Revista JUNTAPALABRAS_.pdf

May 23, 2017 | Autor: J. Latorre | Categoria: Poesía, Cusco, Revistas Literarias
Share Embed


Descrição do Produto

1

"Escribir es una forma de terapia. A veces me pregunto cómo se las arreglan los que no escriben, los que no componen música o pintan, para escapar de la locura, de la melancolía, del terror pánico inherente a la condición humana" Graham Greene "La felicidad que pruebo cuando compongo es el mejor tiempo que paso de mi vida. Pasar los días sin darme cuenta, parecerme las horas cortísimas y maravillarme a menudo de tanta felicidad pasional" Giacomo Leopardi "Los libros no se hacen como los niños, si no como las pirámides, con un diseño premeditado, y añadiendo grandes bloques, uno sobre otro, a fuerza de riñones, tiempo y sudor" Gustave Flaubert "De todas las cosas tal y como existen, y de todas las cosas que uno sabe, y de todo lo que uno puede saber, se hace algo a través de la invención, algo que no es una representación sino una cosa totalmente nueva, más real que cualquier otra cosa verdadera y viva, y uno le da vida, y si se hace lo suficientemente bien, se le da inmortalidad. Es por eso que yo escribo y por ninguna otra razón". E. Hemingway “Pueden impedirte ser un autor publicado, pero nadie puede impedirte ser un escritor, o incluso ser mejor escritor cada día. Todo lo que tienes que hacer para ser un escritor es escribir!” Khaterine Neville "Nunca hubo una buena biografía de un buen novelista. No podría haberla. Un novelista son demasiadas personas, si es que es bueno". F. Scott Fitzgerald "Los poetas no tienen biografías. Su obra es su biografía". Octavio Paz "Escribo para evitar que al miedo de la muerte se agregue el miedo de la vida". Augusto Roa Bastos CÍRCULO CULTURAL LITERARIO “ALBATROS” Integrantes:

     

Tormenta (Deisy Negrón Rojas) Martin Paz, (Julio César Quispe Conza) Yachachiq (David B. Guevara Valenzuela) Francisco Santos, (Edson Javier Sota Escobar) El caballero de la ausencia (Julio Antonio Huillca Uscamayta) Yasser Yubram. (José Antonio Latorre Llanos)

2

Presentación Escribir es una forma de expresión, acaso la más primitiva y esencial si la tomamos como sucedáneo del lenguaje oral y si asumimos que éste es una sutil extensión de los sonidos naturales del reino animal: el canto de las aves, el bramido de las fieras, el grito de los primates, el llanto de los hombres. Para Graham Greene escribir era una forma de terapia. Para Vargas Llosa, una forma de ser rebelde, y para cada hombre puede ser una forma de protestar, de crear, de transformar, de luchar, de soñar, de amar; mas en definitiva, para algunos orates aspirantes a escritores, más que la más elevada manera de vivir, es la mejor manera de sobrevivir. La poesía o la literatura escapan a cualquier definición, porque al definirlas las limitamos, las deformamos, las destruimos. Por eso antes que teorizar para nosotros resulta más vital escribir y publicar, cualquiera sea el modo o la vía, pues ya sea en las alas mágicas de la lírica o en los universos paralelos de la ficción narrada, en toda obra, late un alma queriendo liberarse (exorcizarse) de su prisión de hueso y carne y sal. Con esa mística y con un ideario basado en “todas las artes” emerge el Círculo Cultural Literario ALBATROS: • Deisy Negrón Rojas, • Julio César Quispe Conza • Julio Antonio Huillca Uscamayta • Edson Javier Sota Escobar • David Bernardo Guevara Valenzuela • José Antonio Latorre Llanos En esta primera edición fundacional, sin pedir permiso a ningún mentor o sumo pontífice de las letras cusqueñas, sin seguir más camino que el que nosotros nos construyamos al avanzar, sin apoyarnos en ningún árbol ni escondernos en alguna sombra del pasado, ALBATROS, a pecho abierto y puños cerrados, alzamos la voz, ¡libertad total en el arte!...bajo este cielo que alumbró al imperio. Cusco, noviembre de 2012

3

A la memoria de Richard Fuentes Yunguri (León Hidalgo)

A MARIO, MI AMIGO Inmaculado vivirás en mi pecho, ni el tiempo…ha de abrazarte siempre te cubriré en mis recuerdos. Siendo polvo he de velar tus sueños. ¡Nadie! hable de tu alma. Porque yo, comí de tu carne, bebí de tu sangre. Hoy que sollozos se acercan ¡Diré no! ¡No robarán tu alma! Mis lágrimas sangran; Por tus ojos que no los veo. Sangrando viviré hasta encontrar la gloria de tu mirada. ¡Nunca! Hubiera deseado madurar y no encontrar tu olvido. Hoy, en mi agonía, pido no despertar en tu olvido. Tengo más corazón que mi razón. Tengo ya el alma enferma por tu sonrisa ausente. Y oír la dulce voz tuya diciéndome: hijo ten calma… León Hidalgo

