REMA MAR ADENTRO

June 20, 2017 | Autor: Sharelly Fruto | Categoria: Iglesia
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REMA MAR ADENTRO - Sharelly Fruto Charris Facultad de Arquitectura Arte y Diseño.

Resumen Este artículo nos habla de la vocación que significa “llamada”. Llamado de amor. Es un dialogo de amor entre dos personas, Dios llama y está en el hombre abrir su corazón para recibir el llamado. El amor de Dios llama, elige, forma, consagra, envía. En estas palabras se inscribe el camino de la vocación del hombre. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Cada ser humano es único e irrepetible. Cada persona ha sido creada para darle un aporte a la historia de la vida y es tarea de cada persona descubrir qué es lo que Dios ha puesto en ella para darlo a los demás. Abstract This article is about the vocation that mean “CALL”. Called of love. It is a dialogue of love between two people, God calls and this in man open his heart for receive the call. The love of God calls, select, shape, consecrates, sends it out. These words do register the path of vocation man. God Has A Plan for Every One of Us. Every Being Human is unique. Every person is created Send FOR A contribution to the history of life and it is up to each person to discover what God has put in it m paragraph give it to others . Palabras claves Rema mar adentro, vocación, laico, sacerdote, religiosa, matrimonio. Keywords Rema offshore, vocation, laico, priest, marriage.

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Introducción El mundo nos ha enseñado que la palabra vocación solo se debe usar para las personas que deciden ser sacerdotes o religiosas; no nos hemos dado cuenta de que todos tenemos vocación y es tarea personal de descubrirla, aceptarla y realizarla. Una vocación en la Santa Iglesia Católica, desde el punto de vista humano, comienza con un descubrimiento: Encontrar el tesoro de gran valor, es este el interés que me lleva a realizar una investigación fuera de lo común en medio de una sociedad como la nuestra, marcada por signos de muerte (violencia, egoísmo, indiferencia, injusticia…). Es mi deber como cristiana enseñar plácidamente a lo que estamos invitados a ser y a hacer como verdaderos hijos de Dios, que después de la muerte hay algo más y que todos estamos en busca de un “llamado” aunque no todos respondemos a este por falta de conocimiento o terquedad. Todos los hombres estamos llamados a la SANTIDAD... “Sean Santos como el Padre es Santo...” La vocación a la santidad no es un monopolio exclusivo de los sacerdotes o religiosos sino de todos los cristianos. La vocación es un don de Dios, una llamada en nuestra vida, pero también es una tarea que debemos realizar. Si queremos ser fieles a la voluntad del Señor. Lo esencial de una vocación cristiana está en el seguimiento de Jesús, la diferencia está en la radicalidad del seguimiento. Lo importante está en la respuesta que damos a la invitación que Él nos hace. Podemos decir “SÍ” o rechazarle.

Imagen 1: Jesús Crusificado, tomada en la Iglesia San Nicolás de la ciudad de Barranquilla. Autor: Jonner Diazgranados Charris

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Rema mar adentro Jesús “…Vio dos hombres a la orilla del lago… Los pescadores estaban lavando las redes… subió a una de las barcas que era la de Simón… y le pidió que la separase un poco de la tierra. Se sentó y estuvo enseñando a la gente desde la barca. Cuando terminó de hablar dijo a Simón: ‘REMA MAR ADENTRO’”. Jesús asombra; Jesús seduce y fascina; Jesús deslumbra y enamora; Jesús apasiona y embarca. ¿Qué tiene este timonero de otros mares más allá de los nuestros? ¿Qué pasión despierta en el corazón cuando se adentra a nuestra vida? Jesús es desconcertante, seguirle es jugar a la tempestad y a la bonanza; seguirle es ir habituándose al silencio del mar; seguirle es soltar remos y dejarse llevar por Él, seguirle es nunca llegar al puerto, siempre romper las aguas dejando una estela que se pierda al instante. La fe; recia y firme; la fe como abandono, como un cerrar los ojos para ver; la fe como la gran odisea para seguir siempre surcando mares y nunca ser derrotado por los vientos, las olas, las tempestades. “¿Quién es este a quien los vientos y las olas obedecen?”… ¡Y quedan maravillados! La pobre barca de Simón está amarrada en la playa. Simón lava y remienda sus redes; redes vacías después de una noche de duro bregar. Alguien se acerca a Simón, el recio pescador de Galilea; Alguien que le saca de su fracaso. Habla a las gentes desde su barca y Simón escucha en silencio. Luego es a él, a Simón, a quien le dirige la palabra. Es un man-

