Series de ángeles apócrifos

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Mario Ávila Vivar. ANGELOLOGÍA BARROCA. LAS SERIES ANGÉLICAS. © Mario Ávila Vivar. Toledo, 2016. Edición del autor. Pedidos e información: [email protected]

Fragmentos del Capítulo 4. ÁNGELES APÓCRIFOS

... // ... SERIES DE ÁNGELES APÓCRIFOS A pesar de las disposiciones del Santo Oficio durante la Ilustración, prohibiendo las imágenes de ángeles con nombres apócrifos, aún se conservan muchos cuadros dispersos y alguna serie, además de las ya mencionadas de los Siete Príncipes. Como la sevillana del Hospital del Pozo Santo, la colombiana de Sopó (Colombia), la peruana del monasterio de la Concepción de Lima (Perú), o las de ángeles militares de Calamarca (Bolivia) y Uquía (Argentina). Se incluyen también en esta tipología otras series en las que los ángeles no están identificados con inscripciones, pero portan los mismos atributos que los apócrifos de otras series. Son las de Aguilar de la Frontera, iglesia de Santa Bárbara de Tunja, y la que los Mesa-Gisbert denominaron “Jerarquías” de Calamarca (Bolivia). No sabemos si en estas series los ángeles nunca tuvieron nombres, o si estos fueron borrados u ocultados con repintes en cumplimiento de las citadas disposiciones del Santo Oficio, pero similitud iconográfica de todas estas series respalda esta última posibilidad. * Serie del Hospital del Pozo Santo de Sevilla. El Hospital del Santísimo Cristo de los Dolores de Sevilla, de la Orden de las Religiosas Terciarias Franciscanas del Tránsito y Asunción de Nuestra Señora, conocido popularmente como del Pozo Santo por estar situado en la plaza de ese nombre, se dedica a atender a ancianas enfermas e impedidas. Fue fundado en 1666 por la Madre María de Jesús Carrillo y la Madre Beatriz Jerónima de la Concepción, y la construcción del edificio concluyó con la consagración de la iglesia en 1686 por el arzobispo don Jaime Palafox y Cardona. Según las religiosas más ancianas de la comunidad, la serie estuvo diseminada por distintas dependencias del convento, como la iglesia, la enfermería y la escalera principal; pero recientemente, una vez restaurados, se instalaron en el museo del convento. Son lienzos de unos 205 x 111 cm realizados por pintores de la Escuela sevillana a mediados del siglo XVII. Esta serie tiene una importancia capital para este estudio, por ser la única conocida en España que aún conserva las inscripciones originales que identifican a los ángeles apócrifos. La serie está formada por diez ángeles de aspecto muy femenino, que visten lujosos y variados ropajes, representados sobre fondo neutro. Micael reproduce la tipología del arcángel con bastón de mando; Rafael Medicina Dei porta el bordón de peregrino y el pez; Gabriel Vir Deus, una vara de azucenas; Alamiel Pax Dei, un cetro y una corona; Ariel Visio Dei, una rama de olivo; Eliel Potentia Dei, una llave; Esriel Auxilium Dei, una palma y flores; Hadriel Hablatio Dei, envaina una espada; Iaciel Aspercio Dei, sujeta un haz de llamas en la mano; y Oziel Fortitudo Dei, sostiene una columna partida con grilletes.

