Tecnología y agricultura familiar

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Tecnología y agricultura familiar Nicolás Indelángelo1, Guido Prividera2, Constanza Villagra3.

Resumen La tecnología media todos los ámbitos de nuestra vida. Es imposible pensar la sociedad sin tecnología, pero también es imposible pensar la tecnología sin sociedad. La tecnología es eminentemente social. Por otra parte, la agricultura familiar es un tipo de producción en la cual, la mayor parte de los autores coinciden, prima la mano de obra familiar por sobre la asalariada y el capital variable sobre el fijo. Los estudios que abordan lo tecnológico en el agro, suelen tomar una visión simplificada del componente social. Por el contrario, desde las ciencias sociales, muchas veces se plantea una visión simplificada de la tecnología y cómo ésta condicionaría la reproducción de un grupo social hacia su extinción o no. En la región pampeana, el proceso de concentración de la estructura agraria en detrimento de la agricultura familiar, podría comprenderse desde la difusión de una tecnología que condiciona cambios en el modelo productivo del sector agropecuario. En el presente trabajo se propone formular un marco teórico desde el cual abordar cómo un determinado tipo social -en este caso la agricultura familiar- en un momento histórico determinado, ve condicionada su reproducción como tal, a partir de la imposición hegemónica de un tipo de tecnología.

Palabras clave: tecnología, agricultura familiar, sociedad.

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EEA Paraná, INTA. [email protected] IPAF Región pampeana. INTA [email protected] 3 Agencia Necochea INTA. [email protected] 2

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Las reflexiones que se presentan a continuación son el producto de un análisis bibliográfico acompañado de un trabajo preliminar en terreno realizado a los efectos de comprender cómo ciertos “tipos de tecnología”, manejos de sistemas, etc., condicionarían la permanencia de la Agricultura Familiar en la región pampeana. Particularmente, se están realizando estudios en caso en el partido de Lobería (Buenos Aires) y en el departamento de Diamante (Entre Ríos). De esta forma, lo aquí vertido, trata de ser una guía a partir de la cual discutimos conceptos para reformular el marco de análisis de ese trabajo de campo. Por lo tanto, lo escrito debe ser leído a la luz de esta intencionalidad. 

Introducción “Si la tecnología no es concebida como un momento del sistema de producción existente, si su desarrollo no fue explicado por el desarrollo de las relaciones sociales de producción, ella termina por ser un principio trascendente que se opone al hombre, a la naturaleza, al clima, a la materia prima, etc.” (Da Silva, 1999).

Analizar conceptos lleva a considerar su genealogía, es decir, el período histórico que contextualiza su emergencia, formulación y consolidación, visto que no hay conceptos a-históricos o neutros. Reflexionar acerca de la relación entre la Agricultura Familiar (en adelante AF) y la tecnología, necesariamente nos lleva a contextualizarla según los rasgos centrales del paradigma agroindustrial que se corresponde con la totalización del mercado (Polanyi, 1992).4 A partir de los años 60, la implantación y consolidación de la industria de bienes de producción para la agricultura, paralelamente al desarrollo de las agroindustrias

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Esto implica su ponderación como co-determinante y regulador externo de las relaciones sociales partiendo de la aceptación del argumento de la mano invisible de Adam Smith: solo el mercado y su sistema de precios es capaz de coordinar eficazmente las acciones económicas individuales hacia el bien común (la utopía del mercado autorregulado).

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procesadoras, provocan y al mismo tiempo viabilizan profundas transformaciones en la base técnica del sector agropecuario (Da Silva, 1999). El nuevo modelo de producción agrícola se centró fundamentalmente en la búsqueda de una integración vertical del complejo agroindustrial, persiguiendo un aumento de la productividad y la expansión de la frontera agrícola. Básicamente esta integración significó un nuevo patrón tecnológico cuyas características sobresalientes -entre otras- fueron la utilización creciente de procesos mecanizados e insumodependientes y el aumento de la capacidad de almacenamiento y transporte. (da Silva, 1999). Algunos de dichos sucesos aparecen en los relatos de los productores entrevistados en nuestro trabajo de campo. “(…) ¿cuanto trilla hoy una cosechadora?… varios miles de quintales por día, y con una sola persona, o sea que para trillar lo que hoy trilla un cosechadora con dos personas, usted necesitaba 30 personas durante 10 días (…)” (Productor) En este sentido, la tecnología es vista por los productores como simplificadora de las tareas cotidianas y al mismo tiempo como expulsiva de mano de obra: “(…) la tecnología es un arma de doble filo, alivia la tarea de mucha gente, pero deja mucha gente sin trabajo (…) el productor chico no se puede quedar, ¿que va a estar haciendo?, si el productor chico no puede tener herramientas, no puede aplicar la tecnología, ¿que va a estar haciendo en el campo? (...)” “(…) Algunos productores chicos viven ahí, pero trabajan de peones, de tractoristas, se fue mucha gente (…)” (Productor) Estas transformaciones impuestas por el nuevo patrón tecnológico se dieron en tiempos diferentes según regiones y tipo de producto. Asimismo, su carácter hegemónico repercutió hacia el interior de la estructura social agraria de manera diferencial. En este sentido, varios autores coinciden en que fue la región pampeana la que experimentó en mayor profundidad estas transformaciones. Las bases técnicas de esta industrialización del agro responden a la lógica de la valorización del capital y son legitimadas desde el paradigma positivista del

