuentro creo que es todo, y lo único que tengo. Acompañado de mi soledad estoy, sin más que eso el llanto interno no quiere salir de su interioridad, prefiere matar por dentro. Una cruel narración que aterroriza, al punto de inmovilizar al mas tenaz, yo juro por la razón que no voy a darme por vencido. El frío me abriga junto a un cigarrillo imaginario, a punto ya de ir a acostarme siento que entiendo todo, siento que las

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cosas pasan por algo y las convicciones ya deciden jugar a la ruleta rusa. Es cuestión de quién soporta más, todas las puertas están cerradas, ¿Qué más hay por perder? Sólo queda ahora ganar, con la entereza del que se cae y vuelve a pararse, con el dolor del caído, lo más importante es la vida, jugar y ganarle a la vida. Pareciera todo esto un circo de plegarias, un palacio de angustias que se viste de fiesta noche tras noche. Suena el reloj, la música de fondo y la cabeza no quiere pensar más, será el último esfuerzo por estar acá, si es que realmente lo estoy, pues uno a esta altura después de tanto sufrir poco sabe a qué creerle, poco sabe qué es verdad y qué es mentira, los celulares mienten, las personas detrás de ellos mienten peor.

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Joven Me cuesta mucho admitir que soy joven, me avergüenza de corazón; me avergüenzo de mí mismo al verme rodeado de tanta hipocresía, de tanta falsa esperanza, reconocerme distinto al resto es duro ya que en parte se que estoy viciado de lo impulsivo, de lo inmaduro, de lo inconciente. Hasta lástima y rencor hacia mi persona me produce saber que compartimos el más fuerte denominador común: la inexperiencia. Hace mucho ya reconocí que era el juez más duro de mí mismo, ahora también me doy cuenta que soy el peor, incluso el más injusto, el menos imparcial. A contra gusto de todos quisiera en pocas palabras denunciar el vaciamiento cultural que destruye a esta sociedad, harto estoy ya de que importen más los logros académicos que los valores, como si una calificación fuera suficiente para ver el valor humano de las personas, me preocupa la falta de moralidad, de escrúpulos, la educación puesta al servicio de la ignorancia y de las diferencias, cuando lo único que puede solucionar estos males es la unión, el amor y la revolución humana. Un vicio2 que me caracteriza es la desmedida capacidad de gritar, de repudiar lo que para tantos es repudiable pero que en nombre de la moral y las buenas costumbres es preferible

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  Texto original: Una contra virtud que me caracteriza…

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archivar en los cajones del olvido, ojos que no ven corazón que no siente. ¿Cuánto más puede el miedo al problema contra la solución? Cientos de hombres murieron ya por mi causa, otros tantos no están dispuestos a poner la vida en esto. La mayoría de los jóvenes en la actualidad no creen en el futuro, no les interesa verlo, a los pocos que les preocupa es en función de su lugar privilegiado dentro de la pirámide de los status sociales, del poder o del futuro económico-material, como si eso fuera realmente el futuro, que indignación. Voy a limitarme a escribir como me salgan las palabras con plena convicción e inquebrantables fundamentos ideológicos. Creo ser uno de los pocos que no se venden, de los que quedan caminando sin llevar otra bandera al hombro más que la del bien, las buenas ideas y la intención de cambio. La juventud y hasta en parte los adultos no tiene respeto por nada, ni su dignidad, ni ellos mismos, creo fundamental el respeto para crecer, nadie a esta altura es fiel a nada, más bien se dejan guiar por las masas y por la postura que hay que tomar, para ser el líder, el mas popular. Personalmente me declaro en contra de lo superficial, me gusta el pensamiento, el análisis minucioso de lo complejo, pues no se puede sin él avanzar, sólo se puede figurar; figurar por apariencia, mi objetivo siempre va a ser la realidad. Como tantas otras veces la música aturde mi razón, como método de autodefensa para no enloquecer, si es que esto pudiera suceder, si es que todavía no estoy loco. Antes de terminar aclaro que no me importa enloquecer si es por pensar, pero trataré de encontrar el equilibrio.

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Rogelio Pongo las manos en el teclado esta vez para contar una experiencia que me dejo pensando y que espero se repita en otro momento. Estaba volviendo para mi casa y en el andén veo a un hombre tan mal vestido como yo parado y recostado en un caño. Me quedaban pocos cigarrillos, entonces le pedí uno y esperé casi diez minutos a que pasara el tren. De repente me di vuelta y lo encontré sentado convidándome otro de manera muy amigable, acepté y me senté a su lado, la temperatura helada de un grado bajo cero convertía a cualquier charla en un cálido abrigo, fue el primer tema de conversación. Le comento de mis años en el sur y cruzando palabras recuerda que en su país, Uruguay, no se sufre tanto el frío y que vino a Argentina para progresar hace ya un año, me costó unos minutos entenderle que era cartonero, no tenia familia en el país y sus hermanos que vivían en Perú y Estados Unidos lo habían olvidado, habla cuando puede con su madre a quien más quiere y respeta luego de la virgen en su vida. Ahí fue cuando todo se dio vuelta, me veía como una basura por lo que había hecho. Seguimos hablando y como el tren no pasaba cruzamos el andén para ver si teníamos suerte. Discutimos sobre el mate que únicamente tomo dulce, uruguayo se resigna y dice que hay veces que no queda otra, pero lo prefie-

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re amargo, se queja de la yerba argentina que a su paladar es intomable, me sorprendió. El reloj corría y para los dos era importante subirnos a algún destruido vagón esa noche, pero a diferencia de mi nuevo amigo yo tenia otras alternativas, podía volverme en colectivo, él no tenía otro lugar para dormir. Cuando cruzamos aproveche para comprar un atado chico que me permitiera convidarlo sin develar mi oscuro secreto, tenia cuatro cigarrillos y un encendedor en el bolsillo de mi campera. Tuve suerte de que aceptara mis tres invitaciones consecutivas, solidario a más no poder él entendió que yo no traía fuego y me regalo a pesar de mi agradecimiento un encendedor rojo, se disculpo mostrándome que tenía poco gas. Pero todo seguía dado vuelta adentro mío, no podía creer lo que me estaba pasando. Era muy tarde, hacía mucho frío y el tren no pasaba, seguimos hablando y le cuento algunas cosas sobre mí, me entero ahí que trabajaba en una obra a pocas cuadras de mi casa, fue un alivio para mí saber que tan buena persona tenía trabajo y podía comunicarse gracias a un teléfono celular con su madre, dice que habla cada diez días. Recién ahí tuve el agrado de conocer a Rogelio, le dejé mi teléfono y prometimos volver a vernos por la calle algún día. Después de una hora de espera el tren se digno a parar en la estación de Morón, nos subimos y cada uno siguió su camino. Cuando me despedí le dije lo que sentía, que era un gusto encontrar gente así, por mi parte voy a reflexionar algunas cosas y espero que mi experiencia sirva de ejemplo para mu-

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chas otras y para las personas a las que pueda mencionársela, aunque se interiormente que mi historia a pocos les interesa.