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* Serie del monasterio de San José y San Roque de Aguilar de la Frontera (Córdoba). En este monasterio cordobés existe una serie de once ángeles de unos 212 x 115 cm., representados sobre un paisaje crepuscular, acompañados de pequeñas escenas bíblicas en la base del cuadro, y orlados con una guirnalda de flores de influencia flamenca. La serie se conserva en una pequeña capilla de este monasterio de carmelitas descalzas, fundado en 1671 por el Alguacil Mayor del Santo Oficio, don Rodrigo de Varo y Antequera. Según la tradición del monasterio, fue donada por D. Pedro de Toro y Sotomayor, obispo de Oviedo, que tenía los cuadros en su casa solariega de Aguilar, cuando su hermana, Dª María de Vega, profesó como religiosa el 3 de enero de 1673. La serie fue publicada por Lara Arrebola en 1980, quien consideraba que fueron pintados por Bernabé de Ayala entre 1660-70. Arrebola hizo un acertado estudio histórico e iconográfico sobre la devoción de los ángeles apócrifos, y un detallado análisis de esta serie, en el que describe con todo lujo de detalle los ropajes de los ángeles, pero llegó a conclusiones erróneas. Los ángeles llevan lujosas vestimentas sacerdotales, dalmáticas y cueras de ricos brocados, túnicas de colores, coturnos, florones, lazos volantes y cabujones. Miguel se representa con la escena de la batalla en el cielo, y lleva como atributo la rodela y el bastón de mando. Gabriel bir Deus, con la de la Anunciación, y tiene como atributo la vara de azucenas. Rafael Medisina Dei, con la de Tobías sacando el pez del agua, y con los atributos del bordón, la esclavina y el pez. En el resto de los cuadros no figuran inscripciones, aunque es fácil identificar al Ángel de la Guarda con el que se acompaña una escena donde un ángel señala el cielo a un niño, y lleva como atributos una corona de flores y una palma en las manos. Otro ángel se acompaña con la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, y tiene como atributo la espada flamígera; otro con el Sacrificio de Isaac, y porta un haz de llamas en la mano; otro con la del ángel que vio David en la era de Areuna castigando con la peste a Israel por su pecado (Sam. 24. 16-25), y tiene como atributo una espada rematada con el fiel de una balanza; otro se representa con la lucha de Jacob con el ángel, y su atributo es un ramo de espigas de trigo; otro con la escena de Daniel en el foso de los leones ayudado por Habacuc, portando como atributo una llave; otro con el anuncio del Nacimiento de Cristo a los pastores; ojos en la túnica y una rama de olivo en la mano; y finalmente otro que sujeta una columna partida, con la escena de la liberación de San Pedro. Basándose en las escenas que les acompañan, en sus atributos, y en la nomenclatura utilizada por otros historiadores, Lara Arrebola denominó Raziel al ángel donde se representa la expulsión del Paraíso; Ángel Exterminador al que acompaña la escena de David y el ángel; Peliel al que acompaña la lucha de Jacob y el ángel; Sealtiel al que figura junto al sacrificio de Isaac; Querubín al que viste una Dalmática adornada con ojos, puesto que así son descritos los querubines en el Libro de Ezequiel; Virtud al ángel que tiene como atributo la columna, porque los Mesa-Gisbert consideraron la columna como un atributo de este coro; y Ángel apocalíptico al que porta una llave en la mano derecha, por entender que este atributo “lo identifica con el ángel a que hace referencia el capítulo 9, versículo II y ss. del Apocalipsis de S. Juan.”1

... // ... * Serie de la catedral de Jaén. En la capilla de San Miguel y de la Virgen del Alcázar de la catedral de Jaén, se conservan diez lienzos de ángeles, que según Fernández López2 son obras reaprovechados o

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LARA ARREBOLA (1980), p. 206. FERNÁNDEZ LÓPEZ (1991), pp. 211-218 y (1995),

