Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino.

Por: Jesús Alfonso Aguilar Argueta.

Filósofo, teólogo y humanista, Santo Tomás de Aquino es una de las figuras más sobresalientes en la historia de la filosofía universal, pues, marcó pauta a una corriente filosófica que hoy en día es denominada como tomismo.
Proveniente de Roccaseca, muy cerca del pueblo de Aquino circundante a Nápoles, nació en el año de 1225, fecha importante de señalar pues para ése entonces el resurgimiento de la filosofía aristotélica era más que evidente, ya que al sur de Italia había comenzado una especie de tendencia, apego o absorción de la cultura musulmana, de tal modo que el aristotelismo sincretizado con el pensamiento islámico, sustituía, y cada vez con más rapidez, la corriente platónico-agustiniana.
Hijo de una familia feudal poderosa, fue inculcado en las letras, a la edad de catorce años, en la ciudad de Nápoles, específicamente en el convento de Monte Cassino, comenzaban sus estudios formales de artes liberales y allí fue donde por primera vez Tomás de Aquino tuvo contacto con la filosofía aristotélica, pues gracias al maestro Pedro de Irlanda cursó los estudios acerca de la figura de Aristóteles, pero fue en realidad, quién impulsó a Tomás de Aquino a con seguir la filosofía aristotélica, Guillermo de Moerbeke, pues él tenía un acceso directo tanto a los escritos aristotélicos como al griego, de tal manera que Guillermo de M., pudo proporcionar traducciones del trabajo de Aristóteles de manera pura, es decir, traducciones directas y fiables, sin manchas del islam.
Sin embargo, la familia, debido a situaciones sociales-económicas, se negaba a que su familiar -Tomás de Aquino- fuese abad de un convento, de tal manera que después de rebelarse contra su familia estudió en la reciente –de aquélla época- Universidad de Nápoles, pero la familia seguía disgustada y según cuenta la historia, dos hermanos de Tomás por órdenes de la madre, secuestraron a Tomás y además lo encerraron en una pequeña torre de su castillo natal. Ya después de un par de años la familia cedió a los deseos de Tomás de ser un religioso y pudiese practicar libremente su ejercicio de pensamiento. Fue en esta época dónde comenzó un exhaustivo estudio de Aristóteles con las enseñanzas de Alberto el Grande. Tal fue la intensidad que puede ser rastreada aún en nuestros días la influencia aristotélica, tampoco ello quiere decir que la filosofía de Tomás sea una copia fidedigna de la filosofía Aristotélica sino que ciñe a la interpretación que dá Aristóteles a la naturaleza, de esa manera puede encontrarse la similitud entre estos dos grande pensadores. Este paso lo comenta Ramón Xirau de la siguiente manera: "Como Aristóteles, Tomás partirá del mundo sensible, pero a diferencia del primero lo hará a partir de la idea de Dios" de tal modo que llegará a la causa sui de la realidad por medio de la pura intelección realista.
Los propósitos de Tomás de Aquino eran en función de su labor de teólogo, ya que al ser parte de la orden de los dominicos, su rigor científico cedía al fin único de su circunscrita religión: Dios. Su principal labor fue hacer compatible el aristotelismo con el cristianismo, pues estaba convencido de que el labor filosófico siempre debía ser herramienta de la teología, de tal manera que la infestada corriente aristotélica, vista como corriente profana y nada compaginable al cristianismo, fuese purgada de elementos islámicos, dado que el carácter del aristotelismo, rigurosamente naturalista, hacía que el papel del hombre y el mundo fuesen vías claras y explícitas de que la creación de las cosas por parte de Dios es inminente y verdadera. Por tanto el saber verdadero o la ciencia, fue parte de su labor como filósofo, ya que únicamente por medio de la razón, Tomás de Aquino pudo tener un cimiento seguro dónde reconstruir un cristianismo sólido. De ahí su constante preocupación acerca de la verdad y de la rigurosidad científica. Es por eso que Tomás de Aquino, hace distinción entre el conocimiento por la luz natural (de ése modo llamaremos al conocimiento por medio de la ciencia rigurosa) y el conocimiento por la luz sobrenatural, es decir, el conocimiento de Dios, la ciencia de Dios.