dato: “REMA MAR ADENTRO”. Y Simón obedece, acoge la palabra de Jesús y la hace evangelio de vida. Y lanza de nuevo sus redes por docilidad a su Palabra. Y el asombro le deslumbra. Una noche sin pescar con duro trabajo y ahora en unos instantes, una gran pesca sin esfuerzo. ¿Quién es ESTE que ha entrado en su barca? ¿Quién es este que rompe todos sus esquemas de pescador? Casi no sabe su nombre; se llama JESÚS. Galileo como él. Pescador uno y carpintero el otro. Y Simón se rinde: “Apártate de mí que soy un pobre pecador”. Jesús ha tocado con su ola recia ese corazón noble y limpio de Simón. Lo ha cambiado. Será pescador de hombres. Y se llamará Pedro, firme como una Piedra. ¿Y ahora qué?

Imagen 2: San Pedro (1er Papa) Discipulo de Jesús.

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Desde ese encuentro entrañable, la barca de Pedro queda olvidada junto a la playa para que las olas jueguen con ella. Desde ese momento en la barca de ese hombre se subirán otros pescadores. A pedro lo alertó su hermano Andrés, que con el joven Juan fueron los primeros en embarcarse en el proyecto de vida que les ofrece Jesús. Pedro confesará un día: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios”. Pedro se adentra en Jesús en la medida en que Jesús se adentra en Pedro. Sus vidas ya no son dos; es una sola Vida. Una sola vida compartida por doce hombres de la mar y de la tierra; doce hombres que se ponen en camino con Jesús como son, con sus grandezas y miserias; doce hombres que, al surcar mares con el Maestro, irán cambiando, descubriendo un estilo nuevo de vida: el de Jesús. Un grupo, una comunidad que se irá adentrando en el corazón del mundo dejando a su paso fermento del Reino. Su barca, la Barca de Jesús se llamará un día Iglesia; en ella son convidados los hombres y mujeres a reunirse, a subir y hacer asamblea. La Barca de Pedro se ha hecho Barca de todos.

imagen 3: Foto panoramica del vaticano (Roma). Tomada por la revista estadounidense ‘Fortune’ para el artículo “Grandes riquezas del Vaticano”.

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¿Quién es Pedro? ¿Quién es este hombre en el que Jesús ha puesto su mirada de cariño? ¿Por qué deja su casa, su esposa, su trabajo de pescador y se adentra en lo desconocido? ¿Qué fuerza ha infundido la mirada de Jesús en su corazón habituado al silencio del mar y a la inmensidad de su horizonte? Pedro comienza un camino de “seguimiento a Jesús”; un seguimiento que a medida que avanza sus pasos se vuelve radical. Porque Pedro se ha encontrado con un hombre original, limpio y libre, más que las olas y los vientos; Pedro se ha encontrado con un Hombre auténtico, transparente y de gran corazón, manso y humilde; manso como la ola que muere en la playa; humilde cuando la barca es zarandeada por las olas y tiene que dejarse llevar y traer. A Pedro le importa muy poco su vida personal, le seduce el conocer la historia de ese Hombre. Para Pedro, en su corazón sincero, surgen dos preguntas: ¿Quién eres tú?... ¿Qué quieres de mí?; Toda una vida para dar respuesta, adentrarse “en Jesús” y para cumplir “su voluntad”. Su barca, el estilo de su vieja vida, no la dejará en el olvido. Y en la nueva Barca de Jesús habrá momentos de entusiasmo y decisión; momentos de duda, zozobra y traición; momentos de éxtasis y de hundimiento; momentos de llanto amargo y de lágrimas de gozo como afirmación del “Amor que no fue amado”. Pedro seguirá a Jesús zigzagueando; no será su fe una línea recta; se quebrará la trayectoria, pero nunca abandonará a aquél por quien dejó todo y descubrió que era el centro de su nueva vida, el valor fundamental de su existencia. Pedro correrá hacia la tumba vacía, después de correr lleno de miedo y abandonar al Señor a quien tanto amaba. Pedro dará la cara por Jesús y anunciará este nuevo orden de cosas después de la experiencia del Resucitado. Pedro llevará la Barca de Jesús, con el Viento del Espíritu Santo a su favor, por los mares del mundo. Y lo que tenía lo daba: ni oro, ni plata; pero si al Señor Jesús. Pedro lleva las huellas del Señor Jesús por el mundo y con su sombra cura a aquellos que le buscan con fe. Pedro, la piedra fundamental de Jesús, manchará las aguas del lugar con la sangre derramada. La vocación de Pedro no ha muerto; sigue en pie en la Iglesia. Los que un día siguieron a Jesús eternamente le seguirán y su acción salvadora seguirá firme en la historia.