donados cuando se renovó la capilla en el siglo XVIII, y a las que se añadieron inscripciones para ocultar su verdadera identidad y evitar problemas con el Santo Oficio. Los cuadros, de unos 193 x 109 cm., son muy similares iconográfica y estilísticamente, a los de las series del Pozo Santo y de la Concepción de Lima. Un San Miguel, lleva rodela y bastón de mando, como en otras series angélicas barrocas andaluzas. Tres cuadros tienen inscripciones que identifican a los ángeles como San Gabriel. Uno, replica del Ariel Visio Dei del Pozo Santo, sostiene la vara de azucenas y tiene la inscripción Missus est angelus Gabriel (S.Lu.1.v.26) (Fue enviado el ángel Gabriel, Luc. 1,26). Otro, representado casi de espaldas, lleva un libro pequeño en su mano derecha y varias inscripciones; en la zona superior, Ecce Vir Gabriel (Aquel varón Gabriel), y en la zona inferior, Daniel, nunc egressus sum ut docerem te (Dan. 9.v.21.v.22) (Daniel vengo ahora para hacerte entender, Dan. 9,22). Y el último, muy similar al San Gabriel de la Encarnación de Lima, tiene un gran libro en su mano derecha y la inscripción Ego sum Gabriel. Et missus sum loqui ad te (Zacharâ) et haex tibi evangelizare. (S. Luc.1.v.19) (Yo soy Gabriel..., y he sido a ti para comunicarte la buena nueva, Luc. 1,19). También dos ángeles aparecen identificados como San Rafael. Uno, similar al Rafael del Pozo Santo, con el hábito de peregrino, el báculo, el pez, y la inscripción S. Rafael, medicina Dei. Y otro que sostiene una columna partida en la está el demonio atado con grilletes, también muy similar a Oziel Fortitudo Dei del Pozo Santo, con la inscripción Raphael angelus apprenhendit daemonium, et religavit illut (To.c.8.v.3) (El Ángel Rafael apresó al demonio y le ató, Tob. 8,3). Como en una misma serie no se justifica la presencia de tres representaciones de San Gabriel, ni de dos de San Rafael, es evidente que las inscripciones ocultan la verdadera identidad de los ángeles. Otro ángel representado de perfil y muy similar a Esriel Auxilium Dei del Pozo Santo, sostiene una corona de flores en su mano derecha y una palma en la izquierda, lleva la inscripción (Quoniam)Angelis suis mandavit de te ut custodiant te (Ps.91,v.11) (Pues te encomendarás a sus ángeles para que te guarden, Salmos 91,11). Basándose en sus atributos, Fernández López le intituló Barachiel. Otro ángel, réplica de Uriel de la Concepción de Lima e intitulado Raziel por Fernández López, muestra amenazante una espada flamígera y lleva la inscripción Et collocavit, ante Paradisum (voluptatis) cherubim, et flammeum gladium. (Gen.3.v.24), (Colocó delante del Paraíso un querubín que blandía espada flameante, Gen. 3,24). Otro ángel, con el torso semidesnudo, desenvaina la espada y lleva la inscripción Venit angelus Domini, et percussit in castris Assyriorum 158D. (4.Reg19.v.35), (Vino el ángel del Señor e hirió en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil, 2 Reyes. 19,35). Y por último, un ángel al que Fernández López intitula Ángel de Getsemaní por llevar una cruz y un cáliz en sus manos, que tiene la inscripción Apparuit (autem) illi angelus de caelo, confortans eum (S.Lu. 22, v. 43), (Se apareció un ángel del cielo que le confortaba, Luc, 22,43).

...//... * Serie de la iglesia del Divino Salvador de Sopó. Colombia. La serie de Sopó es una de las más conocidas y prestigiosas del barroco virreinal americano. Prueba de su alta estima es que decoró el Palacio de Nariño con motivo de la visita del papa Juan Pablo II en 1986, después de ser restaurada en el Centro Nacional de Restauración Santa Clara (Santa Fe de Bogotá), bajo la dirección de Jaime Gutiérrez Vallejo. Fue estudiada, entre otros, por Santiago Sebastián3, Consuelo Jaramillo4 y Gamboa

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SEBASTIÁN LÓPEZ (1987). JARAMILLO OBANDO (1995).

Hinestrosa5. Según éste último, la serie pudo ser trasladada a Sopó desde el convento de dominicos de Bogotá, con motivo de la aparición de la imagen milagrosa del Señor de Sopó en 1753, y según Consuelo Jaramillo documentalmente aparece por primera vez en un inventario parroquial del 3 de agosto de 18476. La serie está formada por doce ángeles femeninos de gran belleza y sensualidad, alguno incluso de un evidente erotismo, que dejan al descubierto amplias partes de su cuerpo. Son cuadros de unos 216 x 136 cm. realizados en la segunda mitad del siglo XVII7. Sobre su autoría se han dado todo tipo de teorías, muchas de ellas peregrinas y sin fundamento, como las que los atribuyen al italiano Angelino Medoro, a los Figueroa, a Bartolomé de Posadas, al quiteño Miguel de Santiago, o al mexicano Cristóbal de Villalpando. Gutiérrez Vallejo los atribuyó a un autor europeo, y Santiago Sebastián8 a un artista virreinal que se apartó de los habituales modelos andaluces y flamencos, y se inspiró en “una serie grabada dentro del gusto de Peeter de Jode... una serie intermedia, tal vez de origen francés, que explicaría perfectamente estos admirables lienzos de Colombia”9.