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Crisis Decir que la sociedad esta en crisis es algo tan vacío que se asemeja a la ignorancia, esto no es una novedad, siempre que existió una sociedad (conjunto de personas regidas por leyes que buscan el bien común) existió la crisis, los problemas. En Egipto y en la Edad Media ya algunos hablaban de males, de imperfecciones en la comunidad. En el Renacimiento se cuestiono el orden establecido y más en la modernidad la Revolución Francesa quiso terminar con la desigualdad. Desde hace siglos es común decir que la juventud está perdida, en Argentina nació el tango y era lo peor que podía pasarle al país, esa manga de atorrantes, ladrones que cultivaban la mala vida no tenia nada que hacer más que insultar a los clásicos. El rock fue creado por insolentes de pelo largo que no respetaban ni a su madre, ¿Cómo no decir que estamos perdidos así? Formo junto a muchos otros el grupo de los fracasados sin futuro, que no tienen ideas ni valores. Quiero decir señores que este grupo es tan heterogéneo que es contradictorio, que no representa un ideal común sino más bien un conjunto de seres que no saben lo que buscan. Pareciera que a la manera que estudia Nietzsche los valores están invertidos, la mayoría de los adolescentes se creen gran-

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des por fumar o tener experiencia sexual, creo que no es de ahora sino de hace ya casi un siglo. Es increíble pero en las noches que pasé fuera de mi casa vi cosas que me parecieron aberrantes, tanto que siento atentan contra la dignidad humana. Los boliches son la máxima expresión de la hipocresía, son un antro “fashion” de perdición indiscriminada que hace de la libertad nada más que el puro libertinaje, donde chicos y chicas parecieran manifestar únicamente el instinto de aparearse y la necesidad de olvidarse de las obligaciones, de los padres y de todo lo que no sea inconciencia. Todo un aparato promociona esta realidad. El dueño del lugar, los Dj’s, el que vende la bebida, el inspector que cobra la coima y los padres algunos ingenuos y otros liberales que se complotan con la camada de humanos de entre 11 y 20 años a fin de que se junten con cualquiera, cual animales en celo y consuman lo primero que les venga a la cabeza, incluso principios quebrados. Es indignante que el líder del grupo, el referente de la manada sea el más vago, mentiroso y falso de todos. Que esté bien visto aquel que se acuesta todas las semanas con alguien distinto. Fundamentado en lo dicho le pido al lector se tome diez minutos de su valioso tiempo para releer y reflexionar sobre estas circunstancias tan arraigadas en la juventud, porque si hay que cambiar el mundo primero hay que empezar por uno, porque la sociedad esta en crisis como siempre y no hay otra forma de sanarla más que la de cada uno, tomar conciencia y hacerse cargo de los errores para no volver a cometerlos. A

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los padres, tíos y colegas les pido este último favor, pensemos con la razón y no con el instinto, hagamos lo correcto y no lo que esta bien visto.

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Sabiduría Las cuestiones de las personas son tan complejas que no alcanzan las vidas para entenderlas, los problemas internos se agravan con la convivencia en sociedad y se tornan a veces imposibles de solucionar, se requiere de una sabiduría muy elevada y madura para sanar todas las heridas que los sentimientos y situaciones nos producen, el amor en sí mismo es un conflicto, el amor hacia un padre, una madre, un hermano o una pareja. Hablo de la sabiduría que nos permita encontrar, como dicen muchos los grises, matices que jamás serán extremos. Hasta los valores tienen que ser flexibles creo, en contraposición a mis actitudes rígidas y conservadoras en un punto. La subjetividad y la capacidad de invertir los roles son herramientas fundamentales de este tema. Alguna vez un genio dijo que nada es absoluto y yo me doy cuenta día a día que el secreto más escondido y difícil de encontrar es el equilibrio. Porque todas las cosas tienen uno, así como un punto de inflexión, donde lo que se dice o se piensa hace un quiebre profundo dentro de cada uno y nos obliga sin darnos cuenta a caer en ese nuevo e interminable vacío que es la angustia. Dicho esto sólo queda manifestar mi idea: que la salida de ese

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vacío, el único remedio que cura y previene de la angustia es aquel equilibrio. Nadie es trascendente cuando nace. Se puede ser trascendente por lo bueno que se hace como Favaloro o por lo malo, como Videla y sus secuaces. Sólo una persona así de significativa (creo que ya lo exprese en otro de mis escritos) es capaz de generar amores y odios. ¿Cuántos apoyaron y cuantos odiaron a Galtieri? ¿Cuántos a Fidel Castro y cuantos a Mick Jagger? Todas personalidades fuertes y tan elogiadas como repudiadas. El punto medio al que me refiero está en todas y cada una de las cosas, la globalización, los sistemas políticos, económicos, los vicios, las verdades, las mentiras, los rencores y las ideas. Sinceramente hablo sobre cuestiones que aún no pude solucionar, no conozco el camino del equilibrio, todavía no aprendí a no odiar, ojala alguien supiera y pudiera mostrarme el camino hacia la sabiduría, que es lo mas puro y el fin último de mi existencia. Estoy absolutamente solo en lo que creo es el sendero de mi anhelo pero admito que pase por tantos de estos que ya no recuerdo, las posibilidades de que me equivoque nuevamente son infinitas, tendré que caminarlos todos puesto que no hay nadie cerca que sepa con certeza, o que este dispuesto a enseñarme donde se esconde la verdad. Aprovecho para invitar a quien quiera a deambular conmigo por las calles del silencio y de los ruidos hasta hallar por fin la calidez de lo perfecto. Esa puerta oculta y entre abierta donde duerme mi equilibrio.