4

Círculo Cultural Literario “ALBATROS” CADA DÍA QUE PASA Cada día que pasa En mi ser crece algo más, Es la concepción de un amor Es el grito sin dolor. Cada día que pasa Tejo zapatitos con ilusión Y canciones Para mi gran creación. Tengo un bufette Llena de ingratas y Dulces sorpresas, También una loncherita Repleta de sonrisas Para mi ser. Cada día que pasa Mi vientre maduro veo crecer, Y de aquí a un tiempo ¡Un hijo mi amor! ¡Un hijo te regalaré! Cada día que pase Quizá la vida le dará Un camino como el tuyo, Como el mío para recorrer, Donde entonces nuestras manos Unidas como hoy estarán Para curar sus penas Y gozar de sus dichas y glorias. Pero como nada se puede hacer, Contra las placas De ésta enmarañada vida, Te digo “corazón” ¡Siempre serás La luz de nuestras vidas! Tormenta 5

CONFIESO QUE MIS OJOS NEGROS Confieso que mis ojos negros Son fríos, Que mis labios a veces Saben amargos, Que mis manos No desfilan con delicadeza. Pero nadie sabe Que mis ojos Acariciaron lentamente Las cosas aún tiernas, Que mis labios dieron besos de amor y que mis manos soportaron el dolor de algunas otras cadenas. Nadie comprenderá Que de mi dulce boca Brotó puñales Previstos para matar Y que en medio de la rabia Miles de veces ¡Desesperada! Preferí abrazar A la víctima o al patán Que me hacía llorar Confieso que mi amor Tuvo pecas, que ahora Ya no podré borrar Y también confieso Que aquél Me las tuvo que pagar Pasaron muchas noches En que mi piel No se cansó de amar, Muchos años En que mis mejillas verdes No dejaron de perdonar Y mi amor puro 6

¡Avergonzado! Un día decidió marchar, Y ahogada en el zumo del dolor Un día me tuve que preguntar ¿Vale la pena sobrevivir Para morir, Sin poder al fin vivir?... Tormenta

CON VOZ DE LLUVIA Y COLOR DE NOCHE Hoy, la noche despierta con el ritmar ondulante de la lluvia y las flores tiritan al rozar de su aliento. Hoy, mi pensamiento evoca el latir de tu sentimiento y las palabras se estremecen al dibujarse en cada sílaba que escribo. Cada gotita que cae, trae consigo un poquito de inspiración celestial; la lluvia entonces, libera su angustia con cada verso desnudo en la tierra. Cada palabrita estremecida, confesará entonces las imágenes secretas de las flores más hermosas que tu corazón pueda soñar. Despierta está ya la noche, sus ojos húmedos revelan una plegaria perdida de Cristo, está allí ella, en el umbral de un cielo mojado… recorre su infancia, su nostalgia del día soñado que fue y avanza; entonces, sólo entonces…..imagino el murmullo de su voz tímida y nerviosa y en cada murmullo, el susurrar de los versos que ahora te escribo. Martin Paz

7

LA ÚLTIMA ESQUINA En la última esquina, a la luz de una noche nochera, cuando el cielo cansado intenta multiplicar sus estrellas; las sombras dibujan tu hermosa figura a través del sendero marcado por tus pasos. En cada paso, se entrelazan el aroma de tu cuerpo con el respirar de las flores. En cada paso, muere y resucita el latir de un corazón enamorado; en cada paso, mis palabras luchan entre sí para redimir mis esperanzas de aprisionar las tentaciones latentes de tu amor. Es hora ya de partir, es hora ya de cerrar mi escribir mal aprendido; …mientras el tiempo va trenzando su porvenir con segundos y minutos; …mientras tiemblan en los tejados las lucecitas de una ciudad angustiada; …mientras suben y bajan estos humildes versos de un desconocido dibujante de sueños… Martin Paz VERSEANDO Verseando la vida una noche full, full de chelas, roncitos y entre humos erramundos guardando historias en un baúl; navegando en nubes hechas de nicotina, evitando naufragar y llegar a las orillas de un nuevo amanecer. Acompañado por el rit-mar de mi negra… …mi negra guitarra ¿qué tal? Sintomáticamente, soportando los alaridos de mi causa. Unos gritándole ¡¡ándate,….. andáte a….. tu casa!! ¿total? Y en el fondo de este eco-sistema, esos van, esos vienen; mi causita y su flaca matándose a besos están ¿total? Nadie se va al infierno por amar. Verseando la vida una noche full, full de chelas, roncitos y entre humos erramundos mi flaquita y yo, nos embriagamos de amor en un hostalito full. Martin Paz 8

DEMONIOS DE MI CUARTO Mi cuarto es huarique de aquelarres, monasterio de poetas muertos, cloaca de amores, de figuritas rotas de paisajes desechos, poema que libera dentro, aprisionado con las rejas de sus consonantes, perforado por prehistóricos zancudos que nunca me eliminan -al menos puedo tocar las mariposas nocturnas y oír chicharras que inventan la noche fiel de mi cerebro insurrecto, pálpitos o golpes cual agujas, y campanas que parlan al oído-. He sido: hoja, garúa, cordillera, huesos, lava, playa, nieve, costumbre, cicatriz, arma, niebla, teorema, sol, escupitajo, tinta, atardecer, humo, orden, tiempo, ave, entropía, luz. Religión de serpiente, corpus inmiscuido en contextura de sombras, mundos y palabras desplegadas entre alcohol y nicotina. Estoy hecho de esas bestias. Al amanecer, desaparezco bajo mi frazada, bajo el sopor y mis papeles. Al anochecer renace el escultor de las palabras. Tras las murallas de mi cuarto radican esos demonios cultos, historias inconclusas venidas desde siempre, esas ganas de jugar frontón, de destruir la noite con una equis de profesor chibolo, matar hormigas paseando por la vida, asesino, sí, dormirme en tu alma, infierno hembra! El caballero de la ausencia

