Saber ver la arquitectura- Zevi Bruno

July 24, 2017 | Autor: Yaku Macha | Categoria: Historia de la Arquitectura
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CnpltuJo primero

· d e la construcción técnica, ¿cómo. querer que el gran nas . público }os siga? Si los arqueólogos persis~cn en su ensayismo pretender apasionar por el asunto f ·1 16 · 0 ' (.·cómo pueden . liza d as.;i s·1, por o t ra pa.rte, los en, personas no especia aJ olas g1c . d arte ilustran la arquitectura como un reflejo y un eco neos e é rauin -L , 1 e¡ pu'blico deberá de as tendencias pictóricas, ¿por qu d" • . d •tenerse en la arquitectura, y no mguse a 1as fuentes pric 5 es decir a la pintura y a la escultura? mera, - asaber ver ¡a arquis· queremos '\'erdaderamente ensenar tect~ra, debemos proponemos, . ante to.do, una clar~dad de método. El lector medio que ho1ea los hbros de estética y de crítica arquitectónica queda horrori2ado por la vaguedad de los térrn.i.nos: ºverdad", "movimiento", "fuerza", "vitalidad'\ • ,, ce . ,, ce • ,, u al ,, ce "sentido de los limi tes , annorua , gracia , ese a , proporción", "luz y sombra'\ "euritmia", "llenos y vacíos", '"si1 metría'', 1'balance", uritmo", "masa", "volumen", ténfasis", "carácter''• eecontraste" 1 « pcrson alida d", ieana1ogta ... 1 atributos de la arquitectura que los distintos autores catalogan, a menudo sin precisar a qué cosa se refieren. Todos tienen ciertamente un lugar legítimo en la historia de la arquitectura, pero con una condición: que esté aclarada la esencia de la arquitectura. Esta exigencia de un nuevo planteo crítico -parece superfluo afirmarlo-- no es este libro el primero en proponerla. Fuera de las intuiciones de los críticos y de los historiadores antiguos -de Lao-Tsé a Vischer, de Vasari a Goethe, de Schopenhauer a Milizia y a Wolfflin- se puede decir que cada libro de crítica arquitect6nica contiene al menos un pasaje que se refiere a esta exigencia. En la producci6n crítica de los últimos años, estas alusiones se han hecho cada vez más frecuentes; algunos volúmenes, señaladamente el de Pevsner, han abierto el camino. La presente contribución no es un descubrimiento nuevo; simplemente pretende compendiar y esclarecer los resultados críticos más recientes y recoger el inmenso trabajo desarrollado, con inteligencia y tesón por los estudiosos anteriores. ' ~

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capítulo segundo El espacio, protagonista de la arquitectura

El espacio. protagonistn de lo arqultec:tur:\ Capítulo seg1.111do

zo .ust.if. 1cac10n . . , dep"nde de Ja necesidad de mcdil' las di.5• · "' 1 ·• umca J 1 d. f 1tos elementos de a construcc1on, para tancias entre os ..1s u e tienen que ejecutar materialmente . . . . . d e los obreros qu uso b · L a f ac yl.ada y Jas secc1ones, mtcnorcs . p y ext.cnores• l e. tra ªJº· d terminar las medidas verticales. ero, la arquisJrven. paradc~i\·a de una suma dt: Jongitudes, anchuras )· altectura no clerncntos constructivos que envue1\'en el espacio. t~ras ~e los . 'amente del vacío, bdel espacio envuelto, del su10 dunana propt ·. . . · en el cual los hom res Vl\ en y se mue.ven. espacio interior, ., d 1

.. ., empleamos como represcntac10n En otras pa 1a b r..... ' · h e da ar. 1 t siaci6n práctica que el arquitecto ace e las qmtcctura a ra p l · ara. e hn medl'das que, la definen .para uso del constructor. . ld , eqmva na de sah er ver la (lrqu itectura • esto . . aproxunada. ~todo que para 1Justrar una pintura, diese las mente a un m... ' . . · es d ·1 marco o calculase por sepat ado las supcrfi. 1mens1on e d cies de cada uno de los colores. Es obvio que una poesía es. algo más q~e la suma ~e bellos se estucha su contenido, su conjunto, . . al 1·uzuarla versos. o , d' · 1 y · d e's se procede al análisis de los 1stmtos versos, se 1acc s1 espu . Q . . en función y en nombre de aq~el conJu~to. u1en se qwera iniciar en el estudio de la arquitectura tiene, ante todo, que comprender cómo una planta puede ser abstractamcr:te bella en el papel, cómo cuatro frentes pueden, parecer bien. estudiados por cJ equilibrio de sus llenos y vac10s, de sus salientes y entrantes, cómo el volumen en conjunto puc9t; ~er igual-

mente proporcionado, y, a pesar de eso, e~ ~d1f1c10 puede resultar arquitectónicamente pobre. El espacio mterno, aquel espacio que, como veremos en el próximo capítulo~ no puede ser representado completamente en ninguna forma, ni aprehendido ni vivido, sino por experiencia directa, es el protagonista del hecho arquitectónico~ Tomar posesión del espacio, saberlo ver, constituye Ja llave de ingreso a la comprensión de los edificios. No nos será concedida, sino vagamente, una historia y, por ende, un goce de la arquitectura, en tanto no hayamos aprendido a comprender el espacio y -lo que es más importante- a aplicarlo como elemento substancial en