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conocimiento (Sevilla Guzmán y Alonso Mielgo, 2000). Es así que aparecen agentes externos a la estructura social agraria - proveniente del sector industrial - que imponen su lógica5 a la producción. 

La agricultura familiar dentro del paradigma agroindustrial El impacto de las tecnologías definidas desde el paradigma agroindustrial sobre la

AF puede ser analizado en un nivel interno de la unidad productiva, y en el nivel de sus relaciones con la sociedad capitalista (Da Silva, 1999). En el nivel interno de la unidad productiva, la variable tecnológica se encuentra estrechamente asociada con la disponibilidad de recursos físicos y financieros -adopción de nuevas tecnologías-, con el proceso de producción y trabajo -mecanización de procesos-, con la división interna del trabajo entre los miembros de la familia, con la mano de obra eventualmente contratada -mayor o menor necesidad de trabajo físico-. En el nivel de las relaciones externas, con el grado de mercantilización de la producción y la articulación con los sistemas de comercialización y financiamiento. Es así que el mercado profundiza su rol de agente estructurante del sector agrario en el sentido que vuelve las estrategias productivas de las unidades familiares cada vez más dependientes de sus mecanismos6. La AF pierde su capacidad de decidir lo que se hace (uso de tierra), cómo se lo hace (tecnología) y las formas de hacerlo (organización de la producción) (Ravinovich y Torres, 2004 citado por Navarrete et al, 2005). Los relatos dan cuenta de esta situación: “(…) no queda otra, ya esta todo hecho para que no quede otra, la semilla, la forma en que se siembra, (…) imagínese una siembra directa sin fertilizante o sin un agroquímico que le mate la maleza, no lo podes hacer (…)” (Productor)

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En él se valoran los principios de la competencia, la eficiencia, y el orden. Desaparecen los tiempos de la “vida” para imponer los tiempos de la “cadena de montaje” fordista. Mayor producción en el menor tiempo posible utilizando al suelo sólo como soporte físico y químico, rara vez biológico. 6 Esta dependencia se observa, por ejemplo, en la mercantilización de sus medios de vida -necesidades y satisfactores de los sujetos determinadas por el mercado-, los insumos, los instrumentos de trabajo, la tierra, la venta de sus productos en forma creciente, en el financiamiento de sus gastos corrientes e inversiones extraordinarias, en la oferta o demanda de mano de obra, etc.

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En nuestro avance sobre los estudios de caso, además, podemos observar cómo en un período previo al de la imposición del paradigma agro industrial las decisiones del grupo familiar acerca de los sistemas de producción se vinculaban a estrategias de reproducción minimamente permeadas por variables que el sistema familia/explotación no puede controlar (Bourgeois, 1983 traducción de López, M., 1994) “(…) mi viejo y mi vieja tenían gallinas, patos, gansos, chanchos, todo. Se sembraban dos o tres hectáreas de maíz, para todo, para aves, lo que sea, no precisaban comprar alimento, (…) se manejaban bien de esa manera, ¿que compraban?, la yerba, el azúcar…sembraban un lotecito de trigo, se dejaban el trigo para hacer la harina… yo me acuerdo, (…) mis viejos con el carro llevaban al molino, (…) y bueno, traían 10 bolsas de harina, y con eso teníamos para todo el año…y hoy no, no es así (…)”. (Productor) Es así que en la heterogeneidad del universo que actualmente representa la AF se reconozcan distintas trayectorias en su reproducción, definiéndose un gradiente de posibilidades entre la reproducción ampliada y limitada de ella (Balsa, J., 2006). 

Ciencia y tecnología en el paradigma agroindustrial El campesino sólo se vuelve allí donde se encuentra aprisionado entre los engranajes de un gran imperio cuyo mecanismo burocrático o litúrgico le resulta ajeno. Max Weber, “El judaísmo antiguo”. Citado en Pierre Bourdieu, “El baile de los solteros” (2004).

