Voto nulo 2006 y 2012 ¿Qué y cómo ha cambiado?

July 7, 2017 | Autor: M. Ortiz Palanques | Categoria: Electoral Behavior
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Revista Politeia, N° 51, vol. 36. Instituto de Estudios Políticos, UCV, 2013:177-201

Voto nulo 2006 y 2012. ¿Qué y cómo ha cambiado? 2006 and 2012. Spoiled Votes, What Changed and How Has It Changed? Marco Ortiz Palanques* D.Phil. Politics, profesor titular, Universidad de los Andes. Actualmente desarrolla un proyecto sobre el impacto de la tasa delictiva sobre las variaciones electorales. Con anterioridad estudió la influencia del ingreso y la ruralidad en la distribución del voto. Otra área de interés es la historia de las ideas. Allí el último estudio ha sido “La analogía del sistema solar en la política”.

Resumen

Abstract

Se evalúa la hipótesis que relaciona los votos de los partidos que retiraron su apoyo a Henrique Capriles en las elecciones presidenciales de Venezuela el 7 de octubre de 2012 y pasaron a ser nulos, con el aumento estadísticamente significativo del total de votos nulos. Por el procedimiento de diferencia de medias se rechaza la hipótesis nula correspondiente. Se concluye con sugerencias acerca de los cambios que necesitaría el reglamento electoral venezolano para adecuar los retiros con las exigencias técnicas del sistema electoral.

In this research, I assess the hypothesis on the votes of the parties that withdrew their support to Henrique Capriles in the presidential elections of October 7th 2012, and were recorded as invalid, given a statistically significant increase in the total number of invalid votes. I conclude by providing some suggestions about the necessary changes to the Venezuelan electoral regulations to harmonize withdrawals with the technical requirements of the electoral system.

Palabras clave

Key words

Voto mal adjudicado; voto nulo; Venezuela; Henrique Capriles; elección presidencial 2012

Miscast vote; spoiled votes; Venezuela; Henrique Capriles; presidential election of 2012

* Correo electrónico: [email protected] Recibido: 01-04-2014 Aprobado: 29-05-2014

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INTRODUCCIÓN Dos alianzas bastante polarizadas se enfrentaron en las elecciones presidenciales venezolanas del 7 de octubre de 2012, ganadas finalmente por Hugo Chávez con 8.191.102 votos (55,07%), mientras que Henrique Capriles alcanzó el segundo lugar, con 6.591.304 votos (44,31%). A menos de un mes de la elección (el 11 de septiembre), tres partidos de la alianza de Henrique Capriles: Manos por Venezuela (MAPVE), Partido Independiente Electoral de Respuesta Avanzada (PIEDRA) y Cambio Pana (PANA), le retiraron su apoyo y decidieron no participar en la contienda electoral. Si bien estos retiros no son un hecho anormal en las campañas, estos difirieron por los tiempos y participantes involucrados. En 2006 lo común en los retiros de candidatos fue su pertenencia a grupos pequeños y situados por debajo de los dos primeros lugares en las encuestas. En 2012 los retiros se dieron en grupos que apoyaban al candidato en segundo lugar. Dadas las condiciones técnicas de las elecciones venezolanas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) no pudo impedir el voto por esos partidos y debió aclarar que, cuando un elector sufragara por Henrique Capriles bajo la marca de alguno de esos partidos, apareciendo así en la pantalla y el comprobante de votación, dicho voto sería nulo. Solo en las totalizaciones esos votos fueron convertidos en nulos. Si bien el resultado final no fue afectado, es razonable considerar que parte de los electores seleccionaron esos partidos creyendo que todavía apoyaban a Henrique Capriles. En la medida en que haya sido así, la calidad de la democracia fue afectada al distorsionar involuntariamente los resultados. Tratar de medir el efecto de un instrumento electoral que se hizo confuso por una desventaja tecnológica, carece en estos momentos, por su extrema particularidad, de una guía teórica capaz de clasificar potenciales analogías. Acerca de hechos como estos, la literatura teórica más general sobre los sistemas electorales hace poca referencia. Nohlen, por ejemplo, en el aparte “Procedimientos de votación” de Sistemas electorales y partidos políticos, habla únicamente sobre el modo en que el elector hace su selección frente a la boleta electoral en la clasificación de lista cerrada y bloqueada, lista cerrada no bloqueada y lista abierta (1994, pp. 6264). En un texto posterior, donde estudia los sistemas electorales presidenciales, la referencia a los procesos de votación es solo colateral en comparación con la selección del Legislativo (Nohlen, 1995, pp. 143-50). Parcialmente relacionadas con este estudio, las complicaciones derivadas del uso de nuevas tecnologías han sido más sistemáticamente estudiadas en Estados Unidos y Holanda, donde han provocado diversas preocupaciones. En Holanda, desde finales de los años