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Indignación Todas las personas son diferentes, pero en mi caso particular es notable lo que me identifica de entre mis pares, una serie de características propias me obligan a enfrentarme constantemente contra aislamientos o prejuicios, no soy ni mejor ni peor que nadie, sólo un poco más complejo en algunos aspectos y más vulnerable o inmaduro en otros. Cuando me pongo a tratar de entenderme se me cruzan infinidad de ideas por la cabeza, egos y debilidades por doquier y poco que sacar en limpio. Uno de los rasgos más marcados de esta sociedad es el poder de los consumos, la necesidad de los dueños del mundo de crearnos dependencias y aprovechar así la masificación de productos, aspiraciones y valores. En esta etapa me pronuncio en contra de las modas, entendiendo por tales a la herramienta clave del ciclo consumista que nos genera compulsivamente necesidades cambiantes y hasta contradictorias, donde todo se vende y donde nuestra pertenencia o no a un grupo, lugar o idea forma parte de un objetivo empresarial. A los que me digan “yo elijo ser así” les respondo que se equivocan, que el lavado de cerebro al que fueros expuestos es tan grave que no les permite ver la realidad, valoran lo superficial (digo la imagen, el arito o el pantalón roto) sólo porque

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la propaganda así lo indica. Entonces, la política empresarial del consumo se asienta y lastima así a la libertad. ¿Cuán libre puede ser una persona que no sabe lo que elije? No es por estupidez sino porque el sentido del mundo desde 1750 fue ese, sobre todo luego de la crisis inglesa del año 1873. Hay momentos en los que el simple hecho de caminar por la calle se me convierte en sí en un acto indignante, saberme rodeado de tanta basura con clase, tanta hipocresía y estupidez me supera desde lo más profundo del alma. Las modas hoy día son un atentado a la libertad, ya que son generadas por empresas y cientos de asesores, gabinetes psicológicos, estudiosos del comportamiento humano que hacen que un producto sea exitoso mediante una ecuación matemática. En este marco: ¿Dónde quedan las preferencias de las personas? Si a uno le dicen lo que tiene que hacer, incluso lo que tiene que sentir o pensar de forma implícita cuando va al trabajo o escucha radio, entonces no es libre. Sólo es un consumidor potencial o no, dependerá de su poder adquisitivo. Estoy seguro que lo que digo a pocos le importa, menos lo comparten y menos que esos lo leerán, pero me quedo tranquilo al saber que pude manifestarlo y que no soy el único que piensa así, tal vez tarde toda una vida para encontrar lo que quiero, tal vez lo que quiera mañana sea diferente. Es posible que muera sin encontrar nada o sin verlo, que es lo mismo. Prefiero que el futuro se encargue de eso, yo voy a encargarme de hacer lo que me haga bien en el momento que lo necesite.

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Proyección Justamente ayer me toco discutir, en un cruce de palabras que no duro más de diez minutos con mi intento de familia3 que cuestiona mis acciones con el ojo frío del que cree saberlo todo y tener el mundo bajo control. Es sabido que hay tantas formas de vida como personas en el planeta, mi insolencia radica puntualmente en que no aspiro a ser grande, creo que la grandeza de una persona va por dentro y no por los logros, académicos o laborales que haya podido rasguñar4. Si bien soy joven y para nada autosuficiente, intento hacer de mi libertad un pilar que soporte cualquier tipo de contratiempos o malos momentos. Un perfil conservador se pelea dentro de mí con el otro revolucionario, la alteración por ejemplo de los horarios es una de las cuestiones que dan cuenta de la batalla y son algo que todavía no logre resolver. Pero digo, pregunto – ¿Dónde está el problema? – entiendo el problema si fuera algo que a los demás perjudica, o molesta, incluso si me perjudicara a mi 3  La familia de entonces, de la que escapé un año después de escribir éste breve relato. 4  Texto original, con errores ortográficos: “que halla podido rajuniar...”

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sin darme cuenta, claro sería un problema. Pero en éste caso se da una suerte de caprichos y de intereses contrapuestos, donde los mayores jamás entenderán las necesidades de este enfermo que planifica día a día su vida con visiones a futuro anormales y poco productivas. Cualquiera puede a mi cuestionarme pero para eso es necesaria una fundamentación, yo elijo como quiero ser, elijo no guiarme por la propaganda empresarial y el éxito estúpido del bien material, lo indispensable es suficiente para mi, y nada más. Jamás podría renegar de mi situación, un confort que a veces se torna innecesario y se disfraza de humildad para esconderse de los errores de una pésima organización. Uno es libre siempre y cuando no invada la libertad de sus pares, pero hay tantas maneras de poner en practica esa muletilla que, la libertad entonces pierde su característica fundamental de servirle y ser fundamento del hombre para caer bajo un régimen ya estipulado, que no permite diferentes políticas y opiniones o acusa de irresponsable a aquél que todo se lo cuestiona, que no puede dormir por la angustia y decide cambiar la filosofía estipulada. Que decide o se resigna a alterar sus horarios. La gente grande, o mejor dicho adulta, sabe qué es lo bueno y qué es lo malo, está entonces en su libertad, la opción de tomar el riesgo, quedará en ella el deber de tomar responsabilidad de las acciones, de hacerse cargo incluso cuando el riesgo que tomó fue demasiado. Quisiera compararme con un dragón, que se encuentra en el fondo de una grieta abierta en la tierra, donde todo quema

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y apenas sueña con sobrevivir, entonces se eleva sufriendo por dentro sólo con la esperanza de escupir el fuego que en su boca incomoda, es el fuego de su vida, el fuego de sus ideas y de sus aspiraciones, para caer vencido por su agotamiento nuevamente y perderse en ese vapor ardiente que le muestra el dolor al cual se expuso sólo por escupir, sólo por manifestar lo que adentro le molestaba. Tal vez algún día me toque ser como el dragón, el dragón que me marca en el horóscopo chino, pero sostengo, que si uno no piensa no es hombre, y si uno piensa tiene que gritarlo para que, capaz alguien lo oiga y deje de ser un estereotipo, para convertirse en una persona libre, y hasta mejor.