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Así entiendo la vocación al seguimiento radical de Jesús; la entiendo a la luz de Pedro como un dejar la pobre barca en la arena y adentrarse en la nueva Barca que ofrece Jesús. Con el peligro de cansancio en la lucha por el Reino; con la tentación de querer volver a la vieja barca destartalada. Siempre Jesús en medio, aunque duerma, siempre el grito: “Señor sálvanos que nos vamos al fondo”. Y siempre la eterna respuesta de Jesús a los suyos: “¿Qué temen hombres de poca fe?; ¿No Estoy yo con ustedes?”. Seguir a Jesús es poner los ojos en Él, clavarlos con fijeza, mirar siempre adelante, abrir surco en sus aguas inmensas. Mirar hacia atrás, no lleva ritmo; se pierde fácilmente el rumbo. ¡Jesús es mi nueva Barca!

Imagen 4: Jesús resucitado, foto tomada en la Iglesia San Nicolás de la ciudad de Barranquilla. Por: Jonner Diazgranados.

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La vocación en la Santa Iglesia Católica ¿Qué carrera, qué estudios, que trabajo van mejor con mi vocación? La vocación no es un privilegio de pocos. Es un derecho de todos. El mayor peca- La vocación de una persona representa el do es traicionar o vender la propia voca- tipo de vida personal que va a elegir para ción, es lo mismo que traicionar a Dios. Es relacionarse con la iglesia. Los católicos fracasar en la misión que Él te confió. La tienen la posibilidad de elegir el camino felicidad personal y la realización auténti- que desean seguir por medio del “llamado” ca están escondidas en la vocación per- que Dios nos hace. Al tratar de atender el sonal… Ser feliz consiste en responder a llamado de Dios, un creyente tratará de enla llamada de Dios. La vocación personal tender qué tipo de papel debe cumplir en la condiciona la elección del estado de vida. Iglesia católica. No se va al matrimonio porque eso es lo normal, porque así lo hacen todos. Ni uno La Santa Iglesia católica ofrece distintas se hace sacerdote porque le gusta. alternativas vocacionales: Sacerdotal, LaiUno se hace sacerdote o se casa porque cal, Matrimonial y Religiosa. ésta es la mejor manera de realizar la propia misión. La vocación condiciona también la elección de profesión: no escojo tal carrera o tal profesión porque me dará mucho dinero, porque me proporcionará mucho bienestar o mucha seguridad o mucha fama. La pregunta fundamental que uno tiene que hacerse no es ¿qué carrera o qué profesión escogeré? La pregunta buena es ésta: ¿Cuál es mi vocación? Y después esta otra:

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Vocación Sacerdotal La vocación sacerdotal es una llamada de Dios y no una iniciativa de los hombres, necesita de la respuesta permanente en un diálogo de aceptación, en un crecer constantemente, con las crisis y éxitos propios de todo crecer humano. Jesucristo sigue llamando y enviando a algunos hombres para seguirle de una manera más radical y hacerles “pescadores de hombres” como Pedro (Mt. 4,19). Continúa repitiendo a través de la Iglesia, “Como el Padre me envió, así los envío yo a vosotros”. El sacerdote es enviado por Jesucristo y no es elegido por el pueblo. Su sacerdocio es una misión y un servicio que le lleva a realizar la voluntad de quien le envía y no hacer su propia voluntad; es dar la vida por las ovejas, como el Buen Pastor, completando en su propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, ofreciéndose voluntariamente. Como Cristo deberá decir “He aquí Padre que he venido para hacer tu voluntad” (Heb. 10,7). El sacerdote es un enviado al servicio del reino de Dios y en colaboración con la Iglesia entera. Es colaborador del Obispo de quien su misión es imposible separar. La misión sacerdotal cumple la triple tarea de ser profeta, sacerdote y pastor. El ministerio sacerdotal es ministerio de la Palabra y de los Sacramentos y de conducción del pueblo cristiano. La Eucaristía es el eje y el centro de todo su ministerio. El sacerdote, servidor de la fe y testigo del amor de Cristo entre los hom-

