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TRES TEMAS FUNDAMENTALES EN LA VIDA Y OBRA DE HOSTOS:
INTERNACIONALISMO. DERECHO Y ANTIMPERIALISMO[1]

Carmelo Delgado Cintrón[2]

La vida y la obra de Eugenio María de Hostos (1839-1903) es
multifacética . Aunque quizás esta afirmación es manida o trillada no deja
de ser importante. [3]
Es un hombre que conjuga disímiles disciplinas del saber, y en todas
demuestra un tratamiento profundo y ético. Así fue meditador de dos
filosofías,[4] feminista,[5] jurista,[6] pedagogo y teórico de la
pedagogía,[7] sociólogo,[8] educador, novelista,[9] catedrático, periodista
de plantón y de opinión y editor[10], constitucionalista, moralista[11],
culturalista[12], independentista y separatista,[13] y revolucionario
practicante y antiimperialista.[14] Creo es el único que reúne en su
persona tantas dimensiones del saber y de la acción revolucionaria que
ello, por si sólo, explica su absoluta vigencia en nuestro tiempo y en
todas las épocas De ese firmamento hostosiano trataré de esbozar tres
facetas, como son las de internacionalista, jurista y antiimperialista. Los
escritos de Hostos son un universo, amplio, complejo y profundo, por su
abundancia y densidad temática, de por sí, por lo que plantean e intuyen y
por su simbología. También por lo vasto y complicado de su agudo, recio y
penetrante pensamiento. Así mismo hay que tener en cuenta que su desempeño
vital e intelectivo es complicado, extenso, y variado requiriendo del que
le estudia hacerlo con seriedad, ser conocedor de la cultura de su tiempo y
dominar y poseer amplios conocimientos históricos relacionados con la época
hostosiana.[15]

Internacionalismo

España. 1851-1869.

Como internacionalista puertorriqueño creo que únicamente se le asemeja
el doctor Ramón Emeterio Betances, aunque el itinerario hostosiano es más
abarcador que el del "Padre de la Patria". Así mismo se compara con el
licenciado Segundo Ruiz Belvis quien muere en Chile tratando de iniciar
gestiones revolucionarias. La iniciación de Hostos como internacionalista
fue como es a lugar, para estudiar en España. Es un joven de unos doce años
(1851) que permanece, por su cuenta, en la Península Ibérica hasta fines de
1869, ya, un hombre de treinta años. Esos años formativos ciertamente,
detalles aparte, fueron enriquecedores pues tuvo la oportunidad de
interactuar y tener participación de diversas maneras en los intensos
procesos españoles dirigidos hacía la reforma intelectual, la renovación
académica y la revolución político-constitucional. Se podría decir que
Hostos ya intelectualmente maduro y de ideas revolucionarias avanzadas
esta listo y dispuesto para los eventos y luchas que desde 1870 hasta 1900
ha de participar y gestionar decididamente contribuyendo de diversas
formas, incluyendo la lucha armada y el uso de las armas.[16] La riqueza de
las experiencias hostosianas que experimentó en sus estadías sur americanas
enfrentándose a numerosos hechos y eventos complementan las obtenidas en
Nueva York y Santo Domingo, con breves estadías puertorriqueñas, que le
añaden comparatividad y óptica. Hay que tener en cuenta que no solo fue a
la América del Sur a estudiar sino también a participar y sus actuaciones
nos hablan de sus recios talante y carácter así como de sus ideales. Sobre
ello plantea la profesora Carmen McEvoy comentando la presencia de Hostos
en el Perú y su labor intelectual y periodística a favor de ideales
democráticos.[17]: "El patriota puertorriqueño Eugenio María de Hostos
(1839-1903), quien arribó a Lima en 1870 y que desde las páginas de La
Patria y El Nacional prestó sus servicios periodísticos a la causa
civilista, fue parte de aquella comunidad intelectual hispanoamericana
itinerante que percibió la consolidación del republicanismo como una tarea
continental. Luego plantea la doctora McEvoy que: "a más de abogar, al
igual que Bilbao, por el desenmascaramiento de las «abominaciones
democráticas», las cuales habían convertido la nación peruana en «un
agregado de hombres», Hostos defendió la «eficacia de las ideas y la
importancia de los principios».[18]

Nueva York y el viaje a Sur América.

Desde Madrid embarca hacia Nueva York y desde esa urbe parte a la
América del Sur. ¿Qué inquietud tiene este hombre que siempre estará
errante por tierras americanas? Por el cúmulo de sus escritos tanto los
personales como los científicos podemos afirmar que lo devora una
insondable curiosidad de aquilatar y conocer de primera mano las
condiciones de la vida social y política de nuestras naciones. Pareciera
que tiene un plan, como de verdad lo construyó, de prepararse para el
servicio a la Patria antillana y a las Patrias americanas. Su peregrinar---
palabra que viene del latín peregre, "los de afuera" es motivo de
admiración por las difíciles y fatigosas condiciones de los viajes a esas
regiones. ¿Cuál es el propósito de este peregrinar? Creo fue por varias
razones, para poder captar la realidad de "Nuestra América", viéndola y
captándola en todo su ámbito político-social. Hostos, hombre de estudio y
acción quiere observar y experimentar con estas sociedades observando sus
procesos sociales contrastando ideas que luego elaborará en sus escritos.
personales. Estos demuestran que deducía y destilaba las experiencias
sufridas y gozadas avanzando en su pensamiento. Otra de las razones de ese
peregrinar está en el incipiente interés y regusto por el Derecho Político
y el Derecho Constitucional que allá comenzará a desarrollar cuando
converse con Florentino González fundador en Buenos Aires de la Cátedra de
Derecho Constitucional y de un célebre y polémico libro titulado:
"Lecciones de Derecho Constitucional". A esa fundamental disciplina de
ordenamiento social dedicará esfuerzos intelectuales y académicos
respondiendo a un llamado vocacional que se inició en la Universidad
Central de Madrid por los 1857. Subyacente de lo académico es su
fundamental interés en su formación revolucionaria, democrática y liberal
que desea poner al servicio de la humanidad. Esos viajes y estadías le
dotaran de nuevas perspectivas revolucionarias tanto individuales como
colectivas.. El único que se le asemeja como viajero e itinerante es el
doctor Florentino González nuevo granadino---colombiano---que sale a
Europa, Estados Unidos, Chile y Argentina, en extensas estadías.
Durante su estadía en varios países de la América hispana tiene la
oportunidad de estudiarse a sí mismo.[19] Es el momento éste donde comienza
a desarrollar sus meditaciones sobre diversas filosofías, el krausismo, el
positivismo, el krauso-positivismo, a madurar un pensamiento filosófico con
rasgos propios, político y constitucional, recibiendo las corrientes de
ideas europeas, el constitucionalismo estadounidense y la filosofía
positivista que por aquellos países se estudiaban. El Diario personal y el
epistolario nos demuestran que era un hombre de una rica vida interior,
dado a continuas meditaciones y un hombre de gran curiosidad intelectual.

Chile. 1871-1873.

Eugenio María de Hostos vive en Chile desde el 29 de diciembre de
1871, ingresando por Valparaíso, donde permanece hasta el 10 de septiembre
de 1873.[20] Es el Chile ant-bellum., es decir: anterior a la guerra del
Pacífico donde esa nación disfrutaba de otra ideología e ideales que
cambiaron después de ese evento, cuando se enriquece: el Chile postbellum.
Llega a un país acostumbrado a acoger a cientos de exilados,[21] entre los
cuales se han destacado allos argentinos Juan Bautista Alberdi[22] y
Domingo Faustino Sarmiento,[23]Andrés Bello, Vicente Fidel López, Bartolomé
Mitre, Juan Eloy Pérez, Florentino González y Rubén Darío. El
puertorriqueño se relaciona con periodistas, literatos, profesores y
tratadistas de Derecho Público y Constitucional y catedráticos, que además
tienen otros intereses y cultivan la pedagogía y la filosofía.[24] Entre
los que mantienen relaciones de amistad con el antillano[25] figura el
antes mencionado José Victorino Lastarria,[26] hombre de cultura, ideas
liberales radicales e intereses literarios, que era catedrático,[27]
escritor,[28] memorialista,[29] político y jurista, parlamentario,
diplomático y, en sus últimos tiempos, magistrado del Tribunal Supremo de
Chile.[30] Dice Juan Gabriel Araya que Hostos: "Frecuenta a sus amigos,
peroraba en recintos públicos como el Club de la Reforma y tiene la
oportunidad de recorrer el país. Permanece algunos días en la finca de los
Lastarria y en ella nace, tímidamente el amor de una chilena, Carmela
Lastraría, hija del famoso publicista. Desarrolla, en suma, una vida plena
de enriquecedores significados de toda índole".[31] Se integra al Club de
la Reforma y figura entre los fundadores de la Academia de Bellas Letras
que animará y dirigirá su protector en Chile el jurista José Victorino
Lastarria con quien se identifica por estudiar ambos el positivismo y la
novel ciencia de la Sociología. Así mismo participa en controversias
sociológicas con Valentín Letelier, Julio Bañados Espinosa, [32] y
Benjamín Vicuña Mackenna quien es autor del libro, Colección de ensayos y
documentos relativos a la Unión y Confederación de los pueblos
hispanoamericano, tema de mucho iinterés depara Hostos.[33] Ciertamente la
estadía chile es fructífera y estimulante y Hostos estudia, lee, debate y
ofrece conferencias, como la que duró dos días sobre la educación
científica de la mujer.


Argentina. septiembre de 1873- febrero de 1874.


Casi dos años estuvo en Chile y luego pasó a la república del Río de la
Plata. Hostos embarca por Valparaíso hacia la Argentina, a donde llega el
29 de septiembre de 1873,[34] y se marchará el 22 de febrero de 1874 hacia
Brasil. En Buenos Aires traba relaciones, entre otros, con Domingo Faustino
Sarmiento[35] entonces presidente de la república, que gobernaba desde
1868, terminando su mandato en 1874.[36]. QuienÉste, además de es un
reconocido pedagogo,[37] ha sido profesor de Derecho constitucional[38] y
tratadista de esta materia[39] y un formidable polemista sobre estos temas.
Es autor del libro, Comentarios de la Constitución de la Confederación
Argentina.[40] Bartolomé Mitre, fundador del diario La Nación,[41] también
fue presidente, militar, político y autor, es amigo del antillano, en cuya
quinta de Belgrano éste pasó una temporada. Hemos de destacar de esta corta
visita hostosiana su interés en conocer personalmente al eminente jurista
colombiano, doctor Florentino González quien es el primer catedrático de
Derecho Constitucional de la Universidad de Buenos Aires, y autor de las
célebres Lecciones de Derecho Constitucional.
La consolidación de la admiración[42] y acatamiento intelectual por el
Derecho constitucional y sociedad estadounidense de Eugenio María de Hostos
puede trazarse a estos días chilenos y argentinos. Así como su defensa de
esas doctrinas jurídicas norteamericanas y la influencia del
constitucionalismo y autores de Estados Unidos que manifestará en sus
escritos y en las Lecciones de Derecho Constitucional. Obsérvese que Hostos
no se persuade por los claros argumentos de Alberdi en Las Bases y otras
obras suyas; se adhiere, por el contrario, a los argumentos de Sarmiento y
González. Después de su visita a la República Argentina, inicia Hostos sus
continuos y variados escritos respaldando las instituciones, el
constitucionalismo y otros rasgos de la cultura estadounidense. Conoció de
primera mano la polémica sobre civilización y barbarie y el paradigma
estadounidense.[43] Ni siquiera Martí, con sus artículos periodísticos y su
ensayo, Nuestra América, pudo persuadirle en contrario. Los orígenes de
esta adhesión y admiración por el constitucionalismo y las instituciones
estadounidenses pueden buscarse en sus años españoles y en el federalismo
que entonces conoció. Su filosofía de esos momentos, el krausismo, también
contiene las semillas de este respaldo por la república norteña. No
olvidemos que Krause admiraba a los Estados Unidos y su experimento
político. Después, durante su corta visita a Nueva York quedó impresionado
por la fortaleza y desarrollo material de la sociedad estadounidense y sus
instituciones constitucionales. No pudo captar las injusticias, fisuras,
contradicciones, racismo y las interacciones del Derecho Constitucional
estadounidense y la sociedad y sus intereses, como tampoco se dio cuenta de
que dichas instituciones no estaban pensadas para una sociedad distinta de
la de Estados Unidos. Si allí, en Estados Unidos no funcionaban como creía,
menos en América del Sur y en las Antillas. Hemos de indicar que como dice
Adriana María Arpini, el modelo de Hostos es el republicanismo y
constitucionalismo estadounidense, aunque tiene claro que esa nación y su
agresiva expansión e intervención eran un peligro para las Antillas.


Venezuela. 1876-1878.
Durante su permanencia venezolana, que dura desde el 28 de noviembre de
1876 hasta el 4 de junio de 1878,[44] de aproximadamente un año y medio,
Eugenio María de Hostos reafirma sus ideas positivistas.[45] Continúa
estudiando los textos fundamentales de la Sociología y del Derecho. Se
contó entre los fundadores de una iniciativa renovadora y democrática, el
establecimiento del Instituto de Ciencias Sociales que se funda el 2 de
junio de 1877, en el Colegio de Santa María.[46] Al día siguiente Hostos
habló de la importancia de la Sociología; su ponencia se tituló, De la
influencia de la Sociología en la dirección política de nuestras
sociedades.[47] La institución era presidida por el profesor Rafael
Villavicencio,[48] "uno de los nombres más importantes del positivismo
venezolano".[49]
Es en Venezuela donde Hostos comienza a enseñar y se casa con la cubana
Belinda de Ayala. Hostos comienza en diciembre de 1876 a ejercer el
profesorado en el Colegio de la Paz de Caracas. El 30 de diciembre de ese
año, ofrece el discurso inaugural de la Escuela Normal número 2 de esa
ciudad. Expresa que: ": "De esas instituciones, la primera es el
matrimonio; la segunda es la familia; la tercera es la escuela; la más
reciente de todas es la democracia representativa". "La institución de la
democracia representativa, gloria de nuestro continente y victoria de la
ciencia, realiza el fin del derecho y por medio de él completa al individuo
en la sociedad y a la sociedad en el individuo".[50] El 12 de junio de
1877 es designado Rector del Colegio Nacional de La Asunción sito en Isla
de Margarita.[51] El 17 de junio Hostos, junto con el revolucionario
español y conspirador Paul y Angulo, ofrece en el Teatro Caracas la
conferencia titulada, Las doctrinas positivistas de la ciencia social.[52]
El resumen de lo allí expresado por Hostos se contrae a los temas de la
libertad, los derechos del hombre y la inviolabilidad de la conciencia.
A sus gestiones se debe la fundación, el 12 de marzo de 1877, de la
Sociedad Auxiliadora de la República de Cuba en Caracas, dedicada a
respaldar la revolución cubana contra España que ya llevaba nueve años de
combates por su independencia. Entre enero y mayo de 1878 ocupa una plaza
de profesor en el Instituto Comercial de Puerto Cabello y "posiblemente
ejerce como profesor en el Colegio Nacional de esta misma ciudad".[53]
Publica en La Prensa Libre de Puerto Cabello, el 11 de enero de 1878, su
conferencia sobre la Formación y desarrollo de la economía política.[54]
Luego de un recuento histórico de lo que entiende es la economía política,
plantea que: "En esta nueva fase, la economía ha dilatado sus límites,
extendido su esfera de conocimientos, fundando escuelas irreconciliables,
como el libre cambio individualista y el socialismo indiferente a las
libertades comerciales y prestando inestimables servicios a la ciencia de
que es aplicación; esto es, a la sociología". El periódico La Prensa Libre
da cuenta de esta iniciativa y llama a Hostos "distinguido humanista y
hábil profesor". Entusiasmado con la educación primaria prepara unas Bases
para el establecimiento de una escuela de enseñanza objetiva y se las
presentan el 23 de enero de 1878 al Consejo Municipal de Puerto Cabello.
Dicha autoridad local las aprueba el 14 de febrero. Cuestiones de índole
política y personal hacen que se marche de Venezuela. Su permanencia ha
sido fructífera y de consolidación de su pensamiento filosófico y jurídico.


Brevísimo resumen de su ideario americanista.


Su estadía americana forja su pensamiento consolidado y añadiendo nuevas
experiencias de las vividas en España. Puede contrastar y observar con su
aguda inteligencia el desarrollo de varios países de la América. No hay
dudas de que ese viaje de varios años le ofreció perspectivas únicas y el
conocimiento de procesos sociales, políticos y constitucionales. Unas veces
legítimos como Chile y Argentina y otros intervenidos por fuerzas extrañas
al proceso democrático, como Perú y Venezuela. Donde quiera que fue
intervino en las causas de la libertad y fue solidario de las luchas por el
mejoramiento social, especialmente dirigidos a las clases menesterosas y
marginadas. Siempre mantuvo un talante ético y fue un hombre que dijo las
cosas como las creía. Nunca olvido a Cuba y Puerto Rico dominadas por una
potencia decadente y poco progresista como era España por esos tiempos.
Tampoco olvido a Santo Domingo donde estará en varias ocasiones y donde se
integrara sintiéndose dominicano. Allí, en Santo Domingo, coronó sus
esfuerzos pedagógicos logrando, por la generosidad de los dominicanos ser
designado Rector de la Escuela Normal y catedrático de Derecho del
Instituto Profesional. A Cuba que batallaba con las armas en la mano le
ofreció su respaldo y su inteligencia y siempre fue solidario con la
revolución cubana en todas sus etapas.


Derecho y pensamiento jurídico.


Hostos se vincula a lo jurídico por consejo de su padre don Eugenio de
Hostos Rodríguez, escribano de Mayagüez quien estaba inmerso
profesionalmente en el mundo del Derecho. No hay duda de que inició sus
estudios de Derecho en la Facultad de Derecho en 1857 pues su nombre
aparece en la lista de los estudiantes de esa fecha,.[55] como "Eugenio
María Hostos Bonilla" Debo aclarar que en n los documentos notariales
oficiales suscritos por escribano público su nombre consta como: "Eugenio
María de Hostos Bonilla."











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[1] Hostos 175 Anniversary Celebration, . Hostos Community College, Panel
I. Hostos, humanista. 14 de noviembre de 2014.
[2] Catedrático de la Escuela de Derecho, Universidad de Puerto Rico, ex
Director del Instituto de Cultura Puertorriqueña.
[3] Margot Arce, Antonio S. Pedreira, José Ferrer Canales y Francisco
Manrique Cabrera han señalado este rasgo, designándola como polifacética.
[4] Ángel Rodríguez Bachiller, "Eugenio María de Hostos, filósofo
puertorriqueño", Revista de Hispanismo Filosófico, Núm. 4, (1999), p. 11;
Carlos Rojas Osorio, Hostos, apreciación filosófica, San Juan, Colegio
Universitario de Humacao e ICP, 1988,
[5] Roberto Mori Gonzalez, Hostos insepulto : ensayos en la búsqueda
de la utopia inconclusa, San Juan, Isla Negra, 20by this author"
Roberto Mori González, Hostos insepulto : ensayos en la búsqueda de la
utopía inconclusa, San Juan, Isla Negra, 2003, p. 44; Lucía Guerra,
"Feminismo e ideología liberal en el pensamiento de Eugenio María de
Hostos", Cuadernos Americanos. Nueva Época, Num. 16, (1989), p. 139.
[6] Carmelo Delgado Cintrón, Biografía Jurídica de Eugenio María de
Hostos. 1857-2003, San Juan Escuela de Derecho. UPR / Derecoop, 2012, Tomo
II. Lecciones de Derecho Constitucional y otros escritos jurídicos; Ramón
Antonio Guzmán, "Los Orígenes doctrinarios de la obra jurídica de Hostos",
Hostos: Sentido y Proyección de su Obra en América, Op. Cit., p. 253.
"[7] Camila Henríquez Ureña, Las ideas pedagógicas de Hostos y otros "
"escritos, Publicaciones del Sesquicentenario de la Independencia "
"Nacional, Secretaría de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, "
"1994. "

[8] Véase Mori, "El verdadero carácter de la Sociología de Hostos", Op.
Cit., p. 44; Juan Mari Bras, Patria y sociología: Hostos como precursor de
la Escuela sociológica del Derecho en América, Ediciones Barco de Papel,
2008
[9] Marcos Reyes Dávila, "Hostos: una literatura para la liberación".
Exégesis, 1989, p. 19.
[10] Juan Mari Brás, Hostos periodista, Comité del Sesquicentenario de
Eugenio María de Hostos, 1988.
[11] Adriana María Arpini, Eugenio María de Hostos y su época: categorías
sociales y fundamentación filosófica, Río Piedras, UPRED , 2007, "Los
escritos sistemáticos. La Moral", p. 149.
[12] Son numerosos los proyectos culturales que auspició. Cf. Leopoldo
Zea, "Hostos como conciencia latinoamericana", Cuadernos Americanos. Nueva
Época, 1989, p. 49.
[13] Emilio Roig de Leuchsenring, Hostos, Apóstol de la independencia y de
la libertad de Cuba y Puerto Rico, La Habana, Municipio de La Habana,
1939.
[14] Carlos Gil, Hostos y el proyecto neocolonialista en Puerto Rico,
Exégesis, 1989, p. 13; José Ferrer Canales, Antillanismo y anticolonialismo
en Betances, Hostos y Máximo Gómez, Río Piedras, UPR, 1990.
[15] Véase Carmelo Delgado Cintrón, Historia Constitucional de Puerto Rico.
1800-1899, San Juan, Derecoop / Escuela de Derecho, 2010-2012, tres tomos.
[16] Se enlisto en una expedición militar de los cubanos revolucionarios
para combatir en Cuba con las armas en la mano. En Chile siendo catedrático
del Liceo Amunátegui Solar realizó gestiones ante el Ministerio de la
Guerra chileno para acopiar armas de fuego y municiones para enviarlas a
Cuba iniciada ya la revolución de 1895. Hostos era el representante en
Chile de la República de Cuba en armas y del Partido Revolucionario Cubano.

[17] Véase, Carmen McEvoy, "De la república utópica a la república
práctica: intelectuales y artesanos en la forja de una cultura política en
el área andina (1806-1878)", Historia de América Andina, Creación de las
Repúblicas y Formación de la Nación, (Juan Maiguashca, Editor), Quito,
Universidad Andina Simón Bolívar, 2003, p. 347.
[18] McEvoy, Op. Cit., p. 384.
[19] Nosce te epsum [conócete a ti mismo]. El más difícil de los
conocimientos, según Cervantes en Don Quijote. Víctor Massuh ha expuesto el
proceso de vida interior y meditaciones de Hostos. Su Diario es un
ejercicio de exposición crítica de ello. El Diario es de los instrumentos
más importantes para el análisis de la vida interior de Hostos. Él sabía
que eventualmente se haría público; es de lamentar que esté editado. Es
casi el único entre nosotros, en el siglo XIX, –aunque hay un "Diario" de
Emilio del Toro Cuebas– siglo XX, que llevó y escribió sistemáticamente.
Quizás su vida personal y profesional lo propició y no en José de Diego,
Luis Muñoz Rivera u otros por la salida de sus psiquis y ambiciones a
través de otras vías. No me refiero a memorias o recuerdos, pues Alejandro
Tapia y Rivera escribió memorias. Muchos señalamientos sobre diarios y
diaristas los planteó Gregorio Marañón en su conocido estudio sobre Amiel.
Obsérvese el uso diferente del Diario y aún del Epistolario de Hostos por
Víctor Massuh, Adelaida Lugo Guernelli, Marcos Reyes Dávila, Argimiro Ruano
y Carmelo Delgado Cintrón.
[20] Juan Gabriel Araya, Hostos en Chile: 1872-1873, en "Hostos para
todos", Anuario Hostosiano, Vol. I Núm. 1, 1988, p. 53. Hostos, Diario.
Obras Completas, (1939), Tomo II, Vol. II, p. 22. Américo Lugo señala que:
"Llega a Santiago de Chile el 30 de diciembre de 1871 donde, al principio,
le acarrea disgusto su pobreza. Le huyen, le ofenden en la manera de
tratarle. Una nueva crisis comienza en él. Cree en la inutilidad de la
vida". Américo Lugo, "Los escritos literarios de Hostos", Hostos Peregrino
del ideal, Op. Cit., p. 180, cita a la p. 191.
[21] Véase unaVéase una lista de extranjeros que vinieron a Chile a
aportar lo mejor de síi, entre ellos que figura Eugenio Maríia de Hostos,
en Antonio Dougnac, "La Educación en Chile bajo la Constitución de
1833",en, Revista Chilena de Historia del Derecho, 1984, Núum. 10, p. 221.
Hostos, citado a la p. 223.
[22] Alberdi vivió 17 años en Chile, principalmente en Valparaíso dedicado
a la práctica de la abogacía y como redactor de El Mercurio. Escribió las
Bases en Valparaíso en 1 de mayo de 1852, impresas por la imprenta de ese
diario, "luego del triunfo del general Urquiza sobre Rosas en la batalla de
Monte Caseros". Cita de Antonio María Hernández "El Federalismo en Alberdi
y la constitución nacional de 1853 y 1860", Homenaje al Sesquicentenario de
la Constitución Nacional (1852-2003), Córdoba, Academia Nacional de Derecho
y Ciencias Sociales de Córdoba, 2003, dos volúmenes, II, p. 159. Dice Jorge
Oscar Orgaz, "Queriendo ocultar sin demoras su angustia, recuerda a la
perfección las mejores páginas de Vico, Herder, Savigny, Lerminier,
Condorcet, Jouffroy, Cousin, Rousseau, Tocqueville, Bentham, Kant, Locke,
Montesquieu o El Federalista, que tanto ayudaron a formar sus ideas.
Ansiosa y finalmente, luego de recopilar y releer viejos y muchos artículos
de su autoría y tras casi tres meses de intensa labor intelectual, Alberdi
concluía la redacción de su más conocida obra". Véase, Las Bases de Alberdi
para un nuevo siglo argentino. Dice Urquiza a Alberdi, el 22 de junio de
1852, que, "Su bien pensado libro es, a mi juicio un medio de cooperación
importantísimo. No ha podido ser escrito ni publicado en mejor
oportunidad".
[23] Sarmiento, amigo del Rector Andrés Bello, integra una comisión en
1843, designada por éste para la adopción de un libro de lecturas para las
escuelas primarias. Además componían dicha comisión: Rafael Minvielle, el
mencionado Sarmiento, Antonio Varas y José Victorino Lastarria.
[24] Con el propósito de ubicar las relaciones fraternales de Hostos,
veamos un panorama político de los sectores donde se desenvuelve. La
oposición política chilena estaba constituida por los siguientes grupos en
1870: Partido Nacional, Manuel José Balmaceda, Jovino Novoa, Silvestre
Ochagavía; Partido Radical, Manuel Antonio Matta, Pedro León Gallo, Domingo
Arteaga Alemparte; Partido Liberal, Aniceto Vergara Albano, Gabriel
Izquierdo; Partido Reformista, José Victorino Lastarria, Vicente Reyes,
Jerónimo Urmeneta; y por el grupo Progresista, Luis Cousiño y Francisco
Baeza. Dice Pinto Lagarrigue que: "Todos ellos podían llamarse 'liberales-
reformistas' ya que sus principios políticos no eran otros que los
propagados por el club de la Reforma, estando unidos, además por los
ideales de la Orden y por fuertes lazos fraternales". Fernando Pinto
Lagarrigue, La Masonería. Su Influencia en Chile, Santiago, Editorial Orbe,
1966, p. 228.
[25] Jorge Huneeus Gana dice de Hostos un breve comentario, "Tampoco nos
hemos atrevido a enriquecer este capítulo de la Ciencia Política chilena
con la obra del constitucionalista eminente del notable pensador,
moralista, pedagogo y publicista dominicano, don Eugenio María de Hostos.
Los trabajos, justamente reputados de este escritor, que ha honrado en dos
ocasiones, felizmente largas para nosotros, la enseñanza y el progreso
intelectual nacional, son demasiados conocidos y demasiados apreciados por
su gran fondo de apreciación y preparación científica y por su seductora,
original y a veces paradójica forma, para nosotros atrevernos a formular
aquí apreciación especial alguna, que no sea un modesto homenaje de
admiración al austero pensador y de América agradecimiento al fiel amigo de
Chile". Véase, Jorge Huneeus Gana, Cuadro de la producción intelectual de
Chile, Santiago, Biblioteca de Escritores de Chile, 1910, pp. 171-172.
[26] Véase, Estudios sobre José Victorino Lastarria. Alamiro de Ávila
Martel, Antonia Rebolledo Hernández, Luz María Fuchslocher Arancibia,
Javier Barrientos Grandón, Norman P. Sacks, Luis Oyarzún, Santiago de
Chile, Ediciones de la Universidad de Chile, 1988. Especialmente los
estudios de: Alamiro de Ávila Martel, Semblanza de José Victorino
Lastarria, p. 13; Alamiro de Ávila Martel, Antonia Rebolledo Hernández,
Bibliografía, p. 27; Luz María Fuchslocher Arancibia, Lastarria en la
Universidad de Chile, p. 51; Javier Barrientos Grandón, Lastarria y el
Derecho, p. 91.
[27] Julio Bañados Espinosa le asigna a Lastarria la fundación de los
estudios constitucionales. Citamos: "la gloria de haber creado en Chile la
enseñanza del Derecho Constitucional y de la política, tal como la concibe
la ciencia moderna. La base de su enseñanza fue doctrinaria. Prefirió la
preparación teórica a la práctica; la difusión de las leyes abstractas que
presiden a la organización política; de las sociedades, a la explicación de
las leyes positivas nacionales y extranjeras; el análisis de los grandes
problemas y de las grandes teorías de la ciencia constitucional, al
comentario en detalle de los Códigos y de los procedimientos". Véase, Julio
Bañados Espinosa, Constituciones en Chile, Editorial R. Miranda, 1889, p.
3. Cf. Mario Verdugo Marinkovic, Emilio Pfeffer Urquiaga y Humberto
Nogueira Alcalá, Derecho Constitucional, Santiago, Editorial Jurídica de
Chile, 1994.
[28] Dice Huneeus Gana que el libro de Lastarria, Lecciones de Política
Positiva, "es la profesión de fe más sincera y ardiente de un pensador
doctrinario que, en sus vastas lucubraciones sociológicas y en sus amplios
estudios de Derecho Público, ha entrevisto, por fin, el ideal completo y
perfecto de una república moderna, organizada filosófica y prácticamente
bajo el régimen utopista y maravilloso de un gobierno federal, libre,
republicano, democrático, electivo, alternativo y responsable". Huneeus
Gana, Cuadro de la producción intelectual de Chile, Op. Cit., p. 140.
Manifiesta también que: "La obra ya citada de Lastarria, Lecciones de
Política positiva y su Constitución Política comentada, son estudios de una
elevación y conciencia indiscutibles, pero que se resienten de la terquedad
eterna e inflexiblemente doctrinaria de su ilustre autor. Abunda en ellos
el conocimiento del Derecho Público general y abunda más todavía la luz
vigorosa de un talento superior y altamente sintético que, en vez de bajar
sus observaciones al terreno de conclusiones prácticas y útiles, prefiere
levantarlas, casi siempre al cielo platónico de un doctrinarismo político
tan soñador como sincero, tan ardiente como irrealizable. De ahí el poco
éxito público de estos trabajos, cuyo recibimiento frío desalentaba tanto a
aquel inolvidable maestro". Ibíd. p. 151.
[29] Expresa Alamiro de Ávila Martel que Lastarria "Fue un eximio
memorialista: sus escritos de este tipo son los únicos que actualmente se
leen con agrado y provecho". Véase, Ávila Martel, Ibíd. p. 17.
[30] Sus escritos se recogieron en José Victorino Lastarria, Obras
Completas, Edición oficial, Santiago, Imprenta Barcelona, 1906, dos
volúmenes. Véase, Sady Zañartu, Lastarria, El hombre solo. . Prólogo de
Ricardo A. Latcham, Santiago de Chile, Ediciones Ercilla, 1938. Lastarria.
Prólogo y selección de Luis Enrique Delano, México, Secretaría de Educación
Pública, 1944.
[31] Gabriel Araya G., Eugenio María de Hostos en Chile, Instituto
Profesional de Chillán, p. 14. No nos explica la importancia del Club de la
Reforma.
[32] Julio Bañados Espinosa fue catedrático de Derecho Constitucional y es
autor del tratado titulado, Derecho Constitucional, Santiago de Chile, R.
Miranda, 1889. Obsérvese que publicó su libro dos años después del de
Hostos.
[33] Benjamín Vicuña Mackenna y otros, Colección de Ensayos y Documentos
Relativos a la Unión y Confederación de los Pueblos Hispano-Americanos,
Santiago, Imprenta Chilena, 1862. Benjamín Vicuña Mackenna, Bases de la
Unión Americana Discutidas y Aprobadas por la Sociedad de Unión Americana
de Santiago, Santiago, 1867. En este libro colaboran: Lastarria,
Covarrubias, Santa María y Vicuña Mackenna, Juan Bautista Alberdi, Bernardo
Monteagudo, Francisco de Paula Vigil. Dice López Muñoz que: "Incluía
también las «Bases para la unión Americana» proyecto que en ese momento
discutía. Destacaba asimismo el proyecto de Francisco Bilbao, Iniciativa de
América. Idea de un Congreso federal de las repúblicas, aparecido por
primera vez en París en 1856 y escrito por su autor con motivo de la
intervención del filibustero norteamericano William Walter en Nicaragua".
Este libro es producto de la Sociedad Unión Americana fundada en 1862,
entre los miembros están: Manuel Antonio y Guillermo Matta, Benjamín Vicuña
Mackenna, José Victorino Lastarria, Miguel Luis Amunátegui, Isidoro
Errázuriz, Domingo Santa María, Pedro León Gallo, José Ignacio Palazuelos,
todos liberales y liberales radicales liderados por Matta y Gallo. Véase,
Ricardo López Muñoz, La Salvación de América. Francisco Bilbao y la
Intervención Francesa de México, Centro de Investigación Científica, 1995,
pp. 30-31, cita la p. 32. López Muñoz relata la guerra de 1865 entre Chile
y España y la visita a Nueva York del enviado confidencial Benjamín Vicuña
Mackenna, la fundación del diario La Voz de América, "destinado a respaldar
el independentismo cubano y puertorriqueño y a todo movimiento emancipador
de América", p. 39. Allí, como sabemos, Vicuña trabó amistad con Segundo
Ruiz Belvis, a quien invita a ir a Chile a laborar por la independencia de
Puerto Rico. Aquí se encuentra el nudo de la última etapa de la vida de
Ruíz Belvis.
[34] Reciben a Hostos, según dice, en el muelle de Buenos Aires, José
Manuel Estrada, Bartolomé Mitre, Vicente Fidel López Estévez Seguí, Juan M.
Gutiérrez, Adolfo Rawson, J. C. Gomes, Quintana, las familias Pallavicini,
Peralta, Varela, Zavaleta, Avellanada, Bandrix, López, Ángel, Paz, P.
Novena, Estrada y otros. Obras Completas, Diario, Vol. II, Tomo II, p. 65.
[35] Sobre la admiración de Sarmiento por Estados Unidos, de la que venimos
señalando, manifiesta, comparando la América anglófona con la América
hispana, que: "La civilización yanqui fue obra del arado y la cartilla; la
sudamericana la destruyeron la cruz y la espada. Allí se aprendió a
trabajar y leer, aquí a holgazanear y realzar", en su libro, Sarmiento,
Conflicto y armonía de las razas en América, Buenos Aires, 1883. Cf.
Leopoldo Zea, Esquema para una Historia de las ideas en América, México,
UNAM, 1956, p. 34.
[36] Jan Fernando Segovia, en Liberalismo argentino de la generación del
ochenta, afirma que: "Hace tres décadas que Pérez Aznar sostuvo la
necesidad de averiguar si el programa de modernización argentino no se
debía más a los hombres del '70 que a la generación del '80. Anticipando
los resultados de una investigación en curso, podemos afirmar que las
primeras presidencias progresistas preocupadas por el adelanto material
fueron las de Sarmiento y Avellanada. A ellas se deben las bases
fundamentales de la Argentina que parecen expandirse desde el '80: despegue
económico, explotación de recursos, incentivo industrial, comunicación,
ferrocarriles, educación primaria, organización de la administración,
etcétera". Véase, Segovia, El liberalismo Argentino de la generación del
ochenta, Historia y Evolución de las Ideas Políticas y Filosóficas
Argentinas, Op. Cit., p. 259, cita a la p. 277.
[37] Sarmiento es fundador de escuelas normales, autor de libros de texto y
fomentador de la educación popular y de la mujer. Héctor Félix Bravo,
Sarmiento, Pedagogo Social: Las Concepciones Sociales en la Pedagogía de
Sarmiento, Buenos Aires, Eudeba, 1965.
[38] Señala Juan Carlos Pereira Pinto que: "La primera obra de derecho
constitucional propiamente dicha, como disciplina de estudio fue Lecciones
de Derecho Constitucional (1859), que Sarmiento escribió como profesor
titular de la materia en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos
Aires. La cátedra había sido creada en 1855, siendo su rector Juan María
Gutiérrez". Carlos Pereira Pinto, Derecho Constitucional, Buenos Aires, AZ,
1978, Tomo I., Escuela Argentina de Derecho Constitucional, p. 11.
[39] Humberto C. Gambino, "Sarmiento", Revista de Ciencias Jurídicas y
Sociales, Universidad del Litoral, Núm. 62-63, (1950), p. 75. Véase,
especialmente, Abogado, p. 134.Sarmiento en el destierro. Edición ordenada,
con notas y un estudio por Armando Donoso. Buenos Aires, M. Gleizer, 1927;
Domingo Faustino Sarmiento, Chile: descripciones, viajes, episodios,
costumbres, Selección y prólogo de Narciso Binayán, Buenos Aires, Editorial
Universitaria de Buenos Aires, 1961.
[40] Domingo Faustino Sarmiento, Comentarios de la Constitución de la
Confederación Argentina, Santiago de Chile, Imprenta de Julio Belin, 1853.
Véase la edición de Buenos Aires, Talleres Gráficos Argentinos de I. J.
Roso, 1929. F. Lagrange, Sarmiento y su época, Córdova, 1918; Ricardo
Rojas, Bibliografía de Sarmiento, Buenos Aires, Coni Hermanos, 19811.
Alfredo Orgaz, demostrando la condición de constitucionalista del
sanjuanino, afirma que: "Sarmiento, es verdad, no tuvo estudios
sistemáticos de derecho constitucional. ¿Pero quiénes los tenían entonces
entre los hombres que influían sobre la vida nacional? Como figura visible,
solamente Alberdi, que se había recIbído de abogado y profundizado
posteriormente sus conocimientos en esta rama del derecho. También es justo
mencionar a José Benjamín Gorostiaga, de eminente actuación en la
Convención Constituyente de 1.853... Los constituyentes de 1.853 y de
1.860, no estaban en mejor condición que Sarmiento, aunque tuviesen el
título de abogado...Sarmiento conocía asombrosamente bien la constitución
norteamericana y las de los estados particulares, los comentarios de Story
y de otros publicistas, los antecedentes que explicaban los preceptos de
aquella constitución así como las múltiples leyes que habían sido dictadas
por el Congreso y las legislaturas de ese país, aún las más recientes. Su
información era muy amplia y su juicio, en general, acertado sobre los
principios y los criterios básicos de la interpretación jurídica(";
agregando, en relación a la aparición en septiembre de 1.853, de sus
"Comentarios de la Constitución de la Confederación Argentina, con
numerosos documentos ilustrativos del texto", que, "...No debían ser tan
desdeñables los comentarios de ese profano en derecho, cuando un
constitucionalista científico necesitaba salir a su encuentro para
refutarlos(" –el autor cordobés se refiere a Alberdi y su obra Estudios
sobre la Constitución Argentina de 1.853. Alfredo Orgaz, "Sarmiento
Constitucionalista", Ensayos Sarmientinos, Córdoba, Dirección General de
Publicaciones de la Universidad Nacional de Córdoba, 1972, p. 137. Cf.
Jorge Oscar Orgaz, Las Bases de Alberdi para un nuevo siglo argentino,
2000, p. 47. Cf. Diana S. Goodrich, Facundo and the Construction of
Argentine Culture, Austin, University of Texas Press, 1996, Capítulo tres,
"The wiles of disputation; Alberdi reads Facundo", p. 67.
[41] Véase, Síntesis Histórica, El Fundador y la Fundación, por Octavio
Hornos Paz, disponible en: www.lanacion.com.arg.
[42] "Adulación", lo llama algún autor.
[43] Miguel Correa Mújica, "Imagen de Estados Unidos en dos textos
decimonónicos: el Facundo de Domingo Sarmiento y Nuestra América de José
Martí", Espéculo. Revista de Estudios Literarios, Núm. 15, julio-octubre,
2000, (año VI).
[44] José Ramos, "Cronología venezolana de Eugenio María de Hostos", en
Hostos: Sentido y Proyección de su Obra en América, Op. Cit., p. 103.
[45] Sambrano Urdaneta, Op. Cit., p. 115.
[46] Luis Villalba, El primer Instituto Venezolano de Ciencias Sociales,
Caracas, Editorial Arte, 1961.
[47]La Tribuna Liberal, 8 de junio de 1878. Véase, Hostos en Venezuela,
Caracas, La Casa de Bello, 1989, p. 46.
[48] Ibíd. p. 151. Rafael Villavicencio, doctor en medicina, profesor de
Historia Universal de la Universidad Central de Venezuela, Ministro de
Fomento, Ministro de Instrucción, presidente del Senado, cónsul en Nueva
York, Rector dos veces de la universidad. Promotor de la cultura.
[49] Ibíd. p. 151.
[50] Hostos en Venezuela, Op. Cit., p. 18. Obsérvese las referencias a la
democracia cuando en Venezuela gobernaba el dictador Guzmán Blanco.
[51] Se publica en el diario La Tribuna Liberal, de 14 de junio de 1877, su
designación como rector del Colegio Nacional de La Asunción, localizado en
la Isla de Margarita.
[52] Se publicó un comentario de la intervención de Hostos en el diario El
Tiempo, de 23 de junio de 1877 y en La Opinión Nacional, de 19 de junio de
1877. Véase, Hostos en Venezuela, Op. Cit.
[53] Véase, José Ramos, "Cronología Venezolana de Eugenio María de Hostos",
en Hostos en Venezuela, Op. Cit., p. 176, cita a la p. 181.
[54] Ibíd. pp. 62-68.
[55] Hostos Bonilla, Eugenio María. "Expediente académico de Eugenio María
Hostos Bonilla, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central.
Nota: Sin expediente.", Código de Referencia:
ES.28079.AHN/2.3.1.20.4.1//UNIVERSIDADES,4258,Exp.11,; Título de la
unidad: "Hostos Bonilla, Eugenio María" Archivo: Archivo Histórico
Nacional Signatura: UNIVERSIDADES,4258,Exp.11. Notas del Archivero:
Dirección: María Carmona de los Santos. Coordinación: Amador ANtón,
Beatriz. Descripción y grabación de datos: Enseñat Calderón, Luis; Herranz
Sánchez, Sara; Sanz Santos, Emilio; Serrano Reillo, Pilar; Tahoces Bastida,
Alejandra; Tejada Artigas, Carlos María; Valtuille Gutiérrez, Montserrat.
Revisión y actualización: Muñoz López, Pilar; Pérez Sánchez-Morante,
Paloma; Vargas Portugués, María Teresa.
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