Rescatamos la idea de Cáceres (S/F) acerca que la tecnología debe ser entendida como una forma de construir las relaciones sociales además de ser indicador del vínculo del hombre con la naturaleza. El impacto de ésta sobre lo social de ninguna manera es neutro sino que genera las condiciones de reproducción de una forma particular de sociedad.

De allí que

podamos afirmar que la tecnología lleva en su interior las relaciones sociales de dominación. El predominio del paradigma agroindustrial concurrente a la totalización del mercado, es consecuente con la forma en que se resuelve la lucha por “la legitimidad” al 5

interior del campo científico (Bourdieu, 2002), con implicancias acerca del tipo de tecnología desarrollada e impuesta en términos hegemónicos. En otras palabras, puede afirmarse que la ciencia y la tecnología han sido “desarraigadas” de lo social en tanto componentes necesarios de la dimensión económica, también “desarraigada” a partir de la vigencia de la utopía del mercado autorregulado (Polanyi, 1992). Por ello queda velado el hecho que la formulación de la ciencia y la tecnología son un momento del sistema de producción existente, concurrente al desarrollo de las fuerzas productivas (da Silva, 1999). En cierta forma, la estructura impone, pero no se trata de un determinismo absoluto sino de un gradiente en los cuales los sujetos actúan, se sitúan. 

Acerca de la necesidad de una agricultura sustentable como tecnología social Teniendo en cuenta el paradigma que define a la agricultura industrializada, se

identifica a la difusión de nuevas tecnologías vinculadas a ella como una variable correlacionada con la concentración en la producción e interviniente en otros fenómenos sociales como ser la transformación del proceso de trabajo, la pérdida del empleo rural, el éxodo rural a nivel predio, el endeudamiento y descapitalización de PYMES agropecuarias, el debilitamiento de las comunidades rurales, entre otros, extendidos en la zona pampeana y extrapampeana (Navarrete et al, 2005). Algunos autores coinciden en señalar a estos fenómenos como indicadores parciales de la no sostenibilidad de esta forma particular de producción de alimentos relacionada a la valorización ampliada del capital en el medio rural. A estos indicadores se suman las externalidades negativas del paradigma productivo dominante hacia el medio ambiente y la salud. Así lo refleja una de las entrevistas realizada: “(…) acá hay infinidad de gente que tiene síntomas de cáncer, enfermedades de piel, enfermedades respiratorias, abortos, nacimientos prematuros, malformaciones (…).” (Productor) Sevilla Guzmán y Alemany (2006) señalan al concepto de sustentabilidad como el nuevo paradigma capaz de generar respuestas para los problemas de riesgo ambiental

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y desigualdad social, brindando recursos – por medio de la transdisciplinaridad que lo sustenta - para formular una nueva racionalidad productiva que tenga al desarrollo social y ambiental como su nuevo sentido. Por otro lado, Bocayuba (2008) sostiene que el concepto de tecnología social parte de la crítica del desarrollo tecno-científico al servicio del capital, legitimado socialmente desde el discurso que sostiene la neutralidad de la tecnología y la escasez de los recursos “para alimentar al mundo”7. Opta por la modificación de los modos de producción social -el cómo se produce y reproduce la sociedad- colocando en el centro de la producción de conocimiento la búsqueda de soluciones a los problemas colectivos, por ende cambia el orden de prioridades al momento de la elección y conformación de los objetos de estudios e intervención. Consideramos que los conceptos de agricultura sustentable y tecnología social tienen puntos de coincidencia visto que ambos sostienen el desafío de repensar el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones sociales de producción a la luz de una elección moral, orientada a la reproducción de la vida (de la naturaleza y de los seres humanos). En ese sentido podría enmarcarse el planteo de la tecnología social dentro del paradigma alternativo de la agricultura sustentable, en cuanto es consciente de las consecuencias materiales de las intervenciones humanas, intencionales y regulares, en la conducción de los procesos de producción agrícola, optando por una racionalidad ecológica y social para la relación con el medio (Sevilla Guzmán y Alemany, 2006). Varios estudios coinciden en que el avance de las relaciones capitalistas en la agricultura condiciona de diferentes maneras a la AF derivando en distintos tipos de trayectorias (de acumulación o descapitalización según la capacidad de adaptación). Reflexionar acerca de los casos en que se visualizan las limitantes de la reproducción de una parte de la AF, nos permite ver la necesidad del desarrollo de tecnologías que no solo contemplen la parte técnica sino que contemplen las relaciones en las que la AF se inserta – incluida la tecnológica -, de no hacerlo su generación aparece como un mero paliativo a su situación. 7

Cuando la teoría de Malthus ha sido echada por tierra dado que lo que el mundo enfrenta hoy es una crisis en la distribución de los alimentos, no en su producción. Argentina es digno caso de este hecho: con su producción podría alimentar casi 8 veces su población pero sigue habiendo sectores de la población sin sus necesidades básicas alimenticias satisfechas.

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Pensar en una tecnología social en tanto componente de una agricultura sustentable necesariamente lleva a considerar la superación del adjetivo “apropiado” del concepto de la tecnología para la AF, para asumir la generación de una conciencia social acerca de las formas de producir los aspectos materiales e inmateriales de la vida. Frente al proceso de concentración y expropiación, posiblemente su formulación deba contemplar el tratamiento del poder decisorio de la AF,

a fin de lograr el

mantenimiento y ampliación del grado de libertad para la iniciativa y el control del sistema productivo – dentro del que debe incluirse la decisión acerca de la tecnología a utilizar, el grado de información y posibilidades de utilización de ésta – y las formas de regulación para su vinculación con el ambiente - fundamentalmente la implementación de estrategias de diversificación con distintas formas de aplicación8 -. 

Bibliografía citada

Balsa, J. El desvanecimiento del mundo chacarero. Transformaciones sociales en la agricultura bonaerense 1937-1988; Bernal (Prov. de Bs.As, Argentina), UNQ, 2006. Bourdieu, P. Algunas propiedades de los campos, en Campo de Poder, Campo Intelectual. Ed. Montressor. Buenos Aires. 2002 Boudieu, P. El baile de los solteros; Barcelona (España), Ed. Anagrama, , 2004. Bourgeois, A. Una aplicación de la noción de sistema: la explotación agrícola. Revista Agriscope Vol 1 Nro 1. 1983 (Traducción de López, M., 1994 EEA Balcarce INTA) Cáceres D., Silvetti F., Soto G., Ferrer G. Las Representaciones Tecnológicas de los Pequeños Productores Agropecuarios de Argentina Central. Revista de Desarrollo Rural y Cooperativismo Agrario. ISSN 1139-7748 Nº3, 1999, PP. 57-80. Cáceres D., Silvetti F., Soto G., Rebolledo W. La Adopción Tecnológica En Sistemas Agropecuarios De Pequeños Productores. Agro Sur, dic. 1997, vol 25, nº2, P. 123-135. ISSN 0304-8802. Cunca Bocayuva, P.. Trabajo Asociado y Tecnología: reflexiones a partir del contexto y de la experiencia de las Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares en Brasil. 8

De las estrategias de diversificación que puede adoptar la explotación agrícola, Bourgeois menciona (1983 traducción de López, M., 1994): diversidad de actividades, de organización del sistema prod., de relaciones con el mercado clientes y proveedores, actividades extraprediales, redes sociales, vínculos con el sistema financiero y de subsidios, etc.

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Iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 33, Quito, enero 2009, pp. 67-75. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Sede Académica de Ecuador. Graziano da Silva, J.. Tecnología y Agricultura Familiar. Editora da Universidade. Universidad Federal do Rio Grande do Sul, 1999. Landais, E., Balent, G., Introducción al estudio de los sistemas de ganadería extensivos. Traducción de Raúl Pérez. Original en “Practiques d´élevage extensif. Identifer, modéliser, évaluer.” INRA Etudes et Recherches sur les Systémes Agriares et le Déveleppemernt, 1993, nº 27, 280 p. Manuel Navarrete, D. et al. Análisis sistémico de la agriculturización en la pampa húmeda argentina y sus consecuencias en regiones extrapampeanas: sostenibilidad, brechas de conocimiento e integración de políticas. División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos. Serie Medioambiente y Desarrollo Nro. 118. Santiago de Chile Diciembre 2005 Marx, K. Manuscritos de 1844; Buenos Aires, Ed. Estudio, 1972. Polanyi, K.: La Gran Transformación. Fondo de Cultura Económica. México. Introducción y Segunda Parte. 1992. Rabinovich, J. y F. Torres . Caracterización de los Síndromes de Sostenibilidad del Desarrollo. El caso de Argentina, Santiago de Chile, ECLAC, 2004. Sevilla Guzmán, Alemany, C. Reflexiones para fortalecer la “Extensión junto con la gente”, en camino a una sociedad sustentable. Ponencia presentada en AADER – XIII jornadas Nacionales de Extensión Rural y V del MERCOSUR. 20 al 22 de septiembre– Esperanza, Santa Fe 2006 Sevilla Guzmán, E., Alonso Mielgo, A. La agricultura industrializada. 2000.

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