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Confesiones El alcohol se instala esta vez en mi sangre y así me libera de alguna forma a expresar lo que siento para desafiarme internamente como si fuera un suero de la verdad, para saber si es cierto lo que sostengo más conscientemente. Escuchando debates de política sobre la Ciudad de Buenos Aires en la post-elección donde ganó Mauricio Macri me entretengo mientras espero un buen momento con amigos. La noche me ofrece tantas oportunidades que se contraponen, pero voy a elegir la de los menos, la que se opone a las masas y al consumo de personas que termina por aplastar la dignidad, prefiero compartir un sofá con un amigo antes que un trago con una joven que no conozco, que sólo me usa para satisfacer alguna necesidad sexual. Es posible que lo que diga no tenga coherencia, pido disculpas y me justifico diciendo que no estoy en mis mejores condiciones para la redacción, sumadas a mis falencias académicas me encuentro en un estado de somnolencia poco común en mí. Quiero expresar nuevamente mi profundo repudio hacia los boliches donde la juventud se corrompe todos los fines de semana y asimismo mi apoyo incondicional a los mal llamados antros de perdición que sinceramente no son tales más bien un refugio de la sociedad careta con la cual nos toca compartir

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la vida, donde no importa como estás vestido o tu peinado para poder entrar ni tampoco la forma de caminar y donde nunca me sentí diferente. Creo que el hecho de entrar a un lugar y saberte diferente es una forma de discriminación puesto que uno sabe que no tiene un lugar ahí y cuando no tiene lugar es porque esta implícitamente excluido, no se si se entiende de fondo la idea. Detesto profundamente a la gente que vive de la apariencia, es decir que vive de su imagen, tal vez una pose que se compra en una galería concheta de Recoleta. Los primeros en leer esto serán mis amigos, luego mis conocidos y luego quienes lo lean en algún sitio de internet o en una hoja de papel que les llega por un tercero, pero ninguno tiene más valor que el otro para mí, y a todos les agradezco de corazón su tiempo. La verdad que se me fueron un poco las ganas de escribir, por lo tanto quiero terminar gritando que me encuentro a disposición de quien quiera escucharme y que espero que nada pueda hacerme cambiar de opinión, muy probablemente sea mi juventud la que me enfrente al capital y provoque en mí éste instinto de rebelión contra el mundo pero en el fondo tengo las convicciones fortalecidas y la esperanza de que esto que se llama sociedad cambie. Sin más que decir me retiro esta vez con la mirada difusa y perdida que intenta fijarse en un monitor y un teclado ajeno, con ninguna certeza dentro de mi ser y con la ilusión de creer que algún día seré mejor persona que el resto de la gente, aunque el criterio de mejor o peor no pueda determinarlo más que la historia en el ámbito de la justicia.

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Ruleta No tengo idea cuan prudente sea comparar la vida con una ruleta rusa, podría decirse que es un juego de vida o muerte, los sobrevivientes siempre cargaran con la cruz de los muertos, la conciencia es tan fuerte que a veces se confunde con otras virtudes y tan frágil que puede romperse por los vicios, la codicia o el deseo; romper la conciencia no lleva más que un segundo y nunca alcanza el tiempo para arreglarla. Esta vez me toca escribir en un colectivo, luego de haber sufrido la ineficiencia pública y oficial, estoy rodeado de gente que me mira pero no puede ni quiere verme, sólo una persona mayor se acerco a darme un consejo, que tendré en cuenta para mi futuro. ¿De qué futuro hablo? Si el futuro no depende de nadie más que de mí. ¿Acaso puedo yo cambiar el presente para que sea un mejor futuro? No me creo tan poderoso, no puedo cambiar nada si primero no cambio yo. No sirve de nada una revolución televisada y masiva sin la verdadera revolución interior. Me pongo a volar dentro de una canción y casi sin inspiración leo algunas hojas perdidas con las que pude reencontrarme. Pasaron meses desde las primeras líneas en el colectivo con lapicera roja y en esto que ya es el futuro muchas cosas han cambiado, ahora es de noche y estoy acostado en

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mi cama, sin nadie que me mire y sin ruido de motores ni de microcentro que me aturda. Inundado de proyectos hoy no siento tantos motivos como entonces para acabar con mi vida pero sigo firme en mi hipótesis media teoría de que el dolor a veces es insoportable y no se puede convivir con él. En conclusión uno de los dos se tiene que ir; es sabido que si el dolor pudiera irse uno no querría terminar con su vida y por lo tanto lo que tiene que irse es la propia existencia. No pretendo hacer una apología del suicidio pero su fantasma ya es una presencia conocida para mí, pase junto a él un largo tiempo, muchos momentos creí que era la luz y quise correr hacia él, la angustia como sentimiento presente era crónica en cada segundo que pasaba. Sólo que tuve la suerte o la desgracia de tener un físico poco privilegiado que no me permitió entrar a tiempo en el agujero de la muerte. Tal vez en un futuro me reproche hasta eso o tal vez sea hora de que pueda llegar a tiempo, entonces nadie podrá hacer nada, ni lo verán; no sabrán lo que esta pasando. Todos los impulsos tienen el mismo denominador común, la desesperanza que ciega a la razón, que no permite al movimiento en busca de una mejor realidad y la certeza absoluta y pensada de que en sí la vida no vale nada, sino por lo que puedas disfrutar de ella, entonces cuando no tenés nada la ruleta rusa se convierte en la mejor opción. Si ganás, comprás felicidad y si perdés, dejás por fin de sufrir.

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Perfil En esta noche sólo la soledad se para a mi lado pero la razón me ilumina la mirada y me da esperanza para llenar de ideas una hoja en blanco de este cuaderno casi tan inútil como yo que necesita de alguien que le dé sentido a su existencia, tan viejo y roto está el pobre que sólo le quedan papeles por perder y nada que ganar más que la satisfacción de haberle servido a un pendejo infeliz que no sabe qué hacer con sus locuras. Me reflejaba hace un rato en el vidrio de un auto, me miraba a los ojos mientras prendía un cigarrillo que intente hacerme pasar el rato y con el sabor amargo del humo planificaba mi futuro fin de semana cuando me puse a analizar lo que un grupo de rock debía hacer para vivir de sus sueños, para vender y poder comer de su música. Surgió dentro de mí el consejo que le di al viento, a los autos que pasaban y a mi perro que dormía. El objetivo tiene que ser difundir una imagen con la que la gente se sienta identificada y así, llegar a movilizar y ser escuchado (jamás pretendas músico ser oído) por un productor, que financie el éxito y la masificación. Pero amigos, la imagen de la que hablo es de la que reniego, - ¿Tiene esto manera de ser? – No, razoné que vender una imagen es despreciable, pero unificar criterios de difusión para un grupo de jóvenes no lo es. Si lo que difunden va más allá de

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una postura, la imagen va a ser una realidad, no sólo la pose de un disco ni de una foto falsa que exprese agradecimiento. Entonces esta especie de imagen, de postura va mas allá del significado oficial intrínsico de las palabras, ahí se convierte en una filosofía, en un conjunto de pensamientos, sentimientos y actitudes consecuentes que son por lejos la clave del éxito verdadero y tienen fuerza para aplastar a lo que repudiamos, porque es más fuerte que la música que no es música, que es creada para la colocación de productos y como una manifestación de la hipócrita sociedad de la cual somos parte, donde sólo importan las pulsiones que obligan a comprar y comprar todo lo referido a algún tema, llámese autor, libro, saga, o banda. Todo esto de lo que hablo puede fácilmente trasladarse al campo personal, cientos de seres humanos hoy y siempre viven de su imagen, de lo que dejan ver. Pero en contraposición a eso creo que lo que hay que trabajar individualmente y por dentro es un perfil lo más perfecto que se pueda dentro de los parámetros sociales y considerando un margen de error para no sentirnos frustrados y desilusionados con nosotros mismos. Por mi parte, lo que espero construir es una identidad honesta. La personalidad que estoy buscando desde hace tanto y para la cual me falta descubrir varios secretos aún.