Su camino hacia un conocimiento seguro e indubitable, parte de premisas semejantes a las de Aristóteles, es decir, parte de los universales hasta llegar a los particulares, en otras palabras, a una conclusión de orden metafísico. Para Tomás de Aquino, los universales o trascendentales son el objeto de estudio principal de la metafísica y de la filosofía en general, pues al ser determinaciones del ser (ens) es evidente que son consecuencia directa del mismo y por tanto estos podrían ser el camino seguro y falible para llegar a un conocimiento verdadero de las causas. Estos trascendentales tienen notas características que se encuentran en todos los seres por la misma condición de existir y de ser en tanto que ser. Es por ello que concluye en la existencia de estas notas elementales de la existencia del ser, las cuáles son ser Uno, ser Verdadero y ser Bueno. En síntesis, la cualidad de ser Uno (unum) es afirmar que el ser no es un ser dividido, por tanto esta unidad depende del grado de ser. La cualidad de ser Verdadero (Verum) es afirmar que todo ser es racional e inteligible. Ser Bueno (Bonum) es la cualidad que predica que todo lo real que existe es expresión de la bondad de Dios. Por tanto las cualidades son manifestaciones intrínsecas del ser. Cosa que ayudará a solidificar el pensamiento cristiano posterior.
El primero y principal problema en la doctrina tomista es la existencia de Dios, pues a pesar de Dios ser inminente en la realidad, no es evidente llegar a él tan claro como lo hacía San Agustín, es decir, la existencia de Dios no se deduce a partir de ideas privilegiadas o ideas innatas que el hombre posee en la conciencia, tampoco quiere decir que la existencia de Dios esté determinada por nuestro intelecto, sino que para tener certeza de la existencia de Dios debemos de llegar a élla, sólo por medio del intelecto puro justificados en la experiencia en su sentido más crudo. Es esto pues lo que da lugar a sus famosas cinco vías para demostrar la existencia de Dios, las cuáles parten de hechos, parten de la experiencia y se abstraen en el intelecto, los cuáles vienen a ser el movimiento, la causalidad, la relación de contingencia y necesidad, grados de perfección y orden del mundo.
Evidentemente ninguno de estos argumentos o vías de demostración, son de autentica originalidad, pues podemos hallar rastros de estos argumentos en pensadores anteriores, por ejemplo, la primera y segunda vía ya aparecen en Aristóteles, la tercera en Avicena, la cuarta en un buen número de filósofos entre ellos algunos renombrados como lo son San Agustín y San Anselmo, y la última vía en Platón. Esto no quiere decir que nuestro afamado Santo Tomás careciera de originalidad, sino porque este tipo de pensamientos trató de sintetizarlos, de manera que podemos llamar Suma, a su tratado magno en dónde expone estas cinco vías.
La primera vía es una síntesis el argumento aristotélico del movimiento que lleva a una causa primera, llamada motor inmóvil. Dios existe porque en el mundo hay movimiento, hay venir y devenir, ahora, este movimiento no puede producirse por sí sólo, está condicionado por otro movimiento, y éste a su vez por otras causas, hasta determinar que existe un movimiento primigenio, del cual parte todo influjo de movimiento, es claro que este primer movimiento no puede ser movido por otra cosa por tanto es la causa primera del movimiento, este motor primero es necesariamente Dios.
La segunda vía, es de la causa eficiente, pues existen especies de jerarquías en el mundo, estas jerarquías son de la esfera causa-efecto, esto quiere decir que toda causa tiene un efecto y de modo inverso, todo efecto posee una causa, estas disposiciones de la naturaleza no pueden reducirse a un número infinito de causas-efectos, ahora bien es irracional pensar que alguna causa provenga de la nada, por ello debe existir una causa causada que necesariamente no debe ser ad infinitum, entonces la causa causadora es Dios.
La tercera vía sería basada en el concepto de contingencia, el argumento dicta que existen seres contingentes, es así que todo ser contingente es causado, por tanto al ser contingente tiene que ser causado por algo necesario, y esta necesidad depende de alguna causa, entonces sólo un ser necesario en sí mismo y último en la cadena de necesidad existe, esa necesidad es Dios.