... // ... * Serie de del monasterio de la Concepción de Lima. Perú. El monasterio de las Concepcionistas Franciscanas de Copacabana de Lima, de la orden de concepcionistas de Santa Beatriz de Silva, fue fundado en 1573 bajo la advocación de San José por Doña Inés de Muñoz y Rivera10. Las monjas, en su mayoría de elevada posición social, tenían esclavos y criadas que incluso entraban a la clausura. El monasterio fue uno de los más opulentos e importantes en la Ciudad, pero sufrió gravísimas mutilaciones para construir el Mercado Central y ampliar la Av. Abancay. En la actualidad sólo se conserva parte de la iglesia, y la serie de ángeles ha sido trasladada recientemente a la nueva sede del monasterio en un pueblito al norte de Lima, donde la comunidad se trasladó hace unos años11. En ella figuran Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel, Ariel, Hadriel y Zadquiel, y son cuadros de unos 108 x 86 cm realizados al óleo sobre lienzo. Es posible que representen a los Siete Príncipes, y que algunos nombres amadeistas se hayan sustituido por otros. La serie fue dada a conocer por Vargas Ugarte12 en 1960, y atribuida al taller de Zurbarán por los historiadores peruanos. Así, Francisco Stastny relacionó los cuadros con las pinturas cobradas por Zurbarán el 22 de mayo de 164713, relacionadas en un recibo donde Zurbarán “declara haber recibido 2.000 pesos de la abadesa del monasterio de Nª Sª de la Encarnación, de la ciudad de los Reyes del Perú, por mediación de Juan de Valverde, para pintar los siguientes 34 lienzos para la iglesia de dicho monasterio…”14, pero en este documento no figura ningún arcángel. Stastny creyó ver las fuentes iconográficas de estas pinturas en los grabados flamencos, por representarse a los ángeles en primer plano, acompañados de pequeñas escenas explicativas en la base de los cuadro. Sin embargo, Enrique Valdivieso15 descartó por completo la autoría de Zurbarán, y señaló como posible atribución la de Ignacio de Ries y Francisco Polanco. Y Navarrete Prieto16, en el Catálogo GAMBOA HINESTROSA (1996). JARAMILLO OBANDO (1995), p. 263. 7 Ibídem. 8 SEBASTIÁN LÓPEZ (2007), pp. 178-185. 9 Ibídem. p. 184. 10 VILLANUEVA (1998). 11 Comunicación de Escardiel González. 12 VARGAS UGARTE (1960) 13 STASTNY (1988). 14 GUIDIOL, J., ob.cit., p. 293-294 15 VALDIVIESO (1992), pp. 34-45. 16 NAVARRETE PRIETO (1998), pp. 61-67. 5 6

de la Exposición Francisco de Zurbarán y su obrador reafirmó la autoría de Francisco Polanco, en base a la similitud del San Rafael de Lima con el Ángel de la Guarda de la antigua Colección Folch y Torres de Barcelona, atribuido a Polanco por la gran similitud de estilos entre el niño que aparece en el cuadro del Ángel de la Guarda y rostro de San Juan Bautista, firmado por Polanco, de la Catedral de Sevilla.

... // ... * Serie de la iglesia de Santa Bárbara. Tunja. Colombia. La iglesia de Santa Bárbara de Tunja (Boyacá), construida en 1667, es un hermoso templo colonial de una sola nave con capillas laterales a modo de crucero y artesonado mudéjar. Diseminados en diferentes ambientes se conservan doce cuadros de ángeles de tamaño natural y estilo barroco. La única información que disponemos de esta serie es la aportada por Jaramillo Obando17, quien identifica a estos ángeles con los siete Príncipes, Esriel, y el Ángel de Pedro, pero no especifica si esta identidad la obtuvo de inscripciones en los cuadros, o la dedujo de sus atributos, por cuyo motivo no la tendremos en consideración. La escasa calidad de las fotografías con que ilustra su información y el mal estado de los cuadros, no nos permite tampoco identificar inscripciones u otros detalles. Según Jaramillo, tres ángeles se encuentran en la nave de la iglesia, uno en la capilla de Nuestra Señora del Carmen, y ocho en la capilla de “La Pilarica”. Estos últimos son los que realmente constituyen una serie, aunque ignoramos cuantos cuadros constituyeron la serie original, y si los ubicados en la capilla del Pilar fueron seleccionados entre todo el conjunto, porque dos de los que cuelgan de los muros de la iglesia son de una factura y calidad muy similar. Nos referimos a Rafael y al Ángel con corona y palma, representados sobre fondos neutros como la serie del Pilar. Esta capilla se ubica a la derecha del crucero. En ella se venera una pequeña copia de la Virgen del Pilar de Zaragoza, que fue patrona de Tunja durante el virreinato, y está decorada con imágenes de fauna americana e importantes obras de platería del siglo XVIII18. La serie ocupa los nichos de una retablería que recorre horizontalmente las paredes laterales, y que reproduce la ornamentación del retablo de la Virgen situado en la pared del fondo. Los ángeles visten túnicas talares y túnicas cortas brocadas, paludamentos, lazos volantes y coturnos de media caña. Miguel muestra un atuendo militar con coraza, rodilleras y casco emplumado, y porta el bastón de mando y la rodela que hemos visto en otras series andaluzas. Gabriel se cubre con una lujosa capa pluvial, y sujeta con el brazo derecho un ramo de azucenas. Rafael se adorna con la esclavina y el sombrero de peregrino, y camina con el pez y el bordón en las manos. El Ángel con espada flamígera podría ser Uriel, y parece señalar algún detalle con su mano izquierda. El que sostiene la flama en la mano, también cubre su pecho con una coraza, y se adorna con un paludamento. El que envaina la espada adopta una gallarda postura y se protege con una rodillera antropomorfa. Y los que sostiene la corona y la palma, y la columna, visten sencillas túnicas y grandes paludamentos rojizos.

