RICO, RAPIDO Y BARATO

Informe

RICO, RAPIDO Y BARATO Por Beatriz Ackermann

Uno de los rubros que más creció en las últimas dos décadas es el de la comida rápida, particularmente el segmento de hamburguesería. Rico sabor, bajo costo y preparación sencilla fueron factores decisivos en la aceptación masiva de estos menúes. La voragine de la vida moderna tuvo mucho que ver en su popularidad. En casi todo el planeta están presentes famosas cadenas de hamburguesas, pollo frito, pizza y tacos. Tan hondo caló la cultura del fast-food que hoy no se concibe un shopping o aeropuerto sin su respectivo espacio de comidas rápidas, ya sean locales o internacionales, subsidiarias o franquiciadas.

Gasto Los países donde más se consume comida rápida son EEUU, Japón y China, que exhiben erogaciones anuales de 59, 24.6 y 21.3 billones de Dólares respectivamente. El mayor gasto en comida rápida por persona por año se da en Japón (USD 191), EEUU (USD 188) y Canadá (USD 133). Pero son China, India, Mexico y Brasil –países en desarrollo- los que registran el mayor crecimiento en el gasto para este rubro.

Bajas calorías Impulsadas por las nuevas tendencias que alientan a consumir alimentos con menor tener graso, recientemente surgieron cadenas denominadas de “fast-casual”. También sirven comidas rápidas, pero con menos ingredientes congelados y procesados, y algunos reducidos en grasas. De igual modo, las cadenas tradicionales también incorporaron menúes livianos con pescado y ensaladas. Para completar el panorama, a partir de los ’90 asistimos al advenimiento de las franquicias de menúes “verdes”, con productos de bajas calorías, alimentos naturales o materias primas orgánicas.

Historia El “fast-food” tal como lo conocemos hoy, con sus características e implicancias, nace en los EEUU alrededor de 1920 para atender la necesidad de almuerzo veloz y barato que planteaban miles de obreros en horario laboral. Hacia 1937, los hermanos Dick y Mac McDonald pusieron en marcha su cantina basada en la producción en cadena para ganar rapidez y ahorrar costos. Se inspiraron en el concepto de línea de montaje o producción sistematizada que habían observado en la industria metalmecánica. Hacia los años ’50 nacieron Taco Bell y Tex-Mix, proponiendo recetas mexicanas y del sur norteamericano. Poco antes, con el auge automotriz en plena expansión, las principales ciudades vieron aparecer la modalidad de comida para llevar y consumir en el auto. Este formato ganó

inmediata aceptación masiva y hasta hoy es un hábito arraigado en gran parte de la sociedad norteamericana.

Críticas La comida rápida ha sido objeto de fuertes críticas desde hace 20 años a esta parte. Por su alto contenido calórico es considerada poco saludable. Hay quienes van más allá y afirman que la combinación de grasas y sal generan adicción. Como sea, es bastante evidente que en algunos países, la costumbre casi cotidiana de tomar almuerzos y meriendas en locales de comida rápida ha resultado en un aumento significativo de los niveles de colesterol y sobrepeso en la población. En EEUU hay más de 105 millones de obesos (casi 34,5% de sus habitantes).

Mercado El mercado de la comida rápida mueve algo más de 192 billones de dólares al año. El crecimiento promedio registrado durante el último quinquenio fue cercano al 5%. Los fastfood emiten unos 210 billones de tickets, cada uno promediando un valor de 0,78 Dls. Esa cifra individual poco ha variado en los últimos años.

Expendio Datos recopilados por Euromonitor indican que los canales de expendio son, en orden de volumen: locales de comida rápida (71%); puestos de comida para llevar (12%); venta callejera (11%) y sitios de ocio como clubes, cines y plazas de juegos (6%). Pese a la creciente ola “verde” que promueve comida natural y reducida en calorías, el negocio del fast-food seguirá gozando de buena salud. Se estima que hacia 2020 registrará un crecimiento anual de 3,6% y que el mayor incremento se producirá en los países emergentes. Visto desde otro ángulo, a nivel global, el rubro seguirá demandando grandes cantidades de carne de res y pollo, aceites, papas, tomates, lechuga, huevos, queso, harinas e ingredientes para aderezos.-----------Beatriz Ackermann, consultora en comercio exterior y seguridad alimentaria Especial para Revista Container, Año 12, Nro. 128, Córdoba, Mayo 2016. http://es.calameo.com/read/0046203618348739ec2fa (pags. 14 – 16)