La cuarta vía habla sobre los grados de perfección, es decir, en la realidad existen cosas más o menos buenas, justas, bellas, y éste "más o menos" se dice en relación a algo, en relación a un máximo grado, luego existe un máximo de bueno, de verdad, de justo y por tanto un grado máximo de Ser (ens), luego existe un máximo que es orden de todo y al ser orden de todo es causa de perfecciones, este grado máximo es Dios.
La quinta vía pertenece al orden del mundo, u orden cósmico; ésta constata que existe una armonía en el mundo, un orden, una estructura organizada del mundo, incluso en las cosas desprovistas de razón, luego, debe existir necesariamente una suprema inteligencia que de razón del mundo, es decir, el mundo exige un orden de grado perfecto, una providencia segura que lleve el curso del mundo, una mente que dé orden y fin a los seres naturales, esa suprema razón es Dios.
Evidentemente, estas cinco vías, tienen que ser necesarias en la experiencia para concluir que Dios existe, pues, repito, para Santo Tomás la existencia de Dios tiene que ser provista en la experiencia y pasar a través de abstracciones del intelecto, sin embargo, explicarse esto en nuestros días supondría líos del pensamiento, contradicciones e incluso alguna de estas vías podría no presentarse en la experiencia, y por tanto toda la argumentación tomista sería infundada y falsa. Por eso, infiero que necesariamente existe otra razón implícita en esta argumentación, pues Tomás de Aquino, riguroso en el pensamiento y en su cientificismo, defendió la existencia de Dios solamente por la razón pura, por causas dadas en la experiencia; esta otra razón necesaria o argumento si se quiere llamarlo así, tendría que ser necesariamente la fe en la existencia de Dios, la cual aparece dentro de la esfera del tomismo un poco rezagada, por ello, la existencia de Dios mediante los argumentos tomistas es incompleta, pues las pruebas o vías alcanzan sólo la realidad intelectiva y no puede probarse o constatarse en la experiencia alguna de ellas, son pues, razones del intelecto ya que predicar sobre un Dios cognoscible por la experiencia requiere un encuentro real y visible si se hace del modo que lo propone Santo Tomás. No quiero decir con esto que su argumentación sea falsa, pues en sentido lógico cada una de las vías es válida además de que son universalmente verdaderas, sin embargo en un sentido religioso es decir no metafísico la fe es la primera casusa que da certeza sobre la existencia de Dios.

Autor: Jesús Alfonso Aguilar Argueta
Título del ensayo: Santo Tomás de Aquino.
Preguntas problematizadoras:
¿Cuál fue el contexto en el que Tomás de Aquino desarrolló su pensamiento filosófico y teológico?
¿Por qué el aristotelismo fue la base del pensamiento tomista?
¿Son las cinco vías demostraciones contundentes de la existencia de Dios?
Introducción: Breve reseña histórica de la vida del santo.
Desarrollo: Explicación de la influencia aristotélica, distinción del concepto Ser, síntesis de las cinco vías para demostrar la existencia de Dios.
Conclusión: Las cinco vías son verdaderas en tanto orden lógico, sin embargo no son contundentes.


Xirau, Ramón. (1998); Introducción a la historia de la filosofía. México: Coordinación de humanidades, UNAM.
Ibíd., p. 161-162.
Merino, José Antonio. (2001); Historia de la filosofía medieval. Madrid, España: BAC.
Autoridad eclesiástica de algunas colegiatas. Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe.
Xirau, Ramón. (1998); p.p 161-162. Introducción a la historia de la filosofía. México: Coordinación de humanidades, UNAM.
Ibíd., p.163.
Término que usará durante toda su investigación filosófica para referirse a determinaciones generales de la ousía.
Berciano Villalibre, Modesto. (2012) Metafísica. Madrid, España: Biblioteca de autores cristianos.
Xirau, Ramón. (1998); p.p 166-167. Introducción a la historia de la filosofía. México: Coordinación de humanidades, UNAM.