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De éxitos y grandeza Voy a empezar manifestando que volví a cometer el error que dije no iba a cometer, yo se muy bien que esta mal escribir en primera persona pero les pido que me entiendan, aún así tengo ganas de escribir incorrectamente. Es que lo mío no es la academia literaria, me río. Conciente de mi error le grito así al que me pueda ayudar, tengo una duda existencial que creo les conté en otro de mis escritos. ¿Dónde esta la grandeza de una persona? ¿Cómo se da cuenta uno de que es grande y/o exitoso? ¿Es necesario que otros vean lo que uno ve? Partamos de la base, no quiero ser denso (aunque lo soy), ser exitoso y ser grande no es lo mismo, ser exitoso es haber cumplido un objetivo y en cambio, ser grande es saber vivir bien. El éxito por un lado es más cuantificable, por ejemplo conseguir un trabajo anhelado es un éxito, conquistar a la persona amada es otro, - ¿se entiende? - Pero el éxito sólo lo puede ver uno porque sólo uno sabe lo que quiere (un trabajo o un compañero de vida) y entonces sólo uno va a ser exitoso para los demás si estos quieren lo mismo que uno, sino no. (Escribo como lo explico oralmente y la verdad es que no se ni hablar). Resuelto el primer conflicto vayamos al más complicado, ¿Puede uno darse cuenta de que es grande? El grande no sabe

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que es grande, sólo aspira a serlo (esto entendiendo que sea honesto y no un maldito vanidoso, hipócrita) - ¿Y ahora? Habíamos dicho que la grandeza de los hombres radica en saber vivir. Entonces vamos a suponer que a diferencia del éxito, la grandeza de uno va a ser reconocida por todas, o la mayoría al menos de las personas, porque en el arte de vivir dirán: “aquel sabe vivir, es grande”. Pero amigos, ¡El que es grande no necesita que le elogien! ¡Si lo elogian podría ser que la grandeza que tanto mencionamos sea una postura! ¿A quién no le gusta recibir elogios? Además, puede que en el entorno de uno no haya quien sepa vivir, ni aspire a saber por lo tanto se equivoque en su juicio, motivo por el cual toda nuestra hipótesis de cae como desde un precipicio. A todo esto sumado que las personas son de por sí egocéntricas y reacias a admirar a otra (el que es grande es el único digno de admiración). Todo se hace una neblina homogénea que me deja con más dudas que certezas. Pero dicen los que saben que uno de los orígenes de la filosofía es la duda. Por lo tanto no me preocupo, seguiré dudando para seguir buscando la solución a los dilemas. Como siempre los invito a volar conmigo, lo importante no es saber sino tener el teléfono del que sabe. ¿Alguien me da su teléfono?

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Realidades invertidas Es una de las primeras veces que me siento a escribir de buen animo, es el hecho de saberme modificador de realidades lo que me da la fuerza para hacerlo, el hecho de sentirme grande (estúpida expresión) al saber que tanta gente confía en mí, ver que tengo una extraña facilidad de brindar tranquilidad a las personas que quiero; seguro estoy de que es por mi seguridad personal y sin duda, lo más importante que tengo. Quiero agradecerles a todos por su apoyo, por sus felicitaciones y valoraciones, espero no defraudarlos. Creo que descubrí un secreto para mí, algo que no podía ver. El fondo de las realidades invertidas. Estos tipos de realidades sin duda son posibles gracias a las imperfecciones del hombre, ya que los diferentes puntos de vista son a veces contrapuestos y la objetividad queda relegada por los intereses (incluso internos e inconcientes) personales. Si bien tal vez sea el hombre el ser más desarrollado de la naturaleza es notable que aún falta mucho por aprender, el cuerpo humano es perfecto, las personas no lo somos. Mi tesis de ahora apunta a demostrar que lo que a todos nos hace falta es una evolución. Resulta que nadie es perfecto, por eso tiene que darse una suerte de batalla interna para no dejarse corromper por la codicia, los deseos y los vicios. Es una batalla casi perdida pero

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es necesaria para la evolución. Tendrá que haber como indica budismo una revolución profunda, lenta que se hace uno por uno y de la que sólo será capaz de hablar quien la experimenta, ese lamentablemente será el único motor de cambio que exista por primera vez en cada uno de los cientos de reducidos entornos sociales de los que somos parte. Aunque nos pese y nos resulte un atentado a la razón, tendremos que resignarnos a que somos animales, en definitiva somos el resultado de la evolución de tantas especies que seria utópico casi estúpido decir (que me perdone Darwin) que somos la punta de la pirámide, que luego de nosotros no hay nada más, es evidente que la evolución (que ya tiene más que millones de años) debe seguir su curso. Esta demostrado que hay muchos problemas por resolver, si ya se, Videla y Menem siguen vivos5, pero no es el punto... voy más allá de eso, voy a que no puede ser que no podamos convivir en comunidad, si hasta los lobos aprendieron eso. No puede ser que seamos tan impiadosos, tan fácilmente corrompibles por la comodidad y el poder. Necesitamos urgente cambiar esto, señores, sólo depende de uno y cada uno de nosotros, no hay milagros ni soluciones mágicas. Ya voy terminando y espero que se haya entendido ya que tengo que admitir que no revise ni pienso revisar la puntua-

  Cuando edito esta versión definitiva, ya se resolvieron algunas de esas injusticias. Videla se encontró con sus victimas y Carlos Menem tendrá que cumplir condena por el tráfico de armas a Ecuador. De cualquier modo, ya no le queda mucho tiempo entre nosotros. Afortunadamente. 5

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ción de este escrito que me viene consumiendo más de veinte minutos. Me voy a ir retirando con el juramento y el compromiso más que a nadie a mí mismo, que soy el único que va a leer esto en los próximos años, de que no voy a cambiar mis valores, me voy a desafiar segundo a segundo a ser la oveja negra de esta sociedad y luchar, cueste lo que me cueste, por ser mejor persona. Mi objetivo será la sabiduría, la única llave a la evolución humana.

