¡Será legítimo participar! José Chalco Salgado
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El entendimiento del pluralismo y diversidad es un ejercicio de racionalidad política que permite comprender la vigencia de distintos actores que intervienen en la sociedad, consecuentemente no pueden ser excluidos los criterios y posiciones de quienes no ostentan poder político de turno, tampoco de aquellos que mantienen una participación pasiva en las cuestiones de estado. Bajo la premisa de la imposibilidad fáctica de: unanimidad, acuerdo e identidad ideológica entre todos los miembros de una sociedad, emerge el reconocimiento del “principio democrático” para dar respuestas hacia el equilibrio y atención de los derechos y libertades de minorías técnicas de la población, aclaración, técnicas en tanto y en cuanto no tienen el poder político. Al ser el estado una construcción de tipo social; así, creado para observar y reconocer fines sociales, garantizar condiciones humanas y derechos de las personas, la dinámica de interacción social que marca el pulso de la vida estatal, guarda sentido y razón de ser. Consecuentemente, atemorizar, limitar o rechazar los espacios de expresión de la sociedad por parte del poder político, independientemente de los orígenes que motiven, es negación de democracia. La intervención de los individuos en las cuestiones estatales está gobernada por el criterio de necesidad y es legítimo. Existen dos teorías que sobre cooperación social se han dado: dirigista y contractualista. La primera, es productora de participación desde quienes ostentan el poder y acomodan la actuación de los ciudadanos a partir de reglas que se dictan y circunscriben a la conducta humana. La segunda, se funda en que los individuos aprecian las ventajas que supone el fortalecimiento de la actividad de cooperación social en si misma, para subsiguientemente a manera de expresión y esencia de vivir en sociedad, cumplir fines comunes. Entonces, si hoy en día las esferas de intervención social en la política activista cada vez son más reducidas por cuestiones de: especificidad,
tecnocracia e incluso identidad política, convirtiéndose así en espacios reservados y excluyentes a la población general, se deberá expandir las áreas reales de participación colectiva en donde la sociedad se manifieste por más variadas formas en conformidad con sus creencias, realidades, proyecto de vida, experiencia y percepción. Es legítimo. Bobbio sostenía ya, que la democracia de un país no se mide por el número de personas que participan sino por los espacios en que pueden ejercer abierta y protagónicamente su derecho a participar. Entonces, si hago ejercicio de mi derecho ciudadano, la Constitución lo permite, el principio democrático lo reconoce, y mi compromiso como ciudadano me convoca, ¡es legítimo participar!.