9

Textura Asumo esta vida a pesar de la hojarasca de los años, sin importar las súplicas de ese dios que se muere y no. Asumo la gravedad de las caricias amantes ya sin vida, aquellas desprovistas de faz, muertas por su propia noche. Asumo las vergüenzas de ayer para sustentar las de mañana, ignoto viento que arrastra huérfanas respuestas. Asumo la luna, el entendimiento o ciénaga de serme infiel, cuando acierto en aventuras y rehúyo mi sombra. Asumo la soledad anacrónica de mi padre porque sacrificadamente quizá intentó decirme: escúchame. Asumo la difícil facilidad de mis torvos pasos-atrás, de espaldas al olvido por temor a mis deseos. Asumo el olor de la mala hierba, y los susurros que le di durante la lluvia niña de ese martes sin tumba. Asumo esta vida, la inefable paz de esta derrota, porque sólo quiero dejar de sentir esto que no siento. El caballero de la ausencia

10

¿TUVIERON ESCRITURA LOS INCAS? Este tema quizá sea el más controvertido en la Historia del Perú, pues según algunos “estudiosos”; no existen pruebas para corroborarlo absolutamente, para otros, el tema es claro y evidente; sin embargo, dejo de lado su problemática erudita para poder fundamentar algunas conclusiones: Primero.- Es de conocimiento general que la mayoría de los autores de textos de Historia en materia de escritura inca, son de la “Capital”, y otros del “extranjero” (quizá algunos jamás vinieron al Perú); es decir desconociendo la realidad andina se adelantan a negar prematuramente la existencia de escritura en la época inca, como es el caso de María Rostorosvki, (es de comentar que la tenemos como una “Eminencia en temas incaicos”, Lewis Henry Morgan…etc. Segundo.- Algunos toman al pie de la letra las: “crónicas”, sin considerar la crítica tanto de forma como de fondo; sin saber quizá que existieron cronistas que de mala fe ya negaban “a priori” toda huella de civilización y además nos reducían a un grupo de “bárbaros e iletrados” (cronistas toledanos). Ejemplo: Martin de Murua, Sarmiento de Gamboa…etc. Tercero.- No olvidemos que la “Historia Científica” se considera desde el nacimiento de la escritura, y si se niega que los incas no la tuvieron, entonces ellos vivían en la “prehistoria” (menos se hablaría de Incas históricos). Cuarto.- Se dice también que las “Grandes Civilizaciones” siempre tuvieron escritura como una de sus características esenciales; pero el caso es que los incas si no la tuvieron, entonces no fueron una Gran Civilización; como nos lo demuestra la construcción de Machupicchu y otras maravillas que llegaron a crear. Quinto.- Tampoco hay que olvidar que los virreyes (entre ellos Francisco de Toledo y otros), buscaron por todos los medios “Justificar la Invasión”, denigrando a la raza andina e incluso llegando a quemar su biblioteca (Poquencancha), este incendio solo es comparable al incendio de la Biblioteca de Alejandría en tiempos antiguos. Sexto.- Grandes historiadores como: Pablo Macera, Juan José Vega…etc., llamados “proindigenas” con desprecio por los “académicos limeños”, no descartan la posibilidad de la existencia de una escritura incaica, antes bien nos hacen recordar que los incas tenían una palabra quechua para designar “escritura” (Quellca o Quillca). Séptimo.- En la actualidad estudiosos serios reconocen la existencia no de una escritura, sino varias formas de escritura inca, como por ejemplo: William Burns (los quipus o escritura de nudos),Victoria de la Jara (los tocapus o escritura de tejidos), Lizardo Pérez Aranibar (los quellcas o escritura simbólica),Federico Kauffman (la escritura pictórica de los Keros, Aribalos…etc.) y otros más, que unen esfuerzos por demostrar una realidad histórica, que sirve de referente para identificarnos como un pueblo culto. Octavo.- Le invitamos a Ud. querido lector, a sacar sus propias conclusiones al respecto ya que como reza el dicho: “a buen entendedor…”. Añay. “Yachachiq”.