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Cuanto dinero ¿Cuánto dinero necesito para tal o cual cosa? ¿Cuánto dinero tengo? ¿Cuánto dinero tiene el otro? Todas estas preguntas surgen de la misma ¿Cuán importante es el dinero para mí? Creo que es algo difícil de responder. En esta sociedad el poder económico es sinónimo de superioridad, de porvenir, de futuro y hasta de habilidad, pero es lógico que así sea. Uno no puede reprocharse esos valores ya que son innatos del hombre, ni bien crecemos nos damos cuenta de lo que valen (y cuestan) las cosas, de la cuestión de vivir. Y a todo esto ¿Cuánto vale vivir? ¿Cuánto vale el dinero? Es tan subjetivo como el bien y el mal, lo que creo que es necesario es no sobrevaluar el dinero, es romper esos valores con los que nacemos, incluso para ser felices, pues todos sabemos que el dinero no es la felicidad. Resulta muy complicado hoy establecer el valor del trabajo, de nuestras capacidades y entonces dejamos que el mercado se encargue de eso, nos fijamos cuánto cobran los demás y cuánto puede llegar a costar lo que queremos vender, aunque lo que quiera vender sea yo mismo, mi trabajo, mi producción, mi capacidad o mi ayuda. Un vaso de agua en el desierto cuesta fortunas, pero tal vez al que lo tiene no le costó nada, - ¿Es un robo? - Lo dejo a su

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criterio. Lo que pretendo diferenciar es el valor y el costo de las cosas, de la vida, de mí mismo. Intento desarrollar una personalidad humilde y justa, cosa difícil hoy en día, pero no imposible. El ser humano de por sí esta viciado por la codicia (nunca me canso de decirlo) y es ella según creo, la que permite que se convierta al dinero (símbolo de poder) en un fin, es preocupante que no se lo vea como lo que realmente es: un medio. Como todos los excesos son malos (incluso el de felicidad que conlleva a la inconciencia) el exceso de recursos también lo es. El que lo tiene todo es incapaz de valorarlo. Dicho esto propongo que encontremos juntos el equilibrio entre el comunismo y el capitalismo (regímenes teóricamente perfectos los dos) pero que en la práctica dejan mucho que desear. El comunismo se fundamenta en la repartición equitativa de los recursos, podríamos caracterizarlo como un sistema humilde que busca la igualdad de clases y de personas. ¡Qué triste ver que todo eso es una sarta de mentiras que se fundamentan en la pura utopía y no tienen nada que ver con la vida cotidiana ni con la naturaleza del hombre! Descartado el anterior, el capitalismo se pronuncia como el sistema más justo que entiende a la desigualdad como un mal necesario para el orden. ¡Claro, qué fácil es decirlo cuando tu familia no pasa hambre, cuando no ves que el otro es rico abusando de vos, dominando todo a su paso, robando lo ajeno!

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En ambos casos podemos ver un denominador común: la codicia del hombre (si, esa que hay que vencer) que permite que uno quiera tener o ser mas que el otro. Volviendo al dinero, creo que encontramos al culpable de que esta sociedad este completamente cegada por tener más y más y no vea realmente el valor (¡y no el costo!) de las cosas. Creo que hallamos (al menos yo lo hice) a la codicia como el gran gestor del dinero como fin ultimo de las acciones del hombre, aunque este diga lo contrario.

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Incoherencias Me siento a escribir esta vez sin palabras en mente, y sólo motivado por la obligación de mi conciencia inconciente que me dice que es lo mejor, al menos una parte de lo mejor6 de lo que puedo hacer para alcanzar lo que de fondo es mi objetivo, superarme y crecer. Analizo algunas hojas viejas y veo que soy horriblemente malo para utilizar los signos de puntuación, me excuso porque sé que pude haberlo hecho bien pero, como dije muchas veces, lo que escribo no tiene tiempo de dedicación. Creo que lo más valioso es lo espontáneo, dije y digo todo tal cual me sale y no quiero que se entienda de otra manera, únicamente voy a arreglar tal vez los textos en los que mis errores dificulten su comprensión total. Mi ánimo es cambiante, mis recursos intelectuales mínimos y mis conocimientos académicos ínfimos, casi inexistentes; me doy cuenta así que solo encuentro en la depresión ese toque de inspiración poética que deslumbra al conocedor de letras, seguramente por eso este texto es barato y ordinario pero si me dan a elegir, prefiero que así sea antes que genial, pues al no ser un genio todo lo que parezca genial no seria real, sólo seria una apariencia.   Texto original: “que me dice que es lo mejor, es decir una parte de lo mejor, que puedo hacer para alcanzar…” 6

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Vale aclarar que este texto tiene la mayoría de probabilidades de ser uno más en el folio de los incompletos, esos que me prometí terminar algún día y que estoy seguro se terminaran en unos segundos, en los pocos minutos de inspiración que necesito para darles fin de forma incoherente. Es una suerte para mi haber dado con tantos maestros, haber visto luz en esos anónimos que por cuestiones de tiempo y espacio no puedo nombrar pero que son tan importantes para mí como el calor de una madre, o la humildad del que es grande. Tal como lo sospeche encontré esta hoja en el folio de los incompletos hoy, unos meses después de aquella noche en la que lo empecé, y hoy sentado frente a mí portátil me dispongo a completarlo, trataré de seguir el hilo, porque sigo teniendo la misma impresión. Las musas no son mi fuerte, creo que voy a completar un libro, como quien completa un año para empezar otro, a los chapuzones para terminar un ciclo, hasta haciéndolo mal para hacerlo de una vez por todas, no me importa. El caso es que no debo ser el único que escribe de esta forma, estuve leyendo que hay incluso grandes autores que se inspiran en la angustia, todavía no se me ocurrió seguir el ejemplo de aquellos que se inspiran con hierbas ilegales, soy joven, ya habrá tiempo para eso, todavía soy algo conciente de lo que esta bien y lo que esta mal, aunque ni mi padre crea eso. Como me dicen algunos, - ¿Vas a vender el libro? – No, no lo voy a vender, pues sería un completo estafador si lo hiciera, lucrando con la ignorancia ajena y la propia, es por eso,

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porque este material es de distribución gratuita que lo escribo como quiero, con las musas a mi lado si se inspiran y sino, con el cigarrillo trasnochador en el cenicero. Dije que iba a terminar el texto de forma incoherente y soy un hombre de palabra, les cuento que no tenía pensado un titulo, pero releyendo un poco caí en la cuenta de que lo mejor es que el texto se llame justamente “Incoherencias”.

