Universidad de Baja California

June 5, 2017 | Autor: Fulvio Cabrera | Categoria: Filosofía de la Ciencia
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Universidad de Baja California
DOCTORADO EN EDUCACIÓN

REPORTE DE LECTURA
Número 1: CIENCIA Y FILOSOFÍA

ASIGNATURA
Filosofía de la Ciencia. Grupo C

NOMBRE DEL ALUMNO
Fulvio Armando Cabrera Soto

NOMBRE DEL CATEDRÁTICO
Dr. Luis David Pérez Rosas.

Cali, Colombia; Enero 27 de 2016.





CIENCIA Y FILOSOFIA: ENCANTOS Y DESENCANTOS.

Iniciare este ensayo, señalando que la ciencia y la filosofía han sido los campos de conocimiento que más le han aportado al ser humano desde tiempos inmemorables, pretendiendo explicar los fenómenos de la naturaleza. Lamentablemente en este proceso del conocer y de la búsqueda de conocimiento, el hombre ha cometido errores sobre todo en el campo de la seudo-ciencia cuando las contradicciones de teorías o leyes que son contrapuestas se toman como verdades absolutas; en este sentido, pretendo responder a la siguiente pregunta: ¿La ciencia puede desarrollarse sin la ayuda de la filosofía? o ¿la filosofía es un apéndice de la ciencia?

Tomare como referentes tres autores a saber: Paul Feyerabend, Imre Lakatos y José Azcárraga, para encontrar en este último los errores de apreciación frente a la relación de ciencia y filosofía. Los dos primeros son exponentes de corrientes filosóficas que pretendieron abordar los vacíos conceptuales y epistemológicos de la propia ciencia, considerada por algunos al mismo nivel que la religión, en donde las verdades son inamovibles, como diría Lakatos:

"Hay una explicación muy plausible. Los científicos desean que sus teorías sean respetables y merecedoras del título "ciencia", esto es, conocimiento genuino. Ahora bien, el conocimiento más relevante en el siglo XVII, cuando nació la ciencia, incumbía a Dios, al diablo, al Cielo y al infierno. Si las conjeturas de una persona eran erróneas en temas relativos a la divinidad, la consecuencia del error era la condenación eterna (1978, p.11)".

Azcárraga (2003) nos dice en su artículo que la ciencia es el reflejo de la naturaleza, planteando que la ciencia no tiene contradicciones, ni movimiento porque es el espejo de la realidad. Además, tenemos el fascinante poder de encontrar las leyes de la naturaleza, y hasta el de usarlas en nuestro propio perjuicio, pero no el de cambiarlas. Para muchos científicos, la teoría de Newton era considerada una verdad absoluta, sin embargo, la Teoría de la Relatividad, pone a tambalear lo que hasta ese momento era inamovible, ya que no todos los preceptos expuesto por Newton en sus leyes de la física mecánica fueron demostrados en el universo: según Kepler, los planetas se mueven en elíptica, mientras que según la teoría de Newton los planetas se mueven en elipses (Lakatos, 1978, p. 10).

Azcárraga (2003), sintetiza en su exposición argumentativa, la relación que a lo largo de la historia ha existido entre la Ciencia y la Filosofía, haciendo un balance de los principales puntos de encuentro y desencuentro de autores como: Platón, Charles Darwin, Spengler, Hegel, Popper, Wittgenstein, en relación a la complementariedad entre la Ciencia y la inspiración filosófica o Experiencia Vital, dando lugar a 'desbordes intelectuales' como es el caso de Galileo, el Racionalismo, la Física clásica de Newton, el positivismo, la aparición de la genética de Mendel; la teoría de la relatividad de Albert Einstein y los progresos de la teoría cuántica, entre otros.

Pensar que en la ciencia o la filosofía "hay verdades absolutas", o que el pensamiento no está en constante movimiento, es según Feyerabend (1975) un gran sofisma. Esté explica que la inconmensurabilidad del conocimiento nos abre nuevas perspectivas y miradas al intentar beber -al menos un poco- de ese conocimiento (p.14). Feyerabend introduce nuevos paradigmas desde el anarquismo, desentrañando los cambios que se han querido ocultar a través de la historia de la ciencia y cómo a lo largo de la misma se ha manipulado el conocimiento y la pretensión de Verdad. Estas contradicciones han permitido abrir nuevas perspectivas a la propia ciencia al desmitificar los saberes y las teorías consideradas absolutas e inamovibles. Así, una teoría en ciencia es verdad absoluta hasta que llega otra que logra sobrepasarla con nuevas teorías, nuevas hipótesis que demuestran su invalidez. El conocimiento no debe considerarse como inasequible en el sentido de que se nos cierre todo acceso a él, ni podemos considerarlo nunca como alcanzado y realmente captado por nosotros, sino que debemos concebirlo de tal modo que podemos irnos acercando constantemente a él, pero sin que nos sea nunca asequible en su entidad absoluta.

Según la Historia aceptada por el pensamiento occidental, la filosofía nació en Grecia producto de la misma contradicción entre lo que realmente era confiable y demostrable frente a las ideas de los sofistas, ilustrado claramente en los "Diálogos de Platón". Estas discusiones de los pensadores griegos han trascendido en la medida en que nos han permitido desentrañar que es verdadero y que un sofisma (argumento sin fundamento teórico) diferenciando la doxa (opinión) de la episteme (conocimiento). Da la impresión, que en la actualidad, lo que en sus orígenes era Filosofía, ahora es llamado Ciencia y lo que hoy es conocido como Filosofía fue en tiempos de Platón, mera doxa, mera persuasión.

En palabras de Lakatos (1978) el conocimiento no se mide por la cantidad de seguidores que tenga sino por encontrar la línea que separa la ciencia de la pseudociencia:

"Pero la historia del pensamiento muestra que muchas personas han sido convencidos creyentes de nociones absurdas. Si el vigor de la creencia fuera distintivo del conocimiento tendríamos que considerar como parte de ese conocimiento a muchas historias sobre demonios, ángeles, cielos e infiernos (Lakatos, 1978, p.9)".
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A lo largo de la historia de la humanidad se han dado aportes significativos, pero en otros momentos, estos mismos han entrado en decadencia. En este sentido, para el matemático Azcárraga (2003), la filosofía se ha quedado rezagada con respecto a la Ciencia. Su planteamiento principal es que: la filosofía debe pasar de ser: "una experiencia vital" para ser "Conocimiento Científico", es decir, la filosofía unida a la Ciencia; Sin embargo, la filosofía no puede ser simplemente un apéndice de la Ciencia.
Para Azcárraga, "la Experiencia vital" es aquella que nace del mismo quehacer filosófico y parte de la pura reflexión e introspección, el cual no incluye el conocimiento científico, y por tanto es insuficiente para un pensamiento filosófico actual, pues no lleva necesariamente a la formulación empírica de modelos teóricos (Azcárraga, 2003). Solo hasta el siglo XVII, con Galileo Galilei se experimentó un cambio, gracias a la aparición de instrumentos de medición capaces de percibir aspectos de la naturaleza antes inalcanzables e insospechados (Azcárraga, 2003).

"La filosofía no puede, hoy, vivir de espaldas al conocimiento científico, y menos aún, tratar de relativizarlo en un intento fútil de retener un espacio privilegiado o protegido, que es lo que, en el fondo, han intentado algunos filósofos postmodernos con sus críticas desmesuradas a la racionalidad y objetividad de la ciencia (Azcárraga, 2003)".

Feyerabend refuta, fundamentalmente a la ciencia estática, dogmática y carente de sentido de cambio y evolución, incapaz de romper paradigmas en sí misma: romper sus propias reglas como un hecho necesario para para avanzar en campo del Conocimiento.

"Esta práctica liberal, repito, no constituye sólo un mero hecho de la historia de la ciencia, sino que es razonable y absolutamente necesaria para el desarrollo del conocimiento. Para decirlo de manera más específica, puede demostrarse lo siguiente: dada cualquier regla por muy 'fundamental' o 'necesaria', que sea para la ciencia, siempre existen circunstancias en las que resulta aconsejable no sólo ignorar dicha regla, sino adoptar su opuesta. Por ejemplo, hay circunstancias en las que es aconsejable introducir, elaborar y defender hipótesis ad hoc, o hipótesis que contradicen resultados experimentales bien establecidos y generalmente aceptados, o hipótesis cuyo contenido es menor que el contenido de las alternativas existentes empíricamente adecuadas, o hipótesis auto inconsistentes, etcétera (Feyerabend 1975, p.7-8)".

Conforme a lo anterior, nos preguntamos si, ¿No sería pertinente e indispensable, para avanzar en el conocimiento mismo de la naturaleza, "la experiencia vital" -ya que fue a través de ella que la ciencia desarrollo sus teorías y estableció sus leyes- sin que ello signifique que tanto la filosofía como la Ciencia pierdan la Autonomía de sus saberes? Pensar en la supremacía del Saber, sólo demuestra una vez más, la arrogancia del ser humano, producto de una epidemia universal que denominamos la distorsión del Ego. Si somos parte de ese proceso evolutivo que plantea Darwin, entonces a su vez, somos el resumen de los cambios operados por todo el Cosmos. ¿Por qué el temor de no ser "predictivos" como sí, aparentemente lo son las matemáticas?

El hombre de ciencia y el filósofo coinciden, en aquel instante en que emerge en ellos las preguntas fundamentales del devenir humano: ¿De dónde venimos? ¿Para dónde Vamos? ¿Quiénes somos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Cuál es el propósito de Ser? ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Qué sería de la Ciencia sin la filosofía? Y al mismo tiempo la actitud científica de permanente insatisfacción ante las preguntas que aún no tienen respuesta y de curiosidad por conocerlas, es la actitud fundamental del Ethos Filosófico.

No todo es exacto y los cambios son los que nos permiten entender que todo viene de un proceso de transformación de millones de años, o de un segundo, muchas veces insignificante, pero que a largo plazo se convertirá en el determínate de toda una revolución; este punto, para algunos científicos es difícil de ser entendido -encuentran obstáculos-, pues no se abren a nuevas miradas sobre el conocimiento, y muchas veces se quedan con lo que ya está establecido, lo rutinario, que solidifica y no permite el cambio de estructuras mentales. Es así, que la ciencia en muchas ocasiones ha tenido que reconocer públicamente sus errores.

Otro autor que se interesa por este asunto es el filósofo Lakatos, al poner en tela de juicio incluso a filósofos como Karl Popper, fundador del falsacionismo, al decir que:

"Los científicos tienen la piel gruesa. No abandonan una teoría simplemente porque los hechos la contradigan. Normalmente o bien inventan algunas hipótesis de rescate para explicar lo que ellos llaman después una simple anomalía o, si no pueden explicar la anomalía, la ignoran y centran su atención en otro problema (Lakatos, 1983, p.12)".

Esto explica que no podemos creer que sea la Ciencia la que está por encima de la filosofía, ya que la ciencia a veces adopta posturas dogmática y casi de secta religiosa al querer mantener verdades o leyes a costa de la propia demostración. De este modo, se propone la abolición de la pretensión absoluta del conocimiento, puesto que, el saber referido al mundo de los cambios y la multiplicidad, no puede encontrar nunca en sí mismo un punto seguro de apoyo y de quietud.

El conocimiento consiste en una medida, en una comparación que se establece entre el contenido indagado y determinados elementos ya conocidos. Todo pensamiento y toda denominación se reducen a la operación "separar y distinguir". Por tanto, el lenguaje y el concepto, no pueden determinar la esencia del 'objeto', sino solamente lo que lo diferencia de otros contenidos y lo contrapone a ellos. Todo saber alcanzado es una "hipótesis" que puede ser disipada por otra más exacta. Por tanto, el proceso de conocer tiene que ser pensado en principio como un proceso interminable, pues el objeto del saber permanece incomprendido por su carácter contingente.

Así, el paradigma del progreso de la Ciencia es una de las principales preocupaciones de Azcárraga. Él se pregunta, si la filosofía es necesaria para el conocimiento o por el contrario las ciencias exactas, concretamente las matemáticas, son independientes y auto-suficientes para acceder al conocimiento y dar explicación a los fenómenos de la naturaleza, ya que estas proporcionan el esquema lógico y de cálculo que permite una comprensión de la naturaleza cada vez más precisa (2003). Sin embargo, más adelante aceptara que nuestra capacidad cognitiva puede muy bien resultar insuficiente para aprehender el universo que nos rodea. La filosofía en sus orígenes tuvo un esplendor en la época griega, igualmente en la época renacentista o incluso en la época moderna con el positivismo, pero según Azcárraga (2003) actualmente la filosofía no está respondiendo a las necesidades que exige la ciencia.
Dice el autor: la filosofía debe estar unida a la ciencia, eso quiere decir que la filosofía es por si misma solo un apéndice del conocimiento científico?; ¿Que el progreso es sinónimo de bienestar para la humanidad? Por otro lado, los grandes avances de la humanidad: descubrimiento del genoma humano, los viajes a otros planetas, los avances de la matemática, no son argumento válido para resaltar el saber científico como verídico y necesario, pues también la Ciencia ha desarrollado tecnología destructiva, piénsese por ejemplo en el caso de la tecnología de exterminio utilizada por nos Nazis en Alemania; O en la bomba nuclear; y para contextualizar el presente, el uso de maquinaria pesada y químicos altamente tratados para la extracción de Minerales –materia prima de los aparatos tecnológicos- a costa de destruir el habita de muchas especias y deteriorar los recursos del planeta. ¿Qué tipo de Ciencia es aquella que destruye su propio hogar, su "laboratorio"? Aquí la reflexión filosofía cobra su verdadero valor, pues no se trata de que la Filosofía sea un bagaje más de saberes que sustente y validen los conocimientos científicos, sino por el contrario que la Filosofía no abandone su carácter Critico-humanista, pues es allí donde el ser humano se detiene a pensar el porqué, el para qué, el cómo, de todo lo que se manifiesta en la naturaleza y en sí mismo. Por tanto, afirmamos que la Ciencia también está en decadencia, precisamente porque se ha deshumanizado, perdido el sentido de su saber, ya que la obsesión por el conocimiento le encegueció perdiendo el rumbo y experimentando sin importar las consecuencias negativas.

Para concluir, es importante abrir el debate frente a la Ciencia y la filosofía teniendo mucho cuidado por parte de algunos científicos que han creído que ya ha avanzado tanto la ciencia, que otro manera de abordar el conocimiento simplemente es empirismo formal o mera especulación; y no olvidar que de "una discusión cualquiera" en algún momento de la historia fue que se inició el pensamiento humano filosófico que más tarde, a través de la construcción de un método científico se quiso sistematizar los aprendizajes gracias a la hipótesis, tesis y la antítesis; que una persona que no estuvo de acuerdo con lo que decía su maestro fue de quien surgió un nuevo pensamiento así como Platón en un momento supero o avanzo frente a los hombre de su época, al hablar del "Mito de la Caverna" (La Republica, Libro VII), pero también se equivocó al creer que una "república" dirigida solo por filósofos podría mejorar las formas de gobierno de la época. O Aristóteles al hablar de "Metafísica" frente a lo que no podíamos ver o palpar que más tarde se convertiría en el libro de cabecera de la Ciencia "la Metafísica". Abrimos el debate para avanzar.










Referencias Bibliográficas

AZCÁRRAGA, J. (2003). Ciencia y Filosofía. Mètode, Revista de difusión de investigación de la Universidad de Valencia, p gs. 40-46.

FEYERABEND, P. (1975). Tratado Contra el Método. Madrid: Tecnos.

LAKATOS, I. (1978). La Metodología de los programas de Investigación Científica. España: Alianza Universidad.





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