Resena descriptiva del texto Miedos Analitico21

25 de noviembre de 2014
Virtudes y excesos de la lobreguez discursiva
Reseña a Hernández-Mercado, C. (2012) "Miedos analíticos: El sentido del secreto". Artificium: Revista Iberoamericana de Estudios Culturales y Análisis Conceptual Año II, Vol. II Pp. 160-180, Argentina; Universidad de Sata.
Gallo Valenzuela Diego Fernando
CIDE

Las discusiones sobre la oscuridad del lenguaje se remontan desde el siglo XVI. Precisamente, es Luis de Góngora (1561-1627), poeta español , el precursor de la poesía culta y del lenguaje lóbrego. La dificultad de este tipo de poesía se calificaba con el término de obscuritas, ya que era el vicio opuesto a la claridad en la retórica. Los detractores de este estilo argumentan que el discurso moderno debe ser racional, explicativo y persuasivo. Por esta razón, la retórica es disfuncional para lograr convencer.
Carlos Hernández Mercado, partiendo del análisis que hace Aristóteles y Quintiliano, establece una compatibilidad entre el par claridad/confusión. En un segundo apartado, el autor examina las objeciones del estilo opaco argüidas por Dan Sperber. Finalmente, el autor busca la justificación del estilo oscuro en Leo Strauss.
El problema que plantea Hernández Mercado, es la dificultad de articular, cabalmente, el uso del lenguaje obscuro con el lenguaje claro y racional. Puesto que el uso de un lenguaje claro, concreto y entendible es requisito imprescindible para la comprensión, ¿es aceptable y válido utilizar la retórica en la escritura y en el discurso moderno? Carlos Hernández concuerda en que es permisible utilizar la obscuridad, asimismo, el público receptor debe ser crítico y reflexivo para poder comprender los textos confusos.
En una primera parte, se describe cómo debe emplearse la lobreguez para no generar ambigüedad en la interpretación ni desconfianza en el receptor. Además, se enuncian los trastornos sintácticos de la oración. La segunda sección enlista las razones por las que los filósofos analíticos condenan el estilo obscuro; la última, justifica la necesidad de emplear este estilo.
Carlos Hernández, demuestra la funcionalidad y compatibilidad del estilo obscuritas en el discurso y en la escritura. Su argumento principal es el siguiente: el uso del lenguaje obscuro resulta fructífero en el discurso; desempeña una función cognitiva; debe existir consenso en la discusión académica acerca de cómo y cuándo usar la lobreguez. Esto significa que la naturaleza del lenguaje es un medio y un fin.
La estructura del argumento está sustentada en tres posturas diferentes referidas al grado de validez del estilo lóbrego. Así, la primera describe cómo debe emplearse la obscuridad para no generar ambigüedad en la interpretación ni desconfianza en el receptor. Aristóteles afirma que el obscurantismo resulta placentero cuando se limita su empleo y se moderan los términos utilizados. Del mismo modo, el lenguaje obscuro no debe caer en vicios ni en excesos, sino que su ejercicio debe ser virtuoso. De acuerdo con Quintiliano, la variación lingüística en el discurso transmite conocimientos; los extranjerismo en el discurso son admisibles siempre que se defina el significado del término. Así mismo, el lograr convencer a través de la palabra y de la escritura depende en mayor medida del grado de apreciación y de sentido crítico que el lector desarrolle en la retórica. Por otro lado, los analistas críticos rechazan la estilística obscura por ser considerada como estéril, irracional y confusa. Dan Sperber expone que el "efecto gurú" es una falacia causada por la insensatez y la mala interpretación del lector de comprender el significado de un texto obscuro. Sin embargo, el uso de un estilo opaco y confuso encuentra su justificación en la necesidad de transmitir verdades a través de mensajes ocultos, los cuales el lector crítico deberá ser capaz de descifrarlos. El secreto es otro motivo que explica el uso de la obscuridad, justificada bajo un régimen político autoritario.
Recapitulando, la retórica puede llegar a persuadir siempre que se use el estilo con moderación y variación. Hay armonía lingüística entre el par claridad/obscuridad. El lector tiene la libertad de elegir la forma discursiva o escrita que más le convenga. El texto es relevante porque manifiesta la posibilidad de alcanzar la persuasión mediante la sincronía del lenguaje moderno entre el estilo retórico y el argumentativo. La originalidad del texto radica en que el autor analiza tres posturas diferentes: la clásica grecorromana, la analítica crítica y una política (Strauss). En general, el estilo y el método en el lenguaje son mecanismos con los que cuenta el escritor para expresarse. Dependiendo de su intención, el escritor puede utilizar estos medios, virtuosamente, para conmover o deleitar a sus lectores.
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Los términos opaco, obscuro y lóbrego se refieren al estilo retórico, es decir, a lo confuso y poco claro.