bres, como lo expresa Juan Pablo II, está al servicio de las comunidades cristianas. El profeta, el sacerdote y el pastor se encuentran encarnados en hombres concretos que deberán realizar esta triple misión en forma armoniosa y complementaria a todo el servicio de la Evangelización, la gran prioridad de la Iglesia. Evangelizar para el sacerdote, significa entregar la Palabra de Dios, la Eucaristía, el perdón de los pecados, en una línea pastoral que forma personas y comunidades al servicio del Pueblo de Dios. Vive su consagración de una forma exclusiva por medio del Celibato, el cual le garantiza tener un corazón indiviso, sólo para Dios. Se une a Él por medio de la oración continua, y se acoge a la Madre de Dios para que le ayude en la vivencia de su vocación. Ser sacerdote no es una profesión que se realiza por horas o por turnos. Es una vocación recibida por Dios que exige la vida enteramente entregada al servicio sacerdotal.

Img 5: Foto tomada en el colegio Nuestra Sra del Lourdes, en la ciudad de Barranquilla. Adoración al Santisimo. Padre William Ospino. Foto por: Sharelly Fruto Charris

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Vocación del laico Santificando los vínculos humanos y, en primer lugar, los familiares donde tienen origen las relaciones sociales; sometiéndose a las leyes de su patria. Trabajando como pastor y agricultor, como albañil, herrero y carpintero, pero siempre por amor al Padre y a sus hermanos, Jesús es la realización perfecta de la vocación del LAICO cristiano: Dios llama a éste a participar en la obra de la creación, a liberarla del influjo del pecado ordenando las realidades cotidianas según su plan eterno; a santificarse contribuyendo a la salvación del mundo desde adentro, a modo de sal y levadura, en el matrimonio o en el celibato, en la familia, la profesión y en las diversas actividades sociales. Img 6: Misioneros del Movimiento Ccatólico: Lazos de amor Mariano. Barranquilla

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Vocación al Matrimonio Es, fundamentalmente, descubrir a la persona, a mi media naranja, la persona de mi pareja y la relación de mutua pertenencia. A través de la llamada recíproca de ser el uno del otro, Dios les comunica el plan que tiene para cada uno. Lo van comprendiendo a medida que lo van realizando. Comprender que el encuentro no fue fruto del acaso o quizá suerte, sino por la gracia y voluntad de Dios; que ninguno de los dos existió nunca sólo en su mente, puesto que Dios los hizo el uno para el otro. Sólo amándose como Él ama pueden realizarse a su imagen y llegar a ser uno como Él. El matrimonio es un pacto eterno, donde no existe el egoísmo, solo existe el deseo de hacer feliz al otro amándose hasta que la muerte los separe o mejor aún “Hasta que la muerte los una más”.

Img 7: Matrimonio Foto tomada por Efrain Acosta (Egresado de la Universidad Autónoma del Caribe) Barranquilla.

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Vocación Religiosa Jesús es la realización plena de la vocación religiosa cuando deja su hogar y su profesión para consagrarse totalmente a la causa del Reino de Dios; cuando renuncia al matrimonio para vivir en comunidad con sus discípulos, una vida de total desprendimiento hecha don y servicio hasta el sacrificio supremo; cuando anuncia así, en pobreza, castidad y obediencia, el Amor infinito del Padre para destronar los ídolos y restaurar su soberanía en este mundo. Esta vocación es la llamada a “dejarlo todo” para seguir a Cristo “a tiempo completo” en una comunidad de hermanos que muestre a todos, con el mismo testimonio de vida pobre, obediente y casta, que Su “Buena Noticia” es verdadera y Su proyecto realizable; que ya en este mundo podemos comenzar a ser familia de Dios, como Dios es familia, con su mismo amor.

Iimg 8: Hermanitas Reparadoras. Reparan el alma orando por los demás. Fabricadoras de Hostias en la Ciudad de Barranquilla.

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Podemos cambiar el mundo Si tengo un granito de fe en la Palabra del Señor y el valor de responderle sea cual fuere su llamada, podemos cambiar el mundo en que vivimos y tener un papel muy importante en la realización del plan divino. Un esfuerzo con buena fe por pequeño que parezca, puede provocar un cambio de proporciones incalculables, así como una sola piedra, arrojada a un estanque, pone en movimiento toda su agua. “Se necesitan Santos de jean y zapatillas, que se jueguen por su fe y lleven la luz de Cristo a una sociedad que tenga Sed de Dios” – San Juan Pablo ||.

Img 9: Actividad “Pan del Cielo“ Foto tomada en el centro de Barranquilla. Misioneros de LAM, Ayudan a los más necesitados de esta zona.

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