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1t ica

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arquitectónica. Nos debatiremos l:n un lcngu · . Ja. crque J'uzg:i 1os ecl'f' · , . ªJe en. 1 1c1os en tcrmmos propios de la · tu uco 11 pm. ra . . de la escultura y a 1o sumo e 1o.gi.arcmos el espacio intagiyna elo abstractanientc no_sentido . . concretamente.1 Los es_ . . 1 pero . wdios y las mvc.:sugac~ones st: 1mutarán a las contribuciones .10 Iógícas --datos socia.les, o de la funci6n; datos constmcf'. s es decir, de la técnica; datos volumétricos y decorativos t:JVO ' . • ....., de la p )'astica Y d e l a pinturaseguramente muy' o se..... . f' l d útiles, pero me 1caces p~ra 1accr ente~ er el val~r ele la aruitectura, una ~ez olvidada su esencia substanuva, que es ql espacio. Continuaremos empleando en el vacío palabras e O "ritmo · ,, , " esca1a ,, , "balanee" , " masa,,, h asta negarles com li . , 'f. 1 . U1l punto de ap _cac1on cspec1 1co _en a realidad en que se el espacio. conereta la arqmtectura: . . . Una parte mmensa1_ Y ciertamente desproporcionada, de las páginas sobre arqmtcctura que se encuentran en las his·as del arte escolares, está dedicada a la historia de la es~~~ura, a la historia. de .la p~tura.' a la histo~~ .social, y uizás también a la historia p~1col6gica de los edihoos a tra~, del estudio de la personalidad de sus autores, pero no a ,es . 6 . . ·ai E realidad arqwtect ruca, a su esencia espac1 . ste mates~ 1 es sin duda, de mucho valor: para quien ignore el inglés napre{enda leer H amlet, le es utilísimo aprender el signifiy do de cada palabra, después colegir el sentido de las frases ~~ediante el estudio de los ve:~~s, luego con~cer la ~toria b itánica del siglo XVI y las v1cis1tudes materiales y ps1col6~cas de la vida de Shakespeare.'6Pero seria . absurdo olvidar gi . . l y su durante esta cuidadosa preparac1 n, su motivo ongma fin último, que, ~s revi~ir ~l . pocn:a. trágic,o._ Toda labor arqueológico-histonca y f~l~l?g1co-~n~t~a es util en ~u~to prepara y enriquece la pos1b1hdad srntcuca de una histona de la •

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arqmtectura. . . , ¿Qué es la arqu~tcctura?, y lo que toda~·1a ~t~r~ mas: . qué es la no-arquitectura? ¿Es exacta la id~tif1cac16n e~­ ~e arquitectura y edilicia artística, )' n~-~rq~1tcctura y licia antiestética? En otras palabras, la disunc16n entre arqw-

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El espacio, protagonista de la arquitec

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Capitulo segundo

.,.,.quitectura e· se basa en un juicio meramente tectura y no-..u ' . · d ¡ · , • ? . y qué es este espacio protagomsta e a éuqwtecestetJco. e: • • ? ;i . rencnc1a de t~d?s cono.da- Ja cuarta dimcns16n es suf1c1ente para defour el voc1 , • • d . 1 men arquitectónico, es decir, la caja e muros que mvolucra e~ espacio. Pero el cspaci~ ~ sí -la esencia d~ la ~rquitec­ tura- trasciende de los lúmtes de la cuarta d1mens16n. Entonces ·cuántas dimensiones tiene este «vacío'' arquitectónico eÍ ~spacio? Cinco. diez, quizás infinitas. Pero, para nuestros fines basta establecer que el espacio arquitectónico no es definible en los términos de las dimensiones de la pinrun y de Ja escultura. Es un fenómeno que se concreta solamente en arquitectma y constituye su carácter específico. El lector comprende que, llegando a este punto, la pregunta "¿qué es la arquitectura?" ya ~a encontrado ~~ :es.~ucsta. Decir, como se suele, que la arquitectura es la edihc1a bella" y Ja no-arquitectura es la edilicia "fea", no tiene ningún sentido aclaratorio, porque la belleza y la fealdad son relativas y porque, de cualquier modo, sería necesario anteponer una definición analítica de la edilicia, lo que nos llevaría al punto de partida. La definición más precisa que se puede dar hoy de la arquitectura, es aquella que tiene en cuenta el espacio interior. La arquitectura bella, será la arquitectura que tiene un espacio interno que nos atrae, nos e1eva, nos subyuga espiritualmente; la arquitectura "fea", será aquella que tiene un espacio interno que nos molesta y nos repele. Pero lo importante es establecer que todo lo que no tiene espacio internol • no es arquitectura. Si admitimos cuanto hemos dicho -y admitirlo parece asunto de buen sentido, aparte de serlo de lógica-, debemos reconocer que los libros comunes de historia de la arquitectura están repletos de ob~crvacioncs que no tienen nada de

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nrqutlectur-t1cos, csp.a~ial~s y decora. s y cada persona es muy ducna d.e escnbir historias ecouvo , . . L h" • é . nómicas, h~stonas soc~a es, tStonas. t cruca~ y volum~tricas de la arquitcctur~, as1 con;~ es posible .e~cribu una historia l6gica, tolillsta o política de la D1vma Comedia. Pero cosroo 1 dif' . . d d la realidad de e .d 1c10 es codnsecue?dc1a ~ to os ~tos factores, historia váb a no pue e o1v1 ar runguno de ellos. Aun )' su l f , . . prescindiendo de .
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