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Productividad Esta noche no tendría que estar acá, o al menos tendría que estar descansando, mañana me espera como siempre un día agitado. Lo avanzado del horario discute con una vida ordenada y me motiva a hacer lo que estoy haciendo, de nuevo pensando en mi futuro. Pareciera que tengo tanto tiempo que no sé qué hacer con él, no sé como utilizarlo de la mejor manera, tengo tantas ideas en la cabeza que no se por cual optar. Si bien no se contradicen no puedo concretarlas todas al mismo tiempo, querría tener dos cerebros y cuatro brazos; esta impaciencia ya me esta aturdiendo. Para empezar quisiera aclarar que me veo como una potencia, creo que tengo la capacidad para lograr todo lo que se me ocurra en tanto esto dependa sólo de mí. Pero vivo en sociedad y no soy superpoderoso. Necesito agarrarme de alguien y no se de quien. Me doy cuenta que mis intereses poco tienen que ver con los del común de la gente (en este y en todos los ordenes) y también de que soy tan joven que no puedo brindar a nadie la seguridad de que mi proyecto de trabajo sea del todo rentable. Pude hace unos días vencer en otra oportunidad a mi codicia, pero soy el único de mi entorno. Quienes me rodean esperan resultados mágicos o su esfuerzo no será recompensado, deciden seguir viviendo el presente.

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Sé positivamente que para empezar tengo que hacer las cosas bien, pasos seguros y constantes, no dispongo de muchos recursos, tengo que aprender hacia donde enfocarlos, no puedo estar en todos lados. Ahora escribiendo veo que será cuestión de elegir, y el tiempo dirá si hice o no lo más conveniente. Por otro lado, lo más conveniente no siempre es lo mas rentable, más rentable seria para mi estar trabajando en lugar de perder tiempo con lo conveniente, de cualquier forma prefiero seguir escribiendo. Siempre es fácil jugar con los dos sietes y el as de espadas, pero el que sabe jugar no los necesita para terminar una buena mano, el caso de este ejemplo es que voy a seguir jugando con dos cincos y un seis, para ver que tal me va en suerte, lo importante al fin y al cabo no es ganar, sino jugar. A pesar de todas mis dicotomías internas espero tener algunas cosas en claro, algo que es para destacar: al menos se lo que quiero. Aunque no sepa bien del todo como llegar a eso, la mayoría de los que me rodean ni siquiera saben lo que quieren, algunos ni se molestan por averiguarlo, no los entiendo. Es que el trabajo es un medio para llegar a otro medio, el dinero es el medio para poder vivir hoy en día, sólo eso, nunca debería ser un fin último. Ahora voy a intentar, y lo expreso por escrito, que el dinero para mí sólo sea un medio y que no me ciegue la codicia para poder pensar en otras estupideces como puede llegar a ser el significado de la vida o la trascendencia de las personas, les recomiendo que vayan urgente a hacer unos pesos. Ya perdieron mucho tiempo improductivamente conmigo.

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Estúpidos A menudo en la calle nos cruzamos con grupitos de amigos, que salen del club, del colegio o del baile. Es que los chicos de ahora, que tenemos entre doce y veinte años, somos una generación particular. Muchos nenes juegan a ser grandes y tienen la libertad de salir a vagabundear recién entrando en la adolescencia con todo un mundo por delante y se creen estúpidamente independientes, eligen su moda, sus juntas y la irresponsabilidad. Uno de los detalles que caracteriza a esta nueva sociedad liberal es que ya no se espera a entrar ni a la secundaria para armar parejitas, mejor dicho, conseguir a alguien para presumirse con los amigos y jugar a los besos y a las cartitas de amor pero en fin, cada uno tiene su política de vida, lo importante es respetar siempre la del que no tiene la nuestra. Quiero aclarar en este punto que nada tiene que ver el respeto con el derecho a crítica, ya que sin crítica el mundo nunca progresaría. Lo preocupante de este punto es nuestra inmadurez, si bien el hombre es un ser social (que debe estar acompañado) no debería ser necesaria la compañía para la realización. Sabemos que la felicidad en un principio está muy ligada a la inconciencia, y esta última a la inmadurez (el hombre maduro es conciente).

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Los que sólo nos sentimos felices en compañía somos inmaduros, tendríamos que valorar un poco más la soledad para poder proyectarnos en la vida individualmente y así crecer. Ahora, deteniéndonos un poco en la juventud actual, sin mirar detalles tampoco, vamos a notar que muchos cambian de pareja como de medias, aquellos que se creen grandes y superados, no son más que idiotas. No son más que idiotas porque al no sufrir la perdida no crecen con ella, el hecho de no sufrir significa que no existió para ellos ningún duelo, no son capaces de medir las cuestiones humanas, la traición para ellos es cotidiana (por eso no la viven como tal), traicionan y son traicionados sin sentir nada, estar con alguien no es más que un pasatiempo estúpido que da status. Estas acciones tienen un motivo lógico, y es que a nadie le gusta sufrir. Entonces se refugian de la falta de sabiduría así, sin capacidad de crecer ni nada por el estilo, aunque lamentablemente sufrir sea requisito para alcanzar la sabiduría. A veces pienso y me lamento por no ser estúpido.

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Genialidad, razón y locura La genialidad es, para cada individuo, una utopía. Pues aquel que la posee no solo no quiere siquiera comentar sobre ella, difundirla y vanagloriarse de ella, sino que el que es un genio es incapaz de verse a si mismo como tal. ¿Pero en que consiste ser un genio? Tiene este termino tantas acepciones como seres humanos poblamos el planeta, pero todas las más acertadas, coinciden en que no consiste en ser buen deportista. Se asemeja más a ser un buen intelectual. En pocas palabras, apreciar cada objeto o situación, como consecuencia y causa de muchos objetos y una infinidad de situaciones. ¿Y la ignorancia? No es un tema de este texto. La genialidad no se puede definir completamente sino es por la negación. Así surgen acepciones como que “es lo contrario de actuar impulsivamente” o que “es no creer todo lo que dicen” y las positivas, “es ver más allá”, “es dar todas las respuestas”. El mundo, las sociedades globalizadas, capitalizadas, quebradas, ven la genialidad en función de los elementos tecnológicos de los que se dispone, o disponía en su contexto. Así cualquier griego que considere que es valido y humano poseer