11

SIMPLEMENTE ABOGADO - SIMPLEMENTE GUÍA (Cuento) AQUEL jueves desperté de un sobresalto. Eran minutos antes de las siete de la mañana, cuando mi madre daba golpes desesperados en la puerta de mi dormitorio, yo casi inconscientemente pude pronunciar un –ya voy -. Ella, como toda madre abnegada, a pesar de mis treinta y tres años, me dijo: –Apúrate que te hace tarde, yo ya me voy a mi trabajo; tu desayuno está servido en la mesa. Un tenue y somnoliento – ya -, bastó para tranquilizarla y, mientras me incorporaba lentamente, dado a mi pesada humanidad, fui víctima de una deslizante idea que se apoderaba de mi mente: “Si los trabajadores nombrados en el municipio se faltan cuando quieren y nadie les dice nada,… en horas de trabajo abandonan sus puestos, para tomarse un café o una cerveza al polo, o para convertirse en tramitadores de algún desubicado contribuyente, yo… ¿por qué no puedo faltarme un día? Si soy abogado y poseo una empresa que comienza a darme frutos. ¡Total!, si me botan no tendré mayores problemas”. Así, que con ese razonamiento opté por distenderme nuevamente en mi cama, hasta quedar abordado por un profundo sueño. Pero como nada es eterno y nada dura para siempre; nuevamente mis sueños y yo nos convertimos en víctimas, ya no de mi madre, sino de alguien que tocaba el timbre. Así que no me quedó más remedio que levantarme. Tomándome el tiempo necesario como para que el visitante se retirase; me dirigí al baño, abrí el caño, me enjuagué la boca; mientras repetía el mismo ejercicio, el timbre volvió a sonar insistentemente. En ese momento pensé que podría tratarse de una emergencia, y me fui a grandes zancadas hasta la puerta, en cuanto la abrí; vi a una muchacha que vestía casi formalmente y por efecto del sofocante calor, ella transpiraba en abundancia, tanto así que sus prendas parecían estar adheridas a sus asimétricas proporciones. En ese instante en que se disponía a montar su motocicleta, volteó por el ruido que hizo la puerta al abrirse. Al verme, con cierta habilidad de su pie derecho, jaló el pisador de la moto e hizo que esta quedara firme en el suelo. Luego se dirigió hacia mí con una leve sonrisa, que en realidad era una mueca para disimular el disgusto por su espera, en el acto me preguntó por el señor Alipio Yauyos. A lo que yo respondí. –Sí, con él mismo. Dígame en que le puedo ayudar–. En tanto empecé a hablar, a ella se le desaparecía la fingida sonrisa del rostro, sin hacerse esperar a que yo le saludara, ella me tendía su ruda mano derecha, y me dijo. –Señor Alipio, la compañía de seguros… viene promocionando un paquete que cubre; invalidez, desempleo,… –. Mientras me explicaba, escuchaba que mi celular timbraba insistentemente. Motivo suficiente que me llevó a despedirla rápidamente, no sin antes pedirle su tarjeta y un ya lo pensaré y le visitaré en el transcurso de los días. Ella dándose cuenta del apuro en el que me encontraba, no le quedó más que agradecerme e inmediatamente se encaminó hacia su motocicleta, y sin pérdida de tiempo, yo me fui corriendo a ponerme en contacto con la llamada, pero no contesté, porque la pantalla de mi Iphone, registraba “número desconocido” y no suelo contestar ese tipo de llamadas, porque casi siempre acarrea sorpresas. Sin más pérdida de tiempo; fui al baño, me duché y me vestí lo más rápido que pude; seguidamente fui al comedor por mi desayuno, pero estaba frío. Decidí cambiarlo por un buen ceviche, me puse el casco y saqué mi tornado 200. No tenía intenciones de ir solo, por un instante pensé en la grata compañía de Shena, pero recordé que era día laborable, por lo tanto era imposible comer con ella, pensé en otros nombres, mas todos estaban en la misma condición. No me quedó más remedio que ir en busca del gordo Iviche, mi asistente personal que trabaja para mi empresa. 12

En menos que canta un gallo, me encontraba tocando la puerta de su cuarto que da a la avenida Apurímac, sin hacerme esperar me abrió la puerta y un aire denso a hierba y alcohol me vino al rostro y en coro escuché. –Pichicooo, bienvenido al barrio–. Así me dicen desde hace veintitrés años, en que pasé a ser parte del arrabal. Y en coro estallaron risotadas, que poco a poco se tornó confuso por acción del parloteo. Sin que nada me pareciera extraño, crucé la puerta y vi a mis amigos de toda la vida: el jetón Gustavo, el cabezón Lucho, el negro Jorge, el gordo Iviche, el cojo Jhordy y el bombero Duco; no son todos, pero aquella mañana estaban solo ellos. Mientras yo saludaba a cada uno, el jetón como siempre, murmuraba entre dientes. –Otro desempleado más,… supongo que has venido a solidarizarte con el negro. ¿Ya te has enterado de su fea nota…? - Y se reía cachondamente por efecto de la hierba que había fumado hacía instantes, al extremo que contagiaba a los demás a caer en la misma actitud. Yo picado por la curiosidad, no tardé en acelerar para que el negro me relatara el suceso y el motivo de su alcoholización a tempranas horas de la mañana. Así que sin rodeos, el negro comenzó a relatar el hecho. –La semana pasada tuve que guiar a un grupo de ingleses, entre mujeres y varones. Todo ese tiempo me pasé con ellos, trabajando con mucho interés y sin chocar con las reglas de la empresa. Muy a menudo los extranjeros optan el último día de su permanencia; por embriagarse, drogarse… o sea hacer libremente lo que en su país no pueden hacer, para lo cual un día antes, uno de los ingleses me pidió que tramitara, unos cuantos six pack de cervezas, así que de inmediato pacté con el motorista del lodge, que a diario surca las turbulentas aguas del serpenteante Tambopata hasta la ciudad de Puerto Maldonado. Asi fue que obtuvimos lo necesario para la despedida de los ingleses. Después de toda la chamba diurna, hice mis cosas personales, hasta la hora de la cena, en que nos encontramos nuevamente todo el grupo sentados a la mesa. El cocinero ofreció la comida, acompañado de una bebida exótica de la zona, realizó el brindis y en el acto se retiró. Ningún otro personal puede quedarse con ellos hasta las diez de la noche, excepto el guía. Es regla de la empresa. Terminado la cena, nos dirigimos a la sala de recepción y comenzamos con la ingesta de alcohol, la operación dopamina y acompañados con un poco de música latina: merengue, cumbia y salsa. Este género les gusta mucho a los extranjeros, no solo por el ritmo sensual, sino también, por las letras en español, porque les ayuda con el aprendizaje de nuestra lengua… Mientras el negro relataba, yo estaba impaciente no solo por la “llamada desconocida”, que nuevamente registraba mi iphone, sino también, porque la historia se ponía interesante y le pedí que fuera al grano, a lo que él me respondió:. –Perdón. ¿Qué si ando con rodeos? No pichico, Yo como nunca me puse pilas con el ritmo de la música – el jetón Gustavo y el cabezón Lucho se reían a mandíbula batiente, porque el negro no bailaba ni en pelea de perros - ¿qué si bailo bien? Ustedes me conocen, no soy de buen ritmo, pero a las inglesas les fascinaba e incluso me pedían que les enseñase a bailar, a lo que yo accedía con interés, no por el hecho de enseñarles, sino por efecto del alcohol, la marihuana y el mismo hecho de tenerlas entre mis brazos y de pasadita decirles una que otra cosita bonita al oído, por su puesto sin ninguna mala intensión. –jaaa, negro maricón eso no te lo crees ni tú mismo, salud negro sírvete un vaso para que seas más realista –dijo el cabezón Lucho con arranque de ironía. En efecto, cuando llegó la hora, yo comencé a despedirme, pero ellos insistieron en que me quedara un rato más. Yo como todo buen chico, les expliqué que eso no estaba permitido, a no ser previa autorización del encargado. Sin pérdida de tiempo salió Ida y no tardó en volver con mi 13