... // ... * Serie de la iglesia de Santa María de las Nieves. Calamarca (Bolivia). La iglesia boliviana de Calamarca es un templo renacentista del siglo XVI, de una sola nave, gruesos contrafuertes, torre exenta, atrio y pórtico con arcadas, pero sufrió una agresiva restauración en los años 80 que ocultó su estructura original. En ella se conservan dos series mundialmente famosas, dadas a conocer por los Mesa-Gisbert en los años 70, y con 17 18

JARAMILLO OBANDO (1995). MATEUS (1995), p. 54.

las que se inició realmente el estudio de las series angélicas. No se sabe exactamente cuándo ni por quién fueron pintados los cuadros, pero en un inventario de la iglesia de 1728 se documenta que “en lo alto de los muros de esta Santa Iglesia se encuentran treinta y seis pinturas de ángeles y arcángeles, todas de la misma dimensión, en sus bastidores”. En la actualidad se conservan once ángeles vestidos con las túnicas tradicionales, que los Mesa-Gisbert denominaron “Jerarquías”, y diez portando armamento de los tercios, los conocidísimos “ángeles arcabuceros”. Los cuadros los atribuyeron a José López de los Ríos por su similitud con los que este pintor realizó en 1684 en el Juicio Final de la iglesia de Carabuco. Los que denominaron “Jerarquías” son ángeles algo obesos de unos 162 x 111 cm. Visten amplias túnicas sobre faldas, y camisas abullonadas rematadas con puntillas, mantos volantes y coturnos; y se adornan con lazos, moñas, broches y cabujones. No tiene inscripciones que los identifique, pero según los Mesa-Gisbert representan a los coros angélicos. Por eso les denominaron “Jerarquías” y adscribieron al coro de los Serafines al que sostiene la flama, al de las Virtudes a los a los que sostienen la columna, al que porta flores, y al que sostiene un haz de espigas; y a los Dominios al que porta la corona y el cetro. Con motivo de su restauración en el Centro Nacional de Conservación y Restauración de Bienes Muebles de Bolivia en 1994, los historiadores bolivianos ratificaron estas identidades, y dieron otros títulos a algunos ángeles: Gabriel, Rafael, Ángel de la Guarda, Uriel (Ángel con espada flamígera), Baraquiel (Ángel con rosas en las manos), Ángel Dominio (Ángel con cetro y corona), Serafín (Ángel con flama en la mano), Virtud (Ángel sosteniendo una columna), Chamuel (Ángel con llave), Ángel con Espiga, y Zadquiel (Ángel envainando la espada)19. En la serie falta San Miguel, aunque en la iglesia existe un cuadro de este arcángel de estilo y medidas similares (153 x 122 cm.) que bien podría pertenecer al conjunto. En nuestra opinión esta serie no representa las jerarquías celestiales del Pseudo Dionisio, sino en todo caso a los Siete Príncipes y a otros ángeles apócrifos, a los que por motivos que desconocemos no se identificó con inscripciones. Gabriel, Rafael, y el Ángel de la guarda no ofrecen ninguna dificultad para identificarlos por sus atributos. El Ángel con espada flamígera bien podría ser Uriel; el Ángel con rosas en las manos, Barachiel; y el Ángel con cetro y corona, Jehudiel. El resto de los ángeles ya hemos visto como adquieren diferentes identidades según las series.

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AA. VV.: Ángeles “Jerarquias”. Calamarca (1994).

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