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un solo esclavo, sería para todos nosotros un genio7, y para su contexto un loco. Por todo esto, decimos, que la genialidad es la inteligencia sobresaliente, aunque sea en una época puntual, de esta forma surge la pregunta ¿El loco de hoy es el genio del mañana? Aquí, el punto clave que demuestra que no siempre la normalidad es lo correcto. ¿Y que sucede con la frase “es un genio en su tema”? En los demás, que ignora, ¿no tiene valor? Es decir, aquel que no tiene los medios para ser un buen intelectual, en estos tiempos que consumen el tiempo con tantas preocupaciones y actividades. Estudiante, trabajador, deportista, amigo, hijo, padre, escritor o político no tienen nunca, ni tendrán, posibilidades de ser un genio. Su persona se ha desvirtuado y, aunque sea inteligente jamás tendrá “todas las respuestas”. No es casual que la mayoría de los genios (conocidos) sean nativos de países centrales, superpoblados y con las necesidades básicas más o menos cubiertas. Es casi imposible entonces ser en la actualidad un genio, esto contemplaría tener humildad, talento, conocimientos, ideologías, inteligencia entre otras virtudes, y un poco de locura. No alcanza la vida humana, que ya se ha prolongado a casi el doble que hace un siglo, para ser tan prodigioso.

  En tanto se opone a la “explotación innecesaria” de otros hombres, aunque considere al esclavo como una condición humana. Quiero decir con esto, que aquel griego que tenía un solo esclavo (porque no necesitaba más) era un humanista. Aunque el concepto de esclavitud hoy nos suene terrible. 7

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Editorial y contacto8 Este es un material que hace las veces de diario, intenta ser un documento que funcione como pilar en mi vida, como un referente personal. No es más que una especie de panfleto de ideas que se caracteriza por la desprolijidad, lo valioso y lo sentido de lo espontáneo. Plagado de características propias espero que el lector pueda entenderme como un intelectual callejero joven iluso antes que como un escritor académico. Cualquier comentario, crítica o insulto será bien recibido, este discurso es un borrador de lo que pretende ser mi primer libro en los próximos años. Serán muy valoradas todas las marcas sobre el texto, correcciones ortográficas y notas al pie, se agradece su reproducción total o parcial para la difusión gratuita.

  Notas que, con pequeñas modificaciones, aparecían al final de Realidades Invertidas en 2008. Las adjunto en esta edición definitiva, porque por supuesto su espíritu y contenido siguen intactos. 8

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Todo aquello que pueda aumentar la calidad lingüística o ideológica y la comunicación, favor de acercármelo personalmente o por cualquier otra vía. Muchas gracias.

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Si todo anda mal9 ¿Qué hacer cuando todo anda mal? Lo fundamental es entender que es absolutamente normal que a veces las cosas no pasen como nosotros queremos, y no debemos castigarnos por eso. La estrategia lógica de ser frío y calculador no funciona cuando todo anda mal. Debemos preocuparnos por lo que realmente nos importa, sin caer en pensamientos de especulación. A su vez, es técnicamente imposible que todo ande mal, el todo es muy amplio y siempre hay cosas buenas a las cuales aferrarse. Aunque parezca que no podemos hacer nada, siempre se puede hacer algo por cambiar una situación que nos pone en franca desventaja. Porque la solución está en nosotros. Desligar responsabilidades puede ser productivo a corto plazo, pero a la larga es contraproducente. Sabemos que no podemos resolver todos los problemas al mismo tiempo. Por eso, si no tenemos las ideas claras, es conveniente que hagamos una lista de “puntos flacos” o cosas que debemos atender. Eso nos aclarará un poco el panorama, nos ayudara a establecer prioridades y a tomar medidas para salir adelante. 9

  Articulo del blog. Buenos Aires, Julio de 2011.

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Pensar qué es lo que podemos hacer inmediatamente, y si no podemos hacer nada (cosa difícil) debemos pensar por qué no podemos hacer nada. De esa manera encontraremos cual es el hilo del problema. Empezar las cosas de a una vez. Y en lo posible, terminarlas. Cuanto antes podamos terminar con las cosas que nos preocupan antes saldremos de la idea de que todo está mal. Reconocer nuestras limitaciones es el primer paso para superarlas. Somos seres humanos, y como tales, somos capaces de cosas que no imaginamos. Pedir ayuda. Cuando no tenemos las cosas claras, siempre es mejor no tomar las decisiones sin consultarlas. Otro punto de vista, además, puede sacarnos de la idea de que todo anda mal. Siempre la clave es apoyarnos en nuestras fortalezas, el trabajo, las artes, el estudio, los amigos, la familia. Disfrutar de nuestras fortalezas es el primer paso para mirar la situación de otro modo, para nutrirnos de elementos emocionales y técnicos que nos permitan, en el mediano plazo solucionar los problemas que se nos presenten. A trabajar.

Contenido Cinco años después ����������������� 9 ¿Objetivo?��������������������������������� 11 Improvisación��������������������������� 13 Crecer��������������������������������������� 15 Angustia����������������������������������� 17 Joven����������������������������������������� 19 Rogelio������������������������������������� 21 Crisis����������������������������������������� 25 Sabiduría ��������������������������������� 29 Indignación������������������������������� 31 Proyección������������������������������� 33 Confesiones����������������������������� 37 Ruleta��������������������������������������� 39 Perfil����������������������������������������� 41 De éxitos y grandeza��������������� 43 Realidades invertidas������������� 45 Cuanto dinero������������������������� 49 Incoherencias ������������������������� 53 Productividad��������������������������� 57 Estúpidos��������������������������������� 59 Genialidad, razón y locura��� 61 Editorial y contacto��������������� 63 Si todo anda mal��������������������� 65

La mayor parte de Realidades Invertidas fue escrita hace mucho tiempo. No les voy a mentir, estaba terminando la escuela secundaria. Por eso es que este libro trata los temas que son típicos de la adolescencia. Con tono irreverente, violento, estos ensayos (por llamarlos de algún modo) cuestionan la familia, los desencuentros amorosos, las bandas de rock, el mercado, e incluso “la desesperanza que ciega a la razón”. Se trata, al fin, de literatura adolescente. Aunque más que eso, intenta proponer. Porque al final, el lector entenderá por qué esta estúpida tesis “es más producto de la perseverancia que de la razón”.

Soy de Buenos Aires pero no soy porteño. Escritor frustrado, cocinero frustrado, poliglota arrepentido y debutante de bilingüe. Me gusta charlar tomando mate y más dando monólogos. Trasnochador compulsivo. Creativo. En realidad, soy yo mismo, y eventualmente todo lo demás.

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