Una breve historia de Puerto Rico desde una mirada feminista

July 28, 2017 | Autor: Sarah V. Platt | Categoria: Feminism, Estudios de Género, Historia De Puerto Rico
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IV Coloquio sobre Investigación de Historia de las Mujeres en Puerto Rico y el Caribe 4 y 5 de marzo de 2015, UPR Recinto de Utuado

Una breve historia de Puerto Rico desde una mirada feminista Dra. Sarah V. Platt Universidad de Puerto Rico, Recinto de Arecibo

Resumen La historia de Puerto Rico desde su origen precolombino en el siglo XV y la influencia de los africanos introducidos como esclavos durante esta época, hasta llegar a la invasión norteamericana a finales del siglo XIX- ha creado un contexto interesante desde el punto de vista socio-histórico para investigar el rol de las mujeres en todo este proceso. El presente artículo investigará cómo las mujeres han participado y continúan asumiendo un rol activo en diferentes aspectos de la sociedad puertorriqueña. Por medio de un recorrido socio-histórico se aportarán momentos claves en las que las mujeres reivindicaron su derecho al trabajo justo, a la educación, al sufragio, al divorcio y a la igualdad de género para, de esta manera, intentar reconstruir la historia de la isla desde una perspectiva menos divulgada. A pesar de que aún queda mucho camino por recorrer en la lucha por la igualdad de género, la historia aporta evidencia de que incluso desde el siglo XV hasta la actualidad, las mujeres puertorriqueñas han asumido un rol fundamental no sólo en la esfera privada, sino también como líderes políticas y luchadoras del movimiento feminista, logrando de esta manera la adquisición de muchos de los derechos que hoy en día poseemos. Palabras clave: historia, Puerto Rico, estudios de género, feminismo

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Primera historia de las mujeres en Puerto Rico: las taínas A diferencia de la mayoría de grupos femeninos de la era precolombina, las taínas desempeñaban una importante función en su sociedad y algunas incluso, ocupaban posiciones privilegiadas de poder. Asimismo, eran responsables de transmitir su linaje cultural, ya que su sociedad era de carácter matrilineal. En Puerto Rico existieron varias cacicas1 (Yuisa, Guayerbas, Catalina), mientras que en Europa las mujeres se consideraban ciudadanas de segunda clase destinadas al trabajo doméstico y la nula participación fuera del enclave doméstico. Las taínas, desde luego, participaban en todo tipo de tarea, incluso luchaban en los conflictos bélicos con otras tribus. También tomaban parte en rituales y ceremonias religiosas, producían artesanías, eran agricultoras y se ocupaban del hogar y de la crianza de sus hijos. En la religión de esta etnia fueron representadas varias deidades femeninas y también en la literatura puertorriqueña ha quedado plasmada la presencia de la mujer taína. Son numerosas las historias de amoríos entre indígenas y colonizadores españoles y de las taínas que junto a sus maridos, lucharon por defender el suelo de su tierra de los invasores que los esclavizaron y eventualmente exterminaron por completo2. Invasión española (1492) El cambio del régimen socio-político que trajo consigo el nuevo orden colonizador impuso nuevos modelos que afectaron a la población indígena, pero sobre todo a la mujer. En los primeros años de colonización, la ausencia de mujeres europeas favoreció la mezcla del español con la taína y con la africana, en relaciones regidas, en su mayoría, por el abuso de poder de parte del

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Nombre que significa jefa de las comunidades taínas en las Antillas. Aunque la mayoría eran hombres (caciques), hallazgos arqueológicos demuestran que también hubo mujeres. 2 En el siglo XVIII la gran mayoría de taínos fueron exterminados por varias razones, entre ellas una gran epidemia de viruela y otras enfermedades traídas por los españoles. Otra de las razones de peso fue la mezcla de razas.

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colonizador. Pocas españolas fueron traídas a la Isla en el siglo XVI, con excepción de algunas mujeres de importantes funcionarios militares. Muchas mujeres españolas que arribaron a la Isla posteriormente, también enfrentaron abusos por parte de sus maridos. Su participación en la sociedad era mínima, aparte de ocuparse de las tareas agrícolas y del hogar. Tampoco tenían acceso a la vida política, ni a la educación. La Isla fue eventualmente poblándose de hombres y mujeres africanas de la costa occidental del continente que fueron introducidos en el siglo XVIII como esclavos. La mayoría de las mujeres esclavas tenían a cargo las tareas agrícolas y del hogar. Estudios revelan que muchas de ellas amamantaban a los hijos de sus colonos y fueron víctimas de abuso sexual por sus dueños. Eventualmente, y con el paso de los años, afortunadamente algunas de estas mujeres lograron comprar su independencia y la de sus hijos, y consiguieron empleos asalariados como vendedoras ambulantes. Educación (siglo XVI-XIX) Las escuelas, durante la época de la colonia española, escaseaban. Las hijas de familias pudientes solían ser educadas en casa por sus madres o maestras privadas. Se les enseñaba a leer y escribir, también aritmética, religión y labores de costura, tejido y bordado, entre otros oficios. Las escuelas públicas que existían en la isla estaban divididas por sexo y por lo tanto, las asignaturas que se impartían, también lo eran. Más tarde a las mujeres se les enseñaba materias como la astronomía, matemática, derecho, medicina, filosofía y teología, aunque prevalecía una idea general en cuanto a la prohibición de la educación femenina. Eventualmente algunas mujeres ocuparon oficios que fueron más que nada una extensión de las tareas del hogar. A finales del siglo XIX algunas de las primeras profesiones destinadas a la mujer fueron la educación y la enfermería

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y estudiar estas carreras equivalía a una oportunidad para salir de casa y obtener un trabajo asalariado. Sin embargo, en términos de educación superior, no fue hasta 1903 que se fundó la Universidad de Puerto Rico. Una de las pioneras feministas para esta época lo fue Ana Roqué (1853-1933), astrónoma, periodista, maestra y escritora. Su participación activa en la sociedad machista puertorriqueña del siglo XIX se consumó con la publicación del primer periódico femenino La mujer, en 1893. Como líder sufragista su participación en el periodismo llegó a tal escala que hasta compró su propia imprenta y llegó a operarla junto a otras mujeres para difundir publicaciones feministas a favor del derecho al voto de la mujer. Invasión norteamericana en 1898 La invasión norteamericana trajo consigo muchos cambios económicos, sociales y políticos que también afectaron la posición de la mujer dentro de la sociedad y su imagen social y de trabajo. En primer lugar se adoptó un modelo capitalista en la Isla, lo que produjo que la familia dejara de servir como unidad de producción. Este hecho subrayó la inferioridad presente de la mujer por ser subordinada al hombre y por tener acceso limitado al mercado de empleos. No obstante, el feminismo del siglo IX acentuó su participación colectiva, sobre todo en los sectores de clase media y alta y en periódicos y revistas dedicados al tema de la mujer. Se considera que no fue hasta que se produjo la invasión norteamericana que el movimiento feminista en Puerto Rico se consolidó. La ideología predominante entre los grupos y organizaciones feministas de la época consideraba que el estatus colonial de la Isla era uno de los principales obstáculos en la lucha por la igualdad de derechos. La población femenina no fue la única en apoyar esta convicción. 4

Como parte del desarrollo industrial que se llevó a cabo en la Isla a principios del siglo XX se establecieron industrias tabacaleras y azucareras norteamericanas, un hecho que convirtió a la mujer en una importante fuerza de trabajo, en calidad de trabajadoras asalariadas. Junto con este cambio surgen otros que transforman a muchas mujeres en despalilladoras, enfermeras, maestras, entre otros oficios. Sin embargo, al verse discriminadas en cuanto a su salario, la falta de participación en puestos directivos y la ausencia del derecho al voto, las agrupaciones mantuvieron la convicción de que solo a través de la lucha organizada podían reclamar estos derechos. Sufragio y otros derechos adquiridos La visión feminista puertorriqueña de esta época se vio fuertemente influenciada por las luchas de mujeres europeas y norteamericanas y tal vez por esto fueron capaces de obtener ciertas victorias. Una de las más significativas fue la iniciativa de un grupo de mujeres que promovió que en 1908 el escritor y legislador Nemesio Canales presentara el primer proyecto de ley en el que se concede el derecho de voto y la emancipación legal de las mujeres en Puerto Rico. Sin embargo, la lucha por el sufragio perduró varios años más ya que al principio el derecho solo fue otorgado a mujeres alfabetas mayores de 21 años (1929). El sufragio universal por fin fue concedido en 1936, convirtiendo a Puerto Rico en uno de los primeros países de América en conceder este derecho a la población femenina. Otro de los cambios que trajo consigo la invasión norteamericana a Puerto Rico fue la legalidad del divorcio. En la década del setenta también se legalizó la causal de consentimiento mutuo en el divorcio, hecho que marcó una victoria para el movimiento feminista puertorriqueño. Varias líderes feministas cobran auge en esta época. Entre ellas, Luisa Capetillo (1879-1922), quien escribe y publica la primera tesis feminista en Puerto Rico en 1911. En sus páginas exige la

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emancipación de este colectivo y argumenta que igual que el hombre, la mujer es capaz de ejercer y ocupar todas las funciones dentro de la sociedad. Capetillo luchó además por la educación libre para las niñas. La relación política de la Isla con los Estados Unidos influenció significativamente el movimiento feminista en Puerto Rico. La prolongación del derecho al voto universal femenino fue una de las más grandes decepciones sufridas a raíz de la situación política de la colonia. Asimismo, las desigualdades de género aún prevalecían, junto con otras problemáticas sociales como el éxodo del campo a las ciudades, la concentración poblacional en arrabales, la emigración a los Estados Unidos, entre otros. Presencia femenina en la política (1940´s-1950´s) En la década del 40 se decía oficialmente que el desempleo era el problema más crítico de la Isla por su naturaleza estacional. Durante toda la década del 40, la agricultura seguía siendo la actividad económica que más contribuía a los ingresos de Puerto Rico, aunque en los años venideros continuaría mermando su importancia. A raíz de la inconformidad por la situación política con los Estados Unidos fueron varios los partidos políticos que se formaron y disolvieron durante este tiempo, muchos de los cuales ofrecían participación a mujeres. El Partido Nacionalista3 fue uno de ellos que atrajo la atención y participación de mujeres, entre ellas la educadora y periodista, Blanca Canales (1906-1996). Lolita Lebrón (1919-2010) fue otra de las pioneras en el movimiento nacionalista e independentista en la Isla, quien por su participación armada en el Partido cumplió una condena de 25 años en la cárcel

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Fundado en 1922, su principal objetivo era reinstaurar a la isla como la República de Puerto Rico. Bajo el liderato de Pedro Albizu Campos, el Partido se convirtió en una vanguardia de lucha y en un movimiento de lucha nacional.

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por atacar el Congreso de los Estados Unidos en 19544. Su lema en la lucha política femenina era: “Si los hombres no logran la independencia, lo logrará la mujer”5. El Partido Socialista Obrero 6 y el Partido Unión Republicana 7 aunque promovían una ideología contraria en cuanto al estatus colonial de la Isla, fueron otra de las coaliciones que promovieron la participación femenina, sobre todo en la lucha por la igualdad de derechos en el trabajo. El Partido Liberal8, que propulsaba la independencia y el autonomismo de la colonia, incluso llegó a ser liderado por mujeres. Desde luego se puede observar un patrón entre la participación femenina y la política puertorriqueña y es que las mujeres que participaban en la misma, en su mayoría abogaban firmemente por la independencia de la Isla. En los años cuarenta, el Partido Popular Democrático (PPD), llevó a cabo una campaña casa por casa en la que las mujeres eran motivadas a inscribirse para votar. Felisa Rincón (18971994), una costurera y activista política fue una de las líderes quien llevó de la mano a decenas de mujeres a la mesa de inscripción electoral. Como parte de sus campañas para socorrer a la población femenina se incluyó el derecho de control de reproducción, el mejoramiento de salud pública, el acceso masivo a las escuelas y al trabajo. A raíz de estas enmiendas la mujer

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Apoyada en la misión de atraer atención al mundo sobre la causa de la independencia puertorriqueña, el Partido Nacionalista desarrolló un plan que implicaría atacar al Congreso y a la Casa Blair con la intención de asesinar al presidente de los EE.UU., Harry Truman. A los 34 años de edad, Lolita Lebrón estuvo al mando del ataque contra la Cámara de Representantes, en el que se abrió fuego y un delegado estadounidense fue herido. En 1979, el Presidente Jimmy Carter concedió la amnistía a Lebrón después de haber estado encarcelada 25 años. 5 Acta en la Declaración de la Federación de Mujeres Puertorriqueñas, 2 de febrero de 1975. Pág. 11- Documentos del feminismo puertorriqueño. 6 Fue fundado por Santiago Iglesias Pantín en 1898 como el Partido Obrero, aunque también se le conocía como el Partido Obrero Socialista. Años más tarde su fundador y otros socialistas comenzaron a apoyar la estadidad de la Isla. 7 Fundado en 1932 como resultado de la unión entre el Partido Republicano Puro y el grupo conservador de la Alianza Puertorriqueña. El Partido abogaba por la estadidad en la Isla. 8 Fundado en 1932 por Antonio R. Barceló, el Partido abogaba por la independencia puertorriqueña.

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puertorriqueña logró salir del hogar y obtener cierta independencia económica. Además, se fundaron escuelas vocacionales y las universidades abrieron sus puertas a esta población, ofreciéndoles la posibilidad de cursar carreras como maestras, trabajadoras sociales, enfermeras, secretarias, oficinistas y administradoras. Segunda ola de feminismo (1960´s - 80´s) La década de los sesenta se caracterizó por aires revolucionarios, no solo en cuanto al movimiento feminista en Puerto Rico, sino también en todo el mundo. En 1969 el movimiento feminista inició su organización y comenzó a hacer eco en los medios de comunicación. Exigían reformas y participación democrática, entre otras cosas. Se establecen durante estos años importantes grupos feministas y las líderes de estos movimientos y asociaciones procuraron vincular la situación femenina en Puerto Rico con el movimiento femenino en otros países, una decisión que demostró lograr mayor representación e inclusión para la Isla en el ámbito internacional. La década de la mujer (1990´s) En términos de política electoral, la década de los noventa fue la década de la mujer en Puerto Rico. En el año 1992, Victoria Muñoz Mendoza se convirtió en la primera mujer a postularse a la gobernación de la Isla. En 1993, la Cámara de Representantes elige la primera presidenta en propiedad de ese cuerpo, Zaida Hernández, mientras que en el Senado, la vicepresidencia la ocupa Luisa Lebrón en 1995. Cuatro años más tarde se postuló la primera mujer al puesto de Comisionado Residente (Celeste Benítez). Asimismo, por primera vez en la historia tres mujeres (Marta Font de Calero, Zaida Hernández y Sila M. Calderón) compitieron por la alcaldía de San Juan. Aunque las mujeres en la historia de Puerto Rico han participado de 8

diferentes modos en la esfera pública, el auge de su movilización política surge en el siglo XX con su incorporación a la vida pública y el proceso político como electoras y representantes de diversas ideologías. ¿Cuál es la situación actual? Al finalizar el siglo XX, las mujeres alcanzaron la cumbre de su participación política con la elección de Sila María Calderón como primera mujer gobernadora (2001-2005). Asimismo, quince legisladoras, dos alcaldesas y 311 legisladoras municipales fueron electas, ocupando un 26.4% de las posiciones políticas del país, cifra sin precedentes hasta entonces (Acevedo Gaud, 2013: 3). A nivel administrativo, bajo el gobierno de la primera gobernadora en la historia de la Isla, se crea la Oficina de la Procuradora de las Mujeres con el fin principal de fiscalizar la implantación y el cumplimiento de la política pública y las leyes vigentes para la protección del grupo social mayoritario en el país. La creación de este organismo fue posiblemente uno de logros más significativos para las mujeres durante esta época, ya que el discrimen y la violencia contra este colectivo constituye un problema serio en la Isla. Actualmente es creciente en la Isla otra gran problemática relacionada a la desigualdad en términos de proporción de género. Los censos poblacionales más recientes indican que por cada hombre puertorriqueño, existen nueve mujeres en la Isla. A raíz de este desequilibrio se le ha considerado a Puerto Rico como la Isla de las Solteras. Muchas mujeres solteras adoptan la postura, que, sabiendo que los hombres escasean, se conforman con relaciones que no les convienen o que de alguna manera son abusivas. Muchas mujeres sienten presión por parte de sus familias para convertirse en madre y los estereotipos que existen en la sociedad, por lo general, perciben a la mujer soltera mayor de treinta años como una rareza.

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Llevamos décadas con la custodia mono parental materna, o sea, con el divorcio. La única responsabilidad de un hombre es la pensión y (cuidar a los hijos) dos fines de semana al mes. Todo lo demás le toca a la mujer (…) hemos creado la idea de que la mujer tiene más responsabilidad que el hombre frente al matrimonio y la familia9.

Ahora, en el siglo XXI, a pesar de haber logrado un sinfín de derechos y mejoras en muchos sectores de la vida pública, la mujer continúa siendo víctima de patrones machistas, sobre todo con relación a la familia.

Por esta y muchas otras razones la lucha femenina puertorriqueña ha

mostrado que aún existe una gran necesidad por perdurar y un gran camino por recorrer. Conclusiones La primera historia femenina puertorriqueña tuvo como protagonista a la mujer taína que habitó en la Isla antes de la invasión de los colonizadores y simboliza una figura femenina vanguardista. En la sociedad matriarcal taína las mujeres ocupaban puestos políticos, religiosos y sociales de importancia, contrario a las mujeres españolas por ejemplo, quienes eran consideradas ciudadanas de segunda clase. Posterior a la invasión española, se introdujo en la Isla a la mujer africana traída como esclava a la colonia y luego a la española, muchas quienes sufrieron abuso por parte de sus maridos o propietarios. Una vez Puerto Rico pasa a manos de los Estados Unidos surge una gran transformación socio-económica en la Isla, una transición que influenciará el movimiento femenino, que comienza a exigir derechos iguales en el ámbito laboral y político. Los esfuerzos de la primera ola feminista recoge sus frutos con la concesión del sufragio universal de la mujer en 1932, un evento que marcó una importante hito en la historia femenina de la Isla, por ser uno de los primeros países en América

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Ibid.

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en conceder este derecho. Muchas mujeres se convirtieron en activistas políticas, apoyando sobre todo los ideales de soberanía e independencia para Puerto Rico. A principios del siglo XXI la participación femenina en la política alcanza una cumbre al ser electa la primera gobernadora en la historia de la Isla, Sila M. Calderón. No obstante, a pesar de que la representación política femenina aumenta, este colectivo continúa siendo discriminado y la lucha por la igualdad de derechos no ha cesado. Actualmente se calcula una enorme desigualdad de proporción entre el número de hombres y mujeres. Esto ha generado un desequilibrio en torno a la unidad familia, el aumento en divorcios y una gran frustración por parte de muchas mujeres quienes se enfrentan con presión familiar, social y por parte de ellas mismas para ser madres o tener a un hombre a su lado.

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Bibliografía Acevedo Gaud, L. (2013). “Las mujeres entre siglos: participación y representación política en Puerto Rico”. Río Piedras: Diálogo. Azize, Y. (1987). La mujer en Puerto Rico. Ensayos de investigación. Río Piedras: Ediciones Huracán. Muñoz Vázquez, M. (1984). “La experiencia del divorcio desde la perspectiva de un grupo de mujeres puertorriqueñas”. La mujer en Puerto Rico. Ensayos de investigación. Río Piedras: Ediciones Huracán. Rivera Lassén, A.I. & Crespo Kebler, E. (2001). Documentos del feminismo en Puerto Rico. Facsímiles de la historia. Río Piedras: Editorial de la Universidad de Puerto Rico. Recuperado de: http://humanidades.uprrp.edu/smjeg/reserva/Estudios%20Interdiciplinarios/esin4 066/Prof%20Eva%20Prado/Documentos%20del%20feminismo%20en%20Puerto %20Rico.pdf (febrero de 2013). Román, O. (2012). “Puerto Rico: la isla de las solteras”. Periódico Primera Hora. Guaynabo, PR. Valle Ferrer, N. (2006). Las mujeres en Puerto Rico. Cuaderno de Cultura Número 13. Instituto de Cultura Puertorriqueña.

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