jefe, quien me llamó y me dijo que podía quedarme hasta la media noche, eso para mí significó el premio de la semana. -Pero, ¿Quién es Ida?- pregunté con asombro; a lo que el negro me respondió con cierta malicia. –Ida es una de las inglesas, que desde un día antes me sonreía libertinamente, en resumidas cuentas, se me había comenzado a pegar como la mosca al dulce. –Negro, describe a la inglesa, o mejor muéstranos las fotos de tu cel… no te la guardes solo para ti, no seas maricón negro egoísta…- Decía Duco mientras se disponía a deschapar la botella. –¿Qué…, que les muestre las fotos? No sean pendejos, mejor la describo y al final, si se portan bien les muestro; el antes, el durante y el después que le tomé a la condenada. Se imaginan, apenas tenía veintidós añitos y más sazonada que un ají de gallina… quién diría, toda una muñeca de Holliwood, hermosa, blanca como la nieve, de ojos… toda una felina indomable. Mis dos horas de permiso, transcurrieron como si fueran minutos, hasta ese entonces yo estaba casi ebrio y dopado; me importaba un bledo las reglas del lodge y continué con mis monerías, que incluso me decían “George de la selva”, George por aquí, George por allá,… hasta que después de poco tiempo se hizo presente el encargado y me pidió que me retirase a mi bungalow; como buen guía obedecí en el acto, pero en el trayecto me detuve por la urgencia de orinar, que hacía rato me venía aguantando por no quedar mal frente a las inglesas, mientras realizaba este acto de alivio, alguien sorpresivamente me tomó por el brazo, ni tiempo tuve para reacción alguna, apenas volteé, me tomó por en el cuello y comenzó a besarme desenfrenadamente, yo en mi condición de varón no puse resistencia alguna, por el contrario le correspondí con la misma intensidad, ella sin pérdida de tiempo comenzó a quitarme la camiseta, fue entonces cuando dejamos de besarnos; recién en ese instante tuve la certeza que se trataba de Ida. A pesar de la oscuridad de la noche, le dije: nos pueden estar observando-, entonces la tomé de la mano y la llevé al ambiente más cercano que no era precisamente mi bungalow, allí comenzamos a desvestirnos desesperadamente, yo hice lo que tenía que hacer tanto con mi boca, como con mi falo; Ida gozaba como una gata salvaje, seguro estoy que terminó despertando a los vecinos. Más, no recuerdo. ¿Qué, cómo llegué a mi cama? Solo recuerdo que fui despertado por Ida, cuando se disponía para la repetición y gozamos tanto como la primera, pero esta vez tuve que juntar mi boca con la suya para disminuir los gritos de placer de la inglesa, y de ese modo no contar con testigos que pudieran hablar en mi contra. A consecuencia de los estragos del alcohol y la desenfrenada acción amatoria, hizo que terminásemos recontra extenuados; sin esperar a que descansara un instante y sin compasión alguna, le pedí que se retirase de mi bungalow, por miedo a que alguien sospechase sobre nuestro mutuo favor. Ella como toda europea liberal no dijo nada, en el acto se puso de pie y ayudado por la claridad del alba que cada vez cobraba más fuerza, comenzó a vestirse dándome la espalda, mis ojos no alcanzaban a ver más que sus blancas y carnosas nalgas, con una mancha plomiza en sentido horizontal, sin que ella pudiera notarme, me levanté, di tres pasos de cazador furtivo y no solamente divisé una sirena tatuada, sino que pude percibir un aroma a tierra fértil, mi corazón latía fuerte y aceleradamente por miedo a que me descubriera; entonces me erguí y la tomé por la cintura, pero ella se sobresaltó, por mi proceder de felino al acecho, para tranquilizarla le besé en cuello y le dije al oído, que me disculpara, que mi trabajo pendía de un hilo y que se apurase, porque el amanecer en la selva se anuncia con el trinar de las aves, que cada vez era más frecuente y ella con cierta coquetería me dijo; lo único que quería era que el pajarillo volviese a cantar; pero yo le argumenté: que podíamos pasar unos días en Puerto Maldonado, porque contaba con tres días libres; ella a duras penas sonrió por compromiso, movió la cabeza afirmativamente y salió de mi bungalow, presurosa como quien escapa de un monstruo. –ja,ja,ja… que conchudo eres negro, pobrecita la inglesa–. Dijeron todos en coro al unísono. 14

–Pero… la inglesa no decía eso, se sentía en la gloria mientras duraba nuestro viaje… Bueno eso es otra nota que no viene al caso. Regresando al punto, yo me sentía feliz y temeroso, o sea con los sentimientos encontrados, tanto que volví a dormir hasta la hora del desayuno. Fui al comedor, no sin antes estar bien presentable. Cuando me senté a la mesa, todo parecía seguir su curso normal, eso me tranquilizó un poco; desayuné casi sin decir palabra alguna, no sé, si por el cargo de consciencia o por lo mareado que aun me sentía. Apenas hube terminado, me dirigí a mi bungalow para alistar mis cosas y disfrutar mis días de franco, la embarcación partía a las ocho de la mañana y eran minutos antes. En efecto en pocos minutos estaba ya con mi mochila en el hombro a punto de embarcarme en el bote, todo parecía marchar de maravillas, hasta cuando fui abordado por el asistente de la oficina de administración, quien me dijo que el administrador quería hablar conmigo. Mientras ayudaba con el equipaje a las inglesas para embarcarse al bote, las palabras del asistente me parecieron normales; pero después, se me heló todo el cuerpo, temí que pasara lo inevitable. Subí al bote, acomodé mi mochila al lado de Ida y Pedí al motorista que me esperase un instante e inmediatamente me fui corriendo a la oficina del administrador, cuando llegué él no estaba. Mientras esperaba, escuché que el motorista aceleraba el fuera de borda, así que salí presuroso con dirección al río y avisté a la embarcación que se alejaba aguas abajo, rumbo a Puerto Maldonado. Ida, estaba sentada muy cerca de la proa, con la miraba en dirección al lodge y cuando me divisó, me levantó la mano en señal de despedida y yo solo le hice un ademan que le llamaría más tarde. Yo me quedé paralizado, rodeado de la verde naturaleza y bajo el cielo color esperanza, contemplando al bote que se perdía en los caprichosos meandros del Tambopata. Sin más remedio me dirigí nuevamente a la oficina. Cuando ingresé, vi al administrador esperándome sentado en su sillón; lo que más resaltaba de él, era su grisácea cabellera, su negro lunar colgado en la parte izquierda de su gruesa nariz, que más parecía garrapata a punto de reventar. Su rostro delataba impaciencia y furia. Sin invitarme a que tomara asiento e invadido por su tic nervioso, de cerrar repetidamente el ojo izquierdo, comenzó a increparme por lo ocurrido en la noche anterior. Evidentemente yo negué todos los cargos y puse énfasis en que soy simplemente un guía que hace bien su trabajo. El desgraciado me entregó un memorando de llamada de atención y suspensión temporal de mis actividades en el lodge, bajo el sustento de haber transgredido las normas de la empresa, como si fuera poco, me dijo que el T. C. estaba realizando un informe sobre lo sucedido a los dueños que se encuentran en Lima y que de ellos dependía mi permanencia laboral. Solo tardó una semana, para que desde Lima me inhabilitaran por dos años y sin ninguna retribución económica. Evidentemente yo no pienso quedarme con los brazos cruzados, pienso tomar acciones legales. Pichico, tú como abogado ¿qué me aconsejas? –Bueno, si han habido tantos atropellos de tus derechos, pienso que sí, es necesario tomar acciones legales contra la empresa-. Fue mi respuesta contundente. En el acto pedí al gordo Iviche su lap top y comencé a redactar la denuncia, sin importarme que esto pudiera trascender entre sus colegas y una posible diseminación del problema entre las empresas del mismo rubro y que ninguna de ellas decidiera en algún momento contar con sus servicios. Soy simplemente abogado y hoy no fui a mi trabajo… Mi iphone una vez más volvió a registrar “llamada desconocida” y en coro me gritaron. –Contesta esa porquería, sino apágalo, todo el rato está que jode, para que tienes cel… sino vas a contestar -. Así que no me queda más remedio que contestar con mi clásico estilo. –Aaaló -. Mientras al otro extremo me decía. –Doctor Alipio, mañana tiene que venir al municipio, para que entregue el cargo… Francisco Santos 15

PARAFRASEANDO… Puedo escribir el poema más bello del mundo Pintar una canción de amor a la luna colorear el beso de la luz a las flores silvestres novelar el romance de las nubes con el perfil de las montañas Puedo imitar los acentos rítmicos de un corazón enamorado ¡Y no puedo describir tu belleza! Descifrar el misterio de tu sonrisa Interpretar el secreto en tu mirada. ¡Y no puedo expresar lo que siento! Cuando estás junto a mí Cuando me alejo de ti. Puedo traducir en palabras la pasión de dos palomas que se besan bajo la lluvia, Sentir la tristeza de la tarde cantar una oración a los dioses caídos. una invocación a los ángeles oscuros. Dibujar la melodía de la brisa pintar la armonía del caos graficar la simetría del los besos sentir el sabor de una caricia Puedo escribir mil poemas Puedo inventar mil leyendas ¡y no puedo olvidar tu belleza! ¡y no puedo dejar de pensar en ti! Yasser Yubram 16

Sombra circular V

Compadéceme o te maldigo...

Charles Baudelaire Destino de túnel perdido Vp Ee Rr Tp Ie Cn Ad Licular Al absurdo no-ser Caigo EC TI NR E C MU RL A ¿Caigo pero tal vez subo? Pobre hombre gusano gusano hombre nacido para podrir al mundo condenado a morir después de él Compadéceme o te maldigo! cielo que lloras sobre mi réprobo destino sol que acaricias mi cabeza con falsa ternura luna que finges ser la luz del túnel que jamás veré estrella que aun te burlas de mi insignificancia mar, padre, llanto de un dios, que no acepta que se equivocó. Yasser Yubram 17

SERES DE LA NOCHE (Cuento)

Una noche del mes de agosto o setiembre del año dos mil uno, tras un día agotador y una alegre casualidad, estaba tomando un ron con mis amigos de toda la vida, Rubén y Brandy, cerca a la tienda “D”, que aquellos años, ahí, por la urbanización Magisterio, era un lugar muy concurrido por todos los bohemios de la ciudad. Tras una conversación bastante amena, intercalada de chistes y bromas junto con recuerdos de infancia que se iban ralentizando por el alcohol y matizados por un cigarrillo rojo, nos disponíamos a irnos. Ya eran pasadas las tres de la mañana y ya casi ebrios, nos despedíamos cuando a una cuadra vimos acercarse a una mujer de lo más extraña. Tenía el aspecto de una mujer desgreñada y sucia, parecía a primera vista una loca. Su rostro no se distinguía, estaba como en una sombra, pero sus ojos brillaban en la oscuridad, amarillos como de un gato o serpiente; su cabello como electrizado y erizado, sucio y rizado, me recordaba a alguna drogadicta o vagabunda; ya casi de cerca no parecía tener un peinado, tras ese abominable aspecto sin embargo se adivinaba algún cuerpo esbelto y firme, alguna remota belleza enterrada en su fealdad. Pasó por nuestro lado, con pasos lentos, firmes, haciendo un ruido rítmico con sus sandalias mal puestas. Y de pronto sentimos el terror, como un ambiente recargado de miedo, como un magnetismo electrizante en el aire, no pude evitar sentirme temeroso como ante la presencia de un ser sobrenatural, un dios o demonio maligno. La mujer espectral, se fue hacia la tienda; a lo lejos parecía querer comprarse algo, pero no lo hizo; solo se detuvo, nos miró de reojo y volvió hacia nosotros. “¿sientes lo mismo?” le murmuré a Rubén, “sí” respondió a baja voz, tratando de disimular su pánico. A unos metros, yo traté de mirarle a los ojos, - ¡qué digo!-, solo ver su rostro. “No la mires” alcanzó a advertirme Rubén tal vez pensando que venía a agredirnos, yo no le hice caso y lo intenté, pero no pude resistir la intensidad de su voltaje, bajé los ojos. La mujer pasó por nuestro lado sin mirarnos. Mientras estábamos agachados, solo pude ver de reojo que me lanzó una mirada de desprecio de sus ojos amarillos en la oscuridad. Un grupo de adolescentes, a quienes no conocía, a unos pasos, también habían notado esa presencia maléfica y también estaban callados, agachados, y se les notaba muy perturbados. Vámonos – “tal vez es una psicópata” dijo Rubén - que por aquellos días, ya estaba a mitad de su carrera de psicología. “O una bruja” Agregó Brady, con una voz que de miedo le salió de falsete. Nos reímos ruidosamente liberando la tensión, hicimos un último “salud”, nos despedimos con un abrazo afable; ellos cruzaron al frente y tomaron un taxi hacia el sur, a los dos minutos yo tomé mi taxi hacia el norte. Días después tuve un sueño tremebundo con Keylly, mi enamorada de entonces. Estábamos durmiendo casados en una habitación oscura con ventanas rotas. Una brisa me despertó, cuando volteé para despertarla, no era Keylly, sino aquella mujer de los ojos brillantes con el rostro ensangrentado. Me miraba fijamente con sus ojos de dragón. Lancé un grito y desperté, sudoroso y tembloroso, en mi habitación oscura. Dos noches después, volví a soñar con Keylly; esta vez la veía muerta en un ataúd descubierto. Días después nuestra relación se fue por la borda. Ella me terminó sin alguna razón aceptable. Acordamos “darnos un tiempo”. Por más que traté de disimular que no me importaba, sí sufría por dentro, era una bella mujer, sin duda me haría mucha falta, sabiendo lo que vendría después. Venciendo mi orgullo, casi llegando a la humillación, le rogué varias veces que no me dejara; pero igual no quiso cambiar su decisión. Días después, para distenderme, en las noches solitarias de mi cuarto abandonado, trataba de salir a caminar por la urbanización Ttio. Había transcurrido más o menos un mes, de 18

mala suerte y soledad; en cierta ocasión asistí al cumpleaños de otro amigo, Will; ya algo tarde, me presenté con un pisco Vargas. La fiesta estuvo genial, nos divertimos mucho entre amigos y amigas, bailando, cantando y claro bebiendo hasta emborrachamos; ya tarde, transcurrida la media noche, casi todas las chicas se habían ido, mis amigos no; la mayoría estaban ebrios, algunos dormidos en los sofás con el volumen del equipo al máximo. Yo, que me sentía cansado pero lúcido, bajé el volumen, y decidí salir: tenía ganas de fumar. Me fui a comprar una cajetilla. Hecha mi compra en la “tienda D”, saqué un cigarrillo y lo encendí. De pronto sentí una ansiedad o miedo inexplicable, me empecé a sentir realmente incómodo, cuando volteó, vi un rostro sin rostro, oculto en las sombras, una vez más ¡Ohh!. A un paso, la mirada intensa de dragón, – quise hablar y no pude, quise gritar y no pude– absorto y aterrado, (tal vez el cigarro me salvó), miré al suelo como queriendo escapar mientras la sentía pasar eternamente por mi lado e irse, deambulando, como flotando, hacia el norte. Me senté en el suelo fumando compulsivamente hasta incorporarme y tratar de recobrar la cordura, pero la veía real, tan real, – no me lo creas – pero me pareció leer en su mirada tanta perversidad, tanta maldad, sí, pero también cierta ternura inexplicable. Sentado en el rincón, no paraba de fumar. Al cabo de unos minutos de confusión supe lo que tenía que hacer: seguirla. No sé por qué, pero tenía que hacerlo ¡y lo hice!, me provocaba la repulsión de una tarántula, pero Uds. si me conocieran sabrían que yo siempre he buscado precisamente a lo que más temía. Me escondí en la distancia mientras la veía avanzar lentamente; y sigilosamente me fui tras ella. No conocía bien la zona, sólo sé que era alguna callejuela de la urbanización Manuel Prado. A una cuadra y escondido entre los matorrales y arbustos la seguí en el silencio absoluto y la oscuridad cómplice de la madrugada. A cierta distancia la vi entrar a una casa, me acerqué tímidamente; la puerta no tenía ninguna dirección ni número, era amplia y oscura. Inconscientemente solo palpé la madera y la puerta se entreabrió sin ruido. ¡Estaba abierta! Sentí el vértigo, la enfermiza ansiedad de quien entra a una oscura dimensión o a un infierno sin retorno. Di el primer paso y algo en mí quiso gritar y correr, pero dudé, empecé a sudar en frío, el miedo me paralizaba y al mismo tiempo me incitaba. No sé cuánto tiempo me habré quedado petrificado en esa posición. En algún momento tomé conciencia de la situación. No veía nada. Avancé lentamente por la oscuridad, vi un débil resplandor arriba por uno de los lados de la habitación, cerré los ojos y los abrí, mis ojos se iban acostumbrando a la oscuridad, en un momento pude ver una puerta contigua. Sentí un nudo en la garganta, aunque sabía que sí ella aparecía, o me atacaba podría someterla, tenía veintiséis años y me sentía en forma, pero ¿y si había alguien más?, quién sabe qué cosas podría encontrar tras esa puerta. La abrí y me encontré con otra habitación de una oscuridad aún más intensa, pude avanzar algo a tientas, me detuve, sintiendo algún líquido derramado en el piso. La oscuridad era absoluta, cerraba mis ojos y los volvía a abrir aceleradamente, ¡y no veía nada!. ¡Qué demonios hacia ahí! Con intenciones de correr di raudamente la vuelta. Dos luces intensas se dirigían a mí, eran los ojos de dragón mirándome fijamente, caí desmayado… (Continuará)

Yasser Yubram

19

Círculo Cultural Literario “ALBATROS”

El ALBATROS

Por divertirse, a veces, suelen los marineros cazar albatros, grandes pájaros de los mares, que siguen, de su viaje lánguidos compañeros, al barco en los acerbos abismos de los mares. Pero sobre las tablas apenas los arrojan, esos reyes del cielo, torpes y avergonzados, sus grandes alas blancas miserablemente aflojan, y las dejan cual remos caer a sus costados. ¡Que zurdo es y qué débil ese viajero alado! Él antes tan hermoso, ¡qué cómico en el suelo! ¡Con una pipa uno el pico le ha quemado, remeda otro, renqueando, del inválido el vuelo! El Poeta es como ese príncipe del nublado que puede huir a las flechas y el rayo frecuentar; en el suelo, entre ataques y mofas desterrado, sus alas de gigante le impiden caminar.

Extraído de Las flores del mal (1857). Charles Baudelaire (París, / 1821 - 1867). Traducción de Nydia Lamarque.

20

Lihat lebih banyak...

Comentários

Copyright © 2017 DADOSPDF Inc.