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1980 se generalizó el voto electrónico, usando computadoras con procedimientos parecidos a los venezolanos, siendo la diferencia más resaltante el no entregar comprobante del voto. En 1998 se descubrió que los candidatos en la cabecera de la segunda columna de la pantalla resultaban más favorecidos que lo que sería de esperar en una boleta de listas abiertas no alfabéticas, encabezada por los candidatos favoritos. Por razones de espacio habían sido ordenados en columnas y parte del voto era hecha atendiendo a los encabezamientos. En 2006 se creó el grupo de presión Wij vertrouben stemcomputers niet (No Confiamos en las Máquinas de Votación), el cual denunció que podía violarse el secreto el voto para al menos un partido, cuyo nombre poseía un carácter especial que obligaba a la máquina a cambiar la frecuencia, siendo posible captar las señales emitidas por un receptor fuera del centro de votación. En segundo lugar, ese mismo grupo denunció que el chip de la máquina podía ser fácilmente reemplazado (Jacobs y Pieters, 2009, p. 131). El 16 de mayo de 2008, luego de revisar informes de los comités correspondientes, el Gobierno holandés decidió volver al voto manual (p. 133). En Estados Unidos es donde se encuentran los ejemplos más parecidos a nuestro tema de selección errada entre los electores. La correspondencia entre voto y decisión cobró relevancia a partir de la elección de 2000 entre George W. Bush y Albert Gore, pues las máquinas de votación de tarjeta perforada favorecían la selección confusa y muy probablemente fallaron en representar adecuadamente la voluntad de los electores. Ya en 1992 Shocket y otros habían estudiado el impacto de diversas tecnologías sobre el número de votos efectivos en elecciones de cargos múltiples. Llegaron a la conclusión de que las máquinas de votación Direct Recording Electronic Machines (DRE) son las más precisas, al no permitir, en el caso bajo estudio, votar por más de un candidato, reduciendo consecuentemente el número de votos nulos. Las DRE son los sistemas más parecidos al usado en Venezuela, pues el elector presiona sobre su selección y ella es luego verificada en una pantalla. En 1998, Susan Roth evaluó el desempeño de tres sistemas de votación: máquinas de palanca, tarjetas perforadas y voto electrónico (tipo DRE). Sobre el voto electrónico se concluyó que ayudaba al elector en cuanto que señalaba, mediante luces, qué actividad debía cumplir; pero que era confuso a la hora de saber cuál era el recuadro a presionar cercano a un candidato preferido (Roth, 1998, pp. 3 y 4). Luego de las elecciones de 2000 en Estados Unidos, se decidió impulsar la reforma electoral, creando la Comisión Nacional para la Reforma de la Elección

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Federal. En su informe final de agosto de 2001, recomendó buscar llevar los votos nulos (residual vote) por debajo del límite de 2,00% (NCFER, 2001, p. 53). La importancia de esto para nuestro estudio es la directa relación que los redactores el informe hicieron entre la tecnología electoral y los votos nulos: Todo analista de equipo de votación está de acuerdo en que el número de votos nulos [residual vote] y la tasa de error en el voto es afectada en gran medida por el tipo de equipo que se usa. Un importante precepto en la “ingeniería adaptada al uso humano” [human usability engineering] (para usar el término técnico) es que altos niveles predecibles de error del usuario son evidencia de falla del sistema, así como las quejas constantes que las personas no parecen poder “seguir las instrucciones” son usualmente síntomas de instrucciones defectuosas o fallos en el diseño de sistemas (NCFER, 2001, p. 50).

Kimball y Kropf (2005), para las elecciones de gobernador de 2002 en cinco estados de EE.UU., plantearon la hipótesis de que el diseño de la boleta electoral estaba asociado con la variación de los votos nulos. Usando procedimientos traídos de la evaluación de encuestas de opinión, valoraron las boletas de votación de más a menos confusas y las contrastaron con la incidencia de votos nulos. Aunque sus resultados no son aplicables al ámbito venezolano, puesto que los instrumentos electorales estudiados por él fueron bastante distintos, su estudio refuerza la idea de buscar relaciones que tiendan a minimizar el impacto de los votos nulos, más todavía cuando no responden a una decisión del elector, sino a fallas en la presentación de la boleta y, por ende, atribuibles a la administración electoral. Dee (2007) realizó un estudio sobre cómo los diferentes métodos de votación afectan los votos mal adjudicados (miscast ballots). Midió el efecto del sistema de voto con tarjeta perforada Votomatic en los resultados en la elección del nuevo gobernador de California en 2003. Demostró que este sistema daba una mayor parte de votos a candidatos que estaban al frente o detrás de los principales candidatos. Sintetizando, en Estados Unidos, investigadores y gobierno han coincidido en resaltar los problemas del diseño del instrumento de votación, haciendo notar que debe ser fácilmente accesible al elector. En cuanto a la aspiración en Estados Unidos de lograr colocar el voto nulo por debajo del umbral de 2,00%, es bueno recordar que las últimas elecciones presidenciales venezolanas están por debajo de este límite, aunque no ha sido este el caso para las elecciones de asambleas legislativas estatales.

VOTO NULO 2006 Y 2012. ¿QUÉ Y CÓMO HA CAMBIADO?

SEMEJANZAS ENTRE LAS ELECCIONES DE 2006 Y 2012 En vista de la posibilidad de que la confusión creada por los retiros alterara significativamente el voto nulo, hice un estudio piloto de su comportamiento en el nivel municipal. Nacionalmente, se observaba una elevación de 0,54% en los votos nulos (1,35% en 2006 y 1,89% en 2012), posiblemente atribuible a la conducta de esos partidos. Sin embargo, al obtener los promedios por municipios, las distancias entre ambas elecciones aumentaban (1,27% en 2006 y 2,05% en 2012), mostrando un comportamiento significativamente diferente entre ellos. Cuadro 1 Estadísticos para la diferencia de medias del porcentaje de votos nulos por municipio Medida

2006

2012

N

335

335

Media

1,27 2,05

Varianza s

0,14 0,22

Error estándar de la media

0,020

2

0,025

Error estándar de la diferencia Diferencia en puntaje z



0,